a) El texto representa el Tratado de París de 1898 firmado por España y Estados Unidos, que puso fin a la Guerra Hispano-Estadounidense durante la regencia de María Cristina en la Restauración.
b) El Tratado de París de 1898 fue un tratado firmado por España y Estados Unidos que puso fin a la Guerra Hispano-Estadounidense y a la Guerra de Independencia Cubana. Como consecuencia, España perdió sus últimas colonias de ultramar y cedió territorios estratégicos a Estados Unidos, marcando el final de su imperio colonial. El tratado establece la renuncia de España a Cuba, que pasó a estar bajo tutela estadounidense hasta su independencia en 1908. Además, España cedió Puerto Rico, la Isla de Guam y Filipinas a Estados Unidos. También en 1899 vendió los archipiélagos de las Marianas, las Carolinas y Palaos a Alemania por 25 millones de marcos, marcando el fin definitivo del Imperio colonial español.
c) El Tratado de París de 1898 marcó el fin del Imperio colonial español y dio lugar a la Crisis del 98, una profunda crisis política, española y social. La pérdida de las colonias debilitó la economía española y evidenció la ineficacia del sistema de Restauración y el debate por la modernización del país. En la cultura, surgió la Generación del 98, que reflexionó sobre la identidad nacional. Mientras España estaba en decadencia, Estados Unidos se consolidó como potencia imperialista, controlando Puerto Rico, Filipinas y las Islas de Guam y manteniendo su influencia en Cuba, hasta su independencia en 1902.
a) El texto representa el Manifiesto de Sandhurst redactado por Cánovas del Castillo y firmado por Alfonso XII en 1874, el que dio lugar a la Restauración de la monarquía borbónica en España.
b) Debido a la inestabilidad política que presentó la Primera República en España, el 1 de diciembre de 1874, Cánovas del Castillo redactó el Manifiesto de Sandhurst para restaurar la monarquía Borbónica. Este fue firmado por Alfonso XII y finalmente Alfonso fue instaurado en el trono tras el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto. Así inició la Restauración de la monarquía Borbónica y un nuevo régimen político, el Sistema Canovista. Este fue diseñado por Cánovas del Castillo presentando un doble objetivo: buscaba la estabilidad política y la pacificación del país tras la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. Este sistema se basaba en la monarquía como pilar del sistema, un bipartidismo con turnismo pacífico entre conservadores y liberales, el dominio de la oligarquía y el caciquismo, un ejército controlado por el rey y la instauración de una nueva constitución de 1876 que estructuraba el sistema.
c) Tras la instauración del Sistema Canovista, el régimen de la Restauración Borbónica estuvo marcado por el caciquismo y el fraude electoral, que garantizaron la alternancia política entre conservadores y liberales mediante la manipulación y la coacción de la población, comprando votos y amenazando. Este sistema limitó la participación ciudadana y favoreció a las oligarquías, especialmente en zonas rurales como Andalucía debido al analfabetismo. Esto generó la oposición de diversas corrientes: republicanos divididos, carlistas en decadencia; también surgieron movimientos nacionalistas en Cataluña, Valencia, Andalucía, Galicia, … con la reclamación de su independencia y un movimiento obrero influenciado por el socialismo y el anarquismo con la creación de sindicatos y partidos como el PSOE. Además surgió una oposición de intelectuales y escritores que criticaban el atraso del país, esta tomó el nombre de Regeneracionismo.
La Crisis del 98: El «Desastre del 98»
El “Desastre del 98” tras la pérdida de territorios en la Paz de París marcó el fin del Imperio Colonial Español y abrió una profunda crisis en la sociedad.
Aunque el sistema de la Restauración se mantuvo, la derrota generó desconfianza en el ejército, que adoptó una postura más intervencionista en la política. También impulsó nuevos movimientos políticos como el PSOE, el republicanismo y los nacionalismos catalán y vasco que veían en la derrota el fracaso del centralismo español.
En lo cultural, el país entró en un sentimiento de pesimismo y decadencia, reflejado en la Generación del 98 (Unamuno, Valle-Inclán, Azorín,…). Este sentimiento fue aprovechado por el regeneracionismo liderado por Joaquín Costa que defiende reformas para modernizar a España y acabar con la corrupción.
Finalmente, a nivel económico a pesar de las pérdidas coloniales que perjudican a sectores comerciales, la repartición de capitales permitió inversiones en la península.
Tras esto, España quedó como papel secundario en el ámbito internacional, marcando el inicio de un proceso de reflexión sobre su futuro.
Causas y Consecuencias de la Guerra de Cuba
La Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898) fue un conflicto entre España y Cuba agravado posteriormente por Estados Unidos que surgió como consecuencia del incumplimiento de la Paz de Zanjón (1878), que prometía reformas y la abolición de la esclavitud, pero no se aplicó por completo. Además, la metrópoli mantenía un control económico asfixiante sobre Cuba, beneficiando solo a la burguesía catalana y valenciana.
Tras esto, el independentismo liderado por José Martí, se fortaleció, y el rechazo a la autonomía concedida en 1895 hizo que el conflicto estallara. Además, Estados Unidos, interesado en la isla por su producción azucarera y su posición estratégica, apoyó a los cubanos.
Posteriormente, la guerra se intensificó con la intervención de EE.UU en 1898, tras la explosión del acorazado estadounidense Maine en La Habana. Ante esto, el general Weyler intentó sostener el conflicto concentrando la población en aldeas, este intento provocó una crisis humanitaria por lo que España fue derrotada rápidamente por EE.UU.
Tras la derrota, España firmó el Tratado de París donde perdió territorios como Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, marcando así el fin de su Imperio Colonial. La derrota agravó la crisis política en España, debilitó el ejército y generó un gran impacto económico y moral.