El Reinado de Isabel II en España: Periodos Políticos Clave

Tras la caída de Espartero en 1843, Isabel II fue proclamada mayor de edad y hubo que buscarle marido, que fue Francisco de Asís de Borbón. Este matrimonio de compromiso fue un desastre. Más tarde, Isabel II tuvo amoríos políticos.

Década Moderada (1844-1854)

En 1844 se convocaron elecciones en las que ganaron los moderados que formaron un gobierno presidido por el general Narváez que impulsó una política basada en el liberalismo moderado. El régimen se asentó sobre el predominio de la burguesía terrateniente.

La Constitución de 1845

En 1845 se aprobó una nueva Constitución que recogía ideas básicas del moderantismo como la soberanía conjunta entre el rey y las Cortes. Los ayuntamientos y diputaciones quedaron sometidos a la Administración Central, se suprimió la Milicia Nacional, se otorgó exclusividad a la religión católica, que fue declarada oficial por el Estado. Mantenía gran parte del articulado de 1837, sobre todo lo referente a la declaración de los derechos, pero su regulación se remitía a leyes restrictivas. También confería enormes atribuciones a la Corona, ya que podía designar al Senado. Se reguló la libertad de imprenta, lo que significó el control gubernamental sobre la prensa. La Ley Electoral planteó un sufragio censitario muy restringido.

Relaciones con la Iglesia y Centralización

Intentaron mejorar sus relaciones con la Iglesia. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede en el que se suprimió la venta de bienes eclesiásticos y se acordó el retorno de los no vendidos. La Iglesia reconocía a Isabel II y el Estado se comprometía al mantenimiento de la Iglesia española.

El moderantismo pretendió consolidar la estructura del nuevo Estado liberal bajo el centralismo, uniformidad y jerarquización. Se emprendió una reforma fiscal para aumentar los ingresos de la Hacienda. Consistía en racionalizar el sistema impositivo, centralizar los impuestos y la contribución directa. Se aprobó el Código Penal y se elaboró un proyecto de Código Civil. Se abordó la reforma de la Administración pública reorganizando los cargos y creando una ley de funcionarios. La Ley de Administración Local dispuso que los alcaldes fueran nombrados por la Corona. En resumen, se creó una estructura jerarquizada y piramidal.

Para la cuestión foral, se decretó el mantenimiento en el País Vasco y Navarra de los ayuntamientos forales y las Juntas Generales. Se estableció un sistema nacional de instrucción pública que regulaba los diferentes niveles de enseñanza. Este se completó con la Ley Moyano, que fue la primera gran ley de educación del país. Se adoptó un sistema de pesos y medidas, el sistema métrico decimal. Se disolvió la Milicia Nacional y se creó la Guardia Civil (1844).

Inestabilidad y Caída

Los gobiernos moderados no consiguieron dar estabilidad política. Actuaron de forma arbitraria y excluyente, manipulando las elecciones. La vida política se desarrolló alrededor de las Cortes a partir de la influencia de las distintas camarillas que buscaban el favor real. Durante el gobierno de Bravo Murillo se propuso una reforma constitucional que transformaba el estado en una dictadura tecnocrática. Rechazaba el sufragio y el parlamentarismo y consideraba que una administración eficiente y el fomento de la riqueza eran las únicas condiciones para un buen gobierno. La oposición de un sector importante del moderantismo desplazó a Bravo Murillo, pero agudizó la descomposición interna del partido. En 1854, una nueva revolución permitió que los progresistas regresaran al poder y puso fin a diez años de gobierno moderado.

El Bienio Progresista (1854-1856)

En 1854 se produjo el pronunciamiento de Vicálvaro, liderado por O’Donnell, un moderado descontento, que dio origen al nuevo partido, la Unión Liberal, que elaboró el Manifiesto de Manzanares. La presidencia recayó en Espartero.

Reformas Progresistas

El nuevo gobierno intentó restaurar los principios del progresismo. Restauró la Milicia Nacional y la Ley Municipal. Preparó una Constitución que no llegó a ser promulgada. Su mayor actuación fue el plan de reformas económicas en defensa de los intereses de la burguesía urbana y de las clases medias.

La Desamortización de Madoz y Ferrocarriles

La nueva Ley Desamortizadora de 1855, a cargo de Madoz, afectó a los bienes del Estado, la Iglesia, órdenes militares, instituciones benéficas y ayuntamientos (bienes de propios y comunales). Se pretendía conseguir recursos para la Hacienda. Una buena parte de los ingresos fueron invertidos en la red de ferrocarriles para fomentar los intercambios y el crecimiento industrial del país. La construcción de ferrocarriles impulsó la demanda de producción siderúrgica, redujo los costes de transporte y, al bajar los precios, aumentó la demanda de productos de consumo.

La construcción se inició con la Ley General de Ferrocarriles, que regulaba su ejecución y ofrecía incentivos de los que se beneficiaban los capitales extranjeros que acudieron en abundancia al mercado español. Estas medidas no remediaron la crisis de subsistencias.

Conflictividad Social y Fin del Bienio

En Cataluña, huelgas obreras pedían la reducción de impuestos de consumo, mejora de salarios y reducción de la jornada laboral. En tierras castellanas se dieron levantamientos del campesinado. El gobierno presentó la Ley de Trabajo, que introducía algunas mejoras. La conflictividad social y las discrepancias dentro de la coalición gubernamental hicieron que Espartero dimitiera, confiando la reina el gobierno a O’Donnell en 1856.

Alternancia del Moderantismo con la Unión Liberal (1856-1868)

El nuevo gobierno de O’Donnell intentó un equilibrio político combinando elementos moderados con propuestas progresistas, consiguiendo una estabilidad de libertad y orden. Esta etapa estuvo acompañada de prosperidad económica.

Política Exterior Activa

Tuvo una política exterior activa que buscaba recuperar el prestigio internacional. Se llevaron a cabo tres campañas internacionales:

  • Las campañas militares en Marruecos, motivadas por disputas fronterizas, con batallas como las de Tetuán y Castillejos, donde el general Prim, un militar progresista, adquirió gran prestigio.
  • La expedición a Indochina en colaboración con Francia y motivada por una matanza de misioneros.
  • La intervención en México para exigir al gobierno mexicano el cobro de la deuda atrasada.

Retorno Moderado y Crisis Final

El unionismo fue incapaz de afrontar la oposición de los moderados, y O’Donnell presentó su dimisión. La reina entregó el poder a los moderados. Entre 1863 y 1868 se dio el retorno de Narváez al poder y la reposición de los principios del moderantismo. Esta etapa tuvo falta de apoyos sociales. Impulsó una forma autoritaria de gobierno, y los progresistas acusaron a la Corona de entorpecer el funcionamiento de las instituciones.

En 1865 se dio la primera protesta universitaria, conocida como la Noche de San Daniel, y fueron reprimidos por la Guardia Civil. En 1866 se dio la sublevación del cuartel de San Gil, que acabó con fusilamientos, mientras O’Donnell se exiliaba en Gran Bretaña. En 1867 firmaron el Pacto de Ostende, cuyo objetivo era derrotar a la reina.

Hubo una crisis de subsistencia, ante la que amplios sectores de la sociedad necesitaban un giro radical de la situación. En septiembre de 1868 se produjo una revolución militar apoyada por sectores populares, que hizo que Isabel II se marchara.

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