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13. LA CRISIS DEL ESTADO LIBERAL, LA SEGUNDA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
13.1. Panorama general del reinado de Alfonso XIII. Intentos de modernización. El Regeneracionismo. Crisis y quiebra del sistema de la Restauración. La Guerra de Marruecos.
1) Panorama general del reinado de Alfonso XIII
La Regencia de Alfonso XIII finalizó en 1902. Alfonso XIII fue proclamado rey de España al cumplir la mayoría de edad.
El reinado de Alfonso XIII fue de crisis política casi permanente por la interacción de numerosas causas:
Injerencias del rey en los asuntos políticos.
Inestabilidad de los partidos del turno, sin unidad interna al no contar con sus líderes históricos, el conservador Cánovas del Castillo y el liberal Sagasta.
Debilitamiento del caciquismo y del turno por la aparición de nuevas fuerzas políticas con una influencia creciente: nacionalistas, republicanos y socialistas
Aumento de la conflictividad social y de la capacidad de movilización de las organizaciones obreras.
Protagonismo creciente del ejército que quería resarcirse del Desastre del 98 interviniendo en Marruecos.
Fuerza creciente del nacionalismo en Cataluña y País Vasco.
Anticlericalismo creciente entre las clases populares.
2) Intentos de modernización
Los dos políticos más destacados de esta etapa fueron Maura, del Partido Conservador, y Canalejas, del Liberal. Ambos aplicaron medidas reformistas, cercanas al regeneracionismo, pero sin afrontar las transformaciones que España necesitaba.
La primera crisis del reinado de Alfonso XIII tuvo lugar en 1905, cuando una viñeta satírica antimilitar desató la ira de algunos mandos, que presionaron y consiguieron la aprobación de la Ley de Jurisdicciones, que otorgaba a los tribunales militares la jurisdicción sobre cualquier ofensa al Ejército.
El primer intento modernizador fue obra de Maura. Su proyecto político era la revolución desde arriba, para impedir la revolución popular.
Durante su gobierno (1907-1909) se aprobaron medidas económicas (plan de reconstrucción naval) y sociales (regulación del descanso dominical y la creación del Instituto Nacional de Previsión). Se promulgó una nueva Ley Electoral en 1907, que no democratizaba el sistema político, pero sí dificultaba el fraude electoral. Intentó hacer acuerdos con el nacionalismo moderado preparando una Ley de Administración Local que concedía más autonomía a los ayuntamientos y diputaciones.
La labor de gobierno de Maura se truncó en 1909 por la Semana Trágica de Barcelona
La ciudad vivía un clima de tensión por las fricciones con los militares, la intervención en Marruecos, el malestar ante el sistema de quintas, las reivindicaciones anarquistas entre los obreros, el creciente anticlericalismo y el éxito de las consignas demagógicas del Partido Radical de Lerroux entre las clases medias. Los disturbios se iniciaron por la movilización de reservistas para enviarlos al Protectorado de Marruecos, donde se habían producido ataques de las cabilas rifeñas. Se convocó una huelga general que derivó en revuelta popular con sucesos muy violentos, en la que se manifestaron todas las tensiones sociales acumuladas. Las autoridades declararon el estado de guerra y el ejército acabó con la revuelta. La represión fue dura y arbitraria, con juicios sumarios y ejecuciones, entre ellas la del pedagogo Ferrer y Guardia. La oleada de protestas provocó la caída de Maura y el traspaso de poder a los liberales. En las elecciones de 1910, una alianza electoral de socialistas y republicanos permitió a Pablo Iglesias conseguir un escaño.
El nuevo gobierno liberal de Canalejas fue regeneracionista
Suprimió los impuestos de consumos, reformó el sistema de reclutamiento por quintas, aprobó la Ley del Candado que prohibía la instalación en España de nuevas comunidades religiosas si antes no habían recibido autorización del gobierno y se tramitó la Ley deMancomunidades con la que pretendía canalizar las reivindicaciones autonomistas catalanas. Canalejas fue asesinado en Madrid en atentado terrorista anarquista.
La Primera Guerra Mundial fue un paréntesis en los problemas políticos internos. España se declaró neutral, manteniendo la actitud aislacionista adoptada desde 1898. La guerra estimuló la economía, favoreció la industria y multiplicó las exportaciones. Pero tuvo consecuencias sociales muy negativas: el aumento de la demanda exterior provocó inflación dentro de España, que no fue compensada con un aumento de los salarios equivalente. Al terminar la guerra el descenso de pedidos determinó el cierre de fábricas y de minas y el aumento del paro, lo que provocó conflictividad social.
En 1917 tres problemas pudieron haber acabado con el régimen:
- Se produjo un enfrentamiento entre el gobierno y el ejército, que se quejaba de la escasez de medios y de los bajos salarios. Los oficiales de baja y media graduación habían creado Juntas de Defensa que reclamaban aumento salarial y rechazaban los rápidos ascensos de los africanistas. En junio publicaron un manifiesto regeneracionista y se negaron a disolverse. El gobierno de Eduardo Dato, tuvo que reconocer a las Juntas de Defensa como portavoces del ejército.
- Corrupción política. En julio se produjo una grave crisis parlamentaria: la oposición reclamó la reapertura de las Cortes, que habían sido cerradas por el gabinete liberal de Romanones. Ante la negativa gubernamental, la Lliga Regionalista, los republicanos y los socialistas convocaron en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios, que reclamó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes constituyentes. Los asistentes a la Asamblea de Parlamentarios fueron disueltos por la Guardia Civil y el movimiento no tuvo continuidad.
- En agosto de 1917 se produjo una huelga general revolucionaria. Fue convocada por UGT, con respaldo de la CNT, en protesta por la represión violenta de una huelga anterior de ferroviarios en Valencia. Sólo tuvo éxito en Barcelona, Madrid, Bilbao y las cuencas mineras asturianas, donde fue reprimida por el ejército. El balance fue de más de 70 muertos, cientos de heridos y unos 2.000 detenidos. La huelga y su represión tuvieron consecuencias: la crisis política se agravó y en los años siguientes el sistema político de la Restauración entró en su declive definitivo.
Los años de 1918 a 1923 fueron de inestabilidad. Se sucedieron hasta once gobiernos, muchos de concentración, que fracasaron, empeoró la coyuntura económica, el sindicalismo ganó fuerza, creció la conflictividad social y hubo más huelgas.
A partir de 1919 el enfrentamiento entre trabajadores y patronos adquirió una extremada violencia, el pistolerismo, sobre todo en Barcelona, donde la patronal creó el Sindicato Libre para actuar contra los líderes del movimiento obrero. Se puso en práctica la Ley de Fugas. Los sectores radicales del anarquismo respondieron con acciones violentas. La violencia se extendió también a otras ciudades, con atentados y asesinatos como los de Eduardo Dato y el líder anarquista Salvador Seguí.
3) La guerra de Marruecos
El golpe de gracia lo dio el desastre de Annual. España administraba el Rif desde la Conferencia de Algeciras (1906). En los primeros años de ocupación se habían producido incidentes como el ataque rifeño a Melilla y la derrota española del Barranco del Lobo (1909). Al finalizar la Primera Guerra Mundial España reemprendió la ocupación del Rif chocando con la resistencia de las cabilas indígenas. En 1921 el general Silvestre llevó a cabo una acción precipitada adentrándose en el Rif. El jefe rifeño Abd el-Krim atacó las posiciones españolas e infringió una gravísima derrota: fue el desastre de Annual, en el que murieron 13.000 soldados españoles. La derrota aumentó la impopularidad de la presencia española en Marruecos y tuvo graves consecuencias. Se exigieron responsabilidades por la derrota a los militares, al gobierno e incluso a Alfonso XIII, y se inició el Expediente Picasso. La actitud de la oposición en las Cortes, defendiendo el abandono de Marruecos, dio gran popularidad al PSOE y a los republicanos. La reacción de los militares fue inmediata y se hizo efectiva en el golpe de Estado del general Primo de Rivera de 1923.
13.2. La dictadura de Primo de Rivera
1) El golpe militar de Primo de Rivera
En los primeros años veinte España vivía una situación difícil. Fue el pretexto utilizado por el general Primo de Rivera para proclamar la dictadura en 1923.
La Restauración se desprestigió por: gobiernos incapaces de gestionar de una manera eficiente, división de los partidos del turno y corrupción política.
El movimiento obrero se radicalizó en sus reivindicaciones ante la recesión económica, con la consiguiente escalada de huelgas. Se añadían las consecuencias del desastre de Annual que había erosionado al Ejército: en el Expediente Picasso se exigieron responsabilidades por la derrota a los militares y a Alfonso XIII. El ejército se quejaba también de la falta de medios para vengar la humillación de Marruecos. Otros factores fueron el auge del nacionalismo, visto con recelo por conservadores y militares; y, la mejora de los resultados electorales de los socialistas, pese a que sufrieron en 1921 la escisión del Partido Comunista, y de losrepublicanos, lo que alarmó a la oligarquía.
El 13 de septiembre de 1923 el malestar del Ejército se concretó en el golpe de Estado del general Primo de Rivera, quejustificó su actuación como un intento regeneracionista: en su manifiesto hablaba de establecer una dictadura temporal para resolver los graves problemas pendientes que tenía España. De inmediato recibió los apoyos del rey, el Ejército, la Iglesia y la burguesía. Tras algunas dudas, Alfonso XIII le encargó formar gobierno. Al aceptar el golpe de estado la Monarquía ligaba su destino al de la dictadura de Primo de Rivera.
La primera decisión política fue la puesta en marcha demedidas autoritarias: suprimió las garantías constitucionales, disolvió las Cortes, prohibió la actividad de los partidos políticos y estableció una rígida censura de prensa.
2) El Directorio militar, (1923-1925)
Al primer gobierno de la dictadura de Primo de Rivera formado sólo por generales se le denomina Directorio militar.
Sus actuaciones más destacadas fueron:
- La reorganización de los ayuntamientos y de las diputaciones provinciales. Los concejales serían elegidos por sorteo entre los mayores contribuyentes y los alcaldes serían nombrados por el Gobierno. Al frente de los gobiernos civiles se nombraría a mandos militares.
- Política centralista. Se prohibió la bandera catalana y se limitó el uso del catalán al ámbito privado.
- Se adoptaron medidas severas de orden público. Se prohibieron las manifestaciones y las huelgas, lo que redujo el número de atentados y de conflictos laborales.
- Se creó la Unión Patriótica a modo de partido único, sin ideología definida, cuya única misión era apoyar la dictadura de Primo de Rivera.
El gran éxito de los primeros años de la dictadura fue acabar con la guerra deMarruecos. Primo de Rivera era partidario de abandonar el Protectorado por los enormes gastos que acarreaba y por la oposición popular a la presencia española en Marruecos. Se preparó la retirada de Marruecos pese a las protestas de los militares africanistas. Pero en 1925, ante un ataque de Abd-el-Krim en la zona de soberanía francesa, se decidió la acción conjunta franco española. El desembarco de Alhucemas constituyó un éxito completo y Abd-el-Krim se rindió a los franceses. Una vez controlado el Protectorado, Primo de Rivera decidió reforzar el ejército de África y quitar emotividad popular al problema marroquí al sustituir las tropas de reclutas españoles por regulares indígenas.
3) El Directorio civil, (1925-1930)
Consolidado el régimen, se sustituyó el Directorio militar por el Directoriocivil formado por civiles y militares con el objetivo de institucionalizar la dictadura. A tal fin se creó una Asamblea Nacional Consultiva (1927), un sucedáneo de parlamento, compuesto por miembros de la Unión Patriótica, elegidos por sufragio indirecto, y por funcionarios de la administración nombrados desde el Gobierno. La Asamblea Nacional Consultiva elaboró una pseudoconstitución, que no llegó a entrar en vigor.
El Directorio Civil puso en marcha una política económica intervencionista, que imitaba a la fascista de Mussolini en Italia. Se aplicaron medidas proteccionistas, se realizó un ambicioso plan de obras públicas (electrificación de los ferrocarriles, regadíos en el Ebro), y se crearon monopolios estatales entre ellos la Compañía Telefónica Nacional de España y CAMPSA. Fueron necesarias grandes inversiones que dispararon la inflación y la deuda pública.
La política social también imitaba el modelo italiano. Se creó el Consejo Nacional delTrabajo para resolver los conflictos laborales y se legisló sobre contratos, accidentes laborales y subsidios. Habría unos comités paritarios para mediar entre la patronal y los trabajadores. Primo de Rivera intentó atraer a su política a los líderes sindicales socialistas como Largo Caballero (UGT) que durante unos meses aceptó formar parte del Consejo Nacional del Trabajo. Por el contrario, la CNT estuvo prohibida y los comunistas fueron perseguidos.
Pese a que la dictadura como solución provisional fue aceptada por gran parte de los españoles, cuando fue evidente su intención de perpetuarse, se ganó la oposición de muchos:
- Conservadoresyliberales exigieron la vuelta a la Constitución de 1876 y unas elecciones.
- Los republicanos fundaron Alianza Republicana (1926)e iniciaron una activa campaña en el exterior contra la dictadura.
- Los nacionalistas catalanes se oponían al centralismo.
- Intelectuales influyentes como Ortega y Gasset y Unamuno.
- El movimiento obrero, liderado por anarquistas y comunistas. Los anarquistas crearon la Federación Anarquista Ibérica (1927).
- El Ejército estaba molesto por las frecuentes arbitrariedades que se producían en los ascensos.
4) El hundimiento de la monarquía, (1930-1931)
Primo de Rivera dimitió (01.1930) y se exilió en París. Alfonso XIII nombró Jefe de gobierno al general Berenguer. Se pretendía la vuelta al sistema constitucional como si nada hubiera pasado. Berenguer no contaba con el apoyo de conservadores ni liberales y fue incapaz de hacer frente a la grave situación económica.
En agosto de 1930 la oposición antimonárquica firmó el Pacto de San Sebastián, apoyado por republicanos, nacionalistas y más tarde por el PSOE. Se creó un Comité Revolucionario presidido por Alcalá Zamora para preparar la proclamación de la república. La CNT respaldó la conspiración, pero no se unió al pacto. Semanas más tarde se difundió un manifiesto que llamaba a la población a derribar la monarquía.
En diciembre de 1930 fracasó pronunciamiento de Jaca, primer intento de proclamar la república. Fueron encarcelados los miembros del Comité Revolucionario, acusados de preparar el golpe militar. Un grupo de intelectuales, entre ellos Ortega y Gasset, que ya había proclamando su adhesión a la causa republicana en El error Berenguer, Pérez de Ayala y otros, tomaron partido y crearon la Asociación al servicio de la República.
En febrero de 1931, el almirante Aznar sustituyó al general Berenguer como Jefe de gobierno y convocó elecciones municipales. Se celebraron el 12 de febrero con derrota de las fuerzas republicanas en voto popular. Las fuerzas republicanas perdieron las elecciones, pero obtuvieron la mayoría en casi todas las grandes ciudades, lo que aprovecharon para proclamar la Segunda República Española. Alfonso XIII partió para el exilio en Italia.
13.3. La Segunda República: la Constitución de 1931 y el bienio reformista
La Segunda República
1) Los primeros meses de la Segunda República
Tras las elecciones municipales se proclamó la Segunda República (14.04.1931)
El rey Alfonso XIII se exilió en Italia. La Segunda República tenía al apoyo de la mayoría de los intelectuales, las clases medias y una parte importante del movimiento obrero, pero tenía la desconfianza de los grupos económicos más poderosos y de los pequeños propietarios campesinos. La Segunda República arrancó inmersa en una coyuntura internacional difícil dada la crisis de 1929, la crisis de la democracia en varios países europeos y el ascenso de los fascismos y del comunismo.
El Comité revolucionario creado en el Pacto de San Sebastián (1930) se convirtió en Gobierno provisional
Lo componían republicanos conservadores (Alcalá Zamora, que fue su presidente), republicanos de izquierda (Azaña) y republicanos radicales (Lerroux), socialistas del PSOE (Largo Caballero y Prieto) y nacionalistas catalanes y gallegos.
Los primeros decretos reconocieron amplios derechos individuales, proclamaron la amnistía y se pusieron las bases de las reformas agraria, militar, educativa y laboral. Pero el impacto de la crisis económica provocó también los primeros problemas (huelgas y enfrentamientos con las fuerzas de orden). El conflicto que ensombreció el comienzo de la Segunda República se produjo por el enfrentamiento con los sectores más reaccionarios de la Iglesia encabezados por el cardenal Segura, que degeneró en la quema de iglesias. La imagen de la Segunda República quedó erosionada.
En las elecciones a Cortes Constituyentes (06.1931) socialistas y republicanos de izquierda obtuvieron la mayoría
2) La Constitución de 1931
Las Cortes aprobaron una nueva Constitución (9.12.1931)
La mayoría parlamentaria republicano–
Socialista explica el contenido de la Constitución:
- España se definió como “una república democrática y de trabajadores”.
- España se constituyó como un Estado “integral”, pero se admitía que hubiese autonomías, aunque no la federación de regiones autónomas. Para que un estatuto de autonomía se aprobase tenía que ser elaborado por la mayoría de los ayuntamientos o 2/3 de los censados y que se votase por 2/3 de los electores. Si no era aprobado se tenía que esperar cinco años hasta presentar un nuevo estatuto de autonomía. La aprobación definitiva de los estatutos de autonomía correspondía a las Cortes nacionales.
- Se estableció la separación de poderes.
- El presidente de la República era elegido de forma indirecta a través de las Cortes y de compromisarios. No podían ocupar el cargo militares, eclesiásticos ni miembros de la familia real. Actuaba como poder moderador del sistema. Su mandato era de seis años. Tenía capacidad de veto, pero si en segunda votación la ley era aprobada por 2/3 de las Cortes no se podía vetar de nuevo. Podía disolver las Cortes dos veces, pero si en la primera sesión de las terceras Cortes se consideraba que no hubo razones para adelantar las elecciones se le podía retirar del cargo.
- El gobierno era responsable ante las Cortes, que podían retirarle su confianza en cualquier momento.
- Las Cortes tenían poder legislativo y de control del Ejecutivo. Constaba de una sola Cámara, elegida por sufragio universal. Se creó la Diputación permanente de las Cortes.
- Se creó el Tribunal de Garantías Constitucionales.
- Se estipuló el sufragio universal –por primera vez para las mujeres–, directo y secreto.
- En materia religiosa, el Estado se declaró laico. Se reconoció la libertad de conciencia y la práctica de cualquier religión. Se estableció la separación entre Iglesia y Estado y se prohibió a la Iglesia ejercer el comercio, la industria y la enseñanza.
- Apareció como obligación del Estado extender la educación y la cultura a toda la población sin discriminación alguna.
3) El Bienio reformista, (1931-1933)
Alcalá Zamora fue el primer presidente de la República y Azaña el presidente de Gobierno. El gobierno contó con el apoyo de todos los partidos del Gobierno Provisional, excepto el Radical de Lerroux. Continuaron la aplicación del programa de reformas puesto en marcha por los primeros decretos de abril de 1931.
En 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña
Se reconocía a los catalanes el derecho a tener gobierno (la Generalitat), presidente y parlamento propios. La derecha se opuso a la aprobación de Estatuto de Cataluña.
Entre las reformas sociales destaca la jornada laboral de ocho horas, el derecho de huelga y los jurados mixtos de arbitraje.
La reforma educativa se marcó el objetivo de reducir el analfabetismo
Se planificó la creación de escuelas e institutos, aunque no pudo llevarse a cabo en su totalidad por las crisis económicas. Se promovió una educación laica, mixta, pública, obligatoria y gratuita. Se eliminó la religión católica como asignatura y se prohibió el ejercicio de la enseñanza a las congregaciones religiosas. Ambas decisiones provocaron el rechazo de la derecha y la Iglesia.
La reforma militar buscó modernizar el ejército y asegurar su fidelidad a la Segunda República. Se aprobó la Ley Azaña (1931)
, que permitía a los generales y oficiales retirarse con el sueldo íntegro si no juraban fidelidad a la Segunda República, pese a lo cual juraron los africanistas Sanjurjo, Mola y Franco. El número de oficiales retirados fue menor de lo esperado.
La reforma agraria intentó resolver las desigualdades en el agro
Se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria (1932), con la oposición de los terratenientes, que financiaron el golpe de Estado del general Sanjurjo (1932), que fracasó. Se creó el Instituto de Reforma Agraria, que se encargó de la expropiación de las tierras, previa indemnización. Pero los fondos fueron insuficientes y se asentó a menos familias de lo previsto, lo que provocó las protestas campesinas y la ocupación de tierras.
La oposición al gobierno republicano-socialista la lideraron Gil Robles que creó la CEDA (1933), coalición de partidos de centro-derecha, y José Antonio Primo de Rivera, que fundó Falange Española (1933), de corte fascista.
El gobierno republicano-socialista hubo de hacer frente a una tensión social creciente
El hecho más violento ocurrió en Casas Viejas (1933), que supuso el fin del gobierno de Azaña al entrar en crisis la coalición gobernante y dimitir Azaña. Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para noviembre de 1933.
4) Política de reformas y realizaciones culturales
La llegada de la República vino acompañada de un fervoroso apoyo de los intelectuales y el lema de “cultura para todos” se convirtió en un objetivo colectivo.
Muchos dirigentes republicanos y socialistas pertenecían al mundo cultural y veían en el ideal republicano el instrumento capaz de regenerar el país.
Particular significación tuvo la Agrupación al Servicio de la República, integrada por Ortega y Gasset y Gregorio Marañón entre otros, que se presentó a las elecciones de 1931 y llevó al Congreso a destacados intelectuales.
Pero las grandes figuras de la intelectualidad no tardaron en desilusionarse: integrantes de la Generación del 98, como Unamuno y Pío Baroja, se sintieron desplazados ya que la Segunda República se decantó por una democracia de masas, y Ortega y Gasset, que ya lo había anticipado en La rebelión de las masas, lamentó la llegada de las masas al poder y la demagogia de los gobernantes.
Durante la Segunda República pasó a primer plano la Generación del 27 cuyos componentes, García Lorca, Alberti, Pedro Salinas, Miguel Hernández y Luis Buñuel entre otros, se sintieron plenamente identificados con el ideal republicano, a la vez que mostraban un decidido interés por los movimientos de vanguardia.
El Gobierno Provisional y el Bienio Reformista diseñaron un programa educativo que aplicaron Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública, y Fernando de los Ríos. Incluía un plan de creación de escuelas y de plazas para maestros, de acuerdo con el modelo de escuela laica, mixta, obligatoria y gratuita de la Institución Libre de Enseñanza. Sus objetivos eran alfabetizar, formar ciudadanos libres y extender los valores republicanos. Se incrementó en un 50% el presupuesto de Educación pero no fue suficiente para afrontar los planes previstos, entre otras razones, porque al prohibir a la Iglesia la docencia se perdieron muchas plazas escolares que fueron muy difíciles de remplazar a pesar de que se crearon 10.000 escuelas y 7.000 plazas para maestros.
Hubo otras experiencias culturales impulsadas desde el gobierno como los grupos de teatro ambulante que actuaban en los pueblos, entre los que destacó el grupo universitario La Barraca, creado y dirigido por Federico García Lorca, y las misiones pedagógicas que pretendían llevar la cultura a las zonas rurales con bibliotecas ambulantes, proyección de películas, conferencias, recitales, etc.
También contribuyó a la mejora cultural el movimiento obrero a través de los Ateneos libertarios y las Casas del Pueblo donde se combinaban la actitud militante con la cultura popular.
13.4. La Segunda República: el bienio radical-cedista. La Revoluión de 1934. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.
1) Primera etapa de Bienio radical-cedista, (1933-1934)
Los partidos de centro-derecha obtuvieron la mayoría en las elecciones de 1933 (la CEDA de Gil Robles, 115 diputados, y el Partido Radical de Lerroux, 102). Alcalá Zamora encomendó el gobierno a Lerroux, líder del Partido Radical, que contó con el apoyo de la CEDA.
El Gobierno Lerroux desarrolló una política contraria a la del Bienio republicano-socialista
Se paralizó la reforma agraria, devolviéndose las tierras a los antiguos propietarios y siendo expulsados de ellas los campesinos que se habían asentado; se volvió a incluir la asignación al clero en los presupuestos del Estado; se aprobó una Ley de Amnistía que favoreció a los militares encarcelados por el fallido golpe de Estado de 1932; se ralentizó la construcción de escuelas; y se bloquearon los Estatutos de Autonomía.
Durante el Bienio radical-cedista se radicalizaron derechas e izquierdas
El aumento de la conflictividad social en el campo y en las áreas obreras consolidó a la CEDA, y Falange Española se fortaleció fusionándose con las JONS (1934), y practicó la violencia para conseguir sus objetivos políticos. Los republicanos de izquierda se aglutinaron en un nuevo partido: Izquierda Republicana. UGT y PSOE también se radicalizaron. Esto llevó a la CEDA a exigir su entrada en el gobierno y Lerroux les otorgó tres carteras ministeriales, dando comienzo un movimiento revolucionario en Asturias y Cataluña.
2) Revolución de 1934
El 4 de octubre de 1934 Lerroux formó gobierno con la presencia de tres ministros de la CEDA. Esta fue la excusa del PSOE y de ERC para poner en marcha la insurrección, decidida desde que la derecha ganó las elecciones de 1933. El socialista Prieto acumuló armas en la sede de la Diputación de Asturias desde septiembre de 1934. Azaña, sabedor de la insurrección, no avisó al Gobierno.
El 5 de octubre la UGT convocó una huelga general nacional y la prensa de izquierdas preparó a la opinión pública para la insurrección que se produjo el 6 de octubre de 1934. La insurrección fracasó en la mayor parte de España, dado que el ejército y la Guardia Civil aplastaron con facilidad a los huelguistas y la población no se sumó en masa como esperaban las fuerzas revolucionarias.
En Cataluña Companys proclamó el Estat Catalá dentro de la República Federal española e invitó a luchar contra el “gobierno fascista” y a que se instalase en Barcelona el gobierno provisional de la Segunda República, pero se rindió el 7 de octubre de 1934 y se dio a la fuga por las alcantarillas de Barcelona. Se suspendió la autonomía catalana y su gobierno fue acusado de rebeldía.
La insurrección sólo se mantuvo en Asturias, donde derivó en una guerra civil. En Asturias socialistas, anarquistas y comunistas firmaron la Alianza Obrera, con el fin de “socializar los medios de producción”. Los obreros en armas consiguieron ocupar toda Asturias y proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El 16 el Comité Provincial Revolucionario de Asturias llamó a la “guerra y a la dictadura del proletariado” y procedió a asesinatos indiscriminados de aquellos que consideraban “enemigos de la clase obrera” como los religiosos. El Gobierno envió unidades de la Legión y de los Regulares estacionadas en Marruecos bajo el mando del general Franco. El 18 de octubre de 1934 la insurrección estaba definitivamente controlada. Hubo 1.300 de muertos, más de 30.000 encarcelados y fueron muchas las sentencias a muerte, pero el Gobierno indultó a los líderes y fusiló a dirigentes secundarios.
3) La segunda etapa del Bienio radical-cedista, (1934-1936)
La segunda etapa del Bienio estuvo marcada por la revolución de octubre
Se decretó la suspensión del Estatuto de Cataluña en represalia por su participación en la revolución de octubre; y se aprobó una nueva Ley de Reforma Agraria, que detuvo el proceso de entrega de tierras y asentamiento de los campesinos.
Pero el Gobierno era débil y estuvo en crisis de forma permanente ya que, por una parte, los radicales eran rehenes de Gil Robles y, al mismo tiempo, rechazaban su política; por otra, debido a la acción de gobierno, la CEDA se fue desgastando y surgió a su derecha otro grupo político el Bloque Nacional dirigido por Calvo-Sotelo, de inspiración filofascista.
La crisis definitiva del gobierno radical-cedista se desencadenó en octubre de 1935 por el escándalo del estraperlo, juego de azar autorizado en los casinos, mediante sobornos, por algunos políticos radicales. El asunto hizo romper el acuerdo radical-cedista y Lerroux dimitió. Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones.
4) Las elecciones de 1936 y el Frente Popular
Para poder ganar las elecciones de 16 de febrero de 1936 los partidos de izquierda y nacionalistas se coligaron en el Frente Popular (16.01.1936).
El Frente Popular estaba integrado por Izquierda Republicana, de Azaña; Unión Republicana, de Martínez Barrio; el PSOE, de Largo Caballero y Prieto; el PCE, de Dolores Ibarruri; la Federación Nacional de Juventudes Socialistas; el Partido Sindicalista y el POUM. Los anarquistas no participaron en el Frente Popular, pero lo apoyaron. En Cataluña se presentó el Front d’Esquerres de Catalunya, liderado por ERC, de Companys. El Frente Popular hizo una campaña electoral en la que presentó la revolución de octubre de 1934 como heroica y a continuar. En sus mítines el socialista Largo Caballero afirmó que “tendremos que ir a la guerra civil” si triunfaba la derecha y el comunista José Díaz declaró que el objetivo del PCE era “la dictadura del proletariado y los soviets”.
La derecha también se presentó unida en numerosas circunscripciones. La CEDA hizo campaña presentando al Frente Popular como el “finiquitador” de la Segunda República.
Las elecciones estuvieron teñidas de violencia y el fraude electoral sirvió para dar la mayoría parlamentaria al Frente Popular, como reconoció Alcalá Zamora en el Journal de Geneve, donde habló de la comisión de “dos golpes de Estado parlamentarios”: el primero, al declararse las Cortes indisolubles, y el segundo, al revocarle como presidente de la Segunda República.
Los resultados electorales fueron reñidos. En número de votos ganó la derecha (4.511.031) y el centro (682.825) al Frente Popular (4.430.322), pero en número de escaños la victoria fue del Frente Popular (278), sobre la derecha (124) y el centro (51).
El primer gobierno del Frente Popular estuvo formado sólo por republicanos, de Izquierda Republicana y Unión Republicana, y estuvo presidido por Azaña.
Las primeras actuaciones del gobierno frentepopulista se ajustaron a lo pactado entre las fuerzas que lo integraban:
- Se decretó la amnistía para todos los represaliados de la revolución de octubre de 1934 (aunque en muchas ciudades hubo excarcelaciones antes de que se firmase el decreto de amnistía) y se les repuso en sus puestos de trabajo.
- Se restauró el Estatuto de autonomía de Cataluña en su plenitud, suspendido desde la revolución de octubre de 1934 y sólo parcialmente restituido después. Companys, tras su liberación, volvió a ocupar la presidencia de la Generalidad.
- Se retomó la reforma agraria de 1932.
- El Congreso destituyó al presidente de la República Alcalá Zamora. El 10 de mayo de 1936 fue elegido nuevo presidente de la República Azaña. Se alegó que Alcalá Zamora disolvió las Cortes tres veces.
Azaña quiso contar en el nuevo gobierno con los socialistas de Prieto, pero se negó el grupo parlamentario socialista. El nuevo gobierno se formó el 13 de mayo de 1936 y lo presidió el republicano Casares Quiroga.
Durante la primavera de 1936 la vida política y social española se radicalizó y los enfrentamientos violentos aumentaron. El socialista Largo Caballero se decantó por la revolución socialista. En marzo de 1936 varios generales, entre los que no estaba Franco, se reunieron para preparar “un alzamiento que restableciera el orden en el interior y el prestigio internacional de España” y en abril de 1936 se encargó el alzamiento al general Mola, que ganó adeptos al afirmar que el directorio militar respetaría el régimen republicano. Días después Prieto avisó en Cuenca del peligro que suponía el general Franco para la pervivencia de la Segunda República.
Los últimos días de la Segunda República fueron convulsos y preludio de la Guerra Civil. El desencadenante último de la Guerra Civil fueron dos asesinatos: el del guardia de asalto José del Castillo (12.07.1936) por pistoleros de derechas y el del diputado de derechas Calvo-Sotelo (14.07.1936) por guardias de asalto al servicio de socialista Prieto. Al estar Calvo-Sotelo amenazado de muerte en las Cortes su asesinato hizo ver a la derecha que el Frente Popular quería continuar la revolución de octubre de 1934. Así, el asesinato de Calvo-Sotelo precipitó los acontecimientos sin posibilidad de retorno.
13.5. La guerra civil: la sublevación militar y el estallidos de la guerra. El desarrollo del conflicto: etapas y evolución de las zonas.
1) La sublevación militar y el estallido de la guerra civil
Las tensiones sociales y políticas de la Segunda República se acentuaron en la primavera de 1936. El general Mola y otros militares contrarios al gobierno del Frente Popular sumaron esfuerzos para llevar a cabo un golpe de Estado.
El general Mola fue el responsable de su organización. Grupos políticos antirrepublicanos (monárquicos, carlistas y falangistas) apoyaron al general Mola. El golpe de Estado debía ejecutarse con gran rapidez y violencia para evitar cualquier resistencia del Gobierno o las organizaciones izquierdistas. El régimen republicano sería sustituido por una dictadura provisional. Ante las sospechas, el Gobierno cambió de destino a los generales más antigubernamentales (Mola a Pamplona y Franco a Canarias), pero continuaron los preparativos. Los conspiradores eran conscientes de la dificultad del triunfo del golpede Estado debido a la división en el Ejército y en las fuerzas de seguridad (Guardia Civil y Guardia de Asalto) y a la fuerza de las asociaciones obreras y campesinas, bien organizadas y dispuestas a defender al Gobierno del Frente Popular e incluso a aprovechar la situación para organizar una revolución social.
Los asesinatos de José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto y militante socialista, y de Calvo-Sotelo, diputado monárquico, aceleraron los acontecimientos. El 17 de julio de 1936 los golpistas se alzaron en Melilla y el 18 en el resto de España. Sin embargo, el aplastamiento de la rebelión en las grandes ciudades (excepto en Sevilla) por la acción conjunta de militares leales al Gobierno y organizaciones obreras provocó el fracaso del golpe. La consecuencia fue el comienzo de la Guerra Civil.
España quedó dividida en dos:
- Los sublevados o nacionales controlaron Marruecos, Canarias, Ceuta, Melilla, Sevilla, Jerez, Cádiz, Córdoba, Granada, Galicia, Oviedo, Cáceres, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Álava, Zaragoza, Aragón occidental, Mallorca e Ibiza.
- La República mantuvo Madrid, Castilla-La Mancha, Badajoz, el sureste, Levante, Cataluña, Aragón oriental, Menorca y la cornisa cantábrica.
Además, los nacionales contaron con las tropas más experimentadas (Legión y Regulares), la mayoría de los oficiales y de la Guardia Civil, y numerosos voluntarios encuadrados en las milicias carlista y falangista. La República contó con la Marina y la Guardia de Asalto, y armó a las organizaciones obreras y campesinas; también contó con los recursos financieros del Banco de España.
2) El desarrollo de la guerra: Etapas y evolución de las dos zonas
La Guerra Civil se divide en tres etapas:
- La primera etapa (julio 1936-marzo 1937) se caracterizó por los intentos de los sublevados por tomar Madrid. El general Mola avanzó desde Navarra, pero fue frenado en la Sierra de Guadarrama. El general Franco tuvo que aerotransportar con ayuda alemana al ejército de África hasta Sevilla. Desde allí conquistó Badajoz, pero en lugar de ir a Madrid se desvió a Toledo, lo que permitió a la Junta de Defensa, presidida por el general Miaja, asegurar Madrid gracias a los milicianos, las Brigadas Internacionales y tanques soviéticos. Los nacionales lanzaron dos maniobras envolventes en febrero y marzo de 1937 (batallas del Jarama y de Guadalajara) que fracasaron, disipando la esperanza de los sublevados de resolver la guerra en pocas semanas. El cerco sobre Madrid continuó toda la guerra.
- La segunda etapa (abril-octubre 1937) la ocupa la Campaña del Norte emprendida por el general Franco tras fracasar en la toma de Madrid.El Norte se encontraba aislado del resto de regiones republicanas. Ayudaron al ejército nacional tropas italianas y la aviación alemana (la Legión Cóndor bombardeó Guernica). El general Rojo atacó Brunete para aliviar la presión sobre Madrid y obligar a retirar tropas nacionales del frente norte, pero fracasó. El PNV se rindió a las tropas italianas. Tras la caída de Asturias (octubre 1937) la República perdió opciones de triunfo.
- La tercera etapa (octubre 1937-abril 1939) tuvo su principal escenario en el este. El general Rojo conquistó Teruel a los nacionales, pero el general Franco la recuperó dos meses después. Con la victoria en la Campaña del Mediterráneo los nacionales dividieron en dos a la República y aislaron Cataluña. El general Rojo respondió con la batalla del Ebro para frenar el avance nacional hacia Valencia. Fue la batalla más dura de la guerra; pese a sus conquistas iniciales, el ejército republicano fue derrotado cuatro meses después; perdido gran cantidad de hombres y material y sus escasas opciones de victoria. En noviembre de 1938 se retiraron las Brigadas Internacionales. En enero de 1939 el general Franco inició la Campaña de Cataluña, provocando el éxodo de miles de republicanos hacia Francia. El 5 de marzo, ante la imposibilidad de mantener la resistencia, el general Casado, con el apoyo de sectores del PSOE, dio un golpe de Estado contra el Gobierno Negrín e intentó negociar una rendición con condiciones. El general Franco rechazó la propuesta. La descomposición interna de la Segunda República aceleró los acontecimientos. El 1 de abril de 1939 terminó la Guerra Civil con el triunfo de los nacionales.
13.6. La guerra civil: la dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra
1) La dimensión política e internacional del conflicto.
Durante la guerra se sucedieron tres gobiernos en la España republicana:
- Gobierno de Giral, (julio-septiembre de 1936). Tras el desconcierto inicial del 18 de julio, el presidente de la República Azaña encargó a Giral formar gobierno. Una de sus primeras medidas fue armar a los obreros, que formaron milicias y se enfrentaron a los sublevados. Se formaron juntas y comités revolucionarios que practicaron una violencia indiscriminada contra los integrantes de sectores afines a los nacionales (religiosos y otros). Los anarquistas aprovecharon el desorden para tratar de hacer triunfar la revolución social (colectivización de tierras en Aragón y Cataluña). La falta de preparación militar de las milicias, la falta de un mando militar único y los desórdenes sociales favorecieron el avance de los nacionales.
- Gobierno de Largo Caballero, (septiembre de 1936-mayo de 1937). Azaña encargó un nuevo gobierno a Largo Caballero (septiembre 1936). Hubo ministros socialistas, republicanos, nacionalistas catalanes y vascos, y anarquistas. Creó el Ejército Popular militarizando las milicias populares. Restauró la legalidad disolviendo los comités revolucionarios y aprobó el Estatuto de Autonomía Vasco antes de abandonar Madrid para instalarse en Valencia. Durante el mes de mayo en Barcelona se enfrentaron anarquistas y marxistas del POUM, partidarios de la revolución social, y comunistas del PCE, partidarios de priorizar el triunfo militar. El PCE obtuvo la victoria. Las derrotas militares y la guerra civil entre las fuerzas de la República provocaron la sustitución de Largo Caballero.
- Gobierno de Negrín y los comunistas, (mayo de 1937-abril de 1939). Negrín reforzó la disciplina militar y la autoridad interior del Estado aislando a los anarquistas. El PCE se hizo fuerte dentro del gobierno porque contaba con el apoyo de la URSS, única nación que enviaba suministros a la República. Pese a las derrotas defendió una política de resistencia hasta el final a la espera del estallido de la Segunda Guerra Mundial, que se daba por inminente. Negrín trató de negociar una rendición sin represalias de los vencedores (los 13 puntos de Negrín), pero fue rechazada por el general Franco. Tras la caída de Barcelona Azaña dimitió. En marzo de 1939 el general Casado protagonizó un golpe de Estado contra Negrín, lo que terminó de hundir la resistencia republicana.
La evolución política de la España nacional fue la siguiente:
- Creación de la Junta de Defensa Nacional, (24 de julio de 1936).Al convertirse el intento de golpe de Estado en guerra civil se hizo necesario crear un organismo que se ocupase de las tareas de gobierno. Se creó la Junta de Defensa Nacional en Burgos dirigida por el general Cabanellas. Pero el poder lo ejercía cada general en su sector: Franco, en África, Quipo de Llano, en el sur y Mola, en el norte. Las primeras medidas fueron represivas.
- Franco, nombrado Jefe del Estado y Generalísimo, (1 de octubre de 1936). La figura del general Franco se hizo indiscutible tras la liberación del Alcázar de Toledo. La Junta de Defensa nombró al general Franco Jefe del Estado y Generalísimo el 1 de octubre de 1936.
- Decreto de Unificación, (20 de abril de 1937). El general Franco promulgó el Decreto de Unificación con el fin de controlar a todas las fuerzas políticas que apoyaron el Alzamiento (CEDA, Falange, monárquicos, carlistas y PNV de Álava y Navarra). Así se creó la FET y de las JONS, partido único con predominio de la Falange, soporte de la dictadura franquista. El general Franco era el jefe de la FET y de las JONS.
Por otra parte, el 1 de julio de 1937 la Iglesia española publicó un documento en el que apoyaba el Alzamiento legitimándolo. Desde entonces la guerra civil se presentó desde los alzados como una cruzada en defensa de la fe católica y contra la República atea.
- Primer gobierno de Burgos (30 de enero de 1938).Designado y presidio por el general Franco. En el gobierno estaban representadas todas las fuerzas que apoyaron el Alzamiento: monárquicos (alfonsinos y carlistas), conservadores católicos, tradicionalistas, falangistas y militares.
La Guerra Civil tuvo una importante dimensión internacional
Francia y Reino Unido se mantuvieron neutrales y trataron de evitar que la Guerra Civil española se transformase en un conflicto europeo a través de la creación del Comité de No Intervención (agosto de 1936) y la prohibición de venta de armas a los combatientes. La política de no intervención fracasó. Los nacionales contaron con el apoyo de Alemania, Italia y Portugal, que contribuyeron con tropas en importantes operaciones militares (italianos en la batalla de Guadalajara y alemanes en el bombardeo de Guernica). La República contó con la ayuda de la URSS, las Brigadas Internacionales, organizadas por Stalin, que combatieron en España hasta su retirada en noviembre de 1938, y México.
2) Las consecuencias de la guerra.
Las consecuencias de la Guerra Civil fueron traumáticas y afectaron a España durante décadas.
- Demográficas. El número de muertos se aproximó a 300.000, a partes iguales muertos en el frente y represaliados. El número de exiliados fueron unos 500.000, de los que 170.000 nunca regresaron. Francia, México y Argentina fueron sus principales destinos. Además, hay que tener en cuenta el descenso del índice de natalidad y el aumento de la mortalidad.
- Económicas. La destrucción de infraestructuras y fuentes de recursos provocó una drástica reducción de la producción agraria e industrial. A ello hay que añadir el endeudamiento del Estado, ya que los nacionales hicieron la guerra a crédito y el Banco de España no contaba con reservas financieras tras el envío del oro a la URSS por las autoridades republicanas. Todo ello produjo un retroceso del nivel de vida de la población. El estancamiento económico obligó a recurrir al racionamiento de productos básicos, que se mantuvo hasta los años cincuenta.
- Políticas. El general Franco impuso con su victoria un Estado autoritario. Por otra parte, España fue sometida a un aislamiento internacional muy severo por el rechazo internacional a la dictadura franquista, del que no empezaría a salir hasta finales de los años cincuenta.
- Sociales. La división social generada durante la guerra se ahondó con la política represiva de la posguerra, que imposibilitó que la reconciliación entre vencedores y vencidos llegase antes de la Transición, cuarenta años después. Asimismo, se produjo un retroceso cultural y científico notable, ya que los intelectuales, artistas e investigadores más prestigiosos se exiliaron.