La crisis de la Restauración. Intentos regeneradores y oposición al régimen
En 1902 se declaró la mayoría de edad de Alfonso XIII. Es un momento definido por el impacto de la crisis del 98 y por la irrupción en política de las ideas regeneracionistas.
Regeneracionismo conservador
Gobierno presidido por Francisco Silvela, sucesor de Cánovas en el Partido Conservador. Sus reformas fiscales provocaron una nueva revuelta en Cataluña, donde se declaró el estado de guerra. La otra gran figura regeneracionista conservadora fue Antonio Maura, promotor de un regeneracionismo desde arriba que aplacara a las clases populares. Implementó medidas como la Ley Electoral y la regularización de la huelga. Su gobierno tuvo que afrontar problemas:
- El crecimiento del anarcosindicalismo.
- La guerra en Marruecos. El desastre del Barranco del Lobo, que incrementó la oposición social a la presencia en Marruecos, desembocando en la Semana Trágica de Barcelona, protesta sintetizada en la proclama “Maura No”, que forzó su dimisión.
Regeneracionismo liberal
La principal figura fue José Canalejas. Sus medidas favorecieron a las clases populares, replantearon las relaciones con la Iglesia y acercaron posturas con Cataluña. En 1912 fue asesinado a manos de un anarquista. Su muerte abrió un período de inestabilidad política que desembocó en la dictadura de 1923.
El fin de la alternancia y las nuevas fuerzas políticas
El modelo diseñado por Cánovas llega a su fin. Las nuevas fuerzas políticas fueron:
Republicanismo
En 1903 la Unión Republicana. En 1908 Partido Radical. 1912 Partido Reformista.
El nacionalismo catalán
La conjunción de todo el catalanismo obtuvo 41 de los 44 escaños correspondientes a Cataluña en 1907.
El nacionalismo vasco
En 1916 el PNV cambió su nombre por el de Comunión Nacionalista Vasca, que adoptó posturas autonomistas.
El Movimiento obrero
Débil a principio de siglo, dividido en dos corrientes principales: Anarquistas y Socialistas.
El anarquismo
Sus bases más sólidas estaban entre el proletariado industrial catalán y la clase jornalera del campo andaluz. Hubo sectores que optaron por la violencia. En 1910 se funda la CNT, que fue mayoritaria hasta la Guerra Civil y sufrió frecuentes persecuciones.
El socialismo
Su máxima influencia se daba en Madrid, Asturias y Vizcaya. En 1910, su líder Pablo Iglesias consiguió acta de diputado en la Conjunción Republicano-Socialista.
El anarquismo: Sus bases más sólidas estaban entre el proletariado industrial catalán y la clase jornalera del campo andaluz. Hubo sectores que optaron por la violencia. En 1910 se funda la CNT, que fue mayoritaria hasta la Guerra Civil y sufrió frecuentes persecuciones. El socialismo: Su máxima influencia se daba en Madrid, Asturias y Vizcaya. En 1910, su líder Pablo Iglesias consiguió acta de diputado en la Conjunción Republicano-Socialista.
El impacto de los acontecimientos internacionales: Marruecos, la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa
Impacto de la Primera Guerra Mundial
España se mantuvo neutral durante la Primera Guerra Mundial, lo que provocó una fuerte expansión económica al convertirse en abastecedora de los países en guerra. Sin embargo, esto benefició a terratenientes e industriales, mientras que para asalariados y clases medias supuso un fuerte encarecimiento de la vida, lo que generó un profundo malestar social. A este clima se sumó la influencia de la Revolución Rusa, que difundió ideas revolucionarias y alarmó a las clases altas, temerosas de que cualquier reforma terminara en revolución.
La crisis de 1917
Se produjeron tres graves conflictos simultáneos:
Crisis militar
Los oficiales peninsulares rechazaban los ascensos de los africanistas y crearon las Juntas de Defensa, que exigieron mejoras salariales. El gobierno aceptó sus demandas con la Ley del Ejército (1918).
Crisis política
La clausura de las Cortes por Eduardo Dato llevó a Francesc Cambó a promover la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona, la cual reclamó reformas democráticas y descentralizadoras.
Huelga revolucionaria
Influida por la Revolución Rusa, desde 1917 se gestó un gran movimiento obrero. La huelga general de julio fue duramente reprimida, y las divisiones entre obreros y burguesía catalana debilitaron la Asamblea. Tras estos hechos, el sistema de turnos quedó roto, dando paso a gobiernos de concentración entre liberales, conservadores y la Lliga Regionalista. Pero estos gobiernos fueron inestables (9 en 6 años) y no evitaron la agitación social del Trienio Bolchevique (1918-1920), con focos en Andalucía y Barcelona. La respuesta patronal fue el pistolerismo mediante los sindicatos libres y una violenta represión, agudizada tras la huelga de La Canadiense, la cual logró instaurar la jornada laboral de 40 horas. La violencia culminó con el asesinato de Eduardo Dato en 1921 por anarquistas.
La crisis marroquí
Desde el desastre del Barranco del Lobo (1909) y la Semana Trágica, la intervención en Marruecos fue impopular. Tras la Guerra Mundial, España intentó afianzar su posición, ocupando zonas como Chaouen y Annual. Sin embargo, en 1921, las fuerzas rifeñas dirigidas por Abd el-Krim derrotaron al ejército español en el Desastre de Annual, causando 14.000 muertos, incluido el general Fernández Silvestre. El suceso provocó un escándalo nacional y el Expediente Picasso reveló corrupción en el Ejército y la implicación del propio rey en negocios en el protectorado.
La dictadura de Primo de Rivera y el final del reinado de Alfonso XIII
El golpe de Estado (1923)
El golpe de Primo de Rivera se produjo en un contexto de crisis: El Desastre de Annual, el auge del nacionalismo catalán y vasco, la división de los partidos tradicionales, el miedo al comunismo y la inestabilidad social impulsaron la idea de un “cirujano de hierro” que restaurara el orden. El rey Alfonso XIII respaldó la iniciativa en un clima de crisis económica y temor revolucionario. El 12 de septiembre de 1923, Primo de Rivera dio un golpe de Estado, apoyado por buena parte de la sociedad, presentando su régimen como un paréntesis regenerador.
El Directorio Militar (1923-1926)
Primo de Rivera instauró una dictadura militar, disolvió las Cortes, suspendió derechos, censuró la prensa y sustituyó autoridades civiles por militares. Buscó acabar con los partidos de la Restauración, impulsó reformas locales (Estatuto Municipal de 1924) y obras públicas. Se creó la Unión Patriótica, un partido único de apoyo al régimen.
El Directorio Civil (1926-1930)
Combatió el regionalismo catalán y vasco, restringió el uso del catalán y reprimió nacionalismos. Persiguió a anarquistas y comunistas, mientras que el PSOE colaboró, generando divisiones internas. El mayor éxito fue la victoria en Marruecos con el Desembarco de Alhucemas (1925), que puso fin a la guerra en 1926.
En 1925 se sustituyó el Directorio Militar por uno civil, pero sin restablecer la Constitución ni las libertades. Se creó una Asamblea Nacional Consultiva (1927) sin poder real. El crecimiento económico, impulsado por las obras públicas y la creación de monopolios estatales como CTNE, Iberia y CAMPSA, mantuvo al régimen, aunque incrementó la deuda pública. La oposición aumentó: nacionalistas, socialistas, anarquistas, burguesía catalana, militares y republicanos, junto a intelectuales como Unamuno y Ortega y Gasset. El Crac de 1929 agudizó la crisis y Primo de Rivera dimitió en enero de 1930, exiliándose en París, donde murió.
La caída de la Monarquía
Alfonso XIII nombró presidente al general Berenguer, que intentó restaurar el sistema constitucional, pero fracasó ante el creciente auge republicano, obrero y regionalista. En agosto de 1930, partidos republicanos firmaron el Pacto de San Sebastián para derrocar al rey y convocar Cortes Constituyentes, con apoyo de PSOE y CNT. Intentos de sublevación como la de Jaca (diciembre de 1930) fracasaron, pero evidenciaron el clima revolucionario. Tras la dimisión de Berenguer, Aznar convocó elecciones municipales (abril de 1931), que dieron una clara victoria a los republicanos en las ciudades. El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República, poniendo fin al reinado de Alfonso XIII.
La proclamación de la Segunda República, el gobierno provisional y la Constitución de 1931. El sufragio femenino
El proceso de proclamación de la república
Como la gestión de Berenguer no parecía tener ningún éxito, fue sustituido en febrero de 1931 por otro militar, el almirante Juan Bautista Aznar, que convocó de manera inmediata un proceso electoral íntegro que incluía la celebración de elecciones municipales el 12 de abril, de elecciones provinciales el 3 de mayo y de elecciones generales en junio. En consecuencia, las elecciones municipales se celebraron el 12 de abril y los candidatos republicanos y socialistas lograron, de forma sorprendente, un rotundo triunfo en todas las grandes ciudades. El rey descartó el recurso a la fuerza y decidió aceptar la voluntad de la ciudadanía, suspender el ejercicio del poder real y abandonar España para evitar enfrentamientos sangrientos. Finalmente, el 14 de abril de 1931 fue proclamada la Segunda República en medio del pacífico y bullicioso entusiasmo colectivo.
El Gobierno provisional y la cuestión del voto femenino
El Comité revolucionario creado en el Pacto de San Sebastián se convirtió en el primer Gobierno provisional de la República, compuesto por republicanos conservadores, republicanos de izquierdas, republicanos radicales y nacionalistas catalanes y gallegos. La coyuntura desfavorable provocaron los primeros problemas, reflejados en huelgas y enfrentamientos con el movimiento obrero y, sobre todo, la crisis religiosa, provocada por la postura del cardenal Segura y que devino en una explosión anticlerical que deterioró de forma dramática la imagen de la República. En junio se celebraron las elecciones a Cortes constituyentes por sufragio universal masculino. De manera novedosa, las mujeres pudieron presentarse como candidatas, y dos de ellas, Clara Campoamor por el Partido Republicano Radical y Victoria Kent por el Partido Radical Socialista, resultaron elegidas diputadas.
La Constitución de 1931
Se creó una comisión parlamentaria formada por quince diputados con la tarea de preparar y presentar un proyecto constitucional. Los diputados derechistas y católicos consideraban que Dios había quedado “anonadado” y calificaban el documento legislativo como sectario, anticristiano y anticlerical. Los seis puntos esenciales del contenido del nuevo texto constitucional republicano eran:
- a) El reconocimiento del derecho al voto de la mujer: Fue aprobada a pesar de la oposición de muchos republicanos. La primera vez que las españolas pudieron votar fue en las elecciones catalanas de 1932 y en las generales de 1933.
- b) La cuestión autonómica: La Constitución incluía un procedimiento para facilitar la creación de autonomías regionales con carácter particular. Para ello se fijaban tres pasos imprescindibles: primero, la iniciativa municipal; en segundo lugar, el plebiscito popular; y por último, la aprobación en el Congreso de los Diputados. Se aprobó en 1932 el Estatuto de autonomía de Cataluña. Más tarde, ya durante la Guerra Civil, se aprobaron los Estatutos de autonomía del País Vasco y Galicia.
- c) La cuestión religiosa: La afirmación de la aconfesionalidad del Estado republicano se completó con la supresión de todas las subvenciones económicas a la Iglesia Católica, el reconocimiento del divorcio y la prohibición del mantenimiento de centros educativos de enseñanza infantil y juvenil dirigidos por órdenes religiosas.
- d) Los derechos del ciudadano.
- e) La limitación del derecho de propiedad privada.
- f) La reorganización de los poderes del Estado: Al desaparecer la figura del rey, la jefatura del Estado pasó a manos del presidente de la república, que debía ser elegido por los diputados, y cuyo mandato duraba seis años sin posibilidad de reelección. El presidente elegido fue Niceto Alcalá Zamora.
El Bienio Reformista. Reformas estructurales y realizaciones sociales, culturales y territoriales. Reacciones desde los diversos posicionamientos
Durante este periodo, el gobierno republicano-socialista presidido por Manuel Azaña impulsó un ambicioso programa de reformas estructurales, sociales, culturales y territoriales en España.
Principales Reformas
- Reformas sociolaborales: Se estableció un salario mínimo y se crearon los Jurados Mixtos para mediar conflictos laborales, que favorecieron a los trabajadores, generando tensiones con los empresarios. Se protegió a los jornaleros forzando el cultivo de tierras y limitando la mecanización agrícola.
- Reforma militar: Azaña buscó someter al ejército al poder civil, modernizarlo y reducir su tamaño. Se exigió lealtad a la República, se cerró la Academia Militar de Zaragoza y se creó la policía Guardias de Asalto para tareas de orden interno.
- Reforma educativa: Se aumentó el presupuesto en un 50%, construyeron más de 13.000 escuelas, contrató profesorado, impulsó la educación mixta y se fomentó la cultura popular con iniciativas como las Misiones Pedagógicas.
- Reforma agraria: En 1932 buscando repartir tierras, debilitar a los terratenientes y mejorar la producción agraria. Sin embargo, su aplicación fue muy lenta y decepcionó a los campesinos.
- Reforma religiosa: Se eliminó la enseñanza religiosa obligatoria, se disolvió la orden jesuita y se expulsó a autoridades eclesiásticas. Esto provocó conflictos con sectores católicos, incluyendo quema de iglesias en mayo de 1931.
- Reforma autonómica: Se aprobó el Estatuto de Autonomía para Cataluña en 1932, gracias a la mediación de Azaña, pese a resistencias internas republicanas.
Oposición a las Reformas
Las reformas encontraron rechazo en:
- Anarquistas y comunistas.
- Militares monárquicos.
- Empresarios.
- Clero y católicos.
- Partidos de derecha.
Destacó el golpe de Estado fallido de 1932, liderado por José Sanjurjo, que fue rápidamente sofocado. Incluso intelectuales como Unamuno, Marañón y Ortega y Gasset, inicialmente favorables a la República, se alejaron por descontento con ciertas políticas.