13.3. Transformaciones culturales. Cambio en las mentalidades. La educación y la prensa.
La revolución liberal y la peculiar revolución industrial española son el eje desde el que se alteran las realidades culturales, mentales y educativas del país. Esa alteración debe de tener en cuenta de dónde se venía -la Ilustración- y que no todo el mundo en el país estaba dispuesto a cambiar, siquiera un ápice, su forma de ver el mundo.A lo largo del XIX se conforman los cuestionamientos a las jerarquías establecidas que estallarán en el siglo próximo. Lo primero en ser cuestionado, como algo divino es la monarquía, y así nace la soberanía nacional. El Rey se convierte en rey por la nación y nada más. La Iglesia no dejará de sufrir brotes de anticlericalismo durante el siglo XIX y XX por parte de los grupos más belicosos de la sociedad que alientan al saqueo de conventos y monasterios y a la quema de iglesias aunque sean fervientes católicos. Lo nuevo a lo largo del XIX es la lenta instauración ideológica de establecer barreras entre lo civil y lo eclesiástico,cosa que no se logra legalmente hasta 1931, y la tímida aparición de postulados ateístas.El prestigio de la nobleza irá disminuyendo lentamente hasta 1936, cuando resurge tras las guerra civil el hombre común se encuentra de pronto sin intermediarios ante una nueva realidad cada día más poderosa: el Estado liberal. Éste le obliga ahora a pagar impuestos, le tasa los productos de primera necesidad, le acosa con fuerzas nuevas como la Policía o Guardia Civil, le amenaza, incluso, con el Ejército de la nación donde, además, le obliga a servir durante años por una mísera paga y en unas condiciones lastimosas, le sienta ante jueces que representan a la nación.La diferencia entre una España real y una España oficia nace en la década de los treinta del siglo XIX al mismo tiempo que la nueva mentalidad mayoritaria de escepticismo ante la situación de un país dirigido por unos pocos.En el XIX se dan una España urbana y una España rural. La mentalidad de la rural se cierra a los cambios y se muestra siempre conservadora en sus formas de vida haciendo más caso al cura que al maestro si lo hay. No se accede a la información con la facilidad que se hace en la ciudad y si se logra es por fuentes de segunda, tercera o cuarta mano. Su tiempo de ocio es diferente al urbano donde existe el café, teatro y zarzuela. Sólo les une la afición por las corridas de toros. El tiempo del campo lo sigue marcando la luz solar o el tañido de la campana y si ahora pueden recorrer cientos de kilómetros gracias al ferrocarril sólo lo hacen por ausencia de trabajo. Así, la ciudad en el país crecerá y se transformará espacial y socialmente con la llegada de hombres del campo. La Constitución de Cádiz reconoce el papel del Estado en la formación de sus ciudadanos y en ser difusor de cultura para obtener un cambio político real en el país. La lectura y la educación deben difundirse por la propia supervivencia del régimen liberal mediante un sistema de enseñanza pública,universal, gratuita, libre y en castellano para quebrar el monopolio educativo conservador de la Iglesia.Plan Pidal de 1845. Se regula una educación orientada a las clases medias y la creación de institutos no separados del nivel universitario.En 1857 el Ministro de Fomento Claudio Moyano saca adelante la ley que lleva su nombre. La enseñanza se organiza en tres niveles.Primaria, de carácter obligatorio entre 6-9 años, gratuita para los que demostraran no tener ingresos y sufragada por los ayuntamientos. La enseñanza secundaria es el segundo escalón y sólo acceden los que tienen recursos económicos para cursar sus estudios en institutos, uno por provincia o en otras instituciones privadas. En 1887 el Estado costea el mantenimiento de los institutos.Las enormes carencias de la primaria y secundaria intentan ser paliadas por instituciones privadas demócratas, escuelas obreras y, sobre todo, instituciones eclesiásticas. Los maestros recibían salarios bajísimos y debían emplearse en otras tareas para completar ingresos.La legislación disminuyó el número de analfabetos. De un 90% en 1800 se llega a un 50% de población adulta en 1900. Las niñas no suelen asistir a la escuela y hasta 1883 no se autoriza su matrícula en el bachillerato. En 1910 se inaugura un instituto femenino en Barcelona.La enseñanza superior sólo para las elites y controlado exclusivamente por el Estado y lugar donde destinaba todos los recursos económicos. En 1900 el número de alumnos universitarios es de 15.000 y sólo la Universidad Central de Madrid es la que imparte todas las licenciaturas: Derecho, Medicina, Farmacia, Ciencias y Filosofía y Letras.En 1876, bajo esa influencia krausista (teoría de pensamiento racionalista, humanista, liberal, democrática y conciliadora entre hombre y naturaleza),Francisco Giner de los Ríos funda la Institución Libre de Enseñanza: prima el pensamiento libre, el debate científico y la formación total del individuo.La existencia de una prensa en España, que pueda ser designada como tal, está en función de la existencia de la libertad de imprenta reconocida por la Constitución de 1812.
La prensa española nace al calor de la revolución liberal y es ella la encargada de extender el mensaje liberal.Durará poco por el regreso del absolutismo fernandino.Tras la muerte de Fernando VII queda claro que el centro editorial es Madrid.Esa prensa, siempre presionada por los gobiernos, toma ahora un carácter informativo, no sólo de opinión de algún partido político, incluyendo novelas por entregas, tiras de humor y pasatiempos. Con la Constitución de 1869 se editan más de 600 periódicos en el país aunque sean tiradas cortas por las altas tasas de analfabetismo que aún asolan España. Los avances técnicos abaratan su coste y la aparición de color y publicaciones periódicas y revistas.Los trabajadores poseían periódicos propios y tras la Gloriosa nace la primera publicación destinada exclusivamente a las mujeres.El Imparcial, El Liberal o La Vanguardia, de los hermanos Godó, son los periódicos más destacados del mundo liberal burgués y nacionalista mientras que El Socialista está destinado a los obreros. La prensa anarquista irrumpe con fuerza en el siglo XX con Tierra y Libertad y Mundo Obrero.Periódico de carácter monárquico y conservador es ABC (1905), católico El Debate (1910) de Herrera Oria, liberal y críticos El Sol y La Voz (1917) y de derechas La Nación (1925). Así, desde 1910, a pesar del número escaso de lectores respecto a otros países, se configura una prensa de masas más objetiva y universal gracias a las agencias informativas y los avances técnicos, sobre todo el telégrafo.
La revolución liberal y la peculiar revolución industrial española son el eje desde el que se alteran las realidades culturales, mentales y educativas del país. Esa alteración debe de tener en cuenta de dónde se venía -la Ilustración- y que no todo el mundo en el país estaba dispuesto a cambiar, siquiera un ápice, su forma de ver el mundo.A lo largo del XIX se conforman los cuestionamientos a las jerarquías establecidas que estallarán en el siglo próximo. Lo primero en ser cuestionado, como algo divino es la monarquía, y así nace la soberanía nacional. El Rey se convierte en rey por la nación y nada más. La Iglesia no dejará de sufrir brotes de anticlericalismo durante el siglo XIX y XX por parte de los grupos más belicosos de la sociedad que alientan al saqueo de conventos y monasterios y a la quema de iglesias aunque sean fervientes católicos. Lo nuevo a lo largo del XIX es la lenta instauración ideológica de establecer barreras entre lo civil y lo eclesiástico,cosa que no se logra legalmente hasta 1931, y la tímida aparición de postulados ateístas.El prestigio de la nobleza irá disminuyendo lentamente hasta 1936, cuando resurge tras las guerra civil el hombre común se encuentra de pronto sin intermediarios ante una nueva realidad cada día más poderosa: el Estado liberal. Éste le obliga ahora a pagar impuestos, le tasa los productos de primera necesidad, le acosa con fuerzas nuevas como la Policía o Guardia Civil, le amenaza, incluso, con el Ejército de la nación donde, además, le obliga a servir durante años por una mísera paga y en unas condiciones lastimosas, le sienta ante jueces que representan a la nación.La diferencia entre una España real y una España oficia nace en la década de los treinta del siglo XIX al mismo tiempo que la nueva mentalidad mayoritaria de escepticismo ante la situación de un país dirigido por unos pocos.En el XIX se dan una España urbana y una España rural. La mentalidad de la rural se cierra a los cambios y se muestra siempre conservadora en sus formas de vida haciendo más caso al cura que al maestro si lo hay. No se accede a la información con la facilidad que se hace en la ciudad y si se logra es por fuentes de segunda, tercera o cuarta mano. Su tiempo de ocio es diferente al urbano donde existe el café, teatro y zarzuela. Sólo les une la afición por las corridas de toros. El tiempo del campo lo sigue marcando la luz solar o el tañido de la campana y si ahora pueden recorrer cientos de kilómetros gracias al ferrocarril sólo lo hacen por ausencia de trabajo. Así, la ciudad en el país crecerá y se transformará espacial y socialmente con la llegada de hombres del campo. La Constitución de Cádiz reconoce el papel del Estado en la formación de sus ciudadanos y en ser difusor de cultura para obtener un cambio político real en el país. La lectura y la educación deben difundirse por la propia supervivencia del régimen liberal mediante un sistema de enseñanza pública,universal, gratuita, libre y en castellano para quebrar el monopolio educativo conservador de la Iglesia.Plan Pidal de 1845. Se regula una educación orientada a las clases medias y la creación de institutos no separados del nivel universitario.En 1857 el Ministro de Fomento Claudio Moyano saca adelante la ley que lleva su nombre. La enseñanza se organiza en tres niveles.Primaria, de carácter obligatorio entre 6-9 años, gratuita para los que demostraran no tener ingresos y sufragada por los ayuntamientos. La enseñanza secundaria es el segundo escalón y sólo acceden los que tienen recursos económicos para cursar sus estudios en institutos, uno por provincia o en otras instituciones privadas. En 1887 el Estado costea el mantenimiento de los institutos.Las enormes carencias de la primaria y secundaria intentan ser paliadas por instituciones privadas demócratas, escuelas obreras y, sobre todo, instituciones eclesiásticas. Los maestros recibían salarios bajísimos y debían emplearse en otras tareas para completar ingresos.La legislación disminuyó el número de analfabetos. De un 90% en 1800 se llega a un 50% de población adulta en 1900. Las niñas no suelen asistir a la escuela y hasta 1883 no se autoriza su matrícula en el bachillerato. En 1910 se inaugura un instituto femenino en Barcelona.La enseñanza superior sólo para las elites y controlado exclusivamente por el Estado y lugar donde destinaba todos los recursos económicos. En 1900 el número de alumnos universitarios es de 15.000 y sólo la Universidad Central de Madrid es la que imparte todas las licenciaturas: Derecho, Medicina, Farmacia, Ciencias y Filosofía y Letras.En 1876, bajo esa influencia krausista (teoría de pensamiento racionalista, humanista, liberal, democrática y conciliadora entre hombre y naturaleza),Francisco Giner de los Ríos funda la Institución Libre de Enseñanza: prima el pensamiento libre, el debate científico y la formación total del individuo.La existencia de una prensa en España, que pueda ser designada como tal, está en función de la existencia de la libertad de imprenta reconocida por la Constitución de 1812.
La prensa española nace al calor de la revolución liberal y es ella la encargada de extender el mensaje liberal.Durará poco por el regreso del absolutismo fernandino.Tras la muerte de Fernando VII queda claro que el centro editorial es Madrid.Esa prensa, siempre presionada por los gobiernos, toma ahora un carácter informativo, no sólo de opinión de algún partido político, incluyendo novelas por entregas, tiras de humor y pasatiempos. Con la Constitución de 1869 se editan más de 600 periódicos en el país aunque sean tiradas cortas por las altas tasas de analfabetismo que aún asolan España. Los avances técnicos abaratan su coste y la aparición de color y publicaciones periódicas y revistas.Los trabajadores poseían periódicos propios y tras la Gloriosa nace la primera publicación destinada exclusivamente a las mujeres.El Imparcial, El Liberal o La Vanguardia, de los hermanos Godó, son los periódicos más destacados del mundo liberal burgués y nacionalista mientras que El Socialista está destinado a los obreros. La prensa anarquista irrumpe con fuerza en el siglo XX con Tierra y Libertad y Mundo Obrero.Periódico de carácter monárquico y conservador es ABC (1905), católico El Debate (1910) de Herrera Oria, liberal y críticos El Sol y La Voz (1917) y de derechas La Nación (1925). Así, desde 1910, a pesar del número escaso de lectores respecto a otros países, se configura una prensa de masas más objetiva y universal gracias a las agencias informativas y los avances técnicos, sobre todo el telégrafo.