El Imperio de Carlos V
Conflictos internos: Comunidades y Germanías.
Tras la muerte de su abuelo Femando el Católico y por incapacidad de su madre Juana, en 1517, Carlos de Habsburgo -16 años, nacido y criado en Gante- hereda las coronas de Castilla y Aragón, que suma a la herencia de sus abuelos paterno, e inaugura la monarquía o dinastía de los Austrias. La llegada del nuevo rey planteó una crisis profunda en Castilla y Aragón que condujo a dos rebeliones importantes.
■ Rebelión de las Comunidades. En 1518, las Cortes de Valladolid reconocen a Carlos I como rey de España, pero le plantean exigencias (cese de consejeros flamencos, aprender el castellano…). En 1520, sin haber atendido las quejas convoca nuevas Cortes en Santiago de Compostela y pide dinero para ser coronado emperador de Alemania (Carlos V). Mediante presiones consigue que los diputados aprueben los subsidios económicos y marcha a Alemania dejando como regente a Adriano de Utrech.
Varias ciudades se rebelan: Toledo, Avila, Segovia, Toro, Valladolid. Elaboran un programa de reformas políticas y forman una «Junta Santa» en Avila dirigida por Lasso de la Vega. Los jefes militares son Bravo, Padilla y Maldonado. Logran tomar Tordesillas (Valladolid), pero no consiguen su propósito de que Juana (madre del rey) asuma la Corona. Algunos nobles que apoyaron a las comunidades se pasan al bando real ante el cariz antiseñorial que toma el movimiento. En 1521 los comuneros son derrotados en la batalla de Villalar y sus jefes ajusticiados.
u Las Germanías. En el reino de Valencia. Existían desde tiempo de los Reyes Católicos, eran milicias urbanas armadas para defender las ciudades de posibles ataques moriscos, en 1520, al propagarse una epidemia, los nobles abandonan la ciudad de Valencia y los menestrales forman la «Junta de los Trece» que toma el poder de la ciudad. La revuelta se extiende a otras ciudades con el mismo carácter antinobiliario. Cuando el regente (Adriano de Utrech) ordena disolver las milicias estas se declaran en rebeldía. El ejército real acabó con el movimiento en 1521, aunque la revuelta se prolongó hasta 1523 en Baleares. El Emperador castigó con fuertes impuestos a las ciudades rebeldes.
- La Monarquía hispánica de Felipe II.
La Unidad Ibérica.
En 1555 Carlos I se retira y deja a su hermano Femando como emperador de Alemania. Su hijo Felipe II (1556-1598), heredaba Castilla y Aragón, las Indias y Países Bajos. Así pudo dedicarse de lleno a los intereses hispanos desde la capital que sitúo en Madrid (1561). De carácter taciturno, austero, gran trabajador pero muy desconfiado, católico a ultranza y muy autoritario, se consagró a defender la herencia recibida y a luchar contra la herejía protestante y musulmana.
a Problemas internos. Reprimió las primeras manifestaciones protestantes en España (Autos de fe en Valladolid y Sevilla) y promulgó un edicto que obligaba a los moriscos a abandonar su lengua, su vestimenta y sus tradiciones. Esta medida provocó la rebelión de Granada (Guerra de las Alpujarras 1569-8-71), que terminó con la deportación de los moriscos a otros lugares de España (Levante).
a Política europea. En los primeros años, derrotó a Francia en la batalla de San Quintín y firmó la Paz de Catean Cambresis (1559) en que Francia reconocía los intereses españoles en Italia y se acordaba la boda de Felipe II con Isabel de Valois. Enl584 al estallar en Francia la guerra civil entre protestantes y católicos, Felipe II apoyó a éstos. En los Países Bajos, la extensión del calvinismo lo enfrentó a una doble rebelión: los burgueses protestantes del Norte que reclamaban libertad de cultos y los nobles católicos del Sur que pedían más autonomía. Frente a todos, se determinó una política de dureza (Duque de Alba) que no dio resultados ya que el Norte protestante se organizó con una fuerte resistencia calvinista, independentista y con el apoyo inglés. Inglaterra, al morir María Tudor (2a esposa de Felipe II) y sucederle Isabel I, anglicana, apoyaba a los rebeldes flamencos, y sus corsarios abordaban a los navio españoles en el Caribe. Con el fin de invadir este país envió la «Armada Invencible» que fracasó (1 588).
a Política mediterránea. Condicionada por el avance turco-islámico en el Mediterráneo, para detener este avance formó la Santa Liga con Venecia y el Papa. La escuadra de la liga, dirigida por Juan de Austria derrotó a los turcos en Lepanto (1571) y frenó por un tiempo su avance. Tantos conflictos simultáneos (Francia, Países Bajos, Turco, Inglaterra) agotaron económicamente a la corona, sobretodo a Castilla (4 bancarrotas).
En 1578 moría el rey Sebastián I de Portugal y sin descendencia. Felipe n, era tío del fallecido y reclamó sus derechos. Parte importante de la nobleza y de los grandes comerciantes portugueses apoyó la pretensión española. La Unidad Ibérica podía traer importantes beneficios políticos y económicos. Sin embargo, las clases populares no veían con buenos ojos la anexión a España. Finalmente, Felipe II decidió la invasión de Portugal que encargó al Duque de Alba y las tropas castellanas llegaron a Lisboa sin encontrar apenas resistencia. Las Cortes portuguesas reunidas en 1581 en la ciudad de Tomar le proclamaron como Felipe I de Portugal y permaneció tres años en Lisboa. Para conseguir la anexión, Felipe II se comprometió a mantener y respetar los fueros, costumbres y privilegios, los cargos administrativos, las guarniciones y armadas que controlaban el imperio portugués. Se creó el Consejo de Portugal y se suprimieron las aduanas con Castilla Nunca nombró un solo funcionario español sobre territorio portugués.
Felipe II aumentó su imperio colonial con los dominios portugueses en África, Asia y Oceanía («imperio en donde nunca se ponía el sol»). Pero, el pueblo portugués, apoyado por Inglaterra y Francia, nunca aceptó de buen grado la dominación española (que será hasta 1640).
7.3. El modelo político de los Austria. La unión de reinos
La forma de gobierno de la España de los Austria fue la monarquía autoritaria. El rey se rodea de funcionarios de origen modesto (nobleza de toga) y aparta de la Corte a la alta nobleza y se reserva la decisión última en todos los asuntos, aunque los diferentes territorios conservan sus organismos de gobierno y sus leyes. En cada territorio había un Virrey (Aragón, Italia, América) o un Gobernador (Países Bajos).
El sistema de gobierno de los Austria estuvo basado en las instituciones creadas por los Reyes Católicos, con mayor complejidad. Se basó en un sistema polisinodial, es decir, en una serie de consejos. Había Consejos territoriales que se ocupaban de los asuntos relativos a los territorios: Consejo de Aragón (1493), de Indias, de Italia, de Flandes y de Portugal. El Consejo Real de Castilla era al principio el más importante, pero perdió funciones al crearse otros específicos y se reservó para la justicia y las leyes. Los Consejos sectoriales se encargaban de diferentes asuntos: Consejo de Estado (política exterior, diplomacia y guerra), de Hacienda (1523, ingresos y gastos), de Órdenes Militares, etc.
Tanto Carlos I como Felipe II se acostumbraron a despachar diariamente con consejeros de mayor confianza, los secretarios, que actuaban como enlaces con los Consejos. La administración de justicia recaía en las Audiencias o Chancillerías, como antes. En cuanto a las Cortes, siguió la decadencia iniciada con los Reyes Católicos.
La ambiciosa política de los Austria consumía enormes sumas de recursos. Los recursos se sacaban de los impuestos indirectos como la alcabala (10% de las ventas) y el servicio de millones (productos básicos). Y de los impuestos directos repartido sen encabezamientos (población), las tercias reales y la bula de Cruzada (Iglesia). También estaban el quinto real (de la plata americana) y la venta de oficios y títulos nobiliarios. Como no bastaba, fue preciso acudir a los empréstitos de los banqueros genoveses y alemanes (los Fugger) y a la emisión de los juros (Deuda Pública). A pesar de todo esto, los gastos eran siempre superiores a los ingresos.
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1.4. Economía y sociedad en la España del siglo XVI
El siglo XVI fue un período de expansión económica impulsada por el crecimiento de la población.
En la agricultura se incrementaron ¡os territorios cultivados (cereales y viñedo), si bien, el rendimiento fue bajo a causa del uso de técnicas arcaicas. Decisiva en la época fue la ganadería trashumante, ya que se exportaban toneladas de lana (oveja merina) como materia prima al norte de Europa y se importaban sus productos manufacturados, repercutiendo negativamente en la balanza comercial de los reinos peninsulares. Las actividades artesanales, se incrementaron a principios de siglo, pero comenzó su declive a mediados del siglo a consecuencia de la presión fiscal, el encarecimiento de las materias primas y a la competencia por lá llegada de productos extranjeros. Las ferias tradicionales (Medina del Campo) perdieron peso, los banqueros alemanes y genoveses controlaban los préstamos que se daba a los reyes, y la falta de dinero obligó a los monarcas a declarar la bancarrota o suspensión de pagos.
La nobleza, primer estamento de la sociedad, perdió parte de su poder político a causa de la consolidación de la monarquía autoritaria, pero conservó su poder económico en forma de grandes señoríos jurisdiccionales y a través de los mayorazgos (prohibición de separar estos bienes y transmisión patrimonial al primogénito). Gozaban de exenciones tributarias y de numerosos privilegios civiles, penales, procesales. Poco a poco, la nobleza se fue haciendo más palatina y cortesana, estando ordenada en diferentes rangos: los Grandes de España (condes, duques y marqueses) hasta los muy numerosos y de segunda categoría, caballeros e hidalgos. La condición nobiliaria se consideró incompatible con las profesiones calificadas como viles, fundamentalmente las artesanales y comerciales.
Los comerciantes y artesanos (burguesía) que se enriquecía con su trabajo intentaban acceder a la condición de noble a través de la compra de títulos, convirtiéndose ello en una auténtica obsesión de la sociedad de la época.