Revolución de mayo
Conexiones y contrastes
Entre 1806-1810
La crisis del sistema colonial en el Río de la Plata se dio de un modo más abrupto que en otras partes.
Este derrumbe del poder monárquico español no se creía posible ya que había echado fuertes raíces locales. Fueron las innovaciones introducidas en el sistema mercantil las que acrecentaron la autonomía porteña con respecto a la metrópolis. Estas medidas provocaron tensiones entre quienes se beneficiaban de ellas, y los emisarios metropolitanos temerosos de sus consecuencias.
Buenos Aires se convertiría así en el centro del mundo comercial. Estos cambios económicos prepararon una crisis total del lazo comercial, que, a partir de 1806 adquiere un ritmo más acelerado.
Para 1806 el orden colonial presenta grietas cuya profundidad no es fácil de medir, y que se agravan aún más con la pérdida del dominio de Buenos Aires en la primer invasión inglesa. Uno de los motivos por el cual los ingleses deciden invadir el Río de la Plata, fue porque este se había integrado muy bien al mundo.
La escasez de tropas regulares, en Buenos Aires, estaba muy mal, compensado con la existencia de milicias locales, estas eran ineficaces debido a la escasa vocación en armas de la población local. Esta escuálida organización militar había sido volcada hacia la campaña y la frontera indígena, por lo que resistió, Buenos Aires, muy mal el avance inglés, el virrey decide huir y refugiarse en córdoba con el tesoro fiscal. Pero sus capitulares le escriben al virrey fugitivo que envíe de regreso el tesoro que había logrado salvar del invasor, porque este amenazaba con buscar el botín alternativo en los tesoros privados, por lo que el virrey decide devolverlo para evitarle este riesgo a los ricos de Buenos Aires. Estos caudales serán expuestos triunfalmente en Londres.
Con los subordinados del virrey jurando lealtad al rey inglés, y las tentativas de resistencia locales fracasando, la reconquista queda en manos de Santiago de Liniers, quien reúne un ejército irregular, y tras dos días de combate logra vencer la resistencia británica.
Luego de esta victoria la ciudad rechaza el regreso al poder de Sobremonte, ya que decían que no había nada más peligroso que devolverle el poder a quien no podía resistirlo. Entonces el cabido delega en Liniers el mando militar de la capital, destinado a enfrentar nuevas amenazas británicas. Esta militarización implicó un cambio social en Buenos Aires, en una sociedad donde el comercio y la administración pública son trabajos honorables. La creación de cargos militares rentados debía significar una innovación radical. A partir de 1810, cuando la crisis institucional se vio agravada, las consecuencias de esta militarización rentada, se percibieron plenamente.
La necesidad de contar con la benevolencia de la fortificada elite criolla se percibió claramente durante la segunda invasión inglesa en junio de 1807; en la cual el cabildo es el protagonista de la victoria; mientras la tentativa de resistencia de Liniers fracasa, y tiene que huir hacia el noroeste. La resistencia de los regimientos peninsulares y criollos en el recinto urbano salvan la plaza. La defensa, más que la reconquista es una victoria de la ciudad, de los regimientos, de todos sus ciudadanos. La modesta participación de Liniers en la victoria no afecta su situación, que por orden del cabildo pasa a ser, Liniers, virrey interino.
El derrumbe definitivo de la monarquía española se da en 1808, cuando el rey español ca en manos de Napoleón. Los españoles forman juntas de gobierno que juran lealtad al rey Fernando VII. La junta central se instala en Sevilla y nombra como virrey interino del Río de la Plata a Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien reemplazaría a Liniers.
La crisis del vínculo se da en una semana febril. Esos días agitados comienzan con la publicación oficial de las malas nuevas de la península, que decían que la junta central había sucumbido ante el avance francés.
Por medidas precaucionales las tropas son acuarteladas, y en nombre de sus oficiales, el virrey es intimidado a abandonar su cargo, el cual había caducado junto con la autoridad de la que deriva (junta de Sevilla). Por esto el cabildo tiene que actuar en forma de emergencia. El 21 la presión es menos directa; una breve muchedumbre se agrupa en la plaza, regulada en el bajo de la ciudad por tres agitadores. Entonces el cabildo y el virrey deciden, mediante una junta general de vecinos enfrentar esta situación. Saavedra se ofrece, con la ayuda de su tropa a mantener el orden durante la reunión.
El debate del 22 de mayo de 1810, marca el punto de partida de la revolución que pondrá fin al dominio español; la posibilidad de una decisión popular que cubriera las vacantes de poder soberana estaba sólidamente fundada en los textos legales.
El cabildo es una querella y se intenta estableces quien ocupará el poder vacante.
El resultado de la decisión que establece la ruptura del antiguo orden, y deja al cabildo la tarea de establecer el nuevo gobierno. Se decidió establecer una junta presidida por Cisneros, pero los oficiales no estaban de acuerdo, y la plaza se agita y el tumulto crece porque consideran necesario que el virrey renuncie; de no resolverse esto los voceros del pueblo amenazan con usar las fuerzas de las milicias, lo que resulta decisivo para la conformación de un nuevo gobierno.
Una junta más amplia ha de sustituir a la autoridad del virrey. La preside Saavedra, la integran Juan José Castelli y Manuel Belgrano, ambos abogados, junto con el eclesiástico Manuel Alberdi y el oficial Miguel de Azcuénaga, y los comerciantes españoles Juan Larrea y Domingo Matheu; secretarios los doctores Juan José Paso y Mariano Moreno.
Los nuevos gobernantes deciden hacer llegar la noticia de su instalación en el virreinato mediante expediciones militares, pero no será fácil hacerse obedecer y la guerra parece difícil de evitar. En Córdoba ven con desconfianza la junta instaurada en Buenos Aires, por lo que el cabildo jura lealtad al consejo de regencia, que luego de la disolución de la junta de Sevilla se instauró en Cádiz. La junta quiere imponer lealtad y decide ejecutar a los cabecillas.
Este nuevo poder creado en la jornada del 25 es heredero y adversario del caído. Quiere convertirse en un poder legítimo, por lo que exige la obediencia de todo el virreinato, pero sus adversarios son rebeldes y necesita consolidar su poder. Se aplica la vigilancia y la represión, la revolución hace sentir la fuerza del estado en la población.
Es difícil saber de dónde surgió la iniciativa de la formación de un nuevo cuerpo, pero los mecanismos sí son conocidos, ya que los que entran en descontentos con la junta creada son los militares. Entonces ¿es una revolución militar o popular? Solo a través de la militarización de la elite criolla se han asegurado una organización institucional. La revolución militar es a la vez la revolución de la entera elite criolla.
En los años posteriores a la revolución, se afirma una nueva liturgia revolucionaria, los festejos del 25 de mayo son prueba de ello.
Estos festejos son ofrecidos en homenaje a la revolución y no a los dirigentes, dada la inestabilidad política postrevolucionaria.
Se festeja la gloria de un Buenos Aires libertador del mundo, y se celebra la libertad americana luego de años de opresión española.
Esta revolución fue posible gracias a varios procesos históricos, nunca se hubiera podido realizar de un momento para el otro.