15.2. La consolidación del régimen franquista. Las transformaciones económicas: de la autarquía al desarrollismo. Los cambios sociales. La consolidación del régimen franquista.
En los años cincuenta se fue abandonando la autarquía y el asilamiento de los años cuarenta – ingreso en la ONU y el FMI y Tratado de Madrid con los EE.UU. Pero el fin del aislamiento y los primeros síntomas de recuperación pusieron de manifiesto las tensiones entre las familias del régimen.
En 1957, tras la crisis estudiantil, Franco remodeló el Gobierno cesando a los ministros más radicales del Movimiento. La ascensión política del almirante Carrero Blanco significó en el seno del gobierno de los tecnócratas, vinculados al Opus Dei en detrimento de falangistas, militares y católicos Nombró ministros a Mariano Navarro Rubio y a Alberto Ullastres, Laureano López Rodó, miembros del Opus Dei, que antepusieron la eficiencia a la ideología política; fueron los llamados tecnócratas, que impusieron medidas económicas acordes con el capitalismo occidental, entonces en expansión. También se incorporaron jóvenes falangistas de carácter reformista entre ellos Manuel Fraga Iribarne, que ocupó la cartera de Información y turismo.
Se promulgaron leyes destinadas a organizar definitivamente el Estado, sin abandonar su carácter de dictadura personal. Las actuaciones más importantes fueron:
En política interior
La aprobación de la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958
), que recogía los principios básicos del franquismo, alejándose del totalitarismo de los primeros años, pero rechazando la democracia. El régimen se definía como una monarquía tradicional, católica, social y representativa. El franquismo rechazaba el sistema democrático, basado en la voluntad popular, el sufragio y la separación de poderes. Para construir el nuevo Estado se inspiró en el fascismo italiano y en su estado corporativista que organizaba la participaciónpopular a partir de tres unidades básicas: la familia, el municipio y el sindicato. Es lo que se llamó la democracia orgánica.
En 1962 se creó la Vicepresidencia de Gobierno, cargo que ocupó desde 1967 Carrero Blanco, que se convirtió en el hombre fuerte del régimen.
En 1963 se puso en marcha el Tribunal de Orden Público (POP) para juzgar los delitos políticos, que pasaban de la jurisdicción militar a la política, aunque ello no significó disminución de la represión.
1966. Ley de prensa (M. Fraga Iribarne), suprimía la censura previa y permitía la publicación de nuevos periódicos y revistas, pero fijaba un sistema de multas y suspensiones si se superaba el margen de tolerancia permitida.
1967. Ley de Libertad Religiosa
. Se reconoció la igualdad de todas las religiones y la libertad práctica.
1967. Ley Orgánica del Estado (aprobada en referéndum). Depuraba el lenguaje de la retórica fascista, confirmaba la institución monárquica del régimen y pretendía dejar el futuro preparado, para una España franquista sin Franco. (atado y bien atado, en palabras del mismo Franco).
1967. Se aprobó la Ley de la Seguridad Social, que amplió los mecanismos de cobertura social a cargo del Estado (seguro de enfermedad, vejez, viudedad…).
1969. De acuerdo con lo estipulado en la Ley de Sucesión, Franco designó a Juan Carlos de Borbón, como sucesor, con el título de Príncipe de España.
En política exterior:
Visita del presidente estadounidense Eisenhower en 1959.
España presenta su solicitud para entrar en la CEE en 1962.
Insistencia en la reivindicación de Gibraltar.
Las transformaciones económicas. De la autarquía al desarrollismo
En los años cuarenta el régimen apostó por una política autárquica, cuyo objetivo era conseguir la autosuficiencia económica. La autarquía situó la economía española al borde del colapso y comportó el estancamiento de la economía. La escasez de bienes de consumo duró largos años. Hasta 1953 la renta per cápita española no alcanzó los niveles anteriores a 1936.
El Estado impuso las cartillas de racionamiento y la escasez de productos hizo surgir el estraperlo y el mercado negro. Para fomentar el desarrollo de la industria española se creó el Instituto Nacional de Industria (INI).
La reacción de Franco fue la remodelación del gobierno en 1957, nombrando ministro de Hacienda a Navarro Rubio y de Comercio a A. Ullastres, quienes elaboraron el Plan de Estabilización Económica (1959).
Las medidas más destacadas:
Reducción de los gastos del Estado, congelación de salarios y devaluación de la peseta.
Desaparición del control del Estado sobre las actividades económicas.
Apertura a los mercados exteriores, facilitando la instalación de empresas extranjeras.
El Plan de Estabilización liberó la economía española y sentó las bases del despegue económico de los años sesenta, favorecido por la coyuntura económica internacional, pero provocó la emigración al exterior de muchos españoles.
En los años sesenta la economía española tuvo un crecimiento explosivo, pero desequilibrado. Son los años del desarrollismo. Los factores que lo favorecieron fueron:
Abundante mano de obra procedente del éxodo rural, barata y férreamente controlada.
Existencia de capitales acumulados en el interior y llegada de capital extranjero.
Ingresos crecientes procedentes del turismo y de las remesas de dinero enviadas por los emigrantes.
Industrialización de España, concentrada en Madrid, Cataluña, País Vasco, Asturias y Valencia.
Los planes de desarrollo se pusieron en marcha en 1962, bajo la dirección de Laureano López Rodó. Tenían una duración cuatro años. Y pretendían fomentar el desarrollo industrial y disminuir los desequilibrios entre las regiones. Hubo tres planes, que duraron hasta 1975.
Con la finalidad de su correcta aplicación se creó el Ministerio de Planificación y Desarrollo.
Los planes establecían directrices obligatorias para las empresas públicas e indicativas para las privadas. Se concedieron ventajas fiscales y crediticias a las empresas que siguieron las directrices del Estado, con los objetivos siguientes:
Crecimiento del PIB.
Desarrollo preferente de la industria y de la modernización de la agricultura.
Desarrollo de regiones no industrializadas, para lo cual se crearon Polos de Desarrollo (Burgos, Huelva, Valladolid, Vigo), con resultados dispares. Igualmente los Polos de Promoción.
El desarrollismo presentó las limitaciones siguientes:
Desarrolló una industria con poco contenido tecnológico y muy dependiente del exterior.
Hubo una incentivación de la emigración al exterior para evitar un paro masivo.
La renta per cápita y el bienestar social no alcanzaron el nivel medio de los países occidentales.
Sistema fiscal regresivo.
Fraude y evasión de impuestos.