Las cortes de cadiz y la constitucion de 1812 selectividad

GUERRAS CARLISTAS ( Parte del tema 12. 1) ( Falta el problema sucesorio y la introducción al carlismo, pág. 108 y 110 del libro de texto) 1ª guerra carlista (1833-1839) Fue la más violenta y dramática, donde se defendía el derecho al trono de Carlos V. Podemos dividirla en tres etapas: a)1ª etapa(1833-1835) El general
Zumalacárregui empleó con éxito tácticas guerrilleras controlando grandes espacios rurales, sin ocupar ninguna ciudad grande ni de Navarra ni de las provincias vascas; murió sitiando Bilbao. Ambos bandos utilizaron métodos brutales represivos contra sus adversarios. b) 2ª etapa (1835-1837) El general Espartero, perteneciente a las tropas de la Regente, accedió al mando supremo del ejército isabelino tras su éxito en Bilbao, afrontando una nueva ofensiva carlista que penetró en Santander, Asturias, Galicia, Castilla (sitiaron Madrid) y Andalucía; pero estas operaciones fracasaron porque los carlistas no encontraron apoyos ni en el centro, ni en el sur de la Península. En esta etapa será decisiva la ayuda económica obtenida de la desamortización de Mendizábal para el ejército de la Regente. c)3ª etapa (1837-1839) El bando carlista, desmoralizado y debilitado por los enfrentamientos internos, sufrió continuas derrotas y escindió a los dirigentes carlistas en dos facciones opuestas: por una parte los ultra absolutistas que se negaban a la paz; y por otro lado los carlistas más moderados que eran favorables a firmar la paz. El general Rafael Maroto inició las conversaciones de paz sin contar con don Carlos, y firmó el Convenio de Vergara con el general Espartero en 1839. Don Carlos tuvo que huir a Francia, aunque el general Cabrera resistió en la zona levantina casi un año más 2ª guerra carlista (1846-1849) Tuvo lugar fundamentalmente en Cataluña, la iniciaron los partidarios de Carlos VI (Carlos Mª Isidro había abdicado en su favor).Para evitarla se había intentado casar a carlos VI con su prima la reina Isabel II, lo que habría resuelto el conflicto dinástico, pero no se llevó a cabo. Iniciada la guerra las partidas carlistas, dirigidas por el general Cabrera y el general Tristany, llegaron hasta Barcelona, donde fueron derrotados por las tropas isabelinas al mando de Gutiérrez de la Concha. Hasta 1860 perdurarán algunos focos carlistas en zonas rurales y montañosas de Navarra, País Vasco y Cataluña. 3ª guerra carlista ( 1872-1876) En esta guerra los carlistas se enfrentaron al rey Amadeo I, al que consideraban un intruso, y posteriormente a la Primera República. En esta guerra también participarán los monárquicos alfonsinos que querían la restauración de los Borbones en la persona de Alfonso XII.El conflicto se desarrolló en Cataluña, Navarra y País Vasco. Los partidarios de Carlos VII se hicieron con el control en las zonas rurales vasco-navarras, encontrando apoyo en Aragón, Valencia y Cataluña, ya que el pretendiente carlista prometió restablecer los fueros aragoneses y catalanes suprimidos por Felipe V en 1715. En 1873 eran dueños de toda Vizcaya salvo la capital. El ejército carlista obtuvo inicialmente éxitos militares y Carlos VII llegó a crear un gobierno formal con capital en Estella (Navarra), incluso editó sellos y acuñó monedas. Los carlistas dieron prioridad a la conquista de Bilbao sobre Vitoria, y esto fue parte de su fracaso. La Restauración borbónica trajo consigo el declive del carlismo y en 1876 Carlos VII cruzó la frontera hacia Francia. Las consecuencias de las guerras carlistas: a) derrota del tradicionalismo carlista e inclinación de la monarquía hacia el liberalismo; b) protagonismo político de los militares, con el recurso habitual de la práctica del pronunciamiento; c) enormes gastos de guerra. CUESTIÓN FORAL El carlismo defendía en los territorios forales la bandera de los fueros amenazados.


 El régimen foral en la vida de los vascos y navarros significaba cuatro cosas principales: a) Gobierno autonómico peculiar de cada provincia y del señorío compartido con el corregidor. b) Aplicación de la justicia por jueces propios para los asuntos civiles y criminales que no fuesen graves. c) Exención del régimen fiscal ordinario: no se pagaban impuestos de la corona de Castilla ni aduanas, por lo que la presión fiscal de sus habitantes era menor a la de los castellanos. d) Exención de quintas en el servicio militar, de lo que se beneficiaban las clases populares. El Reino de Navarra había conservado todas las instituciones peculiares administrativas y de gobierno, incluidas Cortes, por lo que la plenitud de autogobierno era mayor que en las provincias vascas. Tras la firma del Abrazo de Vergara en 1839 se produce un convenio conciliatorio donde se reconocía los grados de oficiales y mandos carlistas para facilitar su reinserción en el ejército regular. También incluía una ambigua promesa de mantenimiento de los fueros navarros y vascos, sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía, por lo que el Gobierno, oyendo antes a estas provincias, podía proponer modificaciones indispensables en estos fueros. Pero cuando los progresistas tomaros el poder en 1840 (regencia del general Espartero) tomaron la primera medida antiforal en 1841: a) Navarra : perdía sus aduanas, privilegios fiscales e instituciones propias de autogobierno (Cortes) y exenciones militares. A cambio recibía un sistema fiscal beneficioso que reducía su cuota tributaria anual. b) Las provincias vascas: perdieron sus fueros tradicionales: aduanas, Juntas y el “pase foral”, por el que las instituciones vascas podían obedecer pero no cumplir, y retrasar pero no suspender, disposiciones y órdenes del gobierno estatal. A cambio, conservó su exclusión del servicio militar obligatorio. En 1846 se produjo un nuevo recorte de fueros, revisando su aportación económica anual, aunque se acordaba de forma pactada.


Tema 12.2 MINORÍA DE ISABEL II: LAS REGENCIAS. Desde la muerte de Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, se inicia la primera guerra carlista, por lo que la reina madre regente, Mª Cristina, se vio forzada a confiar y aliarse con los liberales para que éstos protegieran los derechos al trono de Isabel II, la cual tenía sólo tres años a la muerte de su padre, comenzando así su minoría. I- REGENCIA DE Mª CRISTINA (1833-1840) Durante los cinco meses posteriores a la muerte de Fernando VII, el gobierno estará presidido por Cea Bermúdez que impulsó mínimas reformas, como la división territorial en 49 provincias y la introducción de algunas libertades comerciales; pero los mandos superiores del Ejército presionaron para su sustitución, por lo que la regente nombró en 1834 a Martínez de la Rosa (liberal moderado) éste se encargó de proyectar y aprobar el Estatuto Real (tránsito político del absolutismo al liberalismo) que estrechó la adhesión d e los liberales a la causa isabelina. El Estatuto era una ley fundamental (carta otorgada) por la que la regente renunciaba a algunos de sus poderes y competencias. Su contenido:  Incluía un reglamento de reforma de las Cortes, que pasaba a ser un asamblea para asesorar a la corona.  Las Cortes eran bicamerales y sus funciones muy limitadas: a) Cámara alta de Próceres, compuesta por grandes de España designados por el monarca y con carácter vitalicio; b) Cámara baja de Procuradores, elegidos por sufragio restringido indirecto y con una renta mínima.  El Rey no tendrá poderes absolutistas, pero conservó las atribuciones de mayor importancia, como el de su aprobación para elaborar y aprobar una ley. Durante este gobierno se producen además las siguientes reformas: desaparición definitiva del monopolio de los gremios sobre la producción de manufacturas; libertad de industria y comercio y limitación de la libertad de prensa. Como su gobierno era incapaz de vencer a los carlistas se multiplicaron las protestas, esto hizo que se destituyera a Martínez de la Rosa y tras un gobierno de transición del Conde de Toreno llega al poder en 1835 Álvarez Mendizábal (liberal exaltado). Éste emprendió una desamortización eclesiástica nacionalizando y vendiendo en pública subasta al mejor postor los bienes, tierras y propiedades eclesiásticas. Además se ordenó la supresión y venta de los monasterios y conventos (excepto los dedicados a la beneficencia y educación) Con esto Mendizábal pretendía alcanzar tres objetivos: 1- económico, conseguir ingresos extraordinarios para pagar las deudas del Estado en el extranjero y obtener fondos para costear la guerra contra los carlistas. 2-Político, ampliar el número de simpatizantes del liberalismo en la clase media al consolidarse su riqueza. 3-Social, por la creación de una clase media agraria de campesinos propietarios. Pero esta desamortización sólo sirvió para aliviar parcialmente el déficit del Estado y para aumentar el distanciamiento entre el nuevo régimen y el clero y la enemistad de los españoles católicos, que consideraron este hecho como un robo y feroz ataque contra el catolicismo y la Iglesia.También suprimió los gremios, introdujo plenas libertades de producción y comercio, reforzó la Milicia Nacional, amplió el número de personas con derecho a voto, etc. Todo esto no hizo que cesaran los altercados callejeros, ni las agitaciones políticas, siendo este el momento en el que se configura el Partido Moderado Liberal. Todo esto hará que la Regente no apoye a Mendizábal y éste dimite. Por ello, un grupo de suboficiales del Ejército inician una insurrección armada en agosto de 1836 en la Granja de San Ildefonso, obligando a la regente a jurar la Constitución de 1812.


 En esta situación es elegido Calatrava en 1837 como presidente; éste convoca Cortes para reformar la Constitución de 1812 o crear una nueva, se decide lo 2º y se redacta la Constitución de 1837 que intentaba unir a progresistas y moderados. Entre otras sus características son:  El sistema político será una monarquía constitucional de inspiración progresista.  Síntesis entre los principios de soberanía nacional y compartida, pues la potestad legislativa pertenecía a las Cortes con el rey.  Se introduce el bicameralismo parlamentario: Congreso de Diputados y Senado (que era elegido por el rey a partir de una lista previamente elegida por los votantes).  Las cortes eran autónomas y se podían convocar automáticamente.  Se declara la soberanía nacional y el sufragio censitario.  El rey podía disolver Cortes y nombrar gobierno.  Se reconocen los derechos individuales y la libertad de imprenta.  Se afirma la libertad religiosa, con el compromiso por parte del Estado de mantener económicamente al clero católico, pues la desamortización dejó al clero prácticamente sin rentas para mantenerse. En 1840 la falta de entendimiento político entre las clases dirigentes provocó la intervención de los militares, que habían consolidado su prestigio en la guerra carlista, mediante un pronunciamiento progresista que exigió a la regente ceder el poder y exiliarse del país; las Cortes eligieron al general Baldomero Espartero como regente. II-REGENCIA DEL GENERAL ESPARTERO(1840-1843) Durante los años de su regencia se recortaron los fueros vascos y navarros y se aceleraron las ventas de bienes desamortizados, con la orden de terminar la desamortización de todos los bienes eclesiásticos excepto las iglesias, escuelas y viviendas de los sacerdotes. Esto conllevó la protesta formal del Vaticano. Tampoco faltaron varios intentos de sublevación armada contra Espartero por parte de los moderados, pero lo que precipitó la caída de Espartero fue el estallido de una violenta revuelta popular en Barcelona en diciembre de 1842, debido al trato de favor comercial del regente para con Gran Bretaña en contra de los intereses de los catalanes; lo que hizo bajar los salarios y subir los impuestos. Como la sublevación crecía, Espartero mandó bombardear la ciudad, esto liquidó el prestigio personal del regente, al que abandonaron parte de los progresistas, propiciando su caída seis meses después. Después de la caída de Espartero se forma una alianza entre moderados y progresistas para alternarse en el poder, adelantando la mayoría de edad de Isabel II en noviembre de 1843, con sólo trece años de edad. Pero la alianza no duró mucho y en la primavera de 1844 los moderados tomarán el poder ininterrumpidamente durante una década.


12.3  Isabel II (1843 – 1868): Reinado efectivo

Durante la regencia de Espartero (1840 – 1843) se produce un conflicto en Cataluña que le llevará a bombardear la ciudad lo que conllevo al pronunciamiento del General Narváez. Por ese motivo, abandonará la regencia y se alían moderados y progresistas para alternarse el poder hasta noviembre de 1843, cuando se nombra a Isabel II mayor de edad, comenzando su reinado (1843 – 1868).

Durante su reinado fue constante la presencia de militares en los principales centros de poder, liderando partidos políticos y como elementos de gran influencia en palacio debido a su papel de salvadores de la España liberal frente al carlismo. Esto dio como resultado un liberalismo no muy amplio. Comenzaba aquí la primera etapa de su reinado:

La Década Moderada (1843 – 1853)

Este periodo está marcado por una serie de características: una gran influencia de la construcción del ferrocarril; priorizó el orden social sobre la libertad por lo que en ese sentido se creó la Guardia Civil, sustituyendo a la carlista (1846 – 1849). Durante se producen problemas internos en los moderados, lo que les llevará a dividirse en dos grupos, que comenzara una guerra entre ellos. Esta guerra la ganó el ejército isabelino gracias a la pronuncia de O’Donnell. El moderantismo encontró su máxima expresión en la Constitución de 1845, cuyas claves fueron:

-Soberanía compartida de las Cortes con la corona. La reina podía nombrar ministros, lo que fomentó la aparición de camarillas dispuestas a ganarse su voluntad.

-No fijó un catálogo de libertades, fueron reguladas por leyes posteriores. Reflejo de esto fue el Código Penal de 1848.

-Las Cortes continuaron siendo bicamerales. Los representantes del Congreso eran elegidos por sufragio masculino censitario y el Senado por elección real.

-El catolicismo era la religión oficial. Las relaciones entre la Iglesia y el Estado se estrecharon, sobre todo, con la firma del Concordato 1851.

A los moderados se debe la consolidación del Estado liberal, diseñado como una estructura con centro geográfico-administrativo en el Ministerio de Gobernación. De él dependían las provincias y los municipios y estaba controlado por Juan Bravo Murillo. La  vocación centralizadora  chocaba con la incapacidad financiera, por lo que en 1845 entró en vigor un nuevo sistema recaudatorio de impuestos: los directos que gravaban las propiedades y un subsidio industrial y el comercio, y el indirecto, el más importante fue el derecho de puertas y consumos, así como impopular y causo varios motines. Pese a las reformas, el Estado acumulaba numerosas deudas y se incrementó la dependencia de los prestamistas.

En cuanto al plano político, en el Partido Moderado cohabitaban diferentes corrientes, desde los reaccionarios a los aperturistas pasando por un centro poderoso encabezado por Narváez. Las rivalidades internas se intensificaron cuando el gobierno se vio implicado en un caso de corrupción. Para cambiar de gobierno se recurrió al pronunciamiento militar de O’Donnell en 1854 en Vicálvaro, de ahí su nombre, la Vicalcarada. Este pronunciamiento fue publicado mediante el Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas del Castillo. El pronunciamiento estuvo acompañado de una fuerte movilización en Madrid donde destacó el Partido Demócrata, nueva fuerza principal defensora del liberalismo radical y primer introductor del republicanismo. Las crecientes reivindicaciones demócratas generaron el enfrentamiento entre progresistas y moderados.  Se inicia así la segunda etapa:

Bienio Progresista81854-1856)


El gobierno progresista estuvo controlado por O’Donnell y Espartero, y su gran aportación fue sentar las bases para la expansión del capitalismo, para ello se impulsó la construcción de ferrocarriles y la red de telegrafía eléctrica mediante la ley de ferrocarriles (1855); se construyó un sistema financiero con capital extranjero a través de la ley de Sociedades Anónimas de Crédito. Se aprobó la desamortización de bienes municipales impulsado por Madoz en 1855.

Desde el punto de vista social, los logros fueron escasos, pues la Constitución de 1856 nunca entro en vigor. Tras los problemas surgidos entre Espartero y O’Donnell, éste encabezará un pronunciamiento que pone fin al Bienio Progresista, dando lugar a una nueva etapa controlada por una nueva formación política, la Unión Liberal y moderados.(1856-1868)

Primero se nombra Presidente del Gobierno al General Narváez, quien estuvo un breve periodo en el que destaca la Ley de Educación de Moyano. En 1858 la reina mando formar gobierno a la Unión Liberal presidido por O’Donnell. Este partido formado por el ala aperturista de los moderados y el ala moderada de los progresistas, tuvo como principales líderes a Ríos Rosas, Cánovas del Castillo y a los generales Serrano, Topete y Prim.

O’Donnell restauró la Constitución de 1845, pero con un mayor protagonismo del Parlamento en detrimento de la Corona, lo que disminuyó la influencia de las camarillas palatinas. La prioridad de su Gobierno fue la economía. En su clima de euforia, las construcciones ferroviarias se convirtieron en el emblema de la época. Toda esta política contribuyó a la expansión definitiva de la industria, localizada en zonas como Asturias, País Vasco, Cataluña o Andalucía, lo que incrementó el descontento en algunas zonas rurales.

El gobierno de O’Donnell trató de recuperar el prestigio internacional desarrollando una activa política exterior que absorbió buena parte de los recursos y esfuerzos gubernamentales. Fue una política intervencionista con tres líneas de actuación:

-Marruecos: la de mayor alcance político y económico, movido por un gran patriotismo desde la Guerra de la Independencia. El norte de África fue desde entonces percibido como un patrimonio nacional que originó una política colonial extendida durante el tercer tercio del siglo XIX.

-América: la reanudación de las relaciones fue difícil y contradictoria. Se reconocía a algunos países, pero con otros se desataron conflictos resueltos de forma violenta. Se organizó una expedición a México en apoyo al emperador Maximiliano I, pero se perderá. Las relaciones con las antiguas colonias se consolidaron gracias a relaciones personales y familiares creado por los emigrantes españoles.

-Acercamiento a Francia: Napoleón III se convirtió en un referente para O’Donnell, de ahí que buscara su alianza, como se vio con la expedición de la Cochinchina.

Las disputas internas en la Unión Liberal provocaron la dimisión de O’Donnell. Con su caída, en 1863, se abrió un periodo de inestabilidad política en el que se sucedieron varios gobiernos. Ni la red de transportes, ni el sistema de educación o justicia lograron plasmar la centralización, como consecuencia de las dificultades económicas. El liberalismo español fue el resultado de un pacto entre las elites de Madrid y otras regiones, lo que produjo una dualidad entre el centralismo y los particularismos. Debido a estos problemas la monarquía se verá cuestionada, produciéndose una serie de altercados que desencadenaran la revolución de 1868, motivada por:


-En algunas ciudades, sobre todo Madrid, existía una importante presencia de intelectuales vinculados al krausismo y emplearon la prensa, el Ateneo y las cátedras de la Universidad para difundir ideas anticlericales y federalistas. El primer enfrentamiento entre los intelectuales y el Gobierno tuvo lugar en la Noche de San Daniel en 1865 cuando el ministro quiso expulsar de su cátedra a Emilio Castelar por unos artículos publicados en contra de Isabel II. Fue el primer movimiento estudiantil de España y se saldó con la depuración del profesorado.

-Desde 1866 se hizo más presente la crisis económica que afectó a toda Europa y que en España, fue consecuencia de la retirada del capital extranjero. Esto, paralizó las construcciones ferroviarias, freno el ensanche de las ciudades y desmanteló el sistema crediticio.

-En el plano político, progresistas y demócratas, plantearon una oposición cada vez más radical. En agosto de 1866 se firmó el Pacto de Ostende, claramente antiisabelino y antiborbónico, cuestionándosela forma de gobierno (monarquía o república) sobre la que decidirían unas Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal.

En 1867, muerto O’Donnell, la Unión Liberal se incorporó a la conspiración. En 1868 en Cádiz, los generales Serrano y Prim también se unieron al movimiento revolucionario, la Revolución Gloriosa, que se extendió rápidamente por España gracias a las juntas revolucionarias impulsadas por el Partido Demócrata.

La última resistencia del régimen tuvo lugar en la Batalla de Alcolea, donde la derrota forzó la marcha de Isabel II a Francia y el inicio del Sexenio Democrático.


12.4 El Sexenio Democrático (1868 – 1874): intentos democratizadores reinado de Amadeo I. Primera República

En agosto de 1866 se firmó el Pacto de Ostende, antiisabelino y antiborbónico que cuestionaría la forma de gobierno, para decidirla en las Cortes constituyentes. Al año siguiente, muerto O’Donnell, la unión liberal se incorporó a la conspiración  y en 1868 en Cádiz se unieron Serrano y Prim extendiéndose rápidamente la revolución por España gracias a las Juntas impulsadas por el Partido Demócrata. La revolución triunfó en la batalla de Alcolea que forzó la marcha de Isabel II a Francia y el inicio del Sexenio Democrático.

El cambio político fue la ocasión de democratizar la vida política, integrar al conjunto de la ciudadanía y modernizar la economía. En octubre se formó el Gobierno provisional, presidido por Serrano. Su misión fue convertir en decretos los principios de las juntas en tres ejes básicos:

-Extensión de las libertades individuales, con el sufragio universal masculino para mayores de veinticinco años.

-Nuevas relaciones con la Iglesia. La disolución de la Compañía de Jesús y la incautación de sus bienes lo que incrementó el conflicto Iglesia-Estado.

-Impulso  del librecambismo adoptándose medidas de gran calado popular. Se promulgó la Ley de Bases sobre Minas, que permitió la explotación de la riqueza minera española por capitales extranjeros. Se completó el programa liberalizador con la reducción de aranceles. En 1869 se creó la peseta, que sólo el Banco de España podía emitir.

El principal elemento de desencuentro en el seno del bloque político revolucionario se encontraba en el sistema de gobierno. Se distinguían dos grandes grupos: la coalición monárquica, que agrupaba a los progresistas, la Unión Liberal y los demócratas monárquicos, que ganaron las elecciones a las Cortes en 1869; y el Partido Republicano Federal fundado en octubre de 1868 y Partido Demócrata que abogaban por una República.

La filosofía política de las Cortes Constituyentes se basa en la libertad de culto, de enseñanza, de reunión y asociación y de imprenta, la abolición de la pena de muerte… La Constitución de 1869 es considerada como el primer texto democrático en la historia de España y uno de los más avanzados de la Europa de su tiempo. Ésta fijó un sistema político parlamentario en el que el monarca no poseía más poderes que el simbólico y el de mediación y se decretó la libertad religiosa. Su inclinación monárquica produjo el descontento de los republicanos, cuyos sectores intransigentes provocaron una sublevación duramente reprimida por el Gobierno.

Una vez aprobada la Constitución, el General Serrano fue elegido regente del reino y el General Prim jefe del Gobierno. Prim era un militar de prestigio, que contaba con todos los ingredientes para conducir la revolución. Entre 1869 y el atentado que le costó la vida en diciembre de 1870 consiguió mantener la difícil unidad en el seno de la coalición monárquico-democrática; encabezó el gobierno, encontró un candidato para el trono español (Amadeo de Saboya) e impulsó la democratización de la vida mediante la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Su muerte, un día antes de la llegada de Amadeo, marcará todo su reinado, por lo que la  monarquía de Amadeo I nació con una debilidad manifiesta. Su llegada a España, en enero de 1871, coincidió con el asesinato de su principal valedor, Prim, el único capaz de mantener la coalición monárquica-democrática, disuelta tras su muerte. De dicha ruptura surgieron dos fuerzas políticas: el Partido Constitucionalista, a la derecha del sistema con Mateo Sagasta al frente; y el Partido Radical, a la izquierda con Manuel Ruiz Zorrilla.


Los dos años de reinado de inestabilidad política tuvieron estas características:

-Celebración de tres elecciones generales a Cortes y elección de seis gobiernos distintos lo que mostró la imposibilidad de consolidar un sistema estable.

-Tuvo la oposición frontal de la poderosa nobleza de sangre, en íntima conexión con los borbones.

-Hubo de hacer frente a una nueva sublevación carlista y a la Guerra de Cuba desatada en 1868.

-Encontró la constante beligerancia del republicanismo, aliado con el naciente movimiento obrero.

A principios de 1873 consciente de su escaso apoyo e impresionado por el atentado sufrido, abdicó por él y por sus herederos el 11 de febrero y abandonó el país horas después.

Tras la abdicación, el 11 de febrero de 1873 se proclamó la Primera República, lo hicieron diputados y senadores en la Asamblea Nacional. Empezaba cargada de tensiones porque sus partidarios poseían distintos y enfrentadas concepciones del nuevo régimen:

-Los radicales entendían la República como un estado unitario que continuase el proceso centralizador y liberal de 1869.

-Para los federalistas había que transformar en profundidad la estructura territorial  mediante una fuerte descentralización política y administrativa. Dentro del federalismo también se encontraban diferencias: a) partidarios de una descentralización administrativa y b) partidarios de convertir a España en una federación de Estados. Esto condujo a discrepancias entre los que concebían la federación a partir de la elección de  Cortes constituyentes (desde arriba) y los que la veían desde abajo.

Por último, había republicanos partidarios de priorizar las reformas sociales por delante de las administrativas, como era el caso de las organizaciones obreras de la Internacional. En este debate terminará interviniendo el pueblo, cuyas expectativas eran muy diversas.

La llegada de la Primera Republica fue el resultado de la alianza entre el Partido Radical y los federales.

Su primer presidente fue Figueras (febrero – junio). Las tensiones entre ambos grupos se sucedieron, lo que llevo a los radicales a intentar un fracasado golpe de Estado. Tras esos sucesos, las elecciones dieron a los federales una mayoría abrumadora. Todo esto produjo una serie de altercados que condujeron a la dimisión de Figueras en junio eligiéndose a Pi i Margal como segundo presidente (02-06/02-07).

Este elaboró la única Constitución Federal que expresaba el concepto de soberanía popular. Su idea básica residía  en acabar  con la centralización del Estado, para lo que se diseñó una nueva división territorial como una federación integrada por diecisiete estados. El  texto respetaba la Constitución de 1869, a excepción de algunas innovaciones como la separación de Iglesia-Estado y los cuatro poderes, que fueron:


-El legislativo: en manos de las Cortes bicamerales que poseían varias funciones.

-El judicial: juicios con jurados y se eliminaba la influencia gubernamental en el nombramiento y competencias de los jueces.

-El ejecutivo: formado por el Gobierno y su presidente.

-El relacional, el del Presidente de la Republica, encargado de nombrar al Gobierno y de mantener el equilibrio entre los Estados.

Esta constitución no verá la luz porque se inicia la Guerra Cantonal, desatada por ella misma por la nueva división territorial, que no fue muy afortunada. Cada Estado podía elaborar su constitución, tenía sus poderes legislativos, ejecutivos y judiciales y la Constitución federal. Pero nunca entro en vigor, pues la Republica sufrió un doble acoso: el primero por la intensificación de conflictos preexistentes como la Guerra Carlista o la sublevación en Cuba, esto fue aprovechado por la oposición borbónica; el segundo vino de los republicanos cantonalistas sofocados pronto, a excepción de Cartagena, pero provocó la caída de Pi i Margal, sustituido por Nicolás Salmerón en julio de 1873.

Para restablecer el orden y para hacer frente a los conflictos se reforzó el poder del  Ejército, cada vez más partidario de una restauración borbónica. En septiembre, Salmerón dimite al no querer firmar unas sentencias de muerte y le sustituye Emilio Castelar. Sus gobiernos representaron un viraje conservador de la Republica y el abandono definitivo del proyecto federal. Castelar obtuvo plenos poderes para gobernar por decreto y suspender las garantías constitucionales, por lo que cierra las Cortes temporalmente y las volverá a abrir el 02-01-1874 llevándose a cabo una moción de censura, que perderá. El día 3 cuando se estaba votando el quinto presidente, el General Pavía dio un golpe de Estado que acabó con la Primera República.

Pavía elige como presidente de la nación al General Serrano que inicia una Republica presidencialista. Mientras tanto se consolida la conspiración alfonsina, que apoyaba al  Príncipe Alfonso.

Serrano puso fin a la Guerra Cantonal reestableciendo el orden pero no pudo con la carlista. Su mandato acabará cuando, después de intentar instaurar una dictadura al estilo de la francesa, el General Martínez Campos da un golpe de Estado en diciembre de 1874 proclamando la Restauración de los borbones en la persona de Alfonso XII.


Tema 12.5. El reinado de Alfonso XII. Sistema canovista y Constitución de 1876 El pronunciamiento de Martínez Campos en diciembre de 1874 puso fin al Sexenio Democrático iniciándose la Restauración. Pero la preparación de la llegada de la monarquía vino precedida por tres factores: la pacificación del país, el reconocimiento internacional del príncipe Alfonso y la aceptación de la Monarquía por la opinión pública. Estos tres factores se secuencian en tres fases: a) el régimen militar presidido por Serrano, que gobernó el país durante once meses, centrándose en recomponer el desorden causado por las convulsiones del sexenio, reduciendo los últimos focos cantonalistas, acabando con los últimos brotes republicanos y haciendo frente a los carlistas. B) El manifiesto de Sandhurst, que fue la pieza clave para lograr que la opinión pública aceptara la monarquía de Alfonso XII. Al parecer fue redactado por Cánovas del Castillo, exponiéndose en él las líneas maestras de la restauración monárquica: se presentaba ésta como constitucional y democrática, abierta al mayor número de fuerzas políticas y dispuesta a integrar todos los partidos; pero independiente de la trayectoria de Isabel II. C) El pronunciamiento de Martínez Campos, a favor de Alfonso de Borbón que supuso un contratiempo para Cánovas, pues deseaba que la monarquía se reestableciera por consenso y no por la fuerza. En cuanto al sistema canovista fue configurado por Cánovas, que asumió la regencia desde el pronunciamiento hasta la llegada del rey a España (en enero de 1875). Este sistema tenía un carácter conservador y se asentaba en un sistema parlamentario liberal pero escasamente democrático. El pronunciamiento fue bien recibido por los grupos conservadores que estaban atemorizados por la radicalización del Sexenio y el movimiento obrero. El nuevo régimen pretendía superar los problemas del liberalismo anterior: el carácter partidista y excluyente de los moderados, el intervencionismo militar en la vida política y los enfrentamientos civiles. Las bases del nuevo sistema quedaron fijadas en la Constitución de 1876. En el inicio del reinado dos partidos se alternarán en el poder: el Conservador de Cánovas del Castillo y el Constitucional de Sagasta (convertido en el partido Liberal Fusionista en 1880). La acción del gobierno se centró en reforzar el control del Estado según lo establecido en la Constitución de 1876. El primero en tomar el poder será Cánovas, cuyas actuaciones más importantes fueron: El final del conflicto carlista, que trajo como consecuencia la reforma del régimen foral (1876); los fueros vascos fueron modificados o abolidos, ya que la consolidación del estado liberal conllevaba la necesidad de unificar legalmente el país, para crear una administración moderna y eficaz. A cambio de que las Vascongadas contribuyesen con un contingente de soldados, se establecieron conciertos económicos especiales, según esto los impuestos los cobraban las diputaciones vascas, quienes aportaban después a las arcas del Estado el cupo acordado como contribución a los presupuestos generales. El Final de la guerra de Cuba, fue establecido mediante la “Paz de Zanjón” en 1878; pero esto no pondrá fin al problema cubano, pues Estados Unidos alentará a los independentistas apoyándoles fuera y dentro de Cuba. El sistema canovista se verá implantado mediante la Constitución de 1876 que será el resultado del proyecto aprobado después de las elecciones a Cortes constituyentes del 24 de mayo .Fundamentalmente será moderada, pero tendrá rasgos eclécticos en algunos artículos. Será la Constitución de mayor vigencia en nuestra historia (sin contar la actual que sigue vigente). Esta constitución va a restaurar el liberalismo doctrinario, ya que la soberanía la tendrá el rey compartido con las Cortes, tiene además una declaración de derechos, su parte más liberal, que enlaza con el texto constitucional de 1869:A-Sistema de representación. Se establecen dos cámaras legislativas con igualdad de facultades:  El Congreso de Diputados, está formado por al menos un diputado, mayor de veinticinco años por cada 50.000 ciudadanos. La duración del mandato es de 5 años 
El Senado está compuesto por tres tipos de senadores: a) los hijos del rey, grandes de España con renta anual superior a 60.000 pesetas, los arzobispos, capitanes generales y los presidentes del Consejo de Estado y del Tribunal Supremo. B) los vitalicios, designados por el rey entre la élite económica, intelectuales, la Iglesia y la Administración. C) Elegidos por las corporaciones y mayores contribuyentes, mediante sufragio restringido. Todos ellos han de ser mayores de treinta y cinco años. o Ambas Cámaras, además del poder legislativo, tienen la facultad de recibir del rey y del sucesor a la Corona el juramento de la Constitución. También piden responsabilidades a los ministros. Las elecciones se regulan por distintas leyes electorales, pero todas se rigen por el sufragio restringido hasta la ley electoral de junio de 1890 que instituye el sufragio universal masculino ( con Sagasta) B- El Rey. Adquiere la mayoría de edad a los 16 años. Mantiene el poder ejecutivo, el legislativo junto a las Cortes y la facultad de disolver Cortes total o parcialmente, así como el nombramiento del presidente de Gobierno. Ejerce el mando supremo de las fuerzas armadas C- Unidad de Códigos .La actitud centralista de Cánovas se hace patente en la unidad de leyes para todo el territorio nacional. La relación con los Territorios Vascos se regulan a través de los conciertos económicos. D-Administración local. La corona interviene en la elección de los alcaldes, mientras que los concejales son elegidos por los vecinos. E- Relaciones Iglesia-Estado. Se declara la religión católica como oficial del Estado, obligando a la Nación a mantener el culto y a los ministros de la Iglesia. Las reformas administrativas y políticas llevadas a cabo por Cánovas trataban de reformar el control del Estado sobre los distintos ámbitos de la vida del país, para consolidar el Nuevo Régimen. Hubo restricciones de libertades para evitar la anarquía lo que impedirá la consolidación del nuevo sistema. Las reformas se centraron en:  La ley de imprenta de 1879, en virtud de la cual se consideraba delito cualquier crítica a la Monarquía o al sistema de la Restauración, por esto se clausuraron algunos periódicos, y también traerá consigo la protesta del profesorado ( segunda cuestión universitaria) por considerarlo una limitación a la libertad de cátedra. Emilio Castelar dimitirá de su Cátedra y todos estos problemas provocarán la fundación de la Institución Libre de Enseñanza (fundada por Giner de los Ríos, duró hasta 1939 que desapareció con la llegada de Franco. Su misión era fundamentalmente pedagógica, desde los principios de la tolerancia, la enseñanza laica, la libertad de cátedra ciencia y conciencia. Muy unida a ella estuvo la Residencia de Estudiantes donde se fraguó lo más destacado de la Generación del 27).  La Ley electoral de 1876 que reestablecía el sufragio censitario.  El control de los Ayuntamientos, por la que se atribuía a los Gobernadores Civiles la potestad de aprobar los presupuestos municipales y a la Corona el nombramiento de los alcaldes de las poblaciones que sobrepasaran los 30.000 habitantes. 
Los sindicatos y asociaciones obreras, que habían sido prohibidas en 1874, continuaban en clandestinidad. Acabado el periodo del gobierno de Cánovas, se produce la alternancia en el poder. Ésta hace que se prepare las elecciones simulándose la existencia de un régimen democrático. El resultado es la estabilidad del sistema político a costa de la marginación de las fuerzas opuestas al mismo. El funcionamiento del proceso es el siguiente: el rey, ante una crisis, nombra como presidente del Gobierno a uno de los dirigentes de los dos partidos que se turnan en el poder, al que otorga el derecho de disolución de las Cortes. El presidente elige a su gobierno, en el que el ministro de la Gobernación es el encargado de hacer el encasillado, es decir, calcula la adjudicación de diputados al partido gobernante, así como los correspondientes a la oposición oficial y a la que se halla fuera del sistema (republicanos y carlistas). El gobernador de la provincia establece, a continuación, la red de contactos con los caciques para que éstos, en sus poblaciones, controlen de forma directa o indirecta a grandes grupos humanos mediante la presión, así los resultados electorales se ajustarán a las expectativas del Gobierno. En 1880 se fundó el Partido Liberal Fusionista o Partido Liberal( sobre el partido Constitucional creado en el reinado de Amadeo de Saboya por integrantes del partido Progresista y algunos de la Unión Liberal), éste será la pieza fundamental para la alternancia del poder. Sagasta se inicia en el gobierno en 1881. En un primer momento Sagasta siguió la política restrictiva de Cánovas, lo que perjudicaba la libertad de expresión y de cátedra. Durante su gobierno permitió que las asociaciones obreras y republicanas se reunieran en libertad, pero no instauró el sufragio universal. Éstas y otras vacilaciones provocaron varios hechos que precipitaron la caída de su gobierno: 1. En Andalucía los sucesos en torno a la Mano Negra; un asunto turbio, al parecer inventado o magnificado por la policía, en torno a una sociedad secreta con este nombre, de carácter anarquista que se proponía eliminar mediante actos terroristas a todos los terratenientes. Esto fue un pretexto para la condena indiscriminada de los dirigentes anarquistas de la región. 2. En Madrid una huelga de tipógrafos, causada por la incapacidad del Gobierno para atenuar las consecuencias de la recesión económica de 1882. En esta huelga aparece por 1ª vez el Partido Socialista Obrero Español, fundado por Pablo Iglesias en 1879. 3. El intento de pronunciamiento republicano de 1883, que fue reprimido con dureza por Sagasta, llegándose al procesamiento de los golpistas y la petición de pena de muerte. Debido a todo esto, el Rey mediante los mecanismos que le proporcionaba la Constitución, decidió cesarle y encargó el nuevo gobierno a Cánovas en enero de 1884. En noviembre de 1885 moría Alfonso XII, con sólo veintiocho años, de tuberculosis, por lo que se iniciará un periodo de regencia con la reina Mª Cristina, en torno a la cual cerrarán filas los dos partidos oficiales para hacer posible la gobernabilidad y evitar altercados que pudieran dar al traste con la reciente monarquía.

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