LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA
1. EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN La Restauración borbónica de España supuso el fin de la I República que no había podido organizar un proyecto político estable. El impulsor del nuevo régimen fue Antonio Cánovas, que organizó un sistema monárquico liberal cuyas bases se establecieron y consolidaron durante el reinado de Alfonso XII y la regencia de Mª Cristina.
1.1. La Restauración borbónica
En diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó rey de España a Alfonso XII mediante un pronunciamiento militar, el Pronunciamiento de Sgunto.
Por otra parte, el proyecto de de Cánovas del Castillo consistía en aprovechar el descontento político generalizado para conseguir apoyos a la causa alfonsina. Cánovas, que consideraba la monarquía y el sistema parlamentario británicos como modelos, ya había aconsejado una educación británica para el príncipe Alfonso en Sandhurst. Desde allí, Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas, en el que firmaba que la monarquía era la única salida para cerrar la crisis del período revolucionario. La entrada de Alfonso XII en España dio comienzo a una larga etapa de estabilidad política basada en el régimen liberal moderado anterior a 1868.
1.2. Las bases del sistema
Antonio Cánovas fue quien afirmó los principios ideológicos y asentó las bases institucionales y jurídicas del sistema. Para ello, se propuso: apartar el ejército del poder político y pacificar el país, además de conseguir la estabilidad política integrando las diferentes concepciones liberales en un proyecto común. Esto se plasmó en la organización de un sistema bipartidista, siguiendo el modelo británico, y en la aprobación de una Constitución lo suficientemente flexible como para que pudiera adaptarse a los programas de los dos partidos integrantes del sistema.
1.2.1. Pacificación militar
En 1876 se consiguió finalizar la tercera guerra carlista, lo que supuso la abolición de los fueros vascos y navarros, aunque se pactaron ciertas medidas que reportaron beneficios fiscales a estos territorios. En 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que puso fin a la insurrección cubana de 1868. Se concedió una autonomía administrativa a Cuba, además de una amplia amnistía a los insurrectos, aunque no sirvió para cerrar definitivamente el conflicto.
1.2.2. Bipartidismo
Los llamados partidos dinásticos eran el Partido Conservador y el Partido Liberal. Estos dos partidos fueron los que se turnaron en el poder mediante los mecanismos propios de un sistema parlamentario, mientras que el resto de las formaciones políticas quedó excluido del juego político.
El Partido Conservador, que representaba a la derecha más moderada, estaba liderado por Antonio Cánovas. El Partido Liberal, representante de la izquierda liberal, estaba, por su parte liderado por Práxedes Mateo Sagasta.
Las diferencias ideológicas y políticas entre ambos partidos eran mínimas. De hecho, la creación del Partido Liberal en 1876 se debió a las propias necesidades del sistema ideado por Cánovas.
1.2.3. La Constitución de 1876
En los primeros meses de la Restauración, Cánovas concentró todos los poderes. Pero para legitimar la monarquía parlamentaria era necesaria una Constitución con la que regular y garantizar el nuevo régimen político. Así pues, convocó unas elecciones, con sufragio universal masculino, para formar unas Cortes Constituyentes que deberían redactar y aprobar un nuevo texto constitucional.
La Constitución de 1876 establecía que: – La soberanía era compartida entre las Cortes y la Corona. – La Corona era inviolable. – Las Cortes eran bicamerales. – Se reconocían los derechos y libertades individuales. – Se reconocía el catolicismo como religión oficial. – No fijaba el tipo de sufragio. Será más adelante cuando se establecerá el voto censitario (Ley de 1878) y, posteriormente, el sufragio universal masculino (Ley de 1890).
1.3. Turnismo y fraude electoral
El sistema ideado por Cánovas basaba su funcionamiento en el turno pacífico de los partidos dinásticos.
De esta forma se evitaba el peligro de que la monarquía se identificase con un solo partido y, además se garantizaba la continuidad del régimen. Para garantizar el turno, se recorría al fraude electoral. Los caciques locales eran una pieza clave del sistema.Eran utilizados por los partidos para que garantizasen la obtención de la mayoría necesaria para gobernar. Para ello recurrían a la compra de votos o a la coacción. El mecanismo del turno era el siguiente. – Periódicamente y de forma pactada, el rey encargaba la formación de un nuevo gobierno al partido que le tocaba gobernar. Este, desde el Ministerio de Gobernación (actual Ministerio de Interior), confeccionaba el encasillado reservando algunos escaños a la oposición. – El encasillado se entregaba a los gobernadores civiles para que lo impusieran en la provincia y en los ayuntamientos a través del cacique local. Para ello, se manipulaban las elecciones, se coaccionaba el voto y, si eso no bastaba, se cambiaban las actas. El fraude electoral fue una práctica habitual de los dos partidos turnantes durante todo el periodo de la Restauración. Sólo en los núcleos urbanos más importantes se hizo más difícil el control caciquil. Este sistema se consolidó porque favorecía la estabilidad política.
2. LA DINÁMICA POLÍTICA 2.1. El reinado de Alfonso XII (1875-1885)
El reinado de Alfonso XII se caracterizó por el mandato del partido conservador durante la mayor parte del período, desde 1876 hasta 1881. De esta forma, el Partido Conservador fue el que llevó a cabo la labor de pacificación militar y la redacción de la Constitución de 1876. Estableció una serie de medidas restrictivas: – Ley de imprenta de 1879 que establecía la censura de prensa. – La ley electoral de 1878 establecía el sufragio censitario. – Prohibición de sindicatos. Entre 1881 y 1883 estuvo en el poder el Partido Liberal de Sagasta. El nuevo gobierno aportó diferentes medidas: – Restableció la libertad de cátedra y de expresión. – Autorizó los actos conmemorativos de la República. – Supresión de los impuestos.
2.2. La regencia de María Cristina (1885-1902)
A la muerte de Alfonso XII en Noviembre de 1885, su segunda esposa, Mª Cristina de Habsburgo, asumió la regencia con el apoyo de los partidos dinásticos. Estos firmaron el Pacto de Pardo, según el cual se comprometían a mantener la monarquía. Mª Cristina otorgó el poder a los liberales que gobernaron el país entre 1885 y 1890 desarrollando el programa de reformas más avanzado del periodo. – Se aprobó el Código Civil (1889) – Se aprobó la Ley de Asociaciones (1887) – En 1890 se aprobó el sufragio universal masculino, aunque su aplicación práctica quedó limitada por el fraude electoral. A la vuelta de los conservadores, Cánovas asumió la presidencia hasta 1897, fecha de su asesinato. Muy pronto el personalismo del sistema deterioró a los partidos provocando disidencias internas.