El malestar
político, económico y social condujo al pronunciamiento el almirante Juan
Bautista. Una coalición de fuerzas progresistas, demócratas y unionistas
firmaron en 1866 el pacto de Ostente, que acabó con el reinado de Isabel II. El
levantamiento militar dio paso a un movimiento revolucionario conocido como “La
Gloriosa”, que era una alianza entre progresistas y unionistas cuyo objetivo
era derrocar a la reina. Sus peticiones se centraban en el sufragio universal,
supresión de consumos y quintas, defensa de clases medias y trabajadoras y
finalización del bloqueo parlamentario. Tras el
levantamiento militar la revolución se extendió desde Cádiz por toda la
península, pero la incapacidad de enfrentar la sublevación se reflejó en el
combate entre las tropas sublevadas al mando de Serrano y los fieles a la
reina. El triunfo fue para los sublevados e Isabel II abandonó el país hacia
Francia. La junta encomendó al general
Serrano la formación de un gobierno
provisional tras la llegada del general Prim. El 25 de
octubre el gobierno mostraba en n manifiesto a la nación su programa de
reformas cuyos pilares eran el sufragio universal y las libertades religiosas,
de enseñanza, de imprenta y de reunión.
La Constitución de 1869 en un texto con 112 artículos. Establecía la soberanía nacional de base popular, proclamaba la división de poderes y una declaración de derechos que: regulaba todos los derechos individuales como la igualdad de expresión, se establecía el sufragio universal como la conquista política más destacada en la revolución, se instauró un sistema bicameral, y el rey tenia atribuciones aunque el articulo 33 aclaraba que la monarquía estaba sujeta a la soberanía nacional. La adopción de la monarquía como forma de gobierno provocó la oposición de los republicanos y obligó a nombrar a Serrano como regente, mientras Prim ocupó la jefatura de gobierno. El poder ejecutivo tuvo que hacer frente a problemas internos y externos como: una guerra colonial en cuba, la oposición activa de los carlistas y los alfonsinos, el permanente acoso de los republicanos o el descontento de las capas populares urbanas y rurales. En octubre de 1869 se produjo un alzamiento republicano federal por no haber puesto en práctica la supresión del impuesto de consumos y quintas. En este agitado panorama, se firmó el “pacto de Tortosa”. A todo esto se sumaba la elección de un nuevo rey de una dinastía diferente a la de los Borbones, lo que dejó abierta la candidatura de Amadeo de Saboya.
Amadeo de Saboya fue elegido rey por el empeño del general, pero el mismo día que el nuevo monarca desembarcaba en Cartagena, Prim moría en Madrid víctima de un atentado y nunca se supo quién lo asesinó. Amadeo entró en Madrid, juró la constitución y comenzó la primera experiencia de una monarquía democrática. Pronto sufrió el menosprecio de los altos mandos militares y de la aristocracia. Uno de los problemas políticos fue la división interna en los partidos que apoyaban a Amadeo, unionistas y progresistas. Ambas facciones se enfrentaron, lo que hacía inviable la facción de gobierno. Por otro lado, existía una gran agitación sociopolítica derivada de los efectos de la comuna de parís y la difusión de los principios de la 1ª internacional en España. El miedo a la revolución proletaria empujó a Sagasta a adoptar medidas represivas contra las organizaciones obreras. El desprestigio de gobierno obligó a Amadeo a sustituir a Sagasta y a poner en su lugar a Serrano. El gobierno y las cortes estaban decididos a reafirmar el poder civil sobre el ejército y aceptaron la renuncia de los oficiales. La guerra fue iniciada en 1872, y el otro gran acto de la lucha entre los gobiernos liberales y el carlismo se inició 3 días después de abrirse las cortes. Don Carlos había entrado en territorio español, pero tras la derrota carlista se firmó el convenio de Amorebieta, por el que Serrano concedía indulto general a los insurgentes. La persistencia del conflicto carlista es explicada por razones como: la resistencia del mundo campesino a la penetración de las formas productivas del capitalismo moderno, la resistencia de los territorios forales o la resistencia al proceso de secularización iniciado en España con la revolución liberal.
En la tarde del 11 de febrero de 1873 se proclamaba la república, en los que se integraba una mayoría de radicales y cimbrios que pensaban en un régimen similar al de Amadeo de Saboya, pero sin monarca. La pugna entre federales y unitarios marcó la historia de la primera experiencia republicana de España, que duró menos de un año. En ese tiempo tropezó con múltiples dificultades como la cuestionada legitimidad de su origen, algo que no permitía la constitución, y la diversidad de dos corrientes políticas y proyectos que defendían radicales y federales.El primer presidente del poder ejecutivo fue Estanislao Figueras. Se mantuvo la constitución de 1869, suprimiendo solo los artículos relacionados con la monarquía. Un mes después se convocaron elecciones, pero la agitación federalista hizo temer a los radicales que perderían las elecciones. Las nuevas cortes comenzaron sus sesiones y en la 1ª votación proclamaron la república democrática federal. A Figueras le sustituyó Pi i Margall que intentó conciliar las corrientes republicanas pero los problemas que tenía que afrontar eran insuperables. Pi quería negociar con carlistas y republicanos pero se produjo una huelga general que derivó en insurrección generalizada. Esta huelga se reprimió a tiro limpio. Salmerón dejaba la presidencia al negarse a firmar 2 sentencias de muerte a 2 militares que se habían pasado al ejército carlista. Le sustituyó Emilio Castelar y firmó las penas de muerte que Salmerón rechazó e hizo volver a dirigentes del partido radical, entre ellos el general Serrano. Castelar presentó la necesidad de separar la iglesia del Estado, y un proyecto de abolición de la esclavitud en cuba. El general Pavía, había preparado un golpe de estado del que el mismo Castelar tenía conocimiento para apoyarle, pero tras negar la cámara la confianza de Castelar, este dimitió. Después de advertir que el golpe no se había dirigido contra la república, sino contra quienes habían derrotado a Castelar en las cortes, se instauró un régimen conocido como “la dictadura de Serrano”. Esta provisionalidad facilitó los preparativos del retorno del hijo de Isabel II, Alfonso. El general Martínez Campos preparó un pronunciamiento del que Cánovas no era partidario. Marchó hacia Sagunto proclamando a Alfonso XIII nuevo rey de España.
En la etapa del sexenio se inició el movimiento obrero que estuvo influenciado por el anarquismo y el socialismo, y se planteó de forma abierta la conflictividad social. En ese contexto se ha de entender el movimiento obrero que adoptó el pensamiento anarquista y su plasmación fue la creación de la federación regional española de la AIT.
Otro frente que tuvieron que abordar los gobernantes del sexenio fue la guerra larga de cuba. Cuba estaba muy ligada a la economía estadounidense y admiraba el desarrollo económico y la democracia de EEUU. El interés por cuba aumentó hasta el punto de querer comprar la isla. En este contexto se produjeron 3 rebeliones, la última de ellas liderada por Carlos Manuel de Céspedes quien dio el grito de Yara, aldea donde se inició la guerra que duró hasta 1878. La zona oriental de esta isla fue el principal teatro de operaciones. La guerra no se pudo resolver durante la etapa del sexenio, detrás del conflicto estaba la cuestión social de la abolición de la esclavitud. Mientras esa medida se pudo adoptar en Puerto Rico, en el caso de cuba el sistema productivo no podía prescindir de la mano de obra esclava. Las presiones de Francia, reino unido y EEUU obligó al gobierno provisional español a aprobar la “Ley Moret”, que declaraba libres a los que nacieran de madre esclava, a los menores de edad y a los mayores de cierta edad, pero el sistema esclavista pervivió en la isla hasta el año 1886.