Cánovas del Castillo impulsó un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés. Su intención era crear dos grandes partidos políticos que pudieran reunir diferentes criterios, siempre y cuando se ajustaran a la legalidad que él mismo había diseñado.
Cánovas líderó el Partido Conservador y Sagasta líderó el Partido Liberal. El Partido Conservador, que había ganado las elecciones, redactó la nueva Constitución de 1876. A partir de ahí la vida política del país se basó en la alternancia pacifica de los dos grandes partidos.
El bipartidismo se consolidó definitivamente tras la muerte del rey Alfonso XII en 1885, sin sucesión masculina y estando la reina embarazada. Los partidos antes mencionados a través de un supuesto acuerdo conocido como Pacto de El Pardo (1885), acordaron el turno político para garantizar la estabilidad del régimen.
Cánovas, encargado de dirigir el país y de darle un nuevo marco político, pensó que principios como la patria, la monarquía, la dinastía histórica, la libertad, la propiedad y el gobierno conjunto del rey con las Cortes eran incuestionables y claves en la organización política (Constitución interna). Los sectores que no los aceptaran no podían pertenecer al sistema de la Restauración ni elaborar la constitución.
De lado de los principios que Cánovas consideraba básicos, se plantearon distintas divergencias como: el concepto de soberanía, el sistema electoral (sufragio censitario defendido por los conservadores o sufragio universal masculino por los liberales) y la confesionalidad del Estado.
Se solucionaron a través de la redacción esquemática de los artículos, donde cada gobierno podría adoptar la formulación que mejor actuara con su ideología. En cuanto a la religión, se llego a una solución de tolerancia mutua en la que el Estado se declaraba católico. Para contrarrestar los liberales conseguían la libertad de conciencia. Una gran parte de los contenidos de la Constitución de 1876 ya se encontraban en la de 1869.
Se instauró una sociedad liberal moderada para evitar los enfrentamientos y para contentar a las fuerzas más conservadoras los progresistas cedieron en bastantes campos. Todos los esfuerzos del sistema canovista se vieron reflejados en las medidas legislativas, tendentes a potenciar la estabilidad y en el descarado control de los resultados electorales.
Con la Constitución de 1876, cada gobierno pudo legislar de acuerdo con sus ideas, pero manteniendo algo de respeto hacia lo hecho anteriormente por el adversario.
Los gobiernos liberales legislaron de forma más progresista, como en el caso de la legislación sobre la libertad de reuníón y expresión, la Ley de Prensa de 1883, la Ley de Asociaciones, el Código Civil (1889) y la Ley Electoral de sufragio universal masculino (1890).
Las elecciones nunca fueron transparentes y el sistema parlamentario se desprestigió por la práctica del falseamiento electoral y del caciquismo. Éste fue el instrumento que permitía a la clase política dominar el sistema político. El turno en el poder entre liberales y conservadores aseguró la continuidad de la Restauración sin violencias a cambio de la violación sistemática del sistema parlamentario.
Los nacionalismos
Para los partidos del turno la idea de Esp era centralista, sin embargo, carlistas y federalistas seguían reivindicando un modelo descentralizado que permitiera formas de autogobierno.
Este movimiento ganó importancia en las regiones que tenían mayores señas de identidad (lengua propia, tradiciones o fueros antiguos) como País Vasco, Cataluña o Galicia.
En Cataluña se llamó la Renaixença a un movimiento cultural para recuperar la Historia, el Arte, la Literatura, etc.
Con el tiempo esos partidos políticos se presentaron a las elecciones de 1869 y consiguieron mayoría.
En 1885 presentaron a la Regente el Memorial de Greuges: Manténían la fidelidad a la Corona. Pedían una amplia autonomía.
El nacionalismo vasco estaba basado en la defensa de los antiguos fueros, fue apoyado por el clero, el campesinado, la pequeña burguésía y el carlismo y tuvo un marcado carácter conservador.
Desastre del 98
A finales de la década de 1890 se dio un enfrentamiento entre los dirigentes políticos, una depresión económica y, sobre todo, la guerra de Cuba.
En 1895, bajo el “Grito de Baire” se llevó a cabo un pronunciamiento que se extendíó por toda la isla. Al frente de dicho pronunciamiento se encontraba el intelectual José Martí. España para contrarrestarlo mandó un ejército al mando de Martínez Campos que combinaba hechos de armas con negociaciones, pero fracasó.
Los partidarios del turnismo estaban dispuestos a otorgar a los cubanos algunas concesiones pero no a conceder la independencia.
Por otra parte EEUU, dirigido por el recién elegido presidente McKingley, pretendía sustituir a los españoles en el dominio de la isla. Aprovechando un incidente aún no aclarado, el hundimiento del barco de guerra estadounidense Maine, EEUU declaró la guerra a España.
En 1897 Cánovas fue asesinado y Sagasta asumíó el poder. Éste intentó una solución pacifica, aprobando una constitución para Cuba en la que se le otorgaba un gobierno autónomo pero la tensión resultó insoportable en la isla.
EEUU vencíó en la batalla naval de Santiago de Cuba (3 de Julio de 1898) y el gobierno español no tuvo más opción que pedir la paz. Esta paz se firmó el 10 de Diciembre de 1898 en la Paz de París por la que España perdíó todas sus colonias (Cuba, Puerto Rico, Filipinas, Marianas)
Estas derrotas propiciaron la crítica al sistema y la aparición de la idea de regeneracionismo del país mediante el saneamiento de la Hacienda, el crecimiento económico, la mejora de la educación, etc. La pérdida de las colonias supuso un fuerte revés para las exportaciones, se perdieron ingresos y recursos.
El grupo de intelectuales y escritores de la generación del 98 se planteó también la necesidad de regenerar la sociedad española.
Industria
Las transformaciones industriales
España no hizo una revolución industrial como otros países de Europa debido a:
-Escaso poder adquisitivo de la población. -Excesivo proteccionismo a la industria existente, lo que no estimuló la revolución tecnológica y los productos españoles fueron más caros y menos evolucionados que los extranjeros. -Escasez de materias primas, sobre todo carbón y hierro. -Falta de inversiones. -Malas comunicaciones: falta de redes comerciales. -Podemos decir que hubo una evolución sostenida desde 1820, en la que se detectaron momentos de crisis, como en la década de 1860 y tras el desastre de 1898
La industria textil
-En Cataluña se creó una importante industria textil, debido a:
A favor: *Proteccionismo del Estado. *Producían tejidos de algodón que eran baratos, permitían estampados y nuevos diseños, etc. *Espíritu emprendedor de la sociedad catalana.
En contra: *Escasez de carbón y algodón.
-Desde la década de los 40 se extendíó el uso del vapor, por lo que podemos considerar que en Cataluña se había llevado a cabo la revolución industrial.
-A partir de 1860 el carbón fue sustituido por la electricidad obtenida en saltos de agua. -Se construyeron “colonias” en las que se instalaban las fábricas, junto a la fuente de energía, que se convirtieron en pequeños pueblos. -Estas industrias, sin modernizarse y ante los bajos precios ingleses, entraron en crisis. -Los gobiernos adoptaron medidas proteccionistas, pero éstas también impedían su desarrollo.
La industria siderúrgica
–
En 1831 se construyó el primer alto horno (factoría de fundición) en Málaga. -La familia Heredia amplió a otras zonas de Andalucía. -Esta industria tuvo una vida muy corta por la falta de mineral y de carbón. -En la década de 1840 se formó otro núcleo en Asturias, donde el carbón de sus minas, abarataba el coste de la fundición.
-El principal núcleo fue el vasco, favorecido por:
*Políticas proteccionistas. *Supresión de los fueros, lo que facilitó el comercio con el resto del país. *La existencia de minas que incluso producían para la exportación. *La sustitución de la producción de hierro por acero, necesita menos carbón
-Se desarrolló la industria naval para el comercio con el Reino Unido. -Desde mediados de siglo y sobre todo en el último cuarto, la siderurgia vasca vivíó un gran desarrollo. -Varias empresas se fusionaron creando Altos Hornos de Vizcaya. -Se crearon industrias subsidiarias (maquinaria, herramientas, transporte, etc.)