Tema 9: LA Guerra Civil (1936-1939)
I. SUBLEVACIÓN MILITAR E INTERNACIONALIZACIÓN
A. LA SUBLEVACIÓN MILITAR Y SU FRACASO: LA DIVISIÓN DE ESPAÑA EN DOS ZONAS Al clima de violencia callejera y bipolarización de la vida política en la primavera de 1936 unido a los dos asesinatos de Julio, adelantó los planes de conspiración, y el 17 de Julio de 1936 se sublevó la guarnición de Melilla extendíéndose la rebelión al resto del Marruecos español y a la Península al día siguiente. Los sublevados prevéían un golpe breve y rotundo que durase horas o días, pero no una guerra civil de años. Por su parte, el Gobierno de la segunda República, presidido por Casares Quiroga, no adoptó las medidas adecuadas para prevenir el conflicto. La Guerra Civil fue la consecuencia de un golpe militar mal ejecutado y de un Gobierno demasiado débil para atajarlo. Franco, tras controlar la situación de Canarias, se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. Entre el 18 y el 19 de Julio se incorporaron a la sublevación Sevilla (general Queipo de Llano) y Cádiz. Aparte de las islas, quedaron sublevadas dos áreas separadas: por un lado, ambas costas frente al estrecho de Gibraltar, y por otro, Galicia-Castilla y León-Navarra. A excepción de Zaragoza y Sevilla, eran zonas con escasa población y de economía rural. La mayor parte del ejército estuvo del lado de la República. Solo Navarra, gracias a los carlistas, hubo un masivo apoyo popular al Golpe de Estado. La zona leal al gobierno quedó también dividida en dos: la cornisa cantábrica y el País Vasco (excepto Álava), por un lado, y Madrid, Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha, Málaga y Murcia, por otro. La sublevación fracasó en la mayoría de las grandes ciudades y los núcleos industriales. Por lo tanto, el golpe militar fue un fracaso. En Madrid, el general Fanjul, jefe de los sublevados, se encontró cercado en el Cuartel de la Montaña por el pueblo al que el gobierno había entregado armas. En Barcelona, el general Goded y sus seguidores fueron dominados por la activa participación del pueblo en la lucha y por la fidelidad a la República de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto. En Valencia y otras ciudades importantes ocurríó lo mismo. Pero la sublevación triunfó en amplias zonas de la España rural: (Galicia, Castilla y León, Navarra) y en algunas ciudades importantes como Sevilla, Córdoba, Granada y Zaragoza. Surgieron en aquel Julio de 1936 dos Españas. Para unos el “Glorioso Alzamiento Nacional”, se había hecho necesario para salvar a España de la anarquía. Para la otra España, la que permanecíó fiel al gobierno legal de la República, había que luchar para defender los logros de una República democrática y para terminar con el fascismo que se estaba extendiendo por toda Europa.
B. INTERNACIONALIZACIÓN Y PROLONGACIÓN DEL CONFLICTO Los Estados democráticos, Francia y Gran Bretaña, intentaron aislar el conflicto español. De esto partíó el Comité de No Intervención que agrupó a las principales potencias, que se comprometían a no ayudar a ninguno de los dos bandos. Las marinas británica, francesa, alemana e italiana controlarían, una zona marítima cada una para que no entrase material de guerra en España. Francia y Portugal cerrarían sus fronteras terrestres. En la práctica esto no funciónó así:
Ayuda extranjera a la República: recibíó inmediata ayuda de la URSS de Francia y México: La Uníón Soviética apoyó con material bélico y personal especializado (pilotos, artilleros tanquistas, etc.). La ayuda se pagó con el oro del Banco de España, el llamado “oro de Moscú”. La ayuda humana le llegó a través de las Brigadas Internacionales: millares de militantes antifascistas de todo el mundo, sin demasiada experiencia militar, pero disciplinados que vinieron bajo el
lema: “España será la tumba del fascismo”. Canalizados por los partidos comunistas europeos, estos jóvenes eran de ideología comunista, socialista o liberal, obreros, periodistas, intelectuales, funcionarios, parados, o aventureros. Fueron distribuidos en seis Brigadas y su intervención ayudó a detener al ejército rebelde a las puertas de Madrid en el otoño de 1936. Recaudación de fondos: la solidaridad de Méjico, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, o la acogida de refugiados en países como Bélgica, Gran Bretaña o la Uníón Soviética. Ayuda extranjera a la España rebelde: recibíó ayuda de Italia y Alemania de forma masiva y pagadera en materias primas, especialmente en minerales (wolframio). Para los partidarios del franquismo la ayuda estuvo equilibrada. Pero sin duda, la ayuda de la URSS fue menor en cantidad y en calidad pues los pilotos, tanquistas y asesores soviéticos tenían peor preparación técnica y medios materiales que los alemanes.
II. DESARROLLO DE LA GUERRA
A. DE LOS INICIOS A LA PRIMAVERA DE 1937 (20 DE Julio DE 1936-Marzo DE 1937). Esta etapa se inicia después del alzamiento hasta la batalla de Guadalajara. Diferenciamos dos fases: la guerra de columnas y la batalla de Madrid. La Guerra de Columnas: Eran grupos de tropas formados con pequeñas unidades de diversas armas, de escaso volumen y mucha movilidad. En los primeros meses, la guerra es claramente desfavorable para la República. Navarra y Sevilla son los dos grandes centros difusores de columnas rebeldes, de Mola y Franco respectivamente. Su objetivo era Madrid, pero también se enviaron fuerzas contra objetivos complementarios. En Valladolid se organiza la columna Serrador, a la que se suman efectivos navarros, que llegarán al Alto del León, en la sierra de Guadarrama. La expansión de Mola sobre Madrid queda detenida por las milicias republicanas creadas en la capital. En la zona sur, con centro en Sevilla, los sublevados amplían y consolidan su dominio de la Andalucía del Guadalquivir y establecen conexión con los sublevados de Granada. Pero lo decisivo fue el paso del Ejército de África a la Península por el estrecho de Gibraltar, gracias a la ayuda de Alemania e Italia. En Agosto se avanza por Extremadura y en Septiembre se llega a Toledo, donde Franco se inclina por acudir en socorro de los sitiados en el Alcázar de Toledo, donde triunfa. También en Septiembre se produce el enlace entre los sublevados del norte y del sur, el Ejército rebelde queda unificado en un solo bloque (bando único). El 1 de Octubre, Franco se convierte en Jefe del Gobierno del Estado. Entre Octubre y Noviembre las columnas reagrupadas y reorganizadas por Valera, avanzan hacia Madrid. El ejército republicano, dirigido por Miaja, es detenido en Córdoba, pero recupera Albacete. La Batalla de Madrid: Fue un conjunto de acciones durante cinco meses de combate, ciclo al que pertenecen las operaciones del Jarama y Guadalajara. La lucha en torno a Madrid comporta el primer gran revés para los planes de los sublevados y condiciona decisivamente la prolongación del conflicto. La ayuda extranjera jugaba ya su papel (Legión Cóndor alemana, aviación italiana, armamento y asesores rusos, Brigadas Internacionales) y la República mostraría una capacidad de resistencia insospechada poco antes. El ataque frontal de las fuerzas de Franco se produciría entre el noroeste y sureste de la capital. La batalla comenzó el 7 de Noviembre. La ciudad se mostraría inexpugnable, la Junta de Defensa de Madrid, presidida por Miaja, canalizó el esfuerzo de guerra. Los atacantes llegaron a cruzar el Manzanares y ocupar parte de la Ciudad Universitaria, pero ahí fueron detenidos. Se emprendíó entonces por Franco la alternativa de las maniobras envolventes. Por el Jarama para cortar la carretera de Valencia. Fracasado este objetivo, se monta la operación desde la zona de Guadalajara, donde interviene el cuerpo expedicionario italiano, el CTV, que fue un descalabro total para los italianos.
B. ETAPA CENTRAL Y DECISIVA DE LA GUERRA (Abril-Mayo DE 1937 A Noviembre DE 1938). Franco decidíó atacar el territorio republicano del norte. En primer lugar, el ejército de Franco ocupó Vizcaya: Bilbao cayó en Junio de 1937. Parte del ejército republicano situado en el País Vasco se rindió a los italianos tras firmar el Pacto de Santoña (que no se cumplíó. Durante esta etapa se produjo un episodio dramático, el bombardeo de Guernica (Abril de 1937), llevado a cabo por los pilotos nazis de la Legión Cóndor (enviada por Hitler), con el consentimiento de Franco, que acusó al ejército republicano del crimen. Tras Bilbao, cayó Santander y Asturias (Agosto y Octubre de 1937, respectivamente). El ejército popular de la República emprendíó varias ofensivas para intentar detener o retrasar el avance franquista: la Batalla de Brunete y la de Belchite, que no logró la ocupación de la capital aragonesa por los republicanos. Finalmente, con la batalla de Teruel los republicanos tomaron esta ciudad (un mes). La batalla del Ebro (26 de Julio de 1938-15 de Noviembre de 1938): Desde Julio de 1938 el ejército republicano lanzó una furiosa ofensiva y logró cruzar el Ebro a través del gran arco que el río describe entre Mequinenza (Zaragoza) y Amposta (Tarragona). Esta operación había sido diseñada por el general Vicente Rojo y autorizada por Juan Negrín. La ofensiva se prolongó hasta Noviembre de 1938. Franco concentró sus tropas para rechazar el ataque y recuperar el terreno perdido, malgastando tiempo y material y alargando la guerra innecesariamente. Así pues se invirtieron cuatro meses en el que fue el enfrentamiento más sangriento de la Guerra Civil, se produjeron más de 100.000 bajas.
C. ÚLTIMA ETAPA DE LA GUERRA (15 DE Noviembre DE 1938-28 DE Marzo DE 1939). Tras la batalla del Ebro se llevó a cabo la conquista de Cataluña. Se entraba en el último ciclo de la guerra, breve y de escasa actividad bélica, que culminaría con la descomposición política interna de la República. En Febrero de 1939, Barcelona cayó en manos de los sublevados. Era la última gran campaña de la Guerra Civil. El Gobierno y el Presidente de la República, que se habían trasladado a Barcelona, cruzaron la frontera, acompañados por el gobierno de la Generalitat. Negrín regresó a España desde Francia con el objetivo de continuar la guerra pero chocó, con la oposición de militares y políticos republicanos, que buscaron una salida negociada al conflicto. Este grupo, encabezado por el coronel Casado, el general Miaja y algunos políticos socialistas, como Julián Besteiro, y republicanos y anarquistas, como Cipriano Mera, organizó un Golpe de Estado en Marzo de 1939. Este acontecimiento provocó una breve Guerra Civil dentro del bando republicano, de la que salieron triunfantes el coronel Casado y sus partidarios, quienes decidieron entregar a Franco toda la zona que aún estaba en manos de los republicanos.
III. EVOLUCIÓN EN LAS DOS ZONAS Y CONSECUENCIAS. INCIDENCIA EN Castilla-LA MANCHA
A. EVOLUCIÓN DE LA ESPAÑA REPUBLICANA
Las discrepancias internas Durante los primeros meses de la guerra se establecieron dos posturas enfrentadas: Quienes vinculaban la guerra a la revolución, postura defendida por los anarcosindicalistas de la CNT y del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), de tendencia troskista. Aquellos que priorizaban vencer la guerra y postergar la revolución, opción sostenida por socialistas y comunistas. La ocupación de tierras y la colectivización de empresas estuvieron a la orden del día. En suma, una revolución social caótica liderada por los sindicatos UGT y CNT. Esta revolución fue acompañada por una dura e indiscriminada represión sobre políticos y personas sospechosas de colaborar con los rebeldes o simplemente de simpatizar con las derechas, entre las que se incluyó a los miembros del clero.
Los sindicatos llevaron a cabo numerosas incautaciones, intervenciones y colectivizaciones de propiedades privadas y del clero, servicios públicos, tierras e industrias.
El Gobierno de Largo Caballero
Largo Caballero formó un Gobierno de concentración, que agrupaba a republicanos moderados, Esquerra Republicana, PNV, PSOE, UGT, PCE y CNT-FAI. Puso en marcha una serie de iniciativas: Construir un ejército republicano. Las milicias populares fueron sustituidas paulatinamente por el Ejército Popular de la República. Recuperar el control del orden público para lo que creó el cuerpo de Carabineros. Apoyo al nacionalismo vasco, se aprueba el Estatuto de Autonomía del País Vasco. Establecer una economía de guerra. Los conflictos internos tuvieron su punto culminante en Barcelona durante Mayo de 1937, a causa de los de la pugna por el control de los servicios públicos que se encontraban en manos de la CNT. La negativa a dejar los servicios provocó una batalla campal en las calles entre la UGT; el PASUC y las fuerzas de la Generalitat, por un lado, y los anarquistas y el POUM por el otro. Repercusiones: Disminuyó la presencia anarcosindicalista en la calle. El POUM fue juzgado y condenado. La Generalitat de Cataluña perdíó sus atribuciones en materia de orden público. Largo Caballero se vio obligado a dimitir y su Gobierno de coalición se derrumbó.
El Gobierno de Negrín
Entre Mayo de 1937 y Febrero de 1939 gobernó un equipo ministerial presidido por Negrín. Su prioridad fue clausurar el caos revolucionario. El gobierno guardaba un equilibrio entre el PSOE, los pequeños partidos republicanos y el PCE, con dos figuras, Negrín y el ministro de guerra, Indalecio Prieto. La expansión del PCE provocó el rechazo de los demás partidos y quedó reducido a dos tendencias: El negrinismo, formado por los comunistas, algunos socialistas y anarcosindicalistas. El antinegrinismo, compuesto por los socialistas de Prieto, los republicanos y el grueso del anarcosindicalismo. El 1 de Mayo de 1.938 proclamó los 13 Puntos, donde fija los fines de la guerra y propónían una república democrática y social. Tras la caída de Barcelona, Negrín, propone una resistencia armada con el fin de conseguir la paz bajo tres condiciones: 1º. Integridad de España. 2ª. Plebiscito para elegir el régimen político. 3ª. Garantías de no llevar a cabo represalias. Cataluña se desmorona y las autoridades republicanas, incluido el Presidente de la República, D. Manuel Azaña, pasan la frontera. Negrín y varios de sus Ministros se trasladan a la zona centro, todavía en poder de los republicanos. Ha surgido un movimiento de oposición a Negrín por parte de militares, socialistas, anarcosindicalistas y republicanos. El resultado es que en la noche del 5 al 6 de Marzo de 1.939, el coronel Casado, secundado por socialistas, anarcosindicalistas y republicanos, da un Golpe de Estado contra el gobierno de Negrín, formándose el Consejo Nacional de Defensa. Las negociaciones emprendidas por este Consejo con Franco de cara a una rendición sin represalias no dan resultado. Finalmente el Consejo acepta la rendición sin condiciones.
La evolución económica Los republicanos contaban con una clara superioridad demográfica, así como el control de las principales zonas industriales del país y de las regiones agrícolas orientadas a la exportación. Esto el abastecimiento, por lo que en las grandes ciudades se extendíó la precariedad y el hambre. El descontrol político permitíó las colectivizaciones, realizadas tanto en algunas zonas rurales como en la industria catalana. El resultado fue que la producción descendíó, de modo que el gobierno tuvo que recurrir a las reservas de oro del Banco de España.
La represión en la zona republicana La incapacidad del gobierno para instaurar el orden provocó la extensión de la represalias contra cualquier persona sospechosa de participar en la sublevación. Fue protagonizada por milicianos descontrolados que asesinaron a decenas de miles de militares, religiosos, aristócratas o derechistas.
Finalmente, el gobierno a partir de Noviembre de 1936 fue capaz de reducir la represión. En 1937 se creó el Servicio de Información Militar (SIM), cuyo objetivo era localizar elementos adeptos a la rebelión.
B. EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA ESPAÑA SUBLEVADA
La organización política El 24 de Julio de 1936 quedó constituida en Burgos la Junta de Defensa Nacional, un organismo encargado de la administración de los territorios bajo control de los sublevados. Su presidente fue el general Miguel Cabanellas. Las decisiones eran competencia de los generales al mando de las diferentes zonas ocupadas. Pueden distinguirse tres esferas de poder real: Al norte el General Mola, cuyo prestigio decayó tras su fracaso en la conquista de Madrid. En Andalucía, el general Gonzalo Queipo de Llano. En Marruecos, el general Franco, cuyo prestigio iba en ascenso por las buenas relaciones con la Alemania de Hitler y sus éxitos militares en el frente de Andalucía. La muerte de Sanjurjo había frustrado los planes de afianzar un mando único. Tras la liberación del alcázar de Toledo, Franco se postuló como la figura más popular entre los generales. El 1 de Octubre de 1936 se publicó el decreto por el que Franco fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y Jefe del Gobierno del Estado Español. En Burgos quedó constituida una Junta Técnica de Gobierno, pero el centro neurálgico de poder se ubicó en el cuartel general de Franco en Salamanca, desde donde fue gestando su clientela militar y política y diseñaba una propaganda personalista plagada de connotaciones religiosas que lo presentan como caudillo.
La evolución económica
El control de la agricultura, además de una menor presión demográfica, eliminaron los problemas de abastecimiento tan acuciantes en la zona republicana. El curso de la guerra les permitíó incorporar las zonas mineras e industriales. Franco contó con el apoyo incondicional de Italia y Alemania, dispuestas a conceder créditos a los sublevados. De igual forma algunas empresas petroleras (TEXACO). El apoyo mayoritario de las élites económicas del país.
La unificación política e ideológica
En la llamada “zona nacional” quedaron abolidas las medidas de la Segunda República. Desaparecieron las autonomías vasca y catalana, y el Estado reforzó el carácter centralista. Para unificar las distintas opciones políticas en un solo partido, Franco contó con la ayuda de Ramón Serrano Suñer, quien equiparó la estructura política a la de la Italia fascista: Carlismo y falangismo quedaron unificados como Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacionalsindicalista (FET de las JONS), también denominado Movimiento Nacional. Los partidos más importantes de la derecha republicana, Renovación Española y CEDA se disolvieron, y sus miembros se integraron en el Movimiento Nacional. Franco contó con el apoyo de la Iglesia: El obispo Plá y Deniel legitimó la sublevación como “cruzada”. El cardenal Gomá encabezó una Carta colectiva de los obispos españoles explicitando la identificación de la iglesia con los sublevados.
La represión en la zona franquista
En la zona sublevada se institucionalizó una sistemática represión que persiguió a todo individuo sospechoso de simpatizar con la República. Los detenidos, cuando no eran inmediatamente ejecutados, eran sometidos a juicios sin ninguna garantía procesal y condenados a muerte; matanzas como las perpetradas en Badajoz, en Navarra o en la localidad sevillana de Dos Hermanas, etc.
C. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA La Guerra Civil fue el episodio más traumático que vivíó la sociedad española durante el Siglo XX. Durante tres años, conciudadanos, e incluso miembros de una misma familia, luchaban entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó. Los que vencieron excluyeron y persiguieron a quienes no se habían sumado de manera entusiasta a su bando.
En los últimos meses de la guerra, millares de combatientes republicanos y de familias enteras que habían defendido públicamente al gobierno de la República tuvieron que abandonar España de manera precipitada, dejando atrás todas sus pertenencias y propiedades. En resumen, casi medio millón de muertos, de los que una buena parte corresponde a los asesinatos de las retaguardias o en las cárceles. Acabada la guerra, más de 250000 personas ingresaron en prisiones o en campos de trabajo forzado. Decenas de miles de españoles exiliados se concentraron en campos de internamiento en el sur de Francia. Las consecuencias en la cultura española fueron importantísimas. Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata de la cultura española (1898-1936). Las consecuencias en el terreno económico fueron desastrosas para el país: la pérdida de reservas, la disminución de la población activa, la destrucción de infraestructuras viarias y fabriles, así como de viviendas y la caída del nivel de renta. La mayoría de la población española hubo de sufrir a lo largo de las décadas de 1940 y 1950 los efectos del racionamiento y la privación de bienes de consumo. En el ámbito internacional, España inició veinte años de aislamiento político, quedó fuera del fuerte impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945.
D. INCIDENCIA EN Castilla-LA MANCHA Las operaciones militares: El 18 de Julio de 1936, la sublevación militar afectó parcialmente al territorio de Castilla la Mancha. Se sublevaron Toledo, Albacete y Guadalajara, fracasando en estas dos últimas y viéndose sitiados los sublevados al Alcázar en la ciudad de Toledo. Este sitio fue levantado en Septiembre de 1936 por las tropas de Franco, que tomaron Toledo y parte del Valle del Tajo, lanzándose sobre Madrid. Las batallas más significativas que tuvieron lugar en la regíón fueron las del Jarama y la de Guadalajara. La represión: La mayor parte de la regíón quedó en la zona gubernamental, producíéndose una dura represión que afectó a militantes de la CEDA, agrarios, tradicionalistas, falangistas, propietarios, sacerdotes y religiosos y gente común que fueron sacados de sus casa y ejecutados. Se calcula que en total fueron unos 8000 muertos. La sociedad y la economía: La guerra se vivíó en la retaguardia, salvo en Toledo y Guadalajara. Hubo subida de precios, escasez de alimentos, falta de dinero, refugiados y represión que alteraron la cotidianidad. En ese contexto, en Castilla-La Mancha se dejó notar con fuerza el proceso de colectivizaciones promovido por la UGT y la CNT que llevó a la colectivización de 2.400.000 Ha., un tercio de la superficie regional. Además, dicha colectivización también afectó a industrias e instalaciones mineras, que quedaron también bajo el control de los sindicatos. Todo ello llevó, con frecuencia, a un hundimiento de la producción que perjudicó los esfuerzos de guerra del bando republicano durante la misma.