El texto que nos ocupa es una fuente primaria e histórica contemporáneo de la época, de naturaleza política.
El texto está fechado en 1901, justo después del desastre del 98, y pertenece a una de las obras más destacadas del autor, Joaquín Costa (1846-1911), que se titula “Oligarquía y caciquismo, colectivismo agrario y otros escritos”.
El autor es el principal representante del regeneracionismo cultural y político, movimiento ideológico que se impuso en España a raíz de la crisis del 98, (propone soluciones ante la crisis de la Restauración).
Nacido en Monzón (Huesca), fue político, economista, jurista e historiador, además de experto en cuestiones relacionadas con la agricultura.
Perteneció a la Institución Libre de Enseñanza (asociación fundada en 1879 que se marcó como objetivo el revitalizar la vida intelectual en España frente a la tradición de la enseñanza confesional, creando un sistema pedagógico nuevo y más moderno). Arremetió continuamente contra el sistema de la Restauración, con el turno de partidos, al tiempo que se convertía en el representante de las reivindicaciones campesinas.
Obtuvo un escaño en el parlamento como miembro de la Unión Republicana.
El texto está dirigido a todos aquellos políticos y juristas seguidores de su línea de pensamiento político, está planteado para un público iniciado en la materia, al que pretende movilizar y hacer reaccionar, utilizando para ello un yo colectivo en la descripción y análisis de la situación, con un estilo directo y sin grandes figuras retóricas.
El texto denuncia la corrupción del sistema electoral de la Restauración como forma de gobierno, y a los integrantes de esta trama fraudulenta que la hacen posible. Detrás de esta denuncia subyace otra idea, y el por qué de la misma, que es la de la necesidad que existe de cambiar España. Regenerarla extirpándole sus males.
La denuncia del sistema electoral corrupto la ilustra mostrando la existencia de un engranaje electoral que lo hace posible, y que está formado por tres elementos que interactúan entre ellos, poniéndose de acuerdo para lograr el objetivo final que es el de falsificar las elecciones, y seguir ellos en el poder sin ninguna posibilidad de cambio y de progreso por parte del pueblo. Este engranaje estaría formado en primer lugar por los oligarcas, miembros de las clases poderosas, notables y alta burguesía, figuras destacadas de los partidos políticos dinásticos, cuyo fin es velar por sus propios intereses dentro del sistema parlamentario. En segundo lugar, por los caciques, personajes con poder destacado, que se presentan ellos personalmente o a sus candidatos a las elecciones, que aplican la coacción para conseguir resultados políticos para sus intereses. En tercer lugar, el gobernador civil, representante del gobierno en cada provincia, que controla el proceso y sirve de enlace entre los caciques locales y los oligarcas, cerrando así el circulo del engranaje en la falsificación del sistema electoral, y parlamentario. Dentro de este engranaje habría que hacer referencia al “encasillado” (acuerdo para el nombramiento previo de quienes iban a salir elegidos por cada uno de los dos partidos del turno), y por último al “pucherazo”, es decir el cambio de las papeletas en las urnas o la falsificación del censo electoral cuando los resultados no eran los acordados.
Por tanto no es un sistema al servicio del pueblo, sino que son las clases conservadoras y gobernantes quienes lo corrompen abusando de su posición. Este sistema de control a través de los caciques, a pesar de que fue muy criticado, se mantuvo hasta la proclamación de la segunda república en 1931.
El marco histórico en el que hay que encuadrar el texto es en la época de la Restauración española, entre 1874-1923, más concretamente en el inicio de la segunda etapa de la Restauración, 1902-1923, con el inicio del reinado de Alfonso XIII, comienzo también del inicio de la descomposición del sistema, cuyo ideólogo y artífice fue el político malagueño, conservador, Antonio Cánovas del Castillo.
El sistema estaba fundamentado en varios principios políticos, en una monarquía con soberanía compartida con las Cortes, la constitución de 1876, y en unas leyes electorales en manos de las sucesivas cortes, encargadas de garantizar el turno de partidos políticos dinásticos, los conservadores y los liberales.
El texto está redactado justo después del desastre colonial del 98, en que España pierde las últimas posesiones de ultramar, Cuba, Filipinas y Puerto Rico, pasa a ser una potencia de segundo o tercer orden en el contexto internacional, instalándose en España un clima de depresión y catastrofismo colectivo, producto de la cruda realidad que muestra un país pobre y atrasado, con muchos problemas enquistados desde hace muchos años.
En este contexto surge el movimiento regeneracionista, que culpa al sistema imperante de la Restauración, del atraso y la decadencia española.
En esta etapa comienza la crisis del sistema, Joaquín Costa, el autor del texto, es uno de los líderes del regeneracionismo cultural y político, y testigo privilegiado y directo de lo que denuncia, dada su condición no solo de diputado, sino lo que es más importante, de estudioso e intelectual de la época, con los conocimientos acreditados en el currículum que mencionamos anteriormente.
Conclusión: Por lo tanto estamos ante un testimonio muy relevante, que ejerció una influencia importante en la vida política española de aquellos momentos, influye en la Generación del 98, en lo político en Maura y Canalejas, políticos de la vía regeneracionista dinástica, que intentan hacer los cambios desde arriba, es decir desde el gobierno, en la vía republicana, el fin de la Restauración y la llegada de la república, en la nacionalista pidiendo la descentralización del estado y que se recojan sus ideas autonomistas, en la clase trabajadora pidiendo el fin del sistema de la Restauración.
A medio y largo plazo se podría hablar también de la influencia del concepto del regeneracionismo en la política de la época contemporánea de la democracia española, ya que está presente en los discursos y programas electorales de muchos partidos políticos actuales, y organizaciones de distinto tipo. A lo largo del Siglo XX y XXI las ideas o el discurso regeneracionista está presente en las diferentes tapas políticas: Por ejemplo en la dictadura de Primo de Rivera justificando el golpe (cirujano de hierro para erradicar los males de España) o haciendo grandes obras durante su dictadura. En la II República en la reforma de la enseñanza (Institución Libre de la Enseñanza). En la etapa de Franco con los grandes pantanos para resolver el problema de la agricultura y el regadío en España. En la etapa de la transición con la vieja idea regeneracionista de entrar en Europa.