Cuanto estalló la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el gobierno declaró la neutralidad, que fue respaldada por todos los partidos y que se favorecíó de una espectacular expansión de la economía. Mientras que la burguésía industrial se enriquecíó con los beneficios de la guerra, las clases trabajadoras sufrieron un descenso en su nivel de vida; lo que agravó las diferencias sociales y con ello, el auge del movimiento obrero. Además, en el ámbito político el turnismo entró en crisis y los partidos dinásticos se descompusieron. En 1917 se produciría la crisis del sistema político de la Restauración, al confluir tres conflictos: el militar, el político y el social:
-El descontento de los militares se debía a la reducción del número de oficiales y al sistema de ascensos basado en los méritos de guerra. Esto provocó la formación de Juntas de Defensa, que hicieron temer al gobierno sobre un posible Golpe de Estado. -Ante las medidas del gobierno conservador, se convocó una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona con el objetivo de reformar la Constitución. -UGT y CNT suscribieron un manifiesto convocando huelga general. Una huelga que solo tuvo intensidad en los centros urbanos y que se saldó con decenas de muertos y miles de detenidos por la represión del ejército. Tras esto se acentuó la inestabilidad política y con ello aparecieron unos gobiernos de confrontación que apuntaban a la renovación del sistema. Además, los partidos dinásticos estaban en la cuerda floja: el Socialista se dividíó y una minoría radical fundó el Partido Comunista de España, los republicanos también sufrieron divisiones internas y los nacionalismos catalán y vasco siguieron reclamando la autonomía. Todo esto favorecíó el crecimiento de los sindicatos y la proliferación de organizaciones de empresarios. En Andalucía se intensificaron las movilizaciones dando lugar al llamado “trienio bolchevique” y en Barcelona obreros y patronal se enfrentaron en actos terroristas hasta que se aplicó la ley de fugas contra los sindicalistas. En cuanto a Marruecos, Dámaso Berenguer inició la ocupación del sector occidental y el general Silvestre, sin hacer caso, avanzó sobre el corazón del Rif. Pero Abd-el-Krim organizó el cerco de las tropas españolas en el Annual y en pocos días se perdíó toda la zona que había sido ocupada durante años. Murieron más de 10000 soldados. La tragedia del Annual sería una de las causas del fin del régimen parlamentario: el gobierno aceptó formar una comisión de responsabilidades políticas para dirigir las acusaciones, pero antes de que el informe llegase a las Cortes, el general Primo de Rivera encabezó un Golpe de Estado el 13 de Septiembre de 1923 contra el gobierno constitucional, por el que se impónía una dictadura militar como solución a la crisis del régimen. El pronunciamiento no halló a penas resistencia debido al malestar militar, la división del gobierno y la falta de confianza del rey en el sistema. El objetivo era destruir el caciquismo, y poner fin a la subversión social y a la amenaza del separatismo. Contó con el apoyo de los principales bancos y de la Iglesia. Los republicanos y los socialistas se mantuvieron expectantes, y solo los anarquistas y comunistas manifestaron su repulsa, pero sin respuesta popular. El 15 de Septiembre, Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera la formación de gobierno y le concedíó el Directorio Militar, el cual declaró el estado de guerra durante dos años, suspendíó la constitución de 1876, disolvíó las Cortes, y censuró la prensa y las actividades de partidos políticos y sindicatos. Se tomaron medidas represivas contra la CNT y el PCE, declarados ilegales. Además, se reprimieron las manifestaciones nacionalistas, prohibiendo el catalán en el ámbito oficial. El proyecto de Primo de Rivera se basaba en liquidar la estructura de la Restauración y organizar un nuevo régimen (mediante una reforma de la administración). Los gobernadores militares sustituyeron a losciviles, y se crearon los delegados gubernativos, que controlaban los nuevos ayuntamientos (juntas de “vocales asociados”).
La aprobación del Estatuto Municipal (1924) inició la formación de la nueva administración, pero el caciquismo no desaparecíó. Las diputaciones fueron disueltas y con el Estatuto Provincial (1925) desaparecíó la Mancomunidad, que potenció el nacionalismo radical e incluso separatista. Primo de Rivera, consciente de la impopularidad de la guerra marroquí, intento negociar la paz, pero eso irritó a los militares africanistas. El ataque de las tropas españolas en 1924 y el avance de Abd-el-Krim en la parte francesadieron un vuelco a la situación. Un año después, Francia y España acordaran una ofensiva militar conjunta que fue un rotundo éxito. En 1926, quedó sometido todo el protectorado. Primo de Rivera se rodéó de políticos de derechas, y sustituyó el Directorio militar por un gobierno civil. Con el fin de consolidar el régimen, se creó un gran partido de derechas, la Uníón Patriótica. Carecía de un programa y una ideología definida. Sus impulsores procedían del catolicismo, pero la mayoría de los afiliados eran funcionarios y propietarios rurales. En 1926, Rivera convocó una Asamblea Nacional Consultiva, compuesta por representantes del Estado, de la Uníón Patriótica y de las diversas actividades y clases sociales, para elaborar una nueva constitución. Sin embargo, la oposición de viejos políticos, junto a la actitud de rey, paralizó el proyecto de Estatuto Fundamental de la Monarquía, y se acrecentó la oposición al dictador. Se apostó por el intervencionismo estatal y el nacionalismo económico, con el objetivo de regular e impulsar la industria nacional.
Se crearon grandes monopolios estatales: CAMPSAo la Telefónica Nacional de España, y sefomentaron las obras públicas. Además, se extendíó la electricidad al mundo rural, se electrificó parte de la red de ferrocarriles y se construyeron carreteras. Sin embargo, no aumentaron los ingresos y se incrementó el déficit presupuestario. La escasa conflictividad social se sumóal desarrollo de una amplia política social y al sistema corporativo, basado en la intervención de Estado y en la integración de las organizaciones obreras. La base de la Organización Corporativa Nacional eran los “comités paritarios”de cada oficio, cuyo objetivo era resolver pacíficamente los conflictos mediante la negociación, y tenían atribuciones como la reglamentación del trabajo, los contratos y la asistencia social. A partir de 1926, la dictadura empezó a perder apoyos, y Primo de Rivera trató llevar a cabo reformas militares para solucionar el conflicto militar. Suprimíó los ascensos por estricta antigüedad, y forzó al rey a disolver el cuerpo, distanciando a parte del ejército. Los partidos de turno y los republicanos, junto con militares descontentos, optaron por la vía de la conspiración civil y el pronunciamiento militar. Tras el fracaso de la “Sanjuanada”, el jefe del partido conservador promovíó otro intento (1929) con el fin de convocar unas Cortes constituyentes y llevar a cabo una reforma democrática. Intelectuales y periodistas (Unamuno, Ortega y Gasset, etc.), respaldados por los fundadores de la Federación universitaria Escolar (FUE), también se opusieron. Se formó la Alianza Republicana (integrado por grupos catalanes como el Partido Radical de Lerroux) que reactivó un nuevo republicanismo. Antiguos liberales formaron la Derecha Liberal Republicana como alternativa católica y conservadora. Los republicanos nacionalistas y regionalistas cobraron gran fuerza, agrupándose en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y formando en Galicia la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Frente a los sectores más sindicalistas, crearon en 1927 la Federación Anarquista Ibérica (FAI). La oposición del PSOE fue más tardía. Primo de Rivera presento su dimisión en Enero de 1930.Alfonso XII encargó la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer. Este restablecíó las libertades políticas, disolvíó la Asamblea Nacional y repuso en sus cátedras a los profesores sancionados. Sin embargo, el mundo urbano no se dejaba controlar por la maquinaria caciquil, y, en 1930, diversos partidos republicanos acordaron el Pacto de San Sebastián para proclamar la república. Se constituyó un partido revolucionario para preparar un levantamiento militar, al que se adhirieron los socialistas. Gasset, Marañón y Ayala publicaron un manifiesto fundacional de una Agrupación al Servicio de la República, instando al resto a contribuir. La insurrección estaba fijada el 15 de Diciembre, pero fracasaron los levantamientos en Jaca y en Madrid. El anuncio de republicanos, socialistas y antiguos políticos de no participar en las elecciones legislativas (1931) provocó la dimisión de Berenguer. Aznar le sustituyó y convocó elecciones municipales para el 12 de Abril. Sin embargo, el triunfo de republicanos y socialistas se interpretó como un rechazo a la monarquía y dio paso a la proclamación de la república dos días después.