4. EL MODELO DE LA CORONA EN EL INICIO DEL PATRIMONIO
La historia de la configuración del Patrimonio histórico-artístico es muy semejante para los distintos reinos y estados de la Edad Moderna. La Corte española, en la que la Casa de Austria comienza su reinado, se ofrece como ejemplo paradigmático para realizarlo porque sus reyes son grandes favorecedores del arte y los artistas, del mismo modo que lo son sus sucesores dinásticos, los Borbones. Hay que señalar dos aspectos de esta época: La inclinación artística y el hábito coleccionista de los reyes, y su derecho de propiedad sobre los Bienes. El coleccionismo está en el origen de ese querer guardar para la posteridad. Respecto al régimen jurídico de los Bienes interesa saber que la Monarquía ostenta el dominio sobre la totalidad del patrimonio del Estado. Durante el Antiguo Régimen, los reyes tienen potestad sobre una inmensa masa patrimonial conformada por diferentes categorías de Bienes patrimoniales: Patrimonio de la Nacíón, del Fisco o de la Hacienda, Patrimonio de la Corona, y Patrimonio libre de los reyes. Por este motivo y para evitar la pérdida y dispersión de las piezas de sus colecciones y de los bienes muebles de los palacios, los monarcas de la Casa de Austria van a considerar necesario dotar a estos Bienes con unas determinadas cualidades para que se incorporen a la Corona. Esta es la razón que ha favorecido la génesis de un rico Patrimonio y su conservación a través del tiempo, hasta el siglo XIX cuando el Estado es el soberano y por tanto le corresponde velar por sus Bienes. Procedentes del patrimonio de la Nacíón o del privado permanecen en la actualidad muchos hitos fundamentales del actual Patrimonio Cultural: El Palacio Real de Madrid, El Alcázar de Segovia, El Alcázar de Toledo, Casa y Bosque de la Zarzuela, Heredamiento de Aranjuez, El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, La Alhambra de Granada y El Archivo de Simancas. La selección artística del gusto de los reyes de Austria era:
objetos de oro, plata, pedrería, tapices, piezas litúrgicas, vestidos, etc. Bienes del Emperador Carlos V:
especial relevancia los objetos procedentes de América.
Colección de la Reina Isabel:
se mantiene el predominio de lo religioso, muchas piedras preciosas y objetos curiosos. Inventario de los Bienes de la Reina Juana:objetos de oro, plata, pedrería, tapices, piezas litúrgicas, vestidos, etc. Bienes del Emperador Carlos V:
especial relevancia los objetos procedentes de América.
Felipe II:
considerado uno de los más entusiastas amantes de las artes y su mejor protector, encarga obras a los mejores artistas como Tiziano o los Leoni y selecciona cuadros de los primitivos flamencos, Van der Weyden y El Bosco. Además, funda el monasterio de El Escorial.Felipe III:
lo más interesante es el mecenazgo pictórico. Al rey le gustan los relicarios, las imágenes de devoción y las de caza. Tenía preferencia por la pintura de Tiziano.Felipe IV:
vincula, para que queden incorporadas a la Corona de estos Reinos, pinturas, bufetes y vasos de pórfido y diferentes piedras. Hay que tener en cuenta la aportación de la nobleza y el clero, como el duque de Feria en Zafra o los duques de Pastrana en Guadalajara.5. LOS SIGLOS XVIII Y XIX
El Siglo XVIII:
Despotismo Ilustrado: originario de Francia, se impone en España tras la guerra de Sucesión por la nueva monarquía reinante, la Casa de Borbón. Respecto al Patrimonio histórico-artístico continúan con la misma línea de engrandecimiento que sus antecesores, incluso protegen con más énfasis los Bienes del Patrimonio. Los magníficos, pero austeros, palacios de los Austrias sufren remodelaciones que buscan acercarlos al añorado refinamiento de la Corte francesa. Para impulsar la cultura y el aprecio de las Artes se funda por decisión del Rey Felipe V la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Para recuperar el buen gusto en el Arte, la Academia busca la corrección en el pasado histórico: en la Antigüedad grecorromana. La Academia, para cumplir su misión formativa y animada por las excavaciones realizadas en Herculano, Paestum y Pompeya, impulsa estudios e investigaciones en principio circunscritos a la civilización romana, pero como consecuencia del espíritu enciclopédico propio del siglo, se empiezan a contemplar otros tiempos históricos o culturas lejanas. Despierta curiosidad la Antigüedad cristiana, el Medievo, Grecia, Egipto, Oriente Medio, etc. Hasta el Siglo XVIII los bienes conceptuados Patrimonio de estos tiempos históricos, son los ejemplos que han perdurado, y son el objeto de estudio de los historiadores del arte. El Patrimonio histórico-artístico nace como disciplina anexa a la historia del arte. A modo de resumen, en el Siglo XVIII la principal aportación es que en este siglo se crean las Academias como instituciones responsables de los Bienes y que al final de la centuria se abren al público las colecciones privadas y las bibliotecas.