Texto 7: Llamamiento de Franco

Texto de naturaleza política y de carácter público. Fue elaborado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 12 de Diciembre de 1946.

En Febrero de 1945, las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, decidieron volver a citarse en la ciudad de San Francisco, para crear una organización internacional que evitase una nueva guerra.
La Organización de las Naciones Unidas nacía en Abril de 1945, en la Conferencia de San Francisco.

La fecha del documento nos sitúa en plena posguerra española e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45). El 1 de Abril de 1939, fecha en la que el General Franco redacta el último parte de guerra, se abre una etapa política conocida como «franquismo cuya carácterística principal fue el poder dictatorial, personal y vitalicio de Franco como Jefe del Estado y, cuya política exterior va a venir determinada por la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias.

Así, el período de 1939-1953 se caracteriza por una honda soledad del régimen, expulsada de los organismos internacionales y, por un profundo sentimiento en el interior de España, donde la escasez y el estraperlo son las constantes económicas, y la limpieza del «enemigo interior» conoce las expresiones más crueles en forma de encarcelamiento, fusilamiento y exilio.

La idea principal del texto gira en torno a la decisión de la ONU de no admitir al régimen franquista en los organismos internacionales, por dos razones fundamentales:

A) Por ser un régimen implantado con la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia de Mussolini

B) Por la posición adoptada por España durante la Segunda Guerra Mundial

ONU

La Asamblea General de las Nociones Unidos identifica el régimen de Franco con los modelos fascistas que se asientan en Europa en el periodo de entreguerras e implantado en España tras la Guerra Civil.

El régimen del General Franco tuvo en los años cuarenta una apariencia claramente dictatorial con una absoluta concentración del poder en manos del General Franco, el rechazo de los principios democráticos, la falta de libertades y la ausencia de una Constitución escrito.

En cuanto al segundo aspecto, hemos mencionado como la política exterior española estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial. A los pocos meses de terminar la Guerra Civil se desencadena una Guerra Mundial. Este hecho colocaba al Gobierno español en una situación difícil, porque pronto empezarla a sentir las presiones de Alemania e Italia en busca de apoyo. De ahí que resulte complejo reducir a un esquema la posición española: en un principio, España fue neutral, pero dada su relación con Alemania durante la Guerra Civil, tenía que ser, al mismo tiempo, benevolente con respecto a ella. Así, cuando en el verano de 1940 se produjeron las victorias del eje, se pasó de la neutralidad a la no beligerancia, posición que mantuvo hasta 1942. A partir de esta fecha inició un distanciamiento de la causa alemana, de tal modo que sin romper la relación con este país, intentó una aproximación a los aliados, que se perfilaban como vencedores en la contienda.

La proclividad de Franco hacia el eje habría de tener consecuencias muy duras en el futuro. La victoria de los aliados sobre Alemania, Italia y Japón desencadenó una fuerte oposición contra todos los sistemas que habían manifestado algún apoyo e identificación con los vencidos. El sistema político español sufríó los embates de esta posición. Como observamos en el párrafo tercero, la ONU condena el régimen de Franco y recomienda la no participación de España en los organismos internacionales. La causa fundamental de que España sufriera el aislamiento internacional no fue sólo la colaboración de Franco con Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, sino el mantenimiento del régimen franquista, aspecto que recoge el documento al afirmar que era preciso que se restableciese un régimen democrático en el que El pueblo español pueda expresar su voluntad (…).

Finalmente las Naciones Unidas deciden la retirada de todos los embajadores acreditados en Madrid, en el caso que no se restablecieran las libertades en España.

En definitiva, cuando termina la Segunda Guerra Mundial, los países declaran que no admitirían a España en la ONU mientras se mantuviera como hasta entonces. Los embajadores se retiran de España y comienza una etapa de aislamiento, tanto de tipo político como económico. Cuando los países europeos iniciaban su reconstrucción (Plan Marshall), la economía española se tuvo que apoyar en sus escasos recursos (autarquía).

Hacia 1950, el nuevo entorno internacional parecía más favorable para España. Con el desarrollo de la Guerra Fría, el régimen tiene la oportunidad de salir de su aislamiento. Su declarado anticomunismo y su política de colaboración con los EEUU desembocan en los acuerdos de 1953, por los que España recibe ayuda económica a cambio de establecer bases militares norteamericanas en territorio nacional. Poco a poco, España se fue integrando en los organismos internacionales, siendo admitida en la ONU en 1955.

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