Constitución del ferrocarril en el gobierno liberal

1. LAS REGENCIAS Y EL PROBLEMA CARLISTA (1833-1843)

Después de la muerte de Fernando VII va a haber un periodo de regencias:

1º Doña María Cristina. 2º el general Espartero.

La regencia de Dª Mª Cristina (1833-1840): El primer problema que tendrá que afrontar es el de la Guerra Carlista. La lucha dinástica es una lucha familiar pero en el fondo se ocultaba un problema de mayor envergadura, es decir, se estaba dirimiendo qué tipo de estado habría en España ya que cada bando defendía un tipo de Estado excluyente del otro; por una parte teníamos el bando liberal que defendía los intereses de Dª Mª Cristina y por otra parte el bando que apoyaba la monarquía tradicional defendido por los carlistas partidarios de Don Carlos.

LOS CARLISTAS: desde el punto de vista político su lema era: Dios, PATRIA, REY y FUEROS. Fueros: son los privilegios de las clases sociales y de los territorios mediante el mantenimiento de sus antiguas leyes.

Dios: porque todo el poder proviene de Él ya que es el origen y principio de todas las cosas.

Patria: como receptor de lo tradicional.

Rey: la tradición de monarquía absoluta.

Su lema representaba la versión más tradicional de un Estado Absolutista.

Entre sus seguidores están importantes sectores del clero por la importancia concedida a Dios; la nobleza de forma minoritaria; en las zonas rurales el carlismo va a encontrar gran apoyo entre campesinos, pequeños propietarios y pequeños artesanos porque veían que sus talleres podían desaparecer con la industrialización liberal, y jornaleros.

La regencia de Espartero (1840-1843) dura tres años. Se encuentra con una serie de problemas. Espartero es el jefe del progresismo y ha cimentado su prestigio por dirigir el asedio a Bilbao y haber sido guerrillero en América. Es hijo de un carretero, en el ejército ascendíó por su fama de hombre duro, por sus drásticas medidas. Era un hombre tosco que entendía el gobierno de España como un cuartel. Es el símbolo vivo del progresismo, sus enemigos militares como O’Donnell, Narváez y Diego de León se habían afiliado a los moderados. Se habían enfrentado mediante pronunciamientos que, al parecer, fueron instigados desde París por la ex reina
Regente Dª María Cristina.


LOS LIBERALES O ISABELINOS: la reina regente va a contar con el apoyo social de la mayor parte de las clases medias urbanas como la burguésía de profesiones liberales, funcionarios y alta burguésía, banqueros, comerciantes y grandes industriales. También les apoya gran parte de la nobleza porque desconfía de don Carlos. El ejército en su mayor parte apoyará la regencia porque los militares carlistas habían sido depurados. El ejército contaba con unos efectivos muy reducidos ya que muchos estaban en las colonias; es un ejército poco eficaz, muy débil y no es vencido por la ayuda material de Gran Bretaña y de Francia. Destaca la Legión Evans de voluntarios.

La guerra carlista durará de 1833 a 1839.

Después de un gobierno de transición presidido por Cea Bermúdez y en el que destaca la división provincial de España realizada por su ministro de Fomento Javier de Burgos, la Regente, para contentar a los liberales, nombró Jefe de Gobierno a un liberal moderado, Francisco Martínez de la Rosa que era un viejo liberal (había sido jefe de Gobierno, moderado, durante el Trienio Liberal (1820-1823) que se pone al frente del gobierno y lo primero que hace para quedar bien con los liberales es preparar una serie de reformas urgentes y el Estatuto Real (1834) que era una especie de Carta Magna. El Estatuto pretendía ser el sucesor de la constitución de Cádiz de 1812. Era una carta otorgada incompleta ya que no se ocupa del poder ejecutivo ni judicial. Establecía dos cámaras, cámara alta y cámara baja, es decir, Senado y Congreso. El Estatuto Real era muy limitado porque quedaba reducido a la mínima expresión ya que sólo podían votar personas que tuvieran un nivel de renta alto, es decir, era un sufragio restringido o censitario (sistema electoral que concede el derecho al voto sólo a los mayores propietarios varones, y el derecho a ser elegidos a los más ricos de entre ellos). La burguésía es la que se otorga los poderes para participar en política, la iniciativa legal quedaba reservada a la corona. Además se promulgan una serie de decretos urgentes, entre ellos destaca la definitiva desaparición de los gremios, habiendo libertad de industria y comercio. También se autorizó la libertad de imprenta; los periódicos pasaban una previa censura y pago de licencias por lo que había que tener un alto nivel económico ya que sólo una minoría sabía leer y escribir.

Estas reformas satisfacían a los liberales más moderados pero fueron consideradas insuficientes por gran parte de la opinión pública y de los liberales más radicales ya que querían una constitución y no una carta otorgada.


Siendo jefe del Gobierno el conde de Toreno, se produjeron una serie de enfrentamientos. En ciudades importantes se producen manifestaciones populares que desembocan en auténticos motines, se producen las primeras manifestaciones violentas de carácter antirreligioso que acaban con la quema de conventos y matanza indiscriminada de frailes a manos de milicianos progresistas ya que se les acusa de haber envenenado las aguas. Todo esto tiene lugar con el escenario de fondo de la Guerra Civil carlista.

El liberalismo se divide en dos partidos políticos, se produce la escisión entre moderados y progresistas.

Los MODERADOS son aquellos liberales representantes de la oligarquía del liberalismo, es decir, banqueros, terratenientes, grandes comerciantes, aristócratas y altos funcionarios. Su doctrina política es el liberalismo doctrinario en el que hay dos fuentes de soberanía: el Rey y la Nacíón. El poder debe basarse en la riqueza y en la inteligencia por lo que deben participar los más preparados, es decir, son partidarios del sufragio restringido o censitario, de la uníón de la Iglesia y el Estado, económicamente partidarios del proteccionismo y por tanto de crear aranceles.

Los PROGRESISTAS defienden la soberanía nacional y el limitar el poder de la corona por lo que son partidarios de ampliar el sufragio. Económicamente son partidarios del librecambismo, de la desamortización (lo que les enfrenta con la jerarquía de la Iglesia y el trono). El anticlericalismo encuentra refugio en los progresistas que son médicos, boticarios, banqueros y jóvenes oficiales. Su manera de llegar al poder es ampliar el cuerpo electoral y los pronunciamientos militares. Destacan Mendizábal y Espartero.

Esta situación va a provocar un levantamiento progresista porque el gobierno de Martínez de la Rosa era impopular y el ejército cristino no avanzaba. A esto se suma la severa epidemia de cólera que dejó más de cien mil muertos. Todo esto provoca una revuelta que hace que la Regente entregue el poder a un liberal progresista que es Juan Álvarez de Mendizábal que va a adoptar una serie de medidas que tienen gran calado; sus objetivos son acabar con la guerra sin ayuda extranjera por lo que creó una Guardia Nacional que puso en pie de guerra a más de cien mil hombres. La segunda gran medida es el Decreto de Desamortización (1836) que es una ley mediante la cual el Estado se incauta de todos los bienes inmuebles de las órdenes religiosas, que previamente se habían disuelto, para que una vez apropiados sean vendidos en pública subasta ya que eran bienes que no producían y no entraban en el circuito comercial.

La desamortización enfrentó a los progresistas con la Santa Sede que estuvo sin reconocer a Isabel II durante once años y chocó con la reina regente tanto que Mendizábal tuvo que dimitir. A Mendizábal le sucedíó Istúriz que pertenecía a la corriente moderada y era muy apoyado por la regente y después por su hija Isabel
II. La tensión política se manifestó ahora (Agosto de 1836) con la Sublevación de los Sargentos de la Granja que obligaron a la reina a jurar la constitución de Cádiz de 1812 a la vez se formó un gobierno presidido por José María Calatrava y después de estos sucesos de la Granja se decide reformar la constitución de 1812; se redactó una nueva, la constitución de 1837 que pretendía ser válida para progresistas y moderados. Se asienta en el liberalismo doctrinario, dura lo poco que dura el gobierno. En ella se desarrolla la autonomía de los municipios, se amplía el sufragio y se limita el poder del rey. En Julio de 1837 se celebran elecciones de acuerdo a la nueva constitución. Obtuvieron una gran victoria los moderados sucedíéndose varios gobiernos de este signo. Pero lo más importante es que en 1839 termina la guerra carlista con la victoria del bando liberal en la localidad de Vergara (Abrazo o Convenio de Vergara); los generales de los dos ejércitos Rafael Maroto y Baldomero Espartero, firman un convenio mediante el cual Espartero va a recomendar a las Cortes que se respeten los fueros vascos y Espartero se comprometía a reconocer los empleos del ejército carlista de cara al liberal si entregan las armas. Don Carlos no aceptó el acuerdo y se marchó a Francia, dejando los derechos al trono a su hijo CARLOS Luis. Los carlistas se dividen en: Apostólicos o intransigentes y transaccionistas o moderados. La guerra terminará teniendo a Espartero como héroe y en 1840 Espartero será llamado por los progresistas para imponer a la reina un cambio de gobierno. Espartero, además de ponerse como Jefe de Gobierno aspira a la regencia que tendrá lugar en 1840.

La regencia de Espartero (1840-1843) dura tres años. Se encuentra con una serie de problemas. Espartero es el jefe del progresismo y ha cimentado su prestigio por dirigir el asedio a Bilbao y haber sido guerrillero en América. Es hijo de un carretero, en el ejército ascendíó por su fama de hombre duro, por sus drásticas medidas. Era un hombre tosco que entendía el gobierno de España como un cuartel. Es el símbolo vivo del progresismo, sus enemigos militares como O’Donnell, Narváez y Diego de León se habían afiliado a los moderados. Se habían enfrentado mediante pronunciamientos que, al parecer, fueron instigados desde París por la ex reina Regente Dª María Cristina. 


El segundo problema es la división de los progresistas ya que piensan que Espartero es un dictador y que sólo favorece a sus compañeros de armas. El tercer problema es que el gobierno prepara un tratado de libre comercio que permitíó a Gran Bretaña vender sus productos en España con libertad por lo que los intereses industriales catalanes se ven perjudicados de manera que provocan una rebelión contra el gobierno y Espartero; participaron republicanos y obreros de la industria textil. Espartero se desplazó a Barcelona,bombardeándola en Diciembre de 1842. Estos procedimientos autoritarios le enfrentaron a una parte del progresismo. La rebelión salta también a Andalucía y de ahí salta a diversos puntos de España. Espartero es derrotado por Narváez y se le obliga a salir de España. Se decide que no haya más regencias y declarar a Isabel II mayor de edad y por tanto reina, con 13 años.

2. EL REINADO DE Isabel II (1843-1868): La Década Moderada (1844-1854)

Se acaban las regencias y comienza un nuevo periodo de la Historia de España: en Noviembre de 1843, con 13 años de edad, Isabel es coronada mientras que su madre Dª Mª Cristina está en el exilio rodeada de escándalos económicos y criticada por su matrimonio morganático ya que se casó con Fernando Muñoz, hijo de un estanquero de Tarancón al que nombra duque. Para conservar la regencia debía conservar en secreto su matrimonio, lo cual resultó difícil pues tuvo siete hijos. Además tenía la obsesión de aumentar de cualquier forma su fortuna personal, por lo que tanto ella como su marido se vieron envueltos en negocios escandalosos. Todo esto provocó el desprestigio de la Regente entre los liberales y las burlas de los carlistas. Cuando Espartero es nombrado Regente Dª Mª Cristina tiene que renunciar a sus funciones y exiliarse a Francia, aunque se dedicó a conspirar desde París.

Isabel II se encuentra en un país convulso y en el que se está construyendo un Estado Liberal que no se consolida porque los liberales no respetan las alternancias en el poder y además sólo tiene 13 años. A Isabel le falta la cercanía de su madre y por ello va a tener problemas ya que se convierte en una niña aduladora, se educó sola, no recibíó la adecuada formación, se jactaba de cometer faltas de ortografía, se volvíó una mujer caprichosa y casquivana; no recibíó ningún afecto por parte de su madre.

Los moderados en 1844 empiezan a gobernar dirigidos por NARVÁEZ que llega al poder por el levantamiento contra Espartero. Los cambios no llegan por las elecciones sino por los levantamientos, de manera que los cambios se suceden con frecuencia. Los miembros del gabinete de Narváez son Don Alejandro Pidal y Mon, Donoso Cortés, Martínez de la Rosa y el Marqués de Salamanca. Su obra es la redacción de la Constitución de 1845 que durará casi todo el reinado de Isabel II, hasta 1869 aunque con algunos retoques durante el Bienio Progresista. Sus aspectos más destacados son:


Los moderados en 1844 empiezan a gobernar dirigidos por NARVÁEZ que llega al poder por el levantamiento contra Espartero. Los cambios no llegan por las elecciones sino por los levantamientos, de manera que los cambios se suceden con frecuencia. Los miembros del gabinete de Narváez son Don Alejandro Pidal y Mon, Donoso Cortés, Martínez de la Rosa y el Marqués de Salamanca. Su obra es la redacción de la Constitución de 1845 que durará casi todo el reinado de Isabel II, hasta 1869 aunque con algunos retoques durante el Bienio Progresista. Sus aspectos más destacados son:

– Sistema de representación bicameral (Congreso y Senado)

– Liberalismo doctrinario (soberanía compartida de las cortes y el rey). Las cortes sólo se pueden reunir cuando el rey las convoque. El rey tiene la iniciativa legislativa y además nombra al Jefe del Estado. Isabel II sólo llamaba a los moderados, los progresistas llegan al poder mediante pronunciamientos. Desde el punto de vista administrativo, la Administración Local elimina el carácter electivo de los alcaldes y gobernadores ya que los nombra la corona; se respetan los concejales; esto molestó mucho a los progresistas.

– Los senadores son designados por la corona con carácter vitalicio; constituyen un grupo muy selectivo ya que se eligen de la élite administrativa, militar, religiosa y de la nobleza.

– Sufragio censitario o restringido (votan las personas con mayor nivel de renta)

– La Milicia Nacional, tan querida por los progresistas, fue disuelta por Luis González

Bravo quien encargó al Duque de Ahumada la creación de la Guardia Civil en 1844 para mantener el orden en las zonas rurales. Es un cuerpo militar que al principio será visto con muchos recelos por parte de los movimientos agrarios ya que protege a los terratenientes, incluyendo a la burguésía que gracias a la desamortización tenía tierras.

– En las relaciones Iglesia-Estado, España es un Estado confesional católico ya que es la religión oficial. En la labor de gobierno destaca el CONCORDATO CON LA SANTA SEDE de 1851 ya que las relaciones estaban deterioradas desde la desamortización de Mendizábal y ahora Iglesia y Estado se reconcilian. La Iglesia católica consigue una serie de derechos como el mantenimiento del culto, se determina la formación de sacerdotes, el único matrimonio válido es el de la Iglesia católica y tendrá una serie de exenciones fiscales.


La reforma fiscal la realiza Alejandro Pidal y Mon que quiere sustituir los impuestos tradicionales por los de la contribución territorial que son dobles:

a/ por un lado, la propiedad agraria más bienes inmuebles; establece el impuesto de la actividad industrial: son los impuestos directos. B/ por otro lado, establecíó el Impuesto de Consumos que grava los artículos de primera necesidad. Los impuestos recaen sobre las clases populares: son los impuestos indirectos. Se reforma también la Universidad pues tenía que formar a los hijos de la burguésía y los funcionarios que habían de estar al servicio del nuevo estado burgués.

Narváez también se enfrenta con otro problema internacional que es el matrimonio de la reina, disputada por franceses e ingleses. Al final, cuando tenía 16 años, se decide el matrimonio con su primo Francisco de Asís que es homosexual y carlista. A partir de ahí, la reina es acusada continuamente de frivolidad y de afición a los “favoritos”; después del fracaso de su matrimonio está con todo tipo de hombres.

En este momento la labor legislativa de los moderados estuvo condicionada por la inestabilidad ministerial ya que hay cambios de gobierno frecuentes. Sin embargo lo que caracterizó a este periodo fue la “vorágine especulativa” que es la corrupción económica ya que los banqueros, empresarios y altos cargos militares contaban con la complicidad del poder político y manejaban el mercado para obtener ganancias injustificadas. La fuente de especulación es la construcción de ferrocarriles, canales, carreteras… El gobierno tenía la potestad de conceder a los particulares que designase la construcción del tendido ferroviario. En estos negocios especulativos estaban envueltos desde la ex regente Dª Mª Cristina, pasando por el Ministro de Hacienda Marqués de Salamanca, a generales, ministros, etc.

Estos acontecimientos contribuyeron a un descrédito de los gobiernos moderados, incluso con lucha armada ya que, como hemos dicho, la reina sólo llamaba a gobernar a los moderados. La lucha armada tiene como protagonistas a los carlistas que iniciaron un nuevo levantamiento, la llamada guerra de los Matiners o Segunda Guerra Carlista cuyo detonante fue el fracaso de la boda del Conde de Montemolín, hijo primogénito de Don Carlos, con Isabel II. En Abril de 1849 la amnistía de la reina pone fin a la guerra y Cabrera huye a Francia.

Aparecen bandas armadas de carácter republicano en Cataluña y firman acuerdos para combatir al régimen liberal.


3. EL BIENIO PROGRESISTA (1854-1856) Y LA VUELTA AL MODERANTISMO; EL TERRITORIO DE Castilla-LA MANCHA EN LA ÉPOCA DE Isabel II

Ya en el periodo anterior el partido moderado tenía tres tendencias claras:

– Sector de derecha

– Sector de izquierda o “Puritanos”

– Sector de centro (Narváez)

A las oposiciones de progresistas y demócratas se sumó la de los “Puritanos”. La oposición política se apoyó en el descontento social provocado por las malas cosechas y el encarecimiento del precio del grano.

En un primer momento se produjo un pronunciamiento, encabezado por el general O’Donnell que se enfrentó al ejército gubernamental en Vicálvaro –la vicalvarada- sin ningún éxito. El movimiento empezó a triunfar cuando tomó un carácter civil. Antonio Cánovas del Castillo, puritano, redactó el Manifiesto de Manzanares (7 de Julio de 1854), por el que denunciaba a la “camarilla” y pedía el cumplimiento de las leyes y rebaja de impuestos conjuntamente con otras demandas claramente progresistas como la autonomía de los municipios, el restablecimiento de la Milicia Nacional y nuevas leyes electoral y de imprenta. En el sur de Madrid se desató la sublevación popular y en poco más de una semana se generalizaron las Juntas. La reina llamó entonces a gobernar al general Espartero, que vuelve del exilio. Este periodo es importante desde el punto de vista legislativo:

– La ley de Ferrocarriles, ya que el Estado toma la iniciativa en el tendido ferroviario; se recurre a capital extranjero, que es básicamente francés. Se traza el primer plan español cuyo defecto es que se organizó como una red radial en torno a Madrid por lo que se pasaba por zonas vacías. Además se adoptó un ancho de vía diferente al europeo y como el capital era extranjero, cuando quedó anticuado no se renovó.

– La Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias, buscaba conseguir una organización bancaria moderna; empiezan a llegar capitales extranjeros como británico, francés o belga que se asientan sobre todo en Andalucía. El antiguo Banco de San Fernando pasó a ser el Banco de España que era el único emisor de moneda ya que la moneda la emite el Estado.

– Ley de Desamortización General; tiene lugar la segunda desamortización, la de Madoz (1855), que tiene un valor extraordinario ya que es más amplia que la de Mendizábal. Se pone en marcha el Canal de Madrid.


Se redacta una nueva constitución en 1856, que no llegó a promulgarse, por lo que se le llamó la constitución “non nata”. Anticipaba ideas muy modernas y casi democráticas: limitaba el poder de la corona, los alcaldes los elige el pueblo, se proclama la igualdad de los españoles ante el servicio militar…

No se promulgó porque los progresistas serán derrotados. Se produce por una división entre O’Donnell y Espartero ya que tenían mentalidades muy diferentes. A Espartero se le acusó de ser benevolente con las huelgas y los movimientos obreros, se ve obligado a dimitir por falta de apoyo de la reina.

La conflictividad social fue especialmente violenta en Barcelona, donde incluso se produjo la ejecución de un líder obrero. Cuando la protesta se generalizó en el campo castellano, la Reina destituyó a Espartero nombrando jefe de Gobierno a O’Donnell. La decisión real no fue suficiente para calmar a las masas populares que se echaron a la calle junto con las milicias para forzar la caída del Gobierno. La agitación popular fue reprimida sin contemplaciones por el general Serrano, quien llegó a bombardear el Congreso de los Diputados. Y así, con el fin de la sublevación popular concluía también el Bienio Progresista y se iniciaba la última fase del reinado de Isabel II.

LA VUELTA AL MODERANTISMO (1856-1868)

Tras la caída de Espartero en 1856 hay un breve gobierno de Narváez, quien deroga todas las disposiciones de Espartero. En estos dos años de Narváez se desarrolló la importantísima Ley Moyano que es una ley de Instrucción pública que regula la enseñanza en España y que estuvo vigente hasta 1969; esta ley establecía, entre otras cosas, la gratuidad hasta los 14 años.

Este periodo de su gobierno se va a caracterizar por la paz interior, la estabilidad política, el auge económico y por el intento de relanzar la política exterior española que estaba muy atrasada. O’Donnell construyó una flota ayudado por Francia para recuperar el honor perdido. La primera expedición se dirigíó a la Conchinchina (que es la zona de Vietnam) porque unos obispos españoles que actuaban como misioneros habían sido asesinados. La expedición que partíó desde Manila no logró más que una modesta compensación económica. En la práctica no se hizo otra cosa que servir de acompañante a los intereses de Francia que se instala en Saigón.


El conflicto se inició con una declaración de guerra y la posterior organización de un ejército, a cuyo frente se encontraba Prim. El ejército español consiguió ocupar Tetuán, a partir de lo cual O´Donnell obtuvo el título de duque. El tratado de Wad-Ras supuso ventajas insignificantes para España, que logró tan sólo la pequeña pesquería de Ifni, la ampliación de las posiciones defensivas en Ceuta y una indemnización económica. En América también hubo una serie de expediciones que en la mayoría de los casos crearon una mala imagen de España que tardó en borrarse. Acabó desprestigiando a O’Donnell que cae porque la reina le retira el apoyo.

Los gobiernos moderados y unionistas precipitarán la caída de Isabel II por causas de dos tipos:

– Causas económicas: La economía española y la europea van a ir bien hasta 1865 que es cuando comienza a torcerse por la crisis en el sector textil catalán porque de 1861 a 1865 tiene lugar la Guerra Civil en EEUU y se colapsa la llegada de algodón a España. Cerca de 60 fábricas tienen que cerrar. En el resto de las regiones la industrialización fracasó porque la industria estaba concentrada de manera bipolar, es decir, España basaba su economía en exportación de materias primas en bruto, frutas, vino, cereales y compraba carbón y manufacturas. Este tipo de estructura económica es la que venía bien a los terratenientes y sobre todo a Gran Bretaña que se convertía en abastecedora del mercado español y en consecuencia la balanza comercial era deficitaria. Todo esto crea un bloqueo en la economía española y provoca un desplome de los bancos y de las entidades de crédito. Esta grave situación en la economía no provocó la revolución pero creó un clima de desasosiego en las clases populares y en la burguésía; este descontento será el caldo de cultivo favorable a la revolución.

– Causas políticas: son el factor determinante ya que se unen a la crisis económica. En 1865 hay una circular del gobierno que llega a la Administración en la que se prohíbe a los catedráticos de las universidades españolas realizar manifestaciones en contra de la monarquía y el concordato con la Iglesia (ya que se siguió con la desamortización de Madoz pero respetando los acuerdos del concordato). Esta circular origina el conflicto ya que los catedráticos esgrimen que la cuestión es suprimir la libertad de cátedra. Se desencadena un conflicto que nadie va a poder controlar ya que el gobierno contraataca arrestando a los catedráticos y díscolos por lo que en vez de acabarse, se agrava el problema.


 Isabel II intenta apaciguar la situación llamando a O’Donnell otra vez al gobierno. Pero esto no acalló la protesta que se trasladó a los cuarteles con intentos de Golpe de Estado. En Enero de 1866 se sublevó por vez primera Prim, ahora convertido en progresista, y en Junio de este mismo año la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil no fue ya exclusivamente militar sino que colaboraron en ella las clases populares. Se fusilan 66 sargentos. Ante esa masacre Isabel II llama a Narváez a gobernar. O´Donnell abandonó y emigró. El sexto y último gobierno de Narváez (Junio 66- Abril 68), presenció los graves efectos de la crisis económica con inmediatas repercusiones. El régimen de Isabel II está acorralado, Isabel está perdiendo enganche con la sociedad. Están en su contra la universidad, el ejército, la burguésía y las clases populares. El republicanismo toma fuerza. La oposición, demócratas y progresistas, reunidos en la localidad belga de Ostende, llega a un acuerdo conocido como el Pacto de Ostende mediante el cual se comprometen a acabar con la monarquía y nombrar una asamblea constituyente por sufragio universal masculino. Este pacto va a ir recibiendo apoyos. Los republicanos federales añaden que es necesario cuestionar la monarquía o la república.

A la muerte de Narváez, se forma un gobierno continuista presidido por González Bravo que llega hasta la revolución de Septiembre de 1868 sin lograr detenerla pese a las medidas represoras, desterrando a generales e incluso a miembros de la familia real, sin que ello detuviera la conspiración.

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