El restablecimiento del sistema económico internacional. El Plan Dawes

El crac de la Bolsa de Nueva York:


La bonanza económica internacional llegó a su fin con la primera gran señal de la crisis: la quiebra de las operaciones bursátiles de la Bolsa de NY del 24 de Octubre de 1929, el llamado jueves negro. En Wall Street (sede de la Bolsa neoyorquina) se produjo una avalancha masiva de venta de acciones provocada por el pánico ante su posible depreciación inmediata. Los precios de las acciones cayeron en picado, a lo que siguió el desplome del valor del dólar como divisa internacional. En estos días la quiebra bursátil expandíó sus efectos provocando el hundimiento de miles de bancos, la evaporación de los ahorros allí custodiados y la ruina de millones de titulares de cuentas bancarias.

De la crisis bursátil a la depresión económica:


La primera manifestación de la profundidad e intensidad de la depresión fue la súbita y prolongada caída de los índices de la producción industrial en cada uno de los países industriales afectados. La Gran Depresión significó un desplome profundo y sostenido de la producción debido al cierra de empresas, la saturación del mercado con un exceso de oferta de productos, la caída de la demanda por la pobreza, la ruina o el paro de familias y por último los desajustes del sistema financiero. El resto de potencias industrializadas sufrieron también caídas, pero más suaves, incluso leves. El descenso de la producción industrial fue seguido y acentuado por otros fenómenos igualmente adversos. Entre 1929 y 1932, el volumen de intercambios comerciales mundiales disminuyó en un 25%, a medida que los países afectados restringirían su capacidad importadora y trataban de salvar la situación con políticas proteccionistas para defender sus industrias nacionales.

Causas de la gran depresión:


– La existencia de muchos y nuevos países industrializados que competían en el mercado mundial con gran cantidad de productos y servicios que llegaba a saturar la demanda, provocando al final la ´caída de los precios y la reducción de beneficios empresariales y bursátiles.
– La coexistencia de un sistema financiero internacional inestable, nominalmente apoyado de nuevo en el patrón de oro y con el dólar como divisa fuente de referencia a pesar de la resistencia de EEUU a actuar como centro financiero internacional.
La sobreproducción industrial y agrícola, unida a las carencias del mercado monetario internacional, precipitó una crisis que empezó siendo solo estadounidense y acabó generalizándose por todo el mundo.

Consecuencias de la gran depresión:


Las consecuencias más evidentes fueron el aumento del estado en el gobierno de la economía, la necesidad de encontrar mecanismos de financiación del comercio internacional más estables y duraderos y el impulso de la industrialización de países de América del Sur y el resto del mundo una vez demostrada la urgencia d sustituir importaciones exteriores inseguras. Parece evidente que la depresión, a través del sufrimiento y malestar originados entre las poblaciones afectadas, alimento el surgimiento o fortalecimiento de movimientos políticos extremistas, de derechas y de izquierdas, dispuestos a reemplazar por la fuerza tanto el debilitado sistema capitalista de libre mercado como la denostada democracia liberal y representativa. Aparecieron diferentes opciones para competir por la hegemonía político-intelectual en esos años:
– Comunismo Marxista, reforzado por el cumplimento de las predicciones de quiebra del capitalismo hechas por K.Marx
– Relanzamiento del capitalismo, que debía buscar formas de evitar las crisis, experimentando nuevas fórmulas con el fin de superar los fracasos del liberalismo clásico.
– Aparición del fascismo, que la Gran depresión convirtió en una alternativa posible y muy peligrosa para la humanidad.

La mujer en la posguerra:


Después de la Gran Guerra, la demanda fue configurando un nuevo movimiento denominado ya «feminista» porque reivindicaba la igualdad de derechos sociales y políticos con los hombres (no solo en el derecho el voto). En efecto, la Primera Guerra Mundial había traído como consecuencia cambios muy notables en la posición económica de la mujer en la sociedad:
– La incorporación al mercado laboral para remplazar a los hombres enviados a la guerra.
– Asunción de responsabilidades familiares ante la ausencia del marido movilizado.
– ampliación de su margen de libertad personal en el contexto el esfuerzo bélico.
Esos cambios, junto con el activismo de las sufragistas provocaron grandes avances en los derechos de la mujer en la posguerra en los países occidentales, empezando por el derecho de voto.

La expansión económica de los años veinte: el dominio de Estados Unidos:


El crecimiento económico estadounidense estaba basado en el fuerte impulso de industrias recientes como la del automóvil, las eléctricas, la petroquímica, la aeronáÚtica y la fabricación de electrodomésticos. Ese dinamismo productivo combinado con el abaratamiento de precios y con la invención de nuevas fórmulas comerciales, como la compra a plazos, fomentó un consumo de masas en todo el país. Se vivía una sensación de prosperidad y de abundancia que hacia que la gente comprara, aunque fuese pagando en pequeñas mensualidades. La pujanza de la economía estadounidense y la dependencia financiera de Europa por los préstamos recibidos hizo que el dólar se convirtiese en la moneda de cambio y referencia internacional, en sustitución de la depreciada libra esterlina británica y del debilitado Franco francés.

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