Economía: La principal actividad era la agricultura tradicional, que utilizaba métodos y herramientas arcaicas (arados de madera con reja de metal, hoces y azadas…), por lo que la productividad era baja. La artesanía estaba controlada por los gremios, si bien desde el siglo XVIII se desarrollaron las manufacturas que actuaban al margen de los gremios.
Sociedad: Pervivía la división en estamentos o estados (grupos cerrados) de origen medieval. La nobleza (primer estado) y el clero (segundo estado) eran estamentos privilegiados. El resto de la población (burgueses, artesanos, trabajadores y campesinos) integraban el estamento de los no privilegiados (tercer estado o estado llano), que era un grupo numeroso y el único que pagaba impuestos
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Política: Desde el Siglo XVII, se había impuesto la monarquía absoluta. Se consideraba que la autoridad del monarca absoluto procedía directamente de Dios. El rey concentraba todo los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y su autoridad no estaba limitada por ninguna institución o norma.
Cultura: El triunfo de la mentalidad antropocéntrica desde el Renacimiento favorecíó el desarrollo del espíritu crítico, la investigación y la experimentación.
En la segunda mitad del Siglo XVIII se produjeron cambios económicos, sociales, ideológicos y políticos que, finalmente, llevarían a una serie de procesos revolucionarios que pusieron fin al Antiguo Régimen. Muchos de estos cambios hubieran sido impensables sin la extraordinaria influencia que ejercíó la corriente cultural denominada Ilustración.
La mayoría de los campesinos vivía en la pobreza. En Europa occidental aumentó el número de propietarios libres y arrendatarios, aunque también eran abundantes los bracerosos jornaleros. En el este de Europa se manténía a la servidumbre del campesinado.
-Las mujeres en el Siglo XVIII estaban subordinadas a los hombres; primero dependían de su padre, y cuando se casaban, su esposo. La mayoría de las mujeres humildes eran analfabetas. Las que pertenecían a grupos sociables más acomodados recibían una educación orientada a convertirlas en buenas esposas y madres. Por ello, se las enseñaban leer, escribir, coser y llevar a la casa. En algunas ocasiones recibían nociones de música y danza. En los grupos sociales más humildes, las mujeres trabajaban fuera del hogar como vendedoras, lavanderas, etcétera.
En el parlamento inglés se formaron dos partidos: los tories, partidarios de defender los privilegios reales (que con el tiempo se convertirían en el partido conservador) y los whigs, que defendían la supremacía del parlamento sobre los reyes (y que evolucionarían hacia el partido liberal).
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La ilustración fue un movimiento intelectual que se difundíó por Europa y América en el Siglo XVIII. Si ideología se recogía en la Enciclopedia, una obra publicada en Francia entre 1751 y 1772, dirigida por los escritores Diderot y D’ Alembert. La Enciclopedia resumía todos los conocimientos de su época y prestaba especial atención a la divulgación científica. Las carácterísticas de la Ilustración fueron: desarrollo del antropocentrismo, confianza en la razón humana, fe en el progreso, derecho a la felicidad en este mundo y la naturaleza se consideraba el principio del bien.
Se rechazaba el sistema económico del Siglo XVII, porque se consideraba más adecuada la fisiocracia. Los principios de la fisiocracia se pueden sintetizaren: la agricultura era la auténtica fuente de riqueza; la industria y el comercio eran actividades secundarias; la economía debía actuar libremente, sin intervención del Estado, y las leyes proteccionistas debían disminuir, porque dificultaban el comercio internacional.
-En la segunda mitad del Siglo XVIII, varios monarcas absolutos (aunque siguieron manteniendo su autoridad indiscutible) promovieron una serie de reformas encaminadas a conseguir la > de sus súbditos. Su ideal se resume en la frase >, es decir, gobernaban para el pueblo, pero sin contar con su opinión. El despotismo ilustrado impulso reformas en todos los ámbitos: política, sociedad, economía, cultura y religión.
En el Siglo XVIII se caracterizó por un equilibrio de fuerzas entre las potencias Europeas. Aunque ninguna dominada claramente, destacaban Gran Bretaña, Francia, Prusia y Austria, cuyas rivalidades por la hegemonía continental o marítima dieron lugar a una serie de conflictos: la Guerra Sucesión de Austria, que enfrentó a Francia y a Prusia como Austria, y la Guerra de los siete Años, que enfrentó a Gran Bretaña y a Francia por el control del comercio colonial.
Al morir sin descendencia el rey de España Carlos II, último monarca de la casa de Austria, estalló la Guerra de Sucesión española (1701-1713), que se origino por las aspiraciones al trono de España de un Borbón, Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV), y un Habsburgo, el archiduque Carlos (futuro emperador Carlos VI de Alemania). La Guerra de Sucesión española supuso: una guerra internacional y una Guerra Civil.
-En política exterior. Carlos III apoyó la rebelión de las colonias inglesas de Norteamérica frente a Gran Bretaña. Este apoyo se volvería posteriormente contra España, ya que en la América española empezó a surgir la idea de la independencia siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos de América, independientes desde 1776.