COMENTA EL ÁMBITO TERRITORIAL Y CarácterÍSTICAS DE CADA SISTEMA DE REPOBLACIÓN, ASÍ COMO SUS CAUSAS Y CONSECUENCIAS.
La repoblación es un proceso paralelo a la reconquista y consiste en ocupar, repartir y explotar las tierras que se iban incorporando a los reinos cristianos. Estas tierras podían estar vacías de gente, sin cultivar, o no, por lo que se desplazaba a la población, voluntaria o forzosamente.
Dependiendo de las carácterísticas de los nuevos territorios que se ocupan, hay diferentes maneras de repoblación.
Al norte del Duero y al pie de las montañas pirenaicas(s.VII-XI); en el primer caso desarrollada por el reino astur, su población era escasa y, no estaba organizada por nadie (“tierra de nadie”), se reconoce la plena propiedad de las tierras a los campesinos que quieran cultivarlas; en principio es espontánea, realizada por pequeños campesinos procedentes de zona cantábrica que ocupan de forma individual la tierra, y la reparten en pequeñas propiedades llamadas presuras.
Así se forman pequeñas comunidades de hombres libres propietarios de tierras que se organizan en aldeas. También llegan mozárabes que huyen de Al-Ándalus. El rey entregaba la carta puebla, documento donde figuraban las normas a que habían de ajustarse los pobladores, con las exenciones y privilegios que se les otorgaban. En el Siglo X, cuando la frontera se asienta en el Duero, el tipo de repoblación cambia: los grandes nobles del reino y monasterios comienzan a apropiarse de las tierras repobladas y someten a los campesinos (acaparan la propiedad de la tierra que es trabajada por los campesinos a cambio de una renta),en el nombre del rey. En el segundo caso el proceso es similar, siendo ocupadas las tierras primero por campesinos bajo el nombre de aprisio, y luego por poderosos que acaparan las tierras y someten a los campesinos.
En el s. XI la repoblación de las tierras entre el Duero y el sistema central se ha denominado de frontera o concejil.
Lo primero alude al papel militar de la zona, convertida en frontera sur de los reinos de Castilla y León. Esto explica el papel fundamental de los caballeros en la defensa del territorio repoblado y en la organización de cabalgadas contra al-Ándalus; lo segundo hace referencia al hecho de que en las Extremaduras se crearon poderosos concejos a los que se dota de privilegios, en villas o ciudades, que eran el centro de un amplio alfoz, en el que había abundantes aldeas campesinas que trabajaban las tierra (comunidades de villa y tierra)
. Las ciudades se rodeaban de murallas como las de Ávila. Los monarcas castellanos y leoneses concedieron a estos territorios generosos fueros, en los que se recogían las normas, libertades, deberes, derechos, la relación de los vecinos con el rey o con los señores, libertades y deberes, que debían regir la vida local.
A partir del Siglo XII los cristianos toman el valle del Tajo y el Ebro, pero la repoblación es distinta pues tenía una abundante población musulmana, la cual siguió asentada en dicho territorio. Los musulmanes de las ciudades se asentaron en los barrios extramuros y algunos conservaron sus tierras en el campo.
La repoblación de defensa de territorios de las órdenes militares en la 2ªmitad del XII y principios del XII, los monarcas en lucha contra los almohades, encomiendan a las Órdenes Militares la defensa y ocupación de las tierras fronterizas incorporadas, poco pobladas de zonas de las actuales Extremadura y La Mancha, a cambio de grandes latifundios concedidos por el rey. Las Órdenes Militares son grupos de monjes-soldados con espíritu de cruzada contra el Islam, las más importantes fueron la de Alcántara, Santiago y Calatrava.
Desde el Siglo XIII tras la victoria de las navas de Tolosa sobre los almohades, se lleva a cabo la ocupación del Valle Del Guadalquivir, Murcia, Valencia Y Baleares, las regiones más ricas y pobladas de Al-Ándalus. En las ciudades que se resisten a la conquista, se expulsa a la población islámica, en las que no oponen resistencia, los musulmanes se trasladan a los arrabales y a las zonas rurales, adjudicando la mayor parte de sus viviendas y tierras a los conquistadores por repartimiento.
Tras la conquista de cada ciudad musulmana se hacen inventarios de los bienes (casas, tierras) de la población musulmana huida o expulsada y se reparten en lotes, el rey los distribuye entre la población cristiana, de acuerdo con su nivel social y grado de participación en la conquista. La tierra se concentró en manos de grandes nobles y de la Iglesia (se forman grandes señoríos). Además la Andalucía bética era un territorio fronterizo, frente a Granada y al poder musulmán del norte de África, por lo que las zonas de mayor peligro fueran entregadas a las órdenes militares. Pero al mismo tiempo se potenciaron los grandes concejos que fueron el auténtico nervio de la política repobladora: Córdoba, Sevilla y Cádiz. En Valencia y Alicante: se dividen las tierras y se reparten lotes entre los conquistadores pero se mantiene en la tierra a muchos campesinos musulmanes.