– LA REVOLUCIÓN Y SUS CAUSAS
La revolución liberal o burguesa sirve de marco a esta época. Para entender la historia del derecho hay que entender las fuentes jurídicas en su contexto social, económico y político. Las revoluciones del siglo XIX se asocian a levantamientos que las acompañan. Pero, por detrás existe un modelo político y social, que se pretende imponer. La revolución es la toma de poder por la burguésía, frente a quienes dominan a través del monarca absoluto en el antiguo régimen. Los sucesos externos y violentos que se producen (la toma de la Bastilla en Francia y la primera guerra carlista en España) son la resistencia que los poderosos ofrecen al cambio.
Luego, con sucesivas leyes y reformas se instaura el modelo liberal político y económico. Sus ideas son, por tanto, decisivas (Montesquieu, Rousseau, Adam Smith,…)
Una revolución no podía transformar el antiguo régimen sin un cambio previo en las condiciones económicas y en las clases sociales. El sistema feudal, que llega hasta el Siglo XVIII, había sufrido transformaciones que provocan, en último término, su sustitución por otras formas políticas y principios de derecho. Estos lentos cambios sociales y económicos prepararían las condiciones para la revolución: la transición hacia el liberalismo y el capitalismo.
El feudalismo clásico había iniciado su cambio en el Siglo XII, por la aparición de las ciudades y de la burguésía, que adoptó formas de vida diferentes, si bien se encajaron en el mundo feudal. Se organizó en gremios y corporaciones de mercaderes, que controlaron la producción de bienes para la ciudad, los señores y los campesinos. Esta artesanía y comercio se insertaron dentro del sistema feudal existente. Su aspiración era conseguir dinero.
Los grandes mercaderes que disfrutan de un derecho propio (derecho mercantil) se convierten en fabricantes, proporcionando la materia prima a los campesinos, para que las elaboren y se las devuelvan para su comercialización. Con la aparición de las máquinas (revolución industrial)
Se simplifica el trabajo, pero se requiere concentración de operarios,
con lo que nacen las primeras fábricas.
En el campo también se producen cambios, a pesar de mantenerse los señoríos y de concentrar la nobleza y la iglesia un alto porcentaje de las tierras; también conservan la jurisdicción y los derechos exclusivos de horno, molino, almazara,…. La iglesia sigue recaudando a través del diezmo. Con todo, ya desde el Siglo XVI el dominio señorial está en decadencia. En las relaciones entre propietarios y campesinos se generalizan los arrendamientos en metálico. En los señoríos y los realengos, aparecen propietarios de tierra que no eran campesinos. Ya en el Siglo XVIII aparecen grandes arrendatarios que explotan amplias extensiones e instauran una agricultura que busca altos rendimientos, es decir, presenta elementos precapitalistas. Sin embargo, los monopolios señoriales o la escasez de tierras disponibles limitan las posibilidades, como también que no exista un mercado en libre competencia para sus productos.
¿Por qué no es capaz de mantenerse ese orden social? No hay que buscar ese derrumbe en sucesos concretos. Hay graves dificultades financieras en la monarquía, que muestra su incapacidad para una nueva época y razón para desencadenar la revolución. La explicación es que aquella sociedad no podía desarrollarse con los límites existentes ya que sus funciones y servicios eran escasos en una sociedad que tenía otras aspiraciones. Buena parte de las clases sociales altas deseaban un cambio que mejorase sus posiciones.
– CLASES SOCIALES
la iglesia se mantuvo fiel a la monarquía absoluta, en quien veía su natural aliada. Apenas puede hablarse de clérigos contrarios al poder absoluto del rey. Cuando llega la revolución sería la principal sacrificada pues pierde sus bienes y riqueza. No hubo un catolicismo liberal, siempre adoptó posiciones conservadoras.
La nobleza había perdido su función en la monarquía. Ya no se dedica a la guerra, aunque conserva su papel en los consejos y grandes cargos. Pactó la revolución, que respetaba sus propiedades. En todo caso, su carencia de poder, que ha absorbido el monarca, no les permite fuerte resistencia. De otra parte, la alta nobleza, ha quedado reducida a un puñado de grandes señores, mientras que la nobleza inferior se encuentra situada frente a ellos, pues sus formas de vida son más análogas a las de la burguésía.
La burguésía, que representa al tercer estado, es una clase numerosa, variada y con fuerza. Está formada por comerciantes, profesionales, maestros de gremios y cargos públicos. Se ha dicho que la burguésía era débil, pero más bien es lo contrario: si hubiera sido débil no hubiera triunfado. En la revolución se alió con la nobleza, especialmente cuando gobernaron los conservadores.
El absolutismo contó con la iglesia pero no fue bastante para los graves problemas existentes. No supo reformar la organización del estado, no acertó a encontrar remedio para
la cuestión de la tierra ni pudo organizar la hacienda. Como puede apreciarse, una serie de acontecimientos motivaron la revolución
– MOTIVOS DE LA REVOLUCIÓN
Los motivos de la revolución fueron:
· La situación económica era penosa, debido a las guerras napoleónicas. Los precios se hundían en toda Europa como muestra del agotamiento de la tendencia al alza de un ciclo largo, que supónía un hundimiento económico, disminución de rentas, escasez de bienes y descenso en los ingresos públicos. En esa situación, hay un malestar general, del que se pretende salir por reformas y cambios. Una crisis nunca explica los acontecimientos históricos más notables, pero sacude el sistema.
· El segundo motivo es la inversión extranjera que provoca adhesiones con el ejército francés. Hay presencia de franceses o de ingleses que esparcen sus formas de vida e ideas, tan importantes para la lucha contra el absolutismo.