Historia de Panamá desde 1923

Gobierno de Huerta


Huerta permanecíó fiel al ejército durante el gobierno interino de Francisco León de la Barra pero participó en algunas acciones de provocación al ejército rebelde comandado por Emiliano Zapata, lo cual levantó sospechas de insubordinación y tan pronto Madero asumíó la presidencia ordenó su dimisión de las fuerzas armadas. Sin embargo, tras la rebelión de Pascual Orozco, Madero reconsideró su decisión y lo puso al mando de las tropas del gobierno federal. Huerta tuvo un desempeño impresionante y se convirtió en un héroe nacional. Mientras perseguía a Orozco rumbo al norte tuvo un altercado con el comandante rebelde Francisco Villa, quien se negó a regresar unos caballos que sus hombres habían robado a las tropas de Huerta. Enfurecido, lo mandó arrestar y ordenó fusilarlo. Los hermanos del Presidente Madero intervinieron y Villa sólo estuvo preso algunos días en la Ciudad de México, lo cual encolerizó a Huerta. Al regresar a la capital ratificó su lealtad al presidente
Madero y mientras se sometía a un tratamiento de cataratas Madero lo hizo renunciar.

Convención de Aguascalientes


La Convencíón de Aguascalientes fue una destacada reuníón que tuvo lugar durante el proceso de la Revolución Mexicana, convocada el 1 de Octubre de 1914 por Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército constitucionalista, bajo la denominación de Gran Convencíón de Jefes militares con mando de fuerzas y gobernadores de los Estados, y cuyas sesiones iniciales tuvieron lugar en la Cámara de los Diputados de la Ciudad de México, aunque con posterioridad fueron trasladadas a Aguascalientes, que pasó a dar nombre a la Convencíón, la cual se celebró desde el 10 de Octubre hasta el 9 de Noviembre de 1914. Los zapatistas no entrarían desde el principio a la Convencíón sino hasta el 26 de Octubre cuando protagonizaran el afamado Incidente de La Bandera, que casi le cuesta la vida a uno de sus delegados.
El general Victoriano Huerta, ante el empuje del movimiento revolucionario, presentó la dimisión como presidente de la nacíón, en Julio de 1914, y salíó del país.
Guerra Cristera
La Guerra Cristera en México consistíó en un conflicto armado de 1926 a 1929, entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resintieron la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la autonomía de la Iglesia católica.
La original Constitución mexicana de 1917 establecía una política que lejos de separar al Estado de la Iglesia, negaba la personalidad jurídica a las iglesias, subordinaba a éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del clero en política, privaba a las iglesias de su derecho a poseer bienes raíces, desconocía derechos básicos de los así llamados «ministros del culto» e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil personas, entre civiles y efectivos de las fuerzas cristeras y el Ejército Mexicano.

Gobierno de Adolfo de la Huerta


Adolfo de la Huerta fue nombrado presidente sustituto por el Congreso de la Uníón. En su breve gestión logró que se rindieran algunos revolucionarios que todavía andaban alzados, principalmente el famoso general Francisco Villa, a quien Carranza con Obregón al mando había derrotado en 1915 en El Bajío. Convocó a elecciones en Septiembre, resultando triunfador, obviamente, el general Álvaro Obregón para el periodo de 1920-1924.
En Diciembre de 1923, de la Huerta en su deseo de ser presidente de nuevo, y ver que Obregón apoyaba a Plutarco Elías Calles, desencadenó una rebelión en la que lo apoyaron las dos terceras partes del ejército nacional. Para el 11 de Marzo siguiente, abandonó el país dejando acéfalo el movimiento, mismo que para fines de ese mes fue derrotado. Este levantamiento tuvo como consecuencia la muerte de muchos revolucionarios muy valiosos.
Adolfo de la Huerta (1881-1954) fue gobernador provisional de Sonora (1916-1917, y luego electo (1919-1923). En su gobierno, suavizó el trato a los opositores, incluidos los yaquis rebeldes, y restablecíó el poder judicial que había sido suspendido por Calles. Fue con de la Huerta como gobernador, cuando los Sonorenses desconocieron a Carranza como presidente de la República, a través de El Plan de Agua Prieta, el 23 de Abril de 1920. La rebelión fue secundada por los estados de Michoacán, Zacatecas y Tabasco. Carranza abandonó la capital de la República para establecerse en Veracruz, pero en el trayecto fue cobardemente asesinado en la ranchería de Tlaxcalantongo, Puebla, el 20 de Mayo de ese mismo año.
Álvaro Obregón se convirtió en presidente constitucional de México a la medianoche del 1 de Diciembre de 1920. Durante su mandato intentó concluir el proceso de pacificación nacional que inició Adolfo de la Huerta, y comenzó la repartición de tierras a los campesinos del Estado de México y Morelos, como parte de su proyecto de reforma social.
José Vasconcelos era un intelectual mexicano que fue Ministro de Instrucción Pública en el gobierno de Roque González Garza, presidente convencionista. Al triunfar Carranza en la Guerra Civil, se exilió en Idaho, pero volvíó en 1920 para dirigir la Universidad Nacional. Obregón decidíó restituir el antiguo Ministerio de Instrucción Pública, que fue suprimido por Carranza en 1918, y esta nueva institución renacíó con el nombre de Secretaría de Educación Pública, dirigida por Vasconcelos y creada en 1921. Desde esta plaza Vasconcelos efectuó su plan de fundación de escuelas rurales, formación de nuevos maestros y edición de clásicos de la literatura, como la Divina Comedia y otras obras de autores como Platón. Además, Vasconcelos impulsó las escuelas de artes y oficios donde se enseñaban estas disciplinas a los jóvenes y en ocasiones también a los adultos. Promociónó a los artistas plásticos y les otorgó espacios para realizar sus obras, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
En la política, Obregón intentó mantener el control y equilibrio de las fuerzas políticas imperantes en el país, principalmente del ejército. Por ello, concedíó la amnistía a Francisco Villa y Saturnino Cedillo, y a cambio de rendirse y colaborar en la estabilidad del país les otorgó tierras, producto del reparto agrario. Otra de las preocupaciones del gobierno obregonista fue obtener el reconocimiento de los Estados Unidos, ya que en caso de una nueva revuelta armada en su contra, Obregón debería usar el apoyo de Estados Unidos, que consiguió a inicios de 1923, con el Tratado de Bucareli, suscrito por Thomas Lamont, banquero estadounidense, y el Ministro de Hacienda, Adolfo de la Huerta, por parte de México. Sin embargo, para lograr el reconocimiento norteamericano, Obregón tuvo que hacer ciertas concesiones, sobre todo en materia agraria, ya que la política nacionalista del artículo 27 constitucional afectaba los intereses de las compañías extranjeras en México.
De la Huerta, convencido por algunos de sus partidarios, intentó lanzar su candidatura a la presidencia de la República para el período 1924-1928. Pero Obregón apoyaba a Calles, y el Partido Liberal se opuso a esta medida, por lo que lanzó la candidatura de De la Huerta a presidente. A fines de 1923 dio inicio la rebelión. Todos los personajes en el escenario político que podían dar batalla a Obregón habían muerto, como Lucio Blanco y Villa, el primero en 1922 y el «Centauro del Norte», en 1923. Los delahuertistas (como se les conocíó a los partidarios de Adolfo de la Huerta), fueron derrotados rápidamente, su líder huyó a Panamá en 1924, mismo año en que Calles fue electo presidente sin muchos problemas.

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