Los primitivos núcleos cristianos de resistencia reino de león condado de Castilla y reino de Navarra

TEMA 3: LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA Edad Media: LOS REINOS CRISTIANOS


Planteamiento del tema: abarca el nacimiento de los núcleos de resistencia cristianos, su evolución política, social y repobladora, extendíéndose hasta el final del Siglo XIII.

Marco cronológico:
Comienzo de la Reconquista:

el reino de Asturias: 718.

Nacimiento del condado de Castilla:


Siglo X.

Avance hasta el Tajo, reconquista de Toledo:


1085.

Avance Aragónés hasta el Ebro, reconquista de Zaragoza:


1118.

Batalla crucial, Las Navas de Tolosa:


1212.

Esquema:
1. Contexto histórico:

los musulmanes ocupaban parte de la Península.
1.1 En Europa, se consolidan los Reinos Cristianos y la organización feudal.

La crisis del Imperio romano y la constitución de los reinos germanos provocaron que la sociedad se ruralizara: el comercio se redujo y la agricultura se limitó a cubrir las necesidades de subsistencia. Las invasiones de musulmanes, vikingos y húngaros crearon nuevos temores. En el Siglo X comenzó la expansión de Europa. La colonización interior se realizó gracias a la introducción de nuevas técnicas: el yugo de los bueyes y la collera rígida de los caballos, la herradura y el utillaje agrícola de hierro, el molino hidráulico y el arado de vertedera. Los cultivos se ampliaron. Los excedentes agrícolas animaron a la reaparición de las ciudades y de las actividades artesanales y mercantiles. La conquista exterior la protagonizaron los europeos en cuatro escenarios: la lucha contra el Islam en la Península Ibérica; las cruzadas en Siria y Palestina; la marcha hacia el este contra los eslavos en la Europa oriental; y la recuperación de un comercio de larga distancia en el Mediterráneo y en el Atlántico.

1.2 La evolución social y cultural promueven en Europa nuevas perspectivas


El mundo se ordenó en 3 estamentos. De ahí el nombre de sociedad estamental. Los oratores rezaban: los clérigos. Los bellatores luchaban: los guerreros. Los laboratores trabajaban para mantener a los dos grupos anteriores. Los clérigos y los guerreros constituían los estamentos privilegiados. Eran ociosos, no pagaban impuestos y tenían leyes específicas. Se organizaron en una jerarquía de señores y vasallos definida a través de las relaciones feudales, en las que el vasallo prestaba homenaje al señor y este le entregaba a cambio un feudo. Los campesinos trabajaban y pagaban rentas a sus señores. Los señores utilizaron también la violencia para imponerse sobre los campesinos. Mediante esta, crearon sus señoríos, dentro de los cuales: dictaban la ley, juzgaban, recaudaban y reclutaban a su ejército. Entre los siglos XI al XIII, se fueron constituyendo los nuevos reinos europeos. La comunidad estaba representada en un principio por la nobleza laica y eclesiástica. Más tarde nacieron las Cortes y los Parlamentos, en los que también había representantes de las ciudades.


2. Evolución política, los primeros núcleos de resistencia.
2.1
Los núcleos de resistencia occidentales:
Asturias, León y Castilla.

Asturias:


cuando los conquistadores árabes y beréberes entraron en la Península, una gran mayoría de la población hispana siguió en sus ciudades y aldeas y una minoría de nobles y eclesiásticos huyó a los valles del norte. Unos poseían tierras, otros tenían relaciones familiares y otros habían ejercido como delegados del poder visigodo. En el año 718, un grupo de los refugiados en las montañas cantábricas aceptó a Pelayo, un noble visigodo con propiedades en Asturias, como jefe. Cuatro años después, su éxito en una escaramuza contra los musulmanes en Covadonga (722) contribuyó a asegurar su prestigio y autoridad. Empezaba así la reconquista. 1ª sede: Cangas de Onís; luego pasó a Oviedo.

León:


Entre el año 850 y el año 910, se produjo la colonización del valle del Duero. El reino se amplió gracias a la emigración de algunos montañeses hacia la meseta, y sobretodo, por imposición del poder de Alfonso III sobre gentes que nunca habían abandonado el valle. En el año 910, la capital del reino se trasladó de Oviedo a León.

Castilla:


Castilla fue un condado que dependíó del Reino de León encontrándose al este de éste reino ocupando principalmente la provincia de Burgos actual. Recibíó el nombre de Castilla porque los reyes de León levantaron allí fortificaciones y castillos para defenderse de los ataques musulmanes que llegaban de la parte oriental. Los propios reyes de León nombraban a los condes de Castilla. En la segunda mitad del Siglo X, uno de los señores de Castilla, Fernán González, lo convirtió en un principado autónomo.


2.2 Los núcleos de resistencia pirenaicos:
Navarra, Los condados de Aragón y la Marca Hispánica.
Los núcleos de resistencia pirenaicos combinaron, dos fuerzas: la de las aristocracias autóctonas y la del rey Franco Carlomagno y sus sucesores, interesados en crear frontera entre el Islam y el Imperio carolingio. El fracaso de la expedición de Carlomagno a Zaragoza y su derrota en Roscenvalles le empujaron a limitar su esfuerzo al área catalana. La zona entre los Pirineos y el río Llobregat quedó incorporada al Imperio carolingio. Con las invasiones vikingas, la atención de los sucesores de Carlomagno se desvió hacia el norte, por lo que los condados de la frontera o Marca Hispánica fueron ganando autonomía. Especialmente el condado de Barcelona, con Vifredo el Velloso. En el año 987, la desaparición del último miembro de la dinastía carolingia provocó que los condados catalanes alcanzaran su independencia. En los valles del río de Aragón y del Pirineo occidental los hechos más notables fueron el triunfo de las tendencias autóctonas sobre las carolingias y la constitución de un reino en Pamplona. Sancho Garcés I capitaneó la expansión del mismo. Incorporó el condado de Aragón y extendíó su dominio sobre La Rioja. Gracias a ello, pudo garantizar un recorrido más cómodo a los primeros peregrinos hacia Compostela.

Reinos de Navarra y condados de Aragón:


se conoce muy poco sobre su origen. Parece que fueron territorios conquistados por Carlomagno, y que después se convirtieron en reino (Navarra) y en condados (Aragón).

Marca Hispánica:


su origen es bien conocido. Los condados que la compónían fueron conquistados por Carlomagno y pertenecieron al Imperio Carolingio. Posteriormente, se independizaron del Reino de los Francos.


2.3 Evolución política de estos reinos y condados.

El punto de partida de esa formación suele situarse en el reinado de Sancho III el Mayor de Navarra (1004 – 1035), poder hegemónico de la España cristiana entre 1004 y 1035. Sancho III, reinó en casi todos los reinos y condados, tras su muerte, gobernaron sus hijos, y el mapa político del norte de la Península se fragmentó en 4 espacios:

Reino de León:


el más extenso de todos, incluía Galicia, el norte del actual Portugal, Asturias, León propiamente dicho y las tierras del antiguo condado de Castilla, desde el Cantábrico hasta el Duero. En ocasiones el Reino de León y el de Castilla se unieron, hasta que ocurríó la uníón definitiva en el 1230 con Fernando III el Santo.

Reyes importantes de Castilla y León:


Fernando I; Alfonso VI; Alfonso VII el Emperador; Alfonso VIII de las Navas.

Reino de Navarra:


formado por este territorio más La Rioja, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Quedó encerrado en sí mismo al no tener frontera con los musulmanes. En el Siglo XIII comienzan a reinar en Navarra dinastías francesas.

Reino de Aragón:


muy pequeño, con centro en Jaca. Al morir Sancho III el Mayor, se llamó ya reino (no condado). En el Siglo XII Aragón y los condados de Cataluña se unieron dinásticamente, constituyendo la Corona de Aragón.

Reyes importante de Aragón:


Alfonso I el Batallador; Ramón Berenguer IV; Jaime I el Conquistador (Siglo XIII terminó la reconquista).


3. Principales etapas de la Reconquista:

3.1 Concepto de reconquista:

la Reconquista avanzó de norte a sur y los grandes ríos sirvieron de fronteras naturales.
La actitud defensiva de los núcleos cristianos de resistencia al Islam comenzó a variar por la debilidad de Al-Ándalus tras la desaparición del califato de Córdoba y por la dinámica de expansión de la cristiandad latina. En la Península, la ocupación cristiana de las tierras del Islam andalusí fue estimulada por las exigencias económicas de los señores, que reclamaban nuevos espacios; por el ideal de cruzada y por la voluntad de restaurar el dominio político de los antiguos reyes godos.

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