1. El reinado de Fernando VII
Con la derrota napoleónica, tras el tratado de Valençay, entre Napoleón y Fernando VII, esté recuperó el trono español. Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar el nuevo orden constitucional. Por ello prepararon el viaje de regreso de Fernando
VII (el deseado) a España de manera que fuera directamente a Madrid a firmar la constitución y a aceptar el nuevo marco político. Pero Fernando VII llega a Girona y de ahí va a Zamora a Zaragoza y finalmente llega a Valencia donde le entregan “el manifiesto de los persas”. El grupo absolutista (nobleza y clero) sabían que la vuelta del monarca era la mejor oportunidad para volver al Antiguo Régimen y deshacer toda la obra de las Cortes de Cadís. Los absolutistas se van a organizar, van a movilizar al pueblo y le van a pedir la vuelta del absolutismo en el llamado “manifiesto de los persas”, donde se defendía la monarquía absoluta y se pedía la derogación de la obra de las Cortes de Cádiz. Con todo este apoyo Fernando VII se siente seguro ya que se da cuenta que la mayor parte de la población estaba en contra de la Constitución y por ello va a traicionar sus promesas mediante el real decreto de 4 de Mayo de 1814, anuló la Constitución y las leyes de Cádiz y anunció la vuelta al absolutismo. Tras esto, comenzó una dura represión contra liberales y reformistas y miles de españoles marcharon al exilio.
Etapas:
*El sexenio absolutista:
(1814-1820). Tras anular la obra de las cortes de Cádiz y volver al Antiguo Régimen, Fernando VII restauró las antiguas instituciones del Antiguo Régimen. En el contexto exterior, esta vuelta al Antiguo Régimen coincide con la derrota de Napoleón y el establecimiento del congreso de Viena y la creación de la Santa Alianza que garantizaba la defensa del absolutismo en Europa y el derecho de intervención en cualquier país para frenar el avance del liberalismo. Fernando VII tuvo que hacer frente a las consecuencias de la Guerra de la independencia, que significó la ruina de la agricultura y la destrucción y el desmantelamiento de la escasa industria nacional. La situación se agravó por las luchas de las colonias americanas por su independencia, lo que significó a la larga la pérdida de un importante mercado y una fuente de ingresos para la hacienda. Su negativa a desamortizar bienes eclesiásticos y la oposición del estamento privilegiado a establecer un sistema de contribución proporcional a las rentas de cada contribuyente, condujeron a la Hacienda a la Ruina. Poco a poco, el malestar se fue generalizando en todos los sectores de la sociedad: los sectores liberales, perseguidos e incapaces de encauzar sus reivindicaciones políticas por vías legales, se apoyaron en el ejército para alcanzar el poder. Desde organizaciones secretas los liberales llevaron a cabo numerosas conspiraciones con ayuda de algunos militares, dando lugar a los pronunciamientos o intentos de Golpe de Estado para restaurar el sistema Liberal, pero fracasaron y fueron reprimidos con dureza por la monarquía. Pero en Enero de 1820, el comandante Riego, al frente de un ejército preparado para viajar a América para luchar contra los independentistas de las colonias, se levantó en Sevilla a favor de la constitución de 1812, logró numerosos apoyos y consiguió obligar a Fernando VII a jurar la constitución de 1812, el 10 de Marzo. Inmediatamente se formó un nuevo gobierno y se convocó elecciones a Corte.
*El trienio liberal:
(1820-1823) Se restablecíó la obra legislativa de las cortes de Cádiz y se creó la Milicia Nacional como cuerpo armado para la defensa del liberalismo. Fernando VII aceptó el régimen liberal a la fuerza, pero desde el principio paralizó todas las leyes que pudo, recurriendo a su derecho de veto y conspiró contra su gobierno buscando recuperar su poder mediante la intervención de las potencias absolutistas en España. Fue un periodo de reformas políticas y económicas. Paralelamente surgía el fenómeno juntero este hecho se dio lugar a la existencia de un doble poder: el del gobierno y el de las juntas. Las diferencias dividieron el movimiento liberal y se formaron dos grandes tendencias que marcaron el devenir del liberalismo durante gran parte del Siglo XIX:
-Liberales moderados; como Martínez de la Rosa. Eran partidarios de un Senado Aristocrático, de dar mayor poder al rey y controlar la prensa exaltada.
-Liberales exaltados, como Romero Alpuente, que pretendía la vuelta a las constitución de 1812.
El 16 de Octubre de 1820 se aprobó la ley que suprimiría las sociedades patrióticas. Los moderados pretendían reformar en sentido conservador la constitución de 1812 mediante la introducción del sufragio censitario y la creación de una segunda cámara.
De entre las medidas de gobiernos moderados destacó la ley de supresión de órdenes monacales y reformas regulares, también la abolición de los gremios, la desamortización de los bienes de la iglesia y la supresión de las vinculaciones y mayorazgo de la nobleza.
Los gobiernos de esta etapa estuvieron inmersos en una crisis constante. A las conspiraciones protagonizadas por los exaltados, se sumaron las intrigas del rey y la acción de la guerrilla realista.
El intento del Golpe de Estado protagonizado por la guarida real del 6 al 7 de Julio de 1822. En este contexto, el rey de Francia, Luis XVIII decidíó enviar un ejército, los cien mil hijos de san Luis.
*La década ominosa:
El fin del Régimen liberal fue por la intervención de la Santa Alianza, a quien Fernando VII va a pedir ayuda. La Santa Alianza encargó a Francia la intervención, y en Abril de 1823 unos 100000 soldados (los cien mil hijos de san Luis) entraron en España y volvieron a instaurar la monarquía absoluta. Tras recuperar su poder absoluta, Frenando VII realizó una dura represión en contra de los liberales, muchos de los cuales tuvieron que exiliarse. Con el fin de dotar de estabilidad a la monarquía absoluta de Fernando VII, se mantuvo alguna reforma moderada del Trienio. Debido a los problemas económicos, el rey buscó la colaboración del sector liberal moderado para intentar reactivar la economía. Esta actitud del rey va a aumentar la desconfianza de las clases realistas conservadoras ya que están en descontento por que el rey no ha restablecido completamente el Antiguo Régimen, no ha vuelta a restablecer la Inquisición y no actuaba de manera mas contundente con los liberales. Este sector a partir de 1827 deja de apoyar a Fernando VII se va a agrupar alrededor de Carlos María Isidro, hermano del rey y previsible sucesor de Fernando VII, ya que en este momento no tenía descendencia.