7.1. Explica los elementos fundamentales del SISTEMA POLÍTICO ideado por CÁNOVAS. El gran artífice del restablecimiento de la monarquía [RESTAURACIÓN, 1874-1931] en España fue Antonio Cánovas del Castillo, quien llevó a cabo una campaña para conseguir la adhesión de las élites económicas, de las clases medias y del Ejército a favor del retorno de los Borbones en la persona del hijo de Isabel II. La intención era crear un régimen político de orden y estabilidad, en el que no hubiera necesidad de recurrir a los pronunciamientos militares para acceder al poder político. Así, el 1 de Diciembre de 1874, el futuro Alfonso XII firmó el Manifiesto de Sandhurst, en el que declaró su voluntad de convertirse en rey de España, siguiendo un ideario católico y patriótico, pero también liberal y constitucional, aunque no democrático. En él, se expónía el propósito de restaurar de forma pacífica la monarquía. Pero, el 29 de Diciembre de 1874, el general Martínez Campos protagonizó un pronunciamiento militar en Sagunto y proclamó a Alfonso XII rey de España. El sistema ideado por Cánovas [SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN] se fundamentó en tres principios básicos [BASES DEL SISTEMA CANOVISTA]: A. Soberanía compartida. Entre el rey y las Cortes, como punto intermedio entre el Antiguo Régimen y la monarquía democrática del Sexenio. B. Bipartidismo. Admirador del sistema británico, Cánovas diseña un sistema basado en la alternancia en el poder (turno pacífico, turnismo o turno) de los dos partidos dinásticos o constitucionales, el Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta, y el Partido Conservador de Antonio Cánovas del Castillo. La alternancia en el gobierno [turnismo] fue posible gracias a un SISTEMA ELECTORAL CORRUPTO: El mecanismo del turno se ponía en marcha ante una situación de crisis política o debido al desgaste en el poder del partido gobernante. El rey nombraba entonces como presidente del gobierno al líder del partido contrario y disolvía las Cortes. Antes de realizar nuevas elecciones generales, el gobierno entrante se aseguraba una cómoda mayoría gracias a la operación del ENCASILLADO realizada por el Ministerio de Gobernación. Tras importantes negociaciones entre los dos partidos, se elaboraba una lista con los Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo
Sistema Político (1874-1902). 2 candidatos que debían ser elegidos; decisiones que se transmitían a los gobernadores civiles de cada provincia. Éstos eran los encargados de contactar con las élites locales, los CACIQUES1 , individuos o familias que, sobre todo en el medio rural, por su influencia política o por su poder económico, controlaban una circunscripción electoral y se encargaban de que los candidatos fuesen elegidos, a cambio de protección o favores. El caciquismo fue un fenómeno que se dio en toda España, aunque alcanzó su máximo desarrollo en Andalucía, Galicia y Castilla. En el caso de que esa influencia no funcionase, se recurría al fraude electoral o PUCHERAZO, que consistía en falsificar el censo (incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas), manipular las actas y los procesos electorales (incluso cambiando la urna por otra ya preparada previamente), ejercer la compra de votos o amenazar al electorado con coacciones de todo tipo. Estas prácticas se apoyaban en la abstención de una buena parte de la población apática. Gracias a estas medidas se consiguió que las elecciones siempre fueran ganadas con una mayoría suficiente por el partido que las convocaba. C. Constitución de 1876 El sistema canovista funciónó con regularidad durante el reinado de Alfonso XII (1875- 1885). A su muerte (a los 28 años, a causa de la tuberculosis) el sistema se mantiene mediante el Pacto de El Pardo durante la regencia de su esposa M.ª Cristina de Habsburgo-Lorena y hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII (1902): -Las etapas conservadoras se caracterizarán por reformas dirigidas a aumentar el control de Estado, el centralismo, y la limitación de derechos, así como por un proteccionismo en cuanto a economía. -En los gobiernos liberales se instaurará el sufragio universal masculino (1890) y se ampliarán las libertades [(cátedra, expresión, prensa (supresión de la censura, …)]. Económicamente, se impondrá el librecambismo.
La España de la restauración
7.2. Especifica las CarácterÍSTICAS ESENCIALES DE LA CONSTITUCIÓN DE 1876. Es una de las bases del SISTEMA POLÍTICO de la Restauración o SISTEMA CANOVISTA. Fue el documento jurídico fundamental del periodo y la de mayor longevidad hasta la actualidad. Pretendíó ser una síntesis entre la moderada de 1845 y la democrática de 1869. La Constitución (1.) consideraba a la monarquía como una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política. Constituía un poder moderador que debía ejercer como árbitro en la vida política y garantizar el buen entendimiento y la alternancia entre los partidos políticos. Por ello, (2.) se establecía la soberanía compartida y (3.) se concedían amplios poderes al monarca: derecho de veto, potestad de convocar la Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno; también nombra y destituye ministros y ostenta el mando supremo del ejército. Las (4.) Cortes eran bicamerales, con un Senado, muy conservador, compuesto por miembros de designación real (generalmente nobles) y un Congreso elegido por sufragio directo, 1 El caciquismo fue un fenómeno que se dio en toda España, aunque alcanzó su máximo desarrollo en Andalucía, Galicia y Castilla. Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 3 que en la práctica sería censitario o universal, según determinara el partido que se encontrase en el poder. Fija (5.) las mismas leyes para todo el país, inspirándose en el ideal centralista iniciado por Felipe V. La Constitución también (6.) proclamaba la confesionalidad católica del Estado, aunque toleraba otras creencias siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. En consecuencia, se (7.) restablecíó el presupuesto del culto y del clero para financiar a la Iglesia. Asimismo, el nuevo texto constitucional contaba con una (8.) amplia declaración de derechos, pero su concreción se remitía a leyes ordinarias posteriores que, en general, tendieron a restringirlos, especialmente los derechos de imprenta, expresión, asociación y reuníón.
7.3. Resume el origen y evolución del CATALANISMO, el NACIONALISMO VASCO y el REGIONALISMO GALLEGO. Es uno de los fenómenos más significativos de la Restauración. Desde mediados del siglo XIX, en la periferia de España (Cataluña, País Vasco, Galicia), con lenguas diferentes a la castellana y con historia propia, surgieron movimientos culturales regionalistas2 , en defensa de su lengua y costumbres que se fueron politizando, exigiendo el derecho al autogobierno y a la autonomía. El CATALANISMO La regíón pionera en desarrollar un movimiento regionalista fue Cataluña, donde, desde el último tercio del Siglo XVIII y a lo largo del Siglo XIX había tenido lugar un crecimiento económico superior al de cualquier otra regíón española. La industrialización había hecho de Barcelona y su entorno la primera zona industrial de España y había propiciado el nacimiento de una influyente burguésía de empresarios industriales. Este nuevo grupo social sentía que sus intereses económicos estaban poco representados en los diferentes gobiernos e hizo de la defensa del proteccionismo un elemento aglutinador. El desarrollo socioeconómico de Cataluña coincidíó, inspirado por el Romanticismo de la época, con un notable Renacimiento de la cultura catalana y una expansión del uso de su lengua vernácula3 , el catalán. En este contexto, y a mediados del Siglo XIX (1830), nacíó un movimiento conocido como Renaixença4 , cuyo objetivo era la recuperación de la lengua y de las señas de identidad catalanas. De este modo, el catalanismo surgíó de la conjunción del PROGRESO ECONÓMICO y el Renacimiento CULTURAL o, como se dijo en aquel tiempo, de la uníón del arancel y la poesía. Por otro lado, en la década de 1880, y en parte como consecuencia del centralismo del sistema canovista [Restauración] se desarrolló el catalanismo político, que tuvo varias corrientes. Cabe señalar, en este contexto, a Valentí Almirall, considerado como el padre del catalanismo político; fundador -en 1882- del Centre Català, primera organización política que exigíó un mayor autogobierno para Cataluña; y quien líderó la comisión que en 1885 entregó a Alfonso XII el Memorial 2 REGIONALISMO: Doctrina política según la cual en el gobierno de un Estado debe atenderse especialmente al modo de ser y a las aspiraciones de cada regíón. 3 Del lat. Vernacŭlus.1. Adj. Dicho especialmente del idioma o lengua: Doméstico, nativo, de la casa o país propios (según la RAE). 4 Reivindicaba la recuperación de la lengua y las señas de identidad de la cultura catalana. Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 4 de agravios, por el que la burguésía catalana reclamaba medidas proteccionistas contra el librecambismo liberal. Un paso muy importante en la consolidación del catalanismo político fue la elaboración de las Bases de Manresa en 1892, un documento producido por la Uníó Catalanista, que propónía, como consecuencia de un pacto con la corona, la consideración de Cataluña como una entidad autónoma dentro de España. El regionalismo pasó entonces a convertirse en verdadero nacionalismo5 . La crisis del sistema político de la Restauración en 1898 (desastre del 98) acrecentó el interés de la burguésía catalana por tener su propia representación política al margen de los partidos dinásticos. En 1901 se creó la Lliga Regionalista, fundada por el intelectual nacionalista Enric Prat de la Riba y el joven abogado Francesc Cambó. El nuevo partido aspiraba a participar activamente en la política y a tener representantes en las instituciones que defendiesen los intereses del catalanismo. El éxito electoral convertiría a la Lliga en el principal partido de Cataluña durante el primer tercio del Siglo XX. El NACIONALISMO VASCO El nacionalismo vasco surgíó en la década de 1890. En sus orígenes hay que considerar la reacción ante la pérdida de una parte sustancial de los fueros tras la derrota del carlismo (1876, fin de la Tercera Guerra Carlista); pero también el desarrollo de una corriente cultural en defensa de la lengua vasca, el euskera (la lengua de la raza), que dio lugar a la creación del movimiento de los euskaros, con un importante componente religioso y de defensa de las tradiciones. Su gran propulsor fue Sabino Arana -autor de Bizcaia, por su independencia-, que sentía una gran pasión por la cultura autóctona de Euskalerria (nombre vasco del territorio donde se habla el euskera). Arana creyó ver un gran peligro para la subsistencia de la cultura vasca en la llegada de inmigrantes procedentes de otras regiones de España a la zona minera e industrial de Bilbao, como resultado de la enorme expansión de la minería y la siderurgia vascas en el último tercio del Siglo XIX. Pensaba que esta población de maketos (nombre dado a los inmigrantes no vascos) ponía en peligro el euskera – cuyo uso se reducía a pequeños territorios rurales -, las tradiciones y la etnia vasca. Las propuestas de Arana prendieron en diversos sectores, sobre todo en la pequeña burguésía y en 1895 se creó el Partido Nacionalista Vasco en Bilbao. Arana popularizó un nuevo nombre para su patria, Euzkadi, una bandera propia y propuso un lema para el partido, “Dios y ley antigua”. El movimiento estaba impregnado de un gran sentimiento católico y de defensa de la tradición, pretendía impulsar la lengua y las costumbres vascas y defendía la pureza racial del pueblo vasco, por lo cual adquiríó un cierto sentido xenófobo. En un principio, el PNV se declaró de inmediato independentista con respecto a España, pero esta posición fue evolucionando hacia el autonomismo. Aunque a la muerte de Arana (1903, 38 años) aparecieron disensiones dentro del nacionalismo vasco, su progreso electoral fue constante en las primeras décadas del Siglo XX. Su principal rival en la defensa de la identidad vasca fue el carlismo, que también reclamaba la vuelta de los fueros, y que en Navarra tenía mucha más fuerza. El REGIONALISMO GALLEGO El galleguismo tuvo un carácter estrictamente cultural hasta bien entrado el Siglo XX. La lengua gallega se usaba sobre todo en el medio rural, y a mediados del Siglo XIX, intelectuales y 5 Nacionalismo: Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nacíón, aspira a constituir una entidad autónoma o un Estado independiente. Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 5 literatos gallegos emprendieron el camino de convertirla en lengua literaria. Ello dio lugar al nacimiento de la corriente llamada Rexurdimento, cuya figura literaria de mayor influencia fue la poetisa Rosalía de Castro (1837-1885). Unas minorías cultas, insatisfechas con la situación del país, empezaron a responsabilizar del atraso económico a la subordinación política de Galicia, que forzaba a muchos gallegos a la emigración. En la última etapa de la Restauración, el galleguismo fue adquiriendo un carácter más político, pero este movimiento se mantuvo muy minoritario a pesar del prestigio de algunos de sus componentes (Manuel Murguía o Alfredo Brañas, entre otros). Más tarde fue importante la figura de Vicente Risco, que en la segunda década del Siglo XX se convertiría en el gran teórico y líder del nacionalismo gallego.
7.4. Analiza las DIFERENTES CORRIENTES IDEOLÓGICAS DEL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO ESPAÑOL, así como su EVOLUCIÓN DURANTE EL ÚLTIMO CUARTO DEL Siglo XIX. En la década de 1820, el LUDISMO fue la primera expresión de rebeldía obrera contra la introducción de nuevas máquinas a las que se responsabilizaba de la pérdida de puestos de trabajo y del descenso de los jornales. El incidente más relevante fue el incendio, en 1835, de la fábrica Bonaplata de Barcelona. Muy pronto los trabajadores comprendieron que el origen de sus problemas no estaba en las máquinas, sino en las condiciones de trabajo que impónían sus propietarios. Se origina y se extiende el MOVIMIENTO ASOCIACIONISTA OBRERO creando Sociedades de Socorros Mutuos o Sociedades Mutualistas, a las que los obreros asociados entregaban una pequeña cuota para asegurarse una ayuda en caso de desempleo, enfermedad o muerte. La entrada de las doctrinas socialistas en España se produjo gracias a la difusión del pensamiento de socialistas utópicos franceses como Saint-Simón, Cabet, Fourier o Proudhon. La figura más notable del socialismo (utópico) español en el Siglo XIX fue Joaquín Abreu. El nacimiento de un movimiento obrero español [anarquismo y socialismo] tuvo su origen en el Sexenio democrático, gracias a la libertad de reuníón y asociación establecidos por la Constitución de 1869. Tras el triunfo de la Gloriosa Revolución en 1868, llegó a España un enviado de la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores), el italiano Giuseppe Fanelli, que viajó a Madrid y a Barcelona para crear los primeros núcleos de afiliados a la Internacional. Fanelli era miembro de una organización6 fundada por Bakunin [uno de los padres del anarquismo] en 1868, y difundíó los ideales anarquistas (supresión del Estado, colectivización, apoliticismo, etc.) como si fuesen los de la AIT. El primer congreso de la Federación Regional Española (FRE) de la AIT se celebró en Barcelona, en 1870. El internacionalismo tuvo su momento álgido durante la Primera República (1873-1874) Su declive definitivo tuvo lugar a partir de 1874, cuando el nuevo régimen de la Restauración lo declaró ilegal, siendo obligado a organizarse en la clandestinidad. El movimiento inicia su auge en 1881, cuando el gobierno de Sagasta aprobó la Ley de Asociaciones. Con ella las agrupaciones anarquistas salen de la clandestinidad y consolidan su presencia, sobre todo, en Andalucía y Cataluña. 6 Alianza Internacional de la Democracia Socialista Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 6 Durante la década de 1890, el anarquismo se caracterizó por el progresivo abandono de la corriente anarcosindicalista y el triunfo de tesis más radicales, partidarias de las acciones terroristas: la bomba en el Liceo de Barcelona, en el que murieron veinte personas, o el asesinato de Cánovas del Castillo, así lo demuestran. La acción directa llevó al gobierno a ejercer una fuerte represión contra todas las organizaciones anarquistas, tal y como se puso de manifiesto en el Proceso de Montjuïc de 1895, en el que cinco personas fueron condenadas a muerte. Por su parte, en 1871 (Sexenio democrático) llegó a Madrid Paúl Lafargue, yerno de Karl Marx, e impulsó el grupo de internacionalistas madrileños favorables a las posiciones marxistas, entre ellos se encontraba el tipógrafo Pablo Iglesias. Las discrepancias entre las dos corrientes internacionalistas culminaron en 1872 con la expulsión del grupo madrileño de la FRE y con la fundación de la Nueva Federación Madrileña, de carácter netamente marxista. La mayoría de las organizaciones integradas en la AIT mantuvieron su primitiva orientación bakuninista. Durante el régimen de la Restauración, el movimiento socialista fue más minoritario que el anarquista y su implantación se desarrolló especialmente en Madrid, País Vasco y Asturias. En 1879, y todavía de forma clandestina, nacíó en Madrid el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), siendo Pablo Iglesias su principal representante. En 1886 se creó el semanario El Socialista, órgano de expresión del nuevo partido, que, además, contó desde 1888 con la central sindical Uníón General de Trabajadores (UGT). Opuestos a los anarquistas, mantuvieron una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa, pero más moderada que la de la otra gran corriente del movimiento obrero español.
7.5. Describe el ORIGEN, DESARROLLO Y REPERCUSIONES DE LA TERCERA GUERRA CARLISTA [1872-1876]. ORIGEN Los carlistas, beneficiados por el clima de libertad que introdujo la “Gloriosa” [1868], se habían reorganizado como fuerza política. La llegada de Amadeo de Saboyá [1871] dio argumentos a un sector del carlismo para volver a intentar métodos de insurrección armada y, en 1872, una vez desaparecida Isabel II (en el sentido de que ya había abdicado en su hijo Alfonso), se sublevaron animados por las posibles expectativas de sentar en el trono a su candidato, Carlos VII. Se convirtió esta insurrección en uno de los más graves problemas a los que se enfrentó la República y que paralizó su acción de gobierno. DESARROLLO La rebelión se inició [reinado de Amadeo de Saboyá] en el País Vasco y se extendíó a Navarra y a zonas de Cataluña. La proclamación de la República aceleró y animó el conflicto armado, que pasó del enfrentamiento con unas cuantas partidas armadas a un verdadero frente abierto, con un auténtico ejército y con el dominio de diversos territorios tradicionalmente carlistas. En el mes de Julio se extendíó por gran parte de Cataluña, donde se hicieron incursiones hacia Teruel y Cuenca, y se consolidó en las provincias vascas y el Maestrazgo. Entre las acciones bélicas de importancia cabe destacar el asedio a Bilbao, la victoria en la batalla de Montejurra (1873) y la toma de las ciudades de Eibar y Estella. En 1875 [Restauración], la intervención del ejército al mando del general Martínez Campos forzó finalmente la rendición de los carlistas en Cataluña, Aragón y Valencia. Sin embargo, el conflicto continuó unos meses más en el País Vasco y Navarra, hasta su total rendición en 1876. En Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 7 Febrero de ese mismo año, Carlos VII, al que se le prohibíó explícitamente la estancia en España, cruzó la frontera francesa hacia el exilio y la guerra se dio por finalizada en todo el territorio. REPERCUSIONES La derrota del carlismo significó: – la abolición de los fueros vascos y la radicalización de las posiciones nacionalistas. – la crisis del carlismo: los carlistas abandonan definitivamente las armas y el carlismo se convierte en un nuevo partido político capaz de tomar parte en las contiendas electorales. Carlos VII depositó su confianza como jefe del carlismo en Cándido Nocedal y la renovación del partido corríó a cargo de Juan Vázquez de Mella, quien, en 1886 propuso un programa adaptado a la nueva situación política (Acta de Loredán). O En 1888 el partido vive una escisión, liderada por Ramón Nocedal, fundándose el Partido Católico Nacional, de talante integrista. – También fundarán una milicia, el Requeté, que adquiríó importancia en la década de 1930.
7.6. Explica la POLÍTICA ESPAÑOLA respecto al problema de Cuba. A finales del Siglo XIX España perdíó sus últimas posesiones ultramarinas, que para entonces se limitaban a Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas otras islas del Pacífico occidental. El proceso fue vivido como un símbolo de los males del país y provocó una ola de pesimismo que inspiró un proceso de reflexión intelectual e hizo evidente la necesidad de reformar en profundidad el Estado [→ Bloque 9: El Regeneracionismo de Joaquín Costa y sus consecuencias en el revisionismo político de Antonio Maura -conservador- y José de Canalejas – liberal-]. Cuba, fuente de recursos vital para España, era uno de los principales productores de azúcar y tabaco del mundo, un magnífico mercado para los productos textiles catalanes y una salida natural para la emigración española. En 1868 estalló la guerra con el grito de Yara, un manifiesto promovido por Manuel de Céspedes. El final de la guerra carlista permitíó acabar más fácilmente con la insurrección cubana (Guerra de los Diez Años, 1868-1878). Como resultado de la actuación militar y de la negociación con los insurrectos, en 1878 se firmó la Paz de Zanjón. En ella se incluía la abolición de la esclavitud (aprobada en 1888) y la promesa de reformas políticas y administrativas por las que Cuba tendría representantes en las Cortes españolas. El retraso o incumplimiento de estas reformas provocaría el inicio de un nuevo conflicto en 1879 (Guerra Chiquita: 1879-1880) y la posterior insurrección de 1895. Así, en 1895, el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, protagonizó una nueva insurrección, conocida como el grito de Baire. Del mismo modo, en las islas Filipinas, se desencadenó una rebelión, liderada por José Rizal, que fue controlada en 1897. El levantamiento cubano, dirigido por Antonio Maceo y Máximo Gómez, se extendíó por toda la isla, por lo que Cánovas del Castillo envió tropas al mando del general Martínez Campos. La falta de resultados provocó su relevo por el general Valeriano Weyler quien, pese a la utilización de métodos represivos [concentraciones], tampoco consiguió detener el levantamiento. La estrategia española en el conflicto cubano cambió en Agosto de 1897, debido al asesinato de Cánovas y a la entrada en el poder de los liberales, que optaron por una política basada en la concesión de autonomía política y económica y la equiparación de derechos entre insulares y peninsulares, aunque las medidas no frenaron la insurrección. El papel de Estado Unidos sobre las posesiones españolas se intensificó cuando en 1897 accedíó a la presidencia William McKinley, quien reivindicó intereses económicos y estratégicos estadounidenses en las colonias. Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 8 En Febrero de 1898, el acorazado estadounidense Maine explotó en el puerto de La Habana causando la muerte de 260 soldados. El Gobierno de Estados Unidos acusó a España del hundimiento y la prensa del país desplegó una intensa campaña de propaganda para presentar la guerra como inevitable. Estados Unidos declaró una guerra rápida en la que derrotaron a las tropas españolas en Santiago de Cuba y en Cavite (Filipinas). Estas derrotas militares obligaron al Gobierno español a firmar el Tratado de París, por el que España aceptó la independencia de Cuba, aunque la isla quedaría bajo supervisión de Estados Unidos, que además logró el control de Puerto Rico, Filipinas y Guam. Se ponía así fin a la presencia española en ultramar y comenzaba una nueva etapa en la que España debería asumir un papel secundario en el contexto internacional.
7.7. Especifica las CONSECUENCIAS PARA ESPAÑA DE LA CRISIS DEL 98 en los ámbitos ECONÓMICO, POLÍTICO e IDEOLÓGICO. La crisis de 1989 fue fundamentalmente una crisis moral e ideológica, que causó un importante impacto psicológico entre la población. La derrota sumíó a la sociedad y a la clase política española en un estado de desencanto y frustración porque significaba la destrucción del mito del Imperio español – en un momento en el que las potencias europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales en Asía y África- y la relegación de España a un papel de potencia secundaria en el contexto internacional. Además, la prensa extranjera presentó a España como una “nacíón moribunda”, con un ejército totalmente ineficaz, un sistema político corrupto y unos políticos incompetentes. Esta visión cuajó en buena parte de la opinión pública española. CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS Las pérdidas humanas se han calculado en torno a unas 100.000 bajas habidas en combates y, sobre todo, a causa de enfermedades tropicales. Los efectos demográficos más notorios fueron la pérdida de unos destinos habituales para la emigración ultramarina. CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Paradójicamente, el balance no fue negativo: los mercados perdidos pronto fueron sustituidos por otras áreas en Suramérica; la Deuda Pública que se emitíó para costear la guerra quedó a cargo de la nueva banca de Cuba; los pagos por la venta de las islas en el Pacífico y por las indemnizaciones acordadas en los tratados de paz mejoraron la balanza y, finalmente, se repatriaron capitales que sirvieron de base a nuevos bancos nacionales (Banco Hispano- Americano o Banco Español de Crédito, por ejemplo). Tanto es así que el ministro de Hacienda, Fernández Villaverde, llevó a cabo una política económica de saneamiento, lo que motivó que aumentaran los ingresos y lo que permitíó que en los años siguientes tuviera súperávit la Hacienda. CONSECUENCIAS POLÍTICAS e IDEOLÓGICAS Además de algunos intentos frustrados de pronunciamiento militares (general Polavieja), la pérdida de los restos del Imperio produjo una conmoción intensa en la sociedad española. Tanto políticos conservadores, como Silvela (que hablaba de una “España sin pulso”), y republicanos y socialistas, como intelectuales, como Joaquín Costa, promovieron una profunda revisión de la situación en España, fue el regeneracionismo. Asimismo, un grupo de literatos y pensadores, conocidos como la Generación del 98, intentaron analizar el “problema de España” en un sentido muy crítico y en tono pesimista. Pensaban Bloque 7. La Restauración Borbónica: implantación y afianzamiento del nuevo Sistema Político (1874-1902). 9 que, tras la pérdida de los últimos restos del Imperio español había llegado el momento de una regeneración moral, social y cultural del país. Por último, provocó la intensificación de los nacionalismos periféricos: sobre todo en los casos vasco y catalán, el Desastre del 98 fue interpretado como la evidencia de la necesidad de desvincularse de España.