La España de Franco resumen


La autarquía de posguerra
En 1939, España era un país arruinado. Diezmada demográficamente, el hambre y laextrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población.La solución que dio el régimen franquista a la penuria económica estuvo marcada por el modelo creado en la Italia mussoliniana y consolidado en la Alemania de Hitler: la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del estado.El intervencionismo del Estado se extendíó por gran parte de la economía nacional. El Estado fijó los precios agrícolas y obligó a los campesinos a entregar los excedentes de sus cosechas. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para mejor controlar la exangüe industria española y se establecíó un rígido control del comercio exterior.

Un gran fracaso económico
Los años de la posguerra marcaron una tremenda regresión en el terreno económico. El hundimiento de la producción agrícola e industrial fue acompañado de una vuelta atrás histórica: el sector primario volvíó a superar el 50 por ciento de la renta nacional. En un contexto de escasez e intervención estatal, el mercado negro, el estraperlo, y la corrupción generalizada (licencias importación y exportación, suministros al Estado…) se apoderaron de la economía del país.Esta situación se vio fuertemente agravada por la coyuntura internacional. A la segunda Guerra Mundial, 1939-1945, le sucedíó un período de aislamiento por la condena internacional del régimen de Franco como aliado del Eje.

Los años 50: el fin de la autarquía
El evidente fracaso del modelo autárquico llevó a que desde los inicios de los años cincuenta se produjera un giro en la política económica.Se aplicó una liberalización parcial de precios y del comercio y la circulación de mercancías En 1952 se puso fin al racionamiento de alimentos.Estas medidas trajeron una cierta expansión económica. Finalmente, en 1954 se súperó la renta por habitante de 1935. Se ponía fin a veinte años perdidos en el desarrollo económico español.La guerra fría y el consiguiente cambio en la política internacional norteamericana propiciaron que desde 1951 comenzara a llegar ayuda económica norteamericana. Aunque inferior a la recibida por los países beneficiarios del Plan Marshall, esta ayuda permitíó importaciones de bienes de equipo imprescindibles para el desarrollo industrial.El incipiente desarrollo trajo, sin embargo, una fuerte inflación que propició un fuertemalestar social. La necesidad de reformas estructurales en la economía era evidente. Finalmente, Franco, tras veinte años de políticas económicas nocivas, permitíó la entrada en el gobierno en 1957 de un grupo de tecnócratas del Opus Dei. Estos nuevos ministros diseñaron el giro definitivo en la política económica: el Plan de Estabilización de 1959.

Evolución política 1959-1975

El año clave: 1977
El proceso de reformas estuvo siempre amenazado por dos fuerzas opuestas que se alimentaban mutuamente. Por un lado, las fuerzas de extrema derecha, en las que se agrupaban los residuos del franquismo más duro, grupos terroristas como los Guerrilleros de Cristo Rey, diarios del régimen como El Alcázar, o grupos políticos como Fuerza Nueva dirigida por Blas Piñar. Esta extrema derecha centró sus esfuerzos en alentar un golpe militar que pusiera fin al proceso democrático. Por otro lado, los grupos terroristas nacionalistas como ETA o de extrema izquierda como el GRAPO. Con sus ataques al ejército y las fuerzas policiales alimentaban las posibilidades de un golpe militar.La situación llegó a su momento de máxima tensión en la semana del 23 al 29 de Enero de 1977, cuando una sucesión de hechos violentos estuvo a punto de dar al traste con la transición. Al asesinato de un estudiante en una manifestación pro-amnistía por parte de los «Guerrilleros de Cristo Rey», le siguió el secuestro del presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, el general Villaescusa, por parte del GRAPO y la matanza de cinco abogados laboralistas del PCE en Atocha por grupos de pistoleros de extrema derecha.La respuesta popular fue una gran manifestación de repulsa en Madridque se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de continuar los cambios de forma pacífica.Adolfo Suárez, aunando coraje y habilidad política, supo sortear los obstáculos y adoptó medidas que permitieron el paso a un régimen democrático. La legalización del PCE en Abril de 1977 y la amnistía de los presos políticos llevaron a la celebración de las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República en Junio de 1977.El partido triunfador fue la Uníón del Centro Democrático (UCD), nuevo partido organizado por Suárez en el que se agrupaban los aperturistas del franquismo con algunos elementos moderados de la antigua oposición democrática. La UCD obtuvo el 34.5% de los votos.El segundo partido más votado fue el PSOE de Felipe González con casi el 30% de los votos. Ante la sorpresa de muchos, el PSOE se hizo con la hegemonía en la izquierda. Por detrás quedó el PCE con un 9.4% y la Alianza Popular de Manuel Fraga con el 8.0%. Convergència i Uníó de Jordi Pujol y el PNV se constituyeron como las principales fuerzas nacionalistas.El nuevo gobierno de Suárez se aprestó a hacer frente a los dos principales desafíos del momento: elaborar una Constitución que articulara políticamente el nuevo sistema democrático y hacer frente al terrorismo de ETA, que seguía atentando pese a una amnistía total decretada en Octubre de 1977, y al peligro golpista.Todo este delicado proceso político debía hacerse en un contexto de profunda crisis económica. La crisis del petróleo de 1973 había golpeado duramente a España y el paroy la inflación crecían alarmantemente. Para estabilizar la situación económica las principales fuerzas políticas firmaron en Octubre de 1977 losPactos de la Moncloa, una serie de medidas consensuadas para hacer frente a las graves dificultades económicas.


El inmovilismo político de los sesenta

Pese profundos cambios económicos y sociales de la década de los sesenta, elinmovilismo, la ausencia de cambios importantes, caracterizaron a la política del período. No obstante, se pueden reséñar algunos elementos nuevos que posteriormente tendrían gran trascendenciaLa renovación de la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II propiciaron elalejamiento de la Iglesia y el régimen franquista. Las tensiones fueron crecientes entre los que habían sido estrechos aliados.Resurgimiento de las tensiones nacionalistas y aparición del terrorismo de ETA. En 1959, un grupo de jóvenes abandonaron el PNV y crearonETA, Euzkadi ta Askatasuna, (Patria Vasca y Libertad). Esta nueva organización nacionalista radical optó unos años después por aplicar tácticas terroristas.Aumento de los conflictos laborales desde 1961. Las reivindicaciones de las huelgas fueron pasando poco a poco de cuestiones laborales (salarios, jornada de trabajo) a la denuncia política (libertades sindicales y políticas).

La respuesta del régimen a cualquier disidencia siguió siendo puramente represiva. Dos ejemplos bastan:En 1963, un militante clandestino del Partido Comunista, Julián Grimau, fue ejecutado por delitos cometidos en la Guerra Civil. Las protestas internacionales fueron generalizadas.En 1962, tras pedir España la adhesión a la CEE, un grupo de representantes de la derecha liberal que vivían en el exilio se reuníó en Múnich y pidió que no se admitiera a España hasta que no se estableciera en el país un régimen democrático basado en las libertades políticas. La prensa franquista organizó un enorme escándalo contra lo que se vino a denominar el Contubernio de Múnich.Mientras el régimen aplicó pequeños e insuficientes cambios legislativos, que no cambiaron para nada su esencia dictatorial:La Ley de Prensa de 1966, aprobada por el entonces ministro de Información, Manuel Fraga, aunque levantó algo la presión de la censura, no significó ningún avance significativo.La Ley Orgánica del Estado de 1966. Última de las Leyes Fundamentales del Movimiento que no trajo ningún cambio de interés. Forzado por su avanzado edad, Franco tuvo finalmente que designar un sucesor. En 1969, Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, fue designado sucesor «a título de Rey». Una creciente oposición
Los años finales de los sesenta y los principios de los setenta vinieron marcados por un fuerte crecimiento de la oposición en las fábricas, donde había renacido un sindicalismo clandestino y en las universidades.La represión fue la respuesta. La policía política, la Brigada Político-Social, no dudaba en aplicar la tortura en las comisarías. Los opositores al régimen pasaron a ser juzgados por un tribunal especialmente creado para ejecutar la represión, el Tribunal de Orden Público.En ese contexto tuvo lugar el primer atentado de ETA. La respuesta fue una represión indiscriminada que, de hecho, provocó el aumento del apoyo social a la banda. Un momento clave fue la celebración en 1970 del denominado Juicio de Burgos ante una corte militar. Nueve etarras fueron condenados a muerte lo que desencadenó protestas internacionales y en el país. La presión internacional llevó a que finalmente las condenas fueron conmutadas. La brutalidad del franquismo provocó que muchos entre la opinión liberal y de izquierdas no se dieran cuenta del real significado del terrorismo nacionalista de ETA.La avanzada edad del dictador y la creciente presión de la oposición llevaron a la formación de dos tendencias dentro del régimen. Por una lado, los que se empezaron a llamar «aperturistas», estos, sin cuestionar la figura de Franco, defendieron la necesidad de aplicar pequeñas reformas en un sentido democrático y parlamentario. Por otro lado, lo que se vino a denominar el «búnker». Aquí se agruparon los sectores más extremistas y violentos, contrarios a cualquier cambio.
Para aliviar al senil Franco de las tareas cotidianas de gobierno, en 1973, Carrero Blanco, un militar partidario de la línea dura, fue nombrado presidente del gobierno.Carlos Arias Navarro fue nombrado ministro de Gobernación.El nuevo gobierno se estrenó con la organización el 20 de Diciembre de ese mismo año de un juicio, el Proceso 1001, contra dirigentes del sindicato clandestino Comisiones Obreras. Entre ellos su principal líder, el comunista Marcelino Camacho.Ese mismo día, ETA consiguió dar el golpe más importante de su historia,Carrero Blanco fue asesinado en Madrid. La muerte de su principal colaborador fue un duro golpe para un Franco cada vez más próximo a su final.
Los últimos momentos de la vida de Franco

La vida del dictador terminó en un contexto complejo y conflictivo:El enfrentamiento con la Iglesia llegó a extremos que hubieran sido inconcebibles unos años antes. Ante la amenaza de expulsar de España a Añoveros, obispo de Bilbao que había publicado una pastoral defendiendo la identidad cultural y lingüística del pueblo vasco, el Vaticano contestó con la advertencia de que tal expulsión significaría la ruptura del Concordato y la excomunión de quien lo llevara a cabo.En Septiembre de 1975, tras un juicio militar, fueron condenados a muerte y ejecutados cinco militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico – organización terrorista creada dos años antes) y de ETA. De nuevo, hubo grandes protestas internacionales.El rey marroquí Hassan II organizó la Marcha Verde, reclamando el Sáhara occidental español. En el momento en que se iniciaba la agonía de Franco, el gobierno cedíó y, violando el mandato de la ONU, España cedíó su antigua colonia a Marruecos y Mauritania.
Finalmente, tras tres meses y medio de enfermedad, Franco murió el 20 de Noviembre de 1975.


La transición política

Tras la muerte de Franco, Juan Carlos I fue proclamado rey en un contexto político de gran incertidumbre. Se iniciaba un complejo proceso de transición que llevaría de la dictadura a un sistema democrático.Este proceso de transición se ha convertido al pasar los años en un modelo para muchos países por el escaso nivel de violencia que la acompañó. 
Las fuerzas políticas en escena
Los Franquistas

Al morir Franco, las diferencias entre el «búnker», organizado en torno a figuras como Blas Piñar, y los «aperturistas» se agudizaron. Entre estos últimos había políticos veteranos de la dictadura que estaban convencidos de la necesidad del cambio, este era el caso de Fraga o Areilza, y jóvenes que no habían vivido la Guerra Civil y que iban a desempeñar un papel clave en la transición. Adolfo Suárez será la figura clave en este grupo.

Las fuerzas de oposiciónLas fuerzas de la derecha liberal eran muy débiles y se agrupaban en torno  a figuras como Ruiz Giménez y Gil Robles o los partidarios de Juan de Borbón, padre del monarca.Entre las fuerzas nacionalistas hay que destacar la aparición de una nueva fuerza hegemónica en Cataluña,  Convergència Democràtica de Catalunya dirigida por Jordi Pujol. En el País Vasco, el  Partido Nacionalista Vasco será la fuerza mayoritaria. Teóricamente contrario al terrorismo, en la práctica no se enfrentaba con las acciones de una  ETA cada vez más activa.Entre las fuerzas de izquierda sobresalía el Partido Comunista de España, dirigido porSantiago Carrillo, y, sin lugar a dudas, el partido más organizado y activo al acabar la dictadura. El PSOE había celebrado un Congreso en  Suresnes (Francia) en 1974 en el que un nuevo grupo dirigente organizado en torno a Felipe González y Alfonso Guerrahabía llegado al poder. El Partido Socialistas Popular de Enrique Tierno Galván era otra fuerza de izquierda que terminó finalmente por unirse al PSOE.La hegemonía comunista también se reflejaba en el mundo sindical.Comisiones Obreras era el sindicato más poderoso, mientras que la UGTcomenzaba a reorganizarse. La histórica CNT se convirtió en una fuerza meramente simbólica.Las disensiones entre el PCE y el PSOE impidieron que toda la oposición democrática se coaligara en una única alianza. Así, surgieron la Junta Democrática, dominada por el PCE y con fuerte capacidad de movilización y la Plataforma de Convergencia Democrática, donde el PSOE, el PNV y la  UGT eran las fuerzas principales.

Los primeros momentos del reinado de Juan Carlos I. El gobierno de Arias Navarro (Noviembre 1975-Julio 1976)
Los primeros momentos de la monarquía de Juan Carlos I estuvieron caracterizados por la indefinición. Muchos sospechaban que la nueva monarquía sería una mera continuador del franquismo sin Franco. Sin embargo, el nuevo monarca se fue rodeando de un grupode asesores, entre los que destacaba Torcuato Fernández Miranda, que diseñaron un plan de cambio político. Este cambio se vino en denominar la reforma. Se trataba de aplicar cambios controlados que garantizaran la intangibilidad de los funcionarios y militares franquistas y que llevaran a un sistema democrático desde las propias leyes franquistas.En un principio el rey optó por mantener al frente del gobierno a Arias Navarro, quien había presidido el ejecutivo en la fase final de la dictadura. El gobierno incluía a Manuel Fraga en el puesto clave de ministro del Interior y figuras jóvenes procedentes del Movimiento como Adolfo Suárez o Martín Villa.El gobierno de Arias fracasó a la hora de implementar un proceso de reformas creíble y respondíó con represión a las protestas sociales. Una oleada de huelgas se extendíó por el país en Enero de 1976. La respuesta represiva culminó con los incidentes de Vitoria, en Marzo de 1976, cuando cinco trabajadores murieron a manos de la policía.Ese mismo mes de Marzo, toda la oposición se agrupó en la Coordinación Democrática lo que reforzó las protestas contra el inmovilismo del gobierno de Aria Navarro. Finalmente, el rey, que no había disimulado su descontento con la labor del ejecutivo, destituyó a Arias Navarro en Julio de 1976.  El Gobierno Suárez y la Ley de Reforma Política
El nombramiento de Adolfo Suárez, joven político procedente del Movimiento, como nuevo presidente del gobierno fue recibido con decepción entre la opinión democrática.  Pese a que el nuevo gobierno estaba formado por ministros aperturistas, muchos pensaron que Suárez no era el hombre adecuado para liderar el proceso hacia la democracia.Poco tiempo después, en Septiembre de 1976, Suárez presentó el proyecto de Ley para la Reforma Política. Era la concreción legislativa del proceso de desmantelamiento del franquismo desde el propio régimen. Paralelamente, Suárez iniciocontactos discretos con la oposición democrática.Los sectores más inmovilistas del franquismo, crecientemente irritados por la evolución política y los atentados terroristas de  ETA y el GRAPO, empezaron a conspirar para organizar un golpe militar contra el incipiente proceso de reformas. En Septiembre de 1976, Suárez nombró al teniente general Gutiérrez Melladovicepresidente del gobierno. Gutiérrez Mellado fue una figura clave para controlar el peligro golpista en el Ejército.Pese a las conspiraciones golpistas y a los actos terroristas de ETA, la conciencia de los cambios eran inevitables, llevaron a las Cortes franquistas a aprobar en Noviembre  la Ley de Reforma Política, lo que supónía su «suicidio político».Avances de la oposiciónPoco a poco, la oposición fue saliendo de la clandestinidad. El PSOE celebró en Madrid su XXVII Congreso al que asistieron importantes líderes internacionales. Santiago Carrillo, el líder comunista dio una rueda de prensa clandestina en Madrid reclamando el derecho del PCE a ser legalizado.  Detenido el 23 de Diciembre de 1976 , fue puesto en libertad ocho días después.Ese mismo mes se había celebrado un referéndum popular sobre la Ley de Reforma Política. La respuesta había sido contundente: con  77.7% de participación, el  94.1% de los votos habían sido positivos.La oposición, que en un principio había desconfiado de Suárez, pasó a aceptar lo inevitable: el fin del franquismo no se realizaría mediante lo que denominaban la ruptura democrática (gobierno provisional, amnistía, legalización de todos los partidos, elecciones libres…). En adelante, gran parte de la oposición pasó a apoyar un proceso de reforma que iba a concluir en el establecimiento de un genuino régimen democrático.


El enorme esfuerzo militar que para la Monarquía supónía las continuas guerraseuropeas (Guerra de los Treinta Años había comenzado en 1618 y las hostilidades con los rebeldes holandeses se habían reanudado) y la demanda de sacrificios a los reinos que compónían la Corona realizada por la  propuesta por el  en 1632 precipitaron la crisis de 1640 con dos escenarios principales: Cataluña y Portugal.
El fracaso depara que las instituciones catalanas aceptaran la “” no le impidió mandar tropas al Principado al estallar la guerra con Francia. La presencia de tropas castellanas precipitó el estallido de revueltas entre el campesinado catalán. Finalmente el día del Corpus Christi de 1640, grupos de campesinos atacaron Barcelona, asesinaron al virrey y precipitaron la huída de las autoridades.
Asesinado el lugarteniente del rey, representante de las instituciones de la monarquía, laGeneralitat presidida por se puso al frente de la rebelión. Ante el avance de tropas castellanas, los rebeldes aceptaron la soberanía de Francia. Un ejército galo entró en Cataluña y derrotó a las tropas castellanas en Montjüic. El Rosellón y Lérida eran conquistadas en 1642. El dominio de la Francia de Luis XIII y Richelieu acabócon la reconquista del Principado y la caída de Barcelona en 1652. Sin embargo, la Corona Española perdíó el Rosellón y la Cerdaña en la  en 1659.
Aprovechando la crisis catalana, en Diciembre de 1640 se inició la rebelión en Portugal. 
La falta de ayuda castellana ante los ataques holandeses contra las posesiones portuguesas en Asía y la presencia de castellanos en el gobierno del reino provocó que las clases dirigentes lusas dejaran de ver ventajas en su uníón a la Corona española. La rebelión, organizada en torno a la dinastía de los Braganza, se extendíó rápidamente.
El apoyo de Francia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a España, llevó a que finalmente, Mariana de Austria (madre-regente de Carlos II) acabara reconociendo También hubo levantamientos de tinte separatista en Andalucía, Aragón y Nápoles. Pese a ser aplastados todos los movimientos, excepto el portugués,mantuvo los fueros de los diversos reinos.

Los siglos XIV y XV estuvieron marcados por una

profunda crisis demográfica, económica y política

. En Castilla la crisis tuvo su apogeo en el siglo XIV, mientras que en Aragón y Cataluña el momento peor fue el Siglo XV.

Crisis demográfica 

Las malas cosechas se repitieron a lo largo de estos siglos. Las técnicas agrícolas no habían evolucionado lo suficiente para evitar los estragos causados por la mala climatología. El ciclo se repitió varias veces: malas cosechas, escasez de alimentos, carestía, hambre. En esas circunstancias de desnutrición, la población era fácilmente atacada por las epidemias. La Peste Negra 1348-1851 fue la más brutal, pero no la única. Se estima que en algunas zonas la población descendíó entre el 20 y el 40%.
Crisis económica 
Crisis demográfica golpeó duramente a una agricultura que no había evolucionado tecnológicamente. Amplias zonas se despoblaron, reducíéndose las tierras puestas en cultivo a la vez que, en muchas zonas, escaseaba la mano de obra campesina. Eldescenso de las rentas de los grandes propietarios, la nobleza, fue  la  lógica  consecuencia de esta situación.
Esta nueva situación (falta de mano de obra, zonas despobladas y tierras no cultivadas que podían ser utilizadas para pastos) llevó a que en Castilla la ganadería transhumante ovina se impusiera como principal actividad económica.  Los privilegios del Honrado Concejo de la Mesta, asociación de los grandes ganaderos castellanos fundada por Alfonso X el Sabio en el 1273, aumentaron notablemente.
La artesanía también entre en declive ante el descenso de la demanda provocado por el descenso demográfico y el empobrecimiento de la población.El comercio fue la actividad menos afectada por la crisis:El comercio castellano continuó creciendo.  Basado en la exportación de lana y la importación de productos manufacturados de lujo y dirigido esencialmente a Flandes..El comercio catalán en el Mediterráneo , se basó en la exportación de productos textiles y la  importación de sedas y especias, se mantuvo en el Siglo XIV, aunque decayó en el XV.En estos siglos hubo importantes avances comerciales: ferias (Medina del Campo), consulados (catalanes por todo el mediterráneo), técnicas bancarias (letra de cambio, sociedades mercantiles)
Crisis social
La disminución de ingresos de la nobleza llevó a que los grupos sociales dominantesintensificaran la explotación del campesinado estableciendo nuevos y más duros derechos señoriales.

La reacción campesina llevó a diversos levantamientos en el Siglo XV:irmandiñas en Galicia.Payeses de

remensa

 en Cataluña. Este conflicto concluyó con Sentencia arbitral de Guadalupe de 1486 adoptada por Fernando el Católico. La sentencia puso fin a la última reminiscencia de la servidumbre medieval en España.El malestar social dio lugar a otros tipos de conflicto. Conflictos sociales urbanos, como el que enfrentó a la Biga, alta burguésía, y la Busca, clases populares, en la Barcelona del Siglo XV. Rebrote del 

antisemitismoque llevó a múltiples pogromoscontras las comunidades judías en el Siglo XIV y XV . Como resultado de esta violencia, muchos judíos se convirtieron al cristianismo. Serán los conversos o cristianos nuevos.
Crisis política
La crisis generalizada tuvo también su expresión política. El foco de conflicto principal fue la pugna entre los monarcas y los grupos privilegiados, nobleza y clero, por la hegemonía política.En Castilla hubo varios conflictos de gran gravedad:La guerra civilentre Pedro I y Enrique de Trastámara a fines del Siglo XIV trajo al trono a una nueva dinastía, los Trastámara, y significó el triunfo coyuntural de la noblezaLos reinados de Juan II y Enrique IV en el Siglo XV se caracterizaron por múltiples conflictos. A Enrique IV le sucedíó su hermana Isabel de Castilla.En Aragón estalló la Guerra Civil al enfrentarse el rey Juan IIcon la nobleza y el clero catalanes (1462-1472). La confluencia de esta Guerra Civil con los conflictos de losremensa en el campo y el de la Busca y la Biga en Barcelona dejaron al principado de Cataluña destrozado. A Juan II le sucedíó Fernando de Aragón.


Fases reconquista

Se ha venido en denominar Reconquista al período de la historia de la Península Ibérica comprendido entre los años 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo) y 1492 (final del reino de Granada). Durante este largo período, reinos cristianos y musulmanes coexistieron y lucharon en el territorio peninsular.

El término es muy discutible. Pese a los esfuerzos de algunos de los reinos cristianos por presentarse como «sucesores» de los visiogodos, los reinos que «reconquistaron» la península nacieron con posterioridad a la invasión islámica . No obstante, la expresión se utiliza ampliamente entre los historiadores, tanto en España como en el extranjero, para designar este período histórico.Podemos distinguir diversas fases: Primera etapa (siglos VIII-X) Desde las primeras escaramuzas de importancia, como la victoria cristiana en Covadonga (722) se abre un largo período en el que los núcleos cristianos del norte consolidan su territorio y avanzan tímidamente hacia el sur. El reino asturiano alcanzó la línea del Duero en el año 910. Esto llevó a que Ordoño II (914-924) trasladara a León  el centro político del reino. A partir de entonces se comienza a hablar de reino astur-leónés, y después de reino de León. Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII)

Aprovechando la debilidad musulmana tras el fin del Califato y la disgregación de los Reinos Taifas, León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo.Toledo se reconquista en 1085. La ocupación del reino de Toledo significó la incorporación a su reino del territorio situado entre el Sistema Central y el río Tajo.  
Tras el freno impuesto a la reconquista por la

 invasión almohade, el avance hacia el sur se reactivo en los reinos orientales cuando Alfonso I de Aragón reconquistóZaragoza en 1118 y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, conquistó Tortosa(1148) y Lérida (1149). Mientras Portugal conquistaba Lisboa en el 1147.Tercera etapa (fines del Siglo XII y principios del XIII)

Tras la interrupción del avance con la llegada de los almohades, poco a poco Castilla-León consiguió dominar el valle del Guadiana y de los pasos de Sierra Morena. Ese proceso culminó con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), que abríó definitivamente el avance cristiano hacia el valle del Guadalquivir y Valencia.

Cuarta etapa (Siglo XIII)

Rápida ocupación del valle del Guadalquivir (Córdoba, Sevilla) por Fernando III el Santo(1252) y de Valencia y las Baleares por Jaime I el Conquistador (1276). Quedará el reducto musulmán de Granada hasta 1492.La compleja historia política de los reinos cristianos peninsularesAl avanzar la reconquista Castilla se independizó de León (Siglo X, con el conde Fernán González), Portugal de Galicia y Aragón se expandíó hacia el sur. PosteriormenteCastilla absorbería a Asturias, a León, a Galicia y parte del Reino de Navarra. Aragónabsorbió al condado de Barcelona y al Reino de Valencia (a principios del Siglo XII, Petronila de Aragón contrajo matrimonio con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y el hijo de ambos Alfonso II fue el primer monarca en heredar los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona) A partir de ese momento la uníón de estos dos territorios se conocíó como la Corona de Aragón.Portugal se constituyó como reino independiente en el Siglo XII.Al final de la Edad Media, la península estaba repartida en cuatro reinos cristianos:Castilla, Aragón, Navarra y Portugal y el reino musulmán de Granada.
 monarquía

Felipe II fue hijo del emperador Carlos V y de Isabel de Portugal. Desde muy joven fue preparado para desempeñar su cargo de rey.Tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el  Imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le uníó Portugal y su Imperio afroasiático en 1580. Con Felipe II (1556-1598) la hegemonía española llega a su apogeo.Carlos I había cedido en su abdicación a su hermano Fernando el Imperio Alemán y las posesiones de los Habsburgo en Austria. En adelante, dos ramas de la misma dinastía gobernarán en Madrid y Viena.
Tras viajar por Italia, los Países Bajos. Felipe II se asentó en la nueva capital, Madrid, desde donde gobernó con plena dedicación su enorme Imperio. A diferencia de lo que ocurríó con su padre Carlos I, con Felipe II el centro de gravedad del Imperio se asentó en la península, especialmente en Castilla. 
Los principales problemas internos del reinado de Felipe II fueron la muerte en 1568 del príncipe heredero Carlos, que había sido arrestado debido a sus contactos con los miembros de una presunta conjura sucesoria promovida por parte de la nobleza contra Felipe y la poderosa figura de su secretario Antonio Pérez, quien finalmente fue destituido y acusado de corrupción. Huyó del país y se convirtió en un activo propagandista contra Felipe II. Apoyado por los enemigos exteriores del rey, fue un elemento clave en la formación de la «Leyenda Negra».
Sus sucesivos matrimonios fueron parte importante de su política exterior. Se casó por con María de Portugal en 1543 y, tras su muerte, con 
María I Tudor, reina de Inglaterra, en 1554. La pronta muerte de la reina que trajo de volver al catolicismo en la isla, llevó a que Felipe se casara con la francesa Isabel de Valois en 1559. Al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones, se casó por cuarta vez, en 1570, con su sobrina Ana de Austria, madre del sucesor al trono español, Felipe III.
La idea de la unidad religiosa marcó la política de Felipe II. No dudó en intervernir ante la amenaza de las incursiones berberiscas y turcas en las costas mediterráneas. Felipe II obtuvo una gran victoria, aunque no la definitiva, en la batalla de Lepanto en 1571. En el interior peninsular el monarca reprimíó duramente las sublevaciones moriscas como, por ejemplo, en las Alpujarras granadinas.
En Europa se enfrentó con Francia por el control de Italia (Nápoles y el Milanesado). La paz en Cateau-Cambrésis en 1559 fue favorable a los intereses españoles en la península italiana.
Tras la muerte de su esposa María Tudor, las relaciones se hicieron cada vez más hostiles con Inglaterra, que apoyaba a los rebeldes protestantes en los Países Bajos. El intento de invadir la isla en 1588 con la Armada Invencible acabó con un gran fracaso que inició el declive del poder naval español en el Atlántico.
Felipe II no pudo acabar tampoco con el conflicto político (mayor autonomía)  y religioso (revuelta calvinista) generado en los Países Bajos. Ninguno de los sucesivos gobernadores pudieron impedir que la rebelión se asentara y llevara finalmente en el Siglo XVII  a la independencia de las Provincias Unidas (actuales Países Bajos)
Uno de sus mayores triunfos fue conseguir la unidad ibérica con la anexión de Portugal y sus dominios, al hacer valer sus derechos sucesorios en 1581 en las Cortes de Tomar, tras morir sin descendencia el rey portugués Sebastián.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *