2.La Década Moderada va unida a la persona de Narváez, el político más influyente de la época.Lo cual indica en principio una gran inestabilidad, sin embargo, no hay que engañarse, Narváez es el político moderado que preside esta etapa.Ya con Narváez al frente del gobierno, en Septiembre de 1844 tuvieron lugar las elecciones para una nueva Asamblea encargada de redactar una nueva Constitución.
-La Constitución de 1845, en su redacción se excluyó toda pretensión de pacto con los progresistas. Limitaba, considerablemente, las atribuciones de las Cortes y se reforzaba, en consecuencia, las de la corona. Establecía la soberanía compartida entre la monarquía y las Cortes. Éstas eran bicamerales (Senado y Congreso de los Diputados), como establecía la Constitución de 1837, pero ahora con la diferencia de que el Senado contaba con un número ilimitado de senadores, nombrados por el rey con carácter vitalicio. Sobre la religión establecía la exclusividad de la religión católica, con el compromiso del Estado de sufragar los gastos del culto y el clero.
-La defensa de un Estado centralizado y uniforme
Así las leyes de administración local y provincial de 1845 establecían la designación de los alcaldes de los municipios de más de 2.000 habitantes y de las capitales de provincia por la corona y los de los demás por los gobernadores civiles, autoridad máxima en las provincias, encargados de presidir las diputaciones provinciales.
-La reforma de la Hacienda de 1845, debida a la Ley Mon –Santillán, con la creación de un sistema tributario y hacendístico unido en manos del Estado , con la excepción de los territorios vasconavarros. También se aplicaron impuestos indirectos como las “puertas” y los “consumos” que gravaban las transacciones en las ciudades.
-La ley electoral de 1846, en contraste con la ley progresista de 1837, reducía el número de electores al doblar los requisitos de fortuna para poder votar. -Establecimiento de la censura en la Ley de Imprenta 1845.–
Creación de un sistema jurídico común con el Código Penal de 1848.–
Se elabora un proyecto de código civil que se aprobara años mas tarde-Se inició la construcción del ferrocarril y carreteras en medio de una gran corrupción.El papa reconocía a Isabel II como reina y aceptaba la pérdida de los bienes ya vendidos. Se reforzaba la confesionalidad católica de la Constitución de 1845 excluyéndose otros cultos, la supervisión del sistema educativo para adecuarlo a la moral católica, se abríó la posibilidad de establecer órdenes religiosas y se creaba la dotación de “culto y clero”, es decir, el Estado era el encargado de mantener a la Iglesia con cargo a los presupuestos. En esos mismos años en Europa se estaban llevando a cabo las revoluciones democráticas de 1848 que también dejaron su huella en España con la creación del partido demócrata en 1849 y la reducción de inversiones extranjeras. El malestar social y político por la tendencia conservadora y excluyente del gobierno a partir de 1850 dieron lugar un pronunciamiento militar de carácter conservador moderado, dirigido por Leopoldo O’Donnell (Vicalvarada y Manifiesto del Manzanares) apoyado por los progresistas y la acción popular.
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El 28 de Junio de 1854, un grupo de militares bajo la dirección de los generales O’Donnell y Dulce decidían iniciar un pronunciamiento en Madrid en contra del gobierno; el día 30 se enfrentaba con las tropas gubernamentales en Vicálvaro (la “Vicalvarada”) dando como resultado un encuentro indeciso.Las fuerzas sublevadas no encontraron el apoyo que esperaban en Madrid y decidieron retirarse hacia el sur. En Manzanares el general Serrano se uníó a la sublevación y convencíó a O’Donnell para dar al pronunciamiento un giro hacia el progresismo, y con esa finalidad se redactó, por Cánovas del Castillo, el “Manifiesto de Manzanares”, con promesas progresistas (Soberanía nacional, Convocatoria a Cortes , Reforma de la Ley electoral, Reforma de imprenta) que firmó O’Donnell (7 de Julio) y cuya difusión permitíó que la sublevación militar se transformará en una revolución popular y progresista. En Madrid se prendía fuego a las viviendas de Sartorius, José Salamanca, al palacio de María Cristina.Convocadas elecciones para unas Cortes constituyentes, las votaciones tuvieron lugar en Octubre dando el triunfo al nuevo partido de la Uníón Liberal, liderado por O’Donnell, y que nacíó como una opción de centro agrupando a progresistas y moderados.
Seguía, en número, los que se calificaban a sí mismos como “progresistas puros” y, en ambos extremos, los moderados y los demócratas. Éstos, como Partido Demócrata, se había creado en 1849, como una escisión por la izquierda del progresismo; defendían el sufragio universal masculino y políticas a favor de los intereses populares.Estas Cortes del Bienio desempeñaron un importante papel en lo político (una nueva Constitución) y en lo económico (aprobación de un conjunto de leyes que contribuyeron a la industrialización del país y a la consolidación del capitalismo como modelo económico):
-La Constitución de 1856
Es conocía como non nata (no nacida) porque no fue promulgada. Reunía el ideario progresista: la soberanía nacional,la Milicia Nacional, alcaldes elegidos por los vecinos, unas Cortes bicamerales libertad de imprenta y libertad religiosa…
-La ley de desamortización general civil y eclesiástica de 1 de Mayo de 1855, llamada de Madoz por el ministro que la promovíó. Afectó a los bienes de la Iglesia, que habían quedado sin vender, a los que se sumó la venta de los bienes municipales.La burguésía con dinero fue de nuevo la gran beneficiaria, aunque la participación de los pequeños propietarios fue más elevada que en la anterior de Mendizábal.
–La ley General de Ferrocarriles 1855,facilitó la inversión de capital extranjero y la constitución de grandes compañías ferroviarias para la construcción y explotación de la red ferroviaria.
-La ley de Bancos de emisión y de Sociedades de crédito,
1856, destinadas a favorecer la movilización de los capitales para la construcción de las líneas ferroviarias. El banco de España se convirtió en el único banco que podías emitir moneda.La crisis que acaba con el gobierno de Espartero, y con ella también con el Bienio, es una consecuencia del clima de conflictividad social. En Barcelona, los trabajadores venían reivindicando mejoras sociales en un clima de tensión social, pero fue en tierras de Castilla donde la carestía del pan provocó motines de subsistencias, cuya represión provocó fuertes diferencias en el seno del mismo gobierno. La reina, entonces, llamó a O’Donnell para formar gobierno (14 de Julio (1856)). Mientras tanto los diputados progresistas y demócratas de las Cortes, que negaban su confianza al nuevo gobierno, no tuvieron más remedio que abandonar la cámara cuando las tropas gubernamentales iniciaban el cañoneo del edificio y los primeros cascos de Granada entraban en la sala de sesiones.La última etapa del reinado de Isabel II fue de alternancia en el poder entre los moderados y la Uníón Liberal. Comenzó, como hemos visto, O’Donnell pero, en contra de lo que imaginaba, su gobierno sólo duro tres meses. Suficientes, no obstante, para suprimir la Milicia Nacional, disolver las Cortes y restablecer la Constitución de 1845 con un Acta adicional aprobada en Septiembre (1856).
. En Octubre la reina decidía destituir a O’Donnell para formar un gobierno presidido por Narváez.
Era la vuelta al moderantismo más conservador, decidíó restablecer la Constitución de 1845,la aprobación de la ley de Instrucción Pública, debida al ministro Claudio Moyano,regulaba el sistema educativo en tres etapas: primaria, segunda enseñanza y enseñanza superior. Antes de terminar el año (1857), Narváez presentaba su dimisión y tras la constitución de dos gobiernos de corta duración era O’Donnell el encargado de formar gobierno, con el respaldo de su partido, la Uníón Liberal. Su larga duración, de cuatro años y medio, ha dado lugar a conocer este periodo como el “gobierno largo” de la Uníón Liberal.Crecimiento económico, como consecuencia de la red ferroviaria, mecanización de la industria textil catalana y ventas de tierras al aplicarse la desamortización civil,política exterior con aventuras militares que fueron bien acogidas por la opinión pública y permitieron cierto prestigio: la “guerra de Cochinchina” (o sea Vietnam, 1858–1862) se envió una expedición con otra francesa para castigar el martirio de misioneros que estaba teniendo lugar allí.La “guerra contra Marruecos” (1859–1860) proteger Ceuta de los ataques marroquíes. En varias batallas se impuso el ejército español bajo la dirección de los generales O’Donnell y Prim. Se logró la ampliación de la plaza de Ceuta, pero se esperaban mayores ventajas territoriales en proporción al esfuerzo realizado. También se intervino, por otras razones, en Méjico, con un ejército al mando del general Prim.A partir de 1863 se produjo una crisis generalizada. En lo económico el sector textil se vio negativamente afectado por el encarecimiento del algodón que supuso la Guerra de Secesión americana. La crisis internacional del capitalismo supuso una reducción de las inversiones. Y las malas cosechas originaron crisis de subsistencia, con los consiguientes motines populares, que ponían de manifiesto la ineficacia del proceso de desamortización y lo arcaico que las estructuras agrarias.A todo esto, el gobierno añadía más ingredientes a la crítica al actuar con extrema dureza ante cualquier acontecimiento que viniera a alterar el curso de la vida política.Con Narváez en el gobierno, el catedrático Emilio Castelar fue expedientado tras escribir un artículo titulado “El rasgo”, donde criticaba a la reina. El rector de la Universidad Central se puso a su lado y una manifestación de estudiantes acabó, tras la actuación de la fuerza pública, con 11 muertos y 193 heridos (los sucesos de la “noche de San Daniel”: 10 de Abril de 1865). El gobierno, desprestigiado, cayó para ser sustituido por otro dirigido por O, Donnell (Junio de 1865). Los progresistas, liderados por Juan Prim, ya sólo confiaban en el pronunciamiento como única salida. Pero lo que se planeó como un pronunciamiento acabó en un absoluto fracaso: los sargentos de artillería del cuartel de San Gil en Madrid se amotinaron y al querer hacerse con el mismo se enfrentaron a sus oficiales, dando lugar a una gran carnicería (Junio de 1866). El gobierno de O,Donnell respondíó con una fuerte represión, fusilando a 66 de sus participantes, acusados de sublevación. Otra vez la reina aplicó el adiós a O’Donnell para volver a Narváez, ya sin ideas, pero especialista en aplicar la mano dura en aquello que viniera a alterar el “orden”.