BLOQUE 5. La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo.
5.1. La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas. Bandos en conflicto y fases de la guerra.
España en 1808, año de comienzo de la Guerra de la Independencia, sufría una situación de crisis política, económica y social. La impopularidad del rey
Carlos IV y su valido Godoy comienza a extenderse debido a un considerable aumento de los precios, la quiebra de la Hacienda pública y las deudas generadas como consecuencia de la financiación de las guerras y el colapso del comercio exterior, como el americano, tras la derrota en Trafalgar contra Inglaterra, que comienza a dominar sobre los mares. A raíz de esta indignación contra el rey y el gobierno, surge en torno al príncipe Fernando un grupo de oposición, el partido fernandino.
Como España y Francia estaban aliados, en Octubre de 1807 se firma el Tratado de Fontainebleau, que permite a los franceses avanzar por España con el fin de ocupar Portugal. Sin embargo, Napoleón pretendía invadir España también, y sus tropas fueron ocupando territorios. Debido al avance del ejército francés, los Reyes se ven obligados a desplazarse hacia el sur. En Marzo de 1808, se produce el Motín de Aranjuez, un asalto popular del partido fernandino al palacio de Godoy, que consiguió que este dejase de ser valido y que Carlos IV abdicara en su hijo Fernando VII. Sin embargo, en Mayo de 1808 se producen las abdicaciones de Bayona, que debido a la presión de los franceses, Fernando VII abdica en su padre Carlos IV, quien entrega la corona a Napoleón, que a su vez se la entrega a su hermano José I Bonaparte.
El pueblo español, excluyendo a los afrancesados que aceptan la autoridad francesa, se levanta contra los invasores franceses, dando comienzo a la Guerra de la Independencia (1808-1814). En ella se enfrentan el organizado ejército francés con el apoyo de los afrancesados que ven la ocupación francesa como una oportunidad de modernización, contra el ejército y el pueblo españoles. Los franceses organizaban asedios contra las ciudades llamados sitios, como el de Zaragoza del general Palafox. Los españoles se defendían organizando guerrillas, que son asaltos por sorpresa o al descubierto de pequeña magnitud. Destacan guerrilleros como Espoz y Mina, y el cura Merino. Además se pueden distinguir dos bandos ideológicos: los liberales que optan por el progreso y quieren establecer una monarquía constitucional, y los absolutistas cuyo objetivo es el retorno de la monarquía absoluta con Fernando VII.
La Guerra de la Independencia se inicia con el levantamiento del pueblo de Madrid del 2 de Mayo, reprimido por Murat con los fusilamientos del 3 de Mayo, pero la rebelión se generalizó por toda España. La primera fase (hasta Noviembre de 1808) se caracteriza por levantamientos de la mayoría de españoles. El ejército español vencíó a los franceses en la batalla de Bailén, al mando del general Castaños, lo que impidió la ocupación de Andalucía y provocó que José I abandonase Madrid. La segunda fase (desde Noviembre de 1808 hasta Enero de 1812) es de predominio francés y Napoleón se pone al frente de las operaciones militares en España. Sin embargo, Inglaterra entra en el conflicto en el bando español y aparece la guerrilla como nueva táctica de lucha contra los franceses. Napoleón retira parte de las tropas de España para mandarlas a la guerra de Rusia. Con ello empieza la decadencia del ejército francés. La tercera etapa (desde Enero de 1812 hasta 1813) da fin a la Guerra de la Independencia con el Tratado de Valençay (Diciembre de 1813) tras las victorias en los Arapiles, Vitoria y San Marcial. Con ese tratado, Napoleón devuelve el trono a Fernando VII que continúa con el absolutismo y las últimas tropas francesas abandonaron España en 1814. A causa de esta guerra, la población española se vio reducida en un 5 % a causa de los fallecidos, los liberales desterrados y los afrancesados exiliados. Además, se destruyeron numerosas infraestructuras, ciudades y mucho patrimonio cultural, así como campos y animales de ganadería.
En los mismos años en los que se desarrolla la Guerra de la Independencia se inicia en España la revolución liberal.
Tras las abdicaciones de Bayona, se elabora el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que intenta llevar a cabo una reforma liberal con el fin de abolir el Antiguo Régimen. Las medidas que recogían incluyen la igualdad de los españoles ante la ley, la desamortización de los bienes de la Iglesia y la nobleza, y la abolición de los señoríos jurisdiccionales y de la Inquisición. Como la mayoría del país no aceptaba a José I como legítimo rey, crearon sus propias instituciones, llamadas Juntas. De esta forma se ejerce por primera vez la soberanía nacional (poder emana del pueblo) y se rompe con el absolutismo. Las Juntas locales protagonizan la revolución liberal, pues organizan la resistencia y asumen el poder en nombre de Fernando VII. Se agruparon en Juntas provinciales que se coordinaron en la Junta Suprema Central (1808) la cual convocó las Cortes en Asamblea Constituyente en Isla de León (San Fernando) en 1810. Los liberales tomaron la iniciativa y se aprobó el reconocimiento de Fernando VII como rey, asumieron la soberanía nacional y establecieron la división de poderes. La primera Constitución Española se promulgará en Cádiz en 1812.