Principios de la dictadura

11.1. La creación del Estado franquista. Grupos ideológicos y apoyos sociales. Etapas de la dictadura y principales carácterísticas de cada una de ellas. El contexto internacional: del aislamiento al reconocimiento exterior.Con el triunfo franquista en la guerra volvieron a primer plano la representación de los intereses de la oligarquía tradicional, la Iglesia y el Ejército. La dictadura que se establecíó, se prolongó durante casi cuarenta años (1936-1975). Pese al aparente inmovilismo, el franquismo supo adaptarse a las coyunturas internacionales sucesivas, que junto a la férrea represión, explican la duración del régimen.Los fundamentos ideológicos del Estado franquista fueron: Concentración de poderes y carácter providencialista del dictador. En cuanto a ideología, cimentada durante la guerra destacaron los siguientes rasgos: anticomunismo, antiparlamentarismo (la democracia parlamentaria fue considerada «antiespañola»), nacional-catolicismo, la superioridad de la democracia orgánica frente a la liberal, nacionalcatolicismo. La Identificación completa con la Iglesia. Esta ejercíó amplísimos poderes: educación, censura, medios de comunicación, moral pública y privada. Otro rasgo, fue el tradicionalismo: exaltación de la «unidad de la Patria» y de las etapas históricas consideradas más gloriosas (antes del Siglo XVIII). También, el militarismo: exaltación del Ejército, los valores y símbolos castrenses. Por último, los elementos fascistas, más significativos del régimen fueron: el partido único, los símbolos, los uniformes, el desprecio a las instituciones y la exaltación del caudillo.Las bases sociales de la dictadura fueron la oligarquía terrateniente y financiera beneficiaria de la política intervencionista de la posguerra (y por lo tanto, grupos sociales hegemónico). A este grupo dirigente, se Incorporaron militares, falangistas y grupos enriquecidos al calor del régimen. Contó con algunos apoyos de clases medias rurales (sobre todo en el Norte) y grupos urbanos (burocracia, tras una extensa depuración de funcionarios, maestros, profesores, universitarios y militares republicanos). En disconformidad, estuvieron grupos de jornaleros, del proletariado y las clases medias urbanas, pero hubo escasa resistencia y oposición, en general, debido a la intensidad de la represión. De los grupos sociales dominantes salieron los cuadros políticos dirigentes, las denominadas las familias. Es decir, grupos ideológicos y corporativos en los que se apoya el régimen, La primera familia fue la falangista. La Falange y sus diferentes organizaciones son las únicas con carácter legal y constituyen la base del denominado Movimiento. Fue Totalmente distinto al dirigido por José Antonio, debido a la férrea subordinación a Franco.
Tuvo gran influencia en los primeros años, a través de sus instituciones: Organización Sindical Española (OSE), Frente Juventudes, Sección Femenina, etc. La familia de los militares: actuaban al servicio de Franco, por lealtad personal, nunca como institución. La familia de los Católicos (Asociación Católica Nacional de Propagandistas y Opus Dei a partir de 1960). Su función principal fue la de suministrar cuadros bien preparados. Se Distanciaron hacia el final del franquismo. Por último, los monárquicos; carlistas, y juanistas (partidarios restauración monárquica en Don Juan, hijo de Alfonso XIII). Los criterios por los que Franco solía elegir a sus colaboradores fueron la lealtad personal y la falta de ambición. Desarrolló la tendencia a equilibrar la participación de las diferentes familias en la participación en los altos cargos del sistema político, para así asegurar siempre la preeminencia del dictador. Durante la primera etapa (1939-1959) del franquismo se desarrollaron los rasgos principales del nuevo Estado. Tras la “victoria” Franco aprueba los estatutos de Falange (31 Julio 1939), la reestructuración de la Administración central del estado (8 de Agosto, total potestad legislativa para Franco) y el ordenamiento del sistema político a través de sucesivas Leyes Orgánicas. Estas fueron, el Fuero del trabajo de 1938: prohibición del sindicalismo de clase y encuadramiento de las relaciones laborales en la Organización Sindical de Falange. La Ley de Cortes de 1942: sufragio indirecto a través de corporaciones, Ausencia de soberanía nacional: el Caudillo se reserva plena capacidad legislativa. El fuero de los españoles de 1945: Declaración de derechos muy conservadora, pero que no garantiza su ejercicio. La Ley de Referéndum Nacional de 1945: capacitó a Franco para promulgar plebiscitos. La. Ley de Sucesión a la Jefatura de Estado de 1946: Permite a Franco nombra a su sucesor a título de rey. Posteriormente, Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) y la Ley Orgánica del Estado (1967) .


CONTI 11.1:El franquismo en los cuarenta se caracterizó por la alianza con las potencias fascistas durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la derrota de Stalingrado (1942-1943), Franco intentará distanciarse de los nazis y congraciarse con los aliados. Pero estos no lo aceptan, lo que llevó a España al aislamiento internacional. Dicho bloqueo condujo a una autarquía obligada, por más que figurase como modelo económico de la Falange. La ONU condenó a la dictadura como país fascista, y recomendó el aislamiento internacional. Mientras en el interior, persistía la dura represión.Durante los cincuenta las cosas cambiaron. El fin del asilamiento llegó con el acuerdo con los EEUU. Esto se debíó al contexto de la Guerra Fría. La crisis universitaria de 1956 (enfrentamiento entre estudiantes falangistas y antifranquistas) desembocó en una crisis de gobierno, de la que salen los ministros falangistas y entran ministros del Opus Dei. Económicamente se terminó la autarquía y se introdujo el capitalismo liberal. A partir de 1959, con el plan de estabilización, se inició el desarrollismo (1959-1975). En esta época, hubo un proceso de distanciamiento entre la Iglesia y el régimen: parte del clero denuncia la situación social.
También crecieron las tensiones nacionalistas: se fundó ETA 1959, rápidamente inclinada a la lucha armada junto a las protestas y detenciones de nacionalistas vascos y catalanes. Se recrudecieron los conflictos laborales con huelgas en la industria desde 1961, cada vez más politizadas. Hubo un intento de contrarrestar la imagen fascista del régimen con la incorporación de ministros jóvenes y la Ley de Prensa de 1962 auspiciada por Fraga Iribarne. Sin embargo, fracasó con la Declaración de condena al franquismo por parte del Movimiento Europeo en 1962. La prensa reacciónó de una manera muy violenta contra los participantes del ME, a los que denominó el «contubernio de Múnich». La represión rebajó su nivel, aunque no cesó, como en el caso de la detención, tortura y asesinato de Julián Grimau en 1963. Fue un escándalo internacional la muerte del militante comunista, qué alejo al régimen del proceso de integración europeo. Para asegurar la continuidad del régimen, Franco nombra a Juan Carlos de Borbón como sucesorEtapa final del franquismo (1970-1975): El desgaste del régimen fue paralelo a la salud del dictador. Se caracterizó por el Agravamiento de las tensiones sociales a finales de los sesenta, especialmente en el País Vasco. La muerte de Carrero Blanco en 1973 por ETA fue un duro golpe para el régimen. El régimen continuó con el Gobierno de Arias Navarro. Pese a sus primeras promesas aperturistas, siguió la deriva represiva y de enfrentamientos. La ejecución del anarquista Salvador Puig Antich (1974) y el enfrentamiento con la Iglesia (Caso Añoveros) llevan al Vaticano a amenazar con excomulgar a Franco, que finalmente cede. El Juicio y condena a muerte de cinco miembros de ETA y FRAP (Septiembre de 1975) en plena oleada de protestas internacionales, récordó los peores años del aislamiento internacional. Con un Franco, enfermo desde el 13 de Octubre, el rey Hassan II de Marruecos lanza la Marcha Verde sobre el Sáhará, con Juan Carlos ejerciendo la jefatura del Estado ante la enfermedad de Franco. El conflicto finaliza con la firma de los acuerdos de Madrid: España entrega el Sáhará a Marruecos y Mauritania, contra el mandato de la ONU (18 de Noviembre) favorable a la independencia del Sáhara. Dos días más tarde, Franco muere. 11.2. Política económica del franquismo: de la autarquía al desarrollismo. Transformaciones sociales: causas y evolución.En 1939, España era un país arruinado. Reducida demográficamente, el hambre y la extrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población. La solución que dio el régimen franquista a la penuria económica estuvo marcada por el modelo creado en la Italia mussoliniana y consolidado en la Alemania de Hitler: la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del Estado. El intervencionismo del Estado se extendíó por gran parte de la economía nacional. El Estado fijó los precios agrícolas y obligó a los campesinos a entregar los excedentes de sus cosechas. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para mejor controlar la mermada industria española y se establecíó un rígido control del comercio exterior.Los años de la posguerra marcaron una tremenda regresión en el terreno económico. El hundimiento de la producción agrícola e industrial fue acompañado de una vuelta atrás histórica: el sector primario volvíó a superar el 50 por ciento de la renta nacional. En un contexto de escasez e intervención estatal, el mercado negro, el estraperlo, y la corrupción generalizada (licencias importación y exportación, suministros al Estado…) se apoderaron de la economía del país. Esta situación se vio fuertemente agravada por la coyuntura internacional. A la segunda Guerra Mundial, 1939-1945, le sucedíó un período de aislamiento por la condena internacional del régimen de Franco como aliado del Eje.  
CONTI 11.2:El evidente fracaso del modelo autárquico llevó a que desde los inicios de los años cincuenta se produjera un giro en la política económica. Se aplicó una liberalización parcial de precios y del comercio y la circulación de mercancías En 1952 se puso fin al racionamiento de alimentos (cartilla de racionamiento). Estas medidas trajeron una cierta expansión económica. Finalmente, en 1954 se súperó la renta por habitante de 1935. Se ponía fin a veinte años perdidos en el desarrollo económico español.La guerra fría y el consiguiente cambio en la política internacional norteamericana propiciaron que desde 1951 comenzara a llegar ayuda económica norteamericana. Aunque inferior a la recibida por los países beneficiarios del Plan Marshall, esta ayuda permitíó importaciones de bienes de equipo imprescindibles para el desarrollo industrial. El incipiente desarrollo trajo, sin embargo, una fuerte inflación que propició un fuerte malestar social. La necesidad de reformas estructurales en la economía era evidente. Finalmente, Franco, tras veinte años de políticas económicas nocivas, permitíó la entrada en el gobierno en 1957 de un grupo de tecnócratas del Opus Dei. Estos nuevos ministros diseñaron el giro definitivo en la política económica: el Plan de Estabilización de 1959. Diseñado por los tecnócratas del Opus Dei, que habían accedido al gobierno en 1957, este plan económico fue elaborado siguiendo las indicaciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se trataba ante todo de liberalizar la economía, acabando con el período autárquico e intervencionista. Se recortó el gasto público y disminuyó el intervencionismo del Estado, a la vez que se abría la economía al exterior, devaluando la peseta y liberalizando las inversiones extranjeras. Las consecuencias se apreciaron en poco tiempo. A partir de 1961, tras reducirse el déficit del estado y recibir abundantes inversiones del exterior, España inició un acelerado crecimiento económico durante el período 1961-1973. La apertura económica al exterior provocó un verdadero aluvión de inversiones extranjeras que llegaron atraídas por los bajos salarios. El desarrollo industrial desencadenó una intensa emigración de mano de obra campesina hacia las ciudades y hacia Europa. A la vez que la agricultura se modernizaba, amplias zonas del interior quedaban desertizaciEn el terreno comercial, España alcanzó un súperávit en su balanza de pagos. El tradicional déficit de la balanza comercial se vio compensado por los ingresos procedentes del espectacular desarrollo del turismo, las inversiones extranjeras y las remesas enviadas por los emigrantes en Europa. Para tratar de encauzar el crecimiento económico, el gobierno aprobó a partir de 1963 varios Planes de Desarrollo. Basados en los incentivos fiscales y en las ayudas estatales tuvieron un resultado bastante inferior al previsto. La economía siguió creciendo pero la planificación no funciónó. El mejor ejemplo fue el creciente desequilibrio entre las diferentes regiones del país.En definitiva el período 1961-1973 estuvo marcado por un gran desarrollo económico, inserto en un marco general de expansión europea y mundial. Ese contexto exterior favorable permitíó abundantes inversiones extranjeras, una masiva llegada de turistas y la eliminación del paro mediante la emigración a Europa. El llamado milagro español.En cuanto a los cambios sociales, tras los duros años de la posguerra, en los que la sociedad española había quedado anclada a un tipo de sociedad arcaica, los años sesenta presenciaron un acelerado cambio social. Una masiva emigración rural a las ciudades y a Europa occidental. Más de un millón de españoles se desplazaron a Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y otros países europeos para desempeñar los trabajos que no querían los nativos. La emigración trajo consecuencias positivas como la reducción del paro o el ingreso de las abundantes remesas enviadas por los emigrantes, pero trajo consigo el desarraigo humano que toda emigración implica y la agudización de las diferencias de riqueza entre las diversas regiones del país. Un fuerte incremento de la población. A la vez que se reducía la tasa de mortalidad, la tasa de natalidad se mantuvo en valores muy altos e incluso aumentó. Para atender las necesidades de esta población creciente el gobierno no aumentó el gasto público lo que llevó a que los servicios públicos fueran claramente insuficientes. En el terreno educativo el número de escuelas e institutos fue muy por detrás de las necesidades de una creciente población infantil y juvenil


Aunque se crearon algunos enormes hospitales y desde 1963 aumentaron las prestaciones sanitarias y los sistemas de pensiones, la cobertura sanitaria siguió estando muy alejada de lo que requería una sociedad moderna. El crecimiento demográfico provocó un enorme déficit en vivienda que trató de resolverse mediante grandes operaciones inmobiliarias en las ciudades españolas. Estos nuevos barrios nacieron a menudo sin equipamientos sociales y urbanos básicos.Fruto de estos cambios y del desarrollo económico, surgíó una limitada sociedad de consumo. La extensión del uso de electrodomésticos, dos tercios de los hogares tenían televisión en 1969, y del coche, un cuarto de las familias españolas poseían un automóvil ese mismo año, fueron los elementos que mejor ejemplificaron la nueva sociedad. La sociedad de consumo, caracterizada por el acceso a más información y por una mayor movilidad, trajo, especialmente entre los más jóvenes, una nueva mentalidad que chocaba con el tradicionalismo del régimen: progresiva relajación de la importancia de la Iglesia, nuevos hábitos de relación social y nuevas pautas de relación entre ambos sexos. Modas, costumbres e indumentarias que llegaron a través del turismo muerte de Franco, España ya no era la sociedad atrasada y rural de la Guerra Civil. Era una sociedad más rica y moderna, similar a las de consumo europeo, aunque cargada de contradicciones sociales y sin libertad. 11.3. La oposición a la dictadura: principales grupos y evolución en el tiempo. La crisis del franquismo desde 1973 a la muerte de Franco.Los dirigentes republicanos huidos del país en 1939 mantuvieron un gobierno de la República. Sus esperanzas estaban depositadas en que la derrota de Hitler supondría la intervención de las tropas aliadas y el fin de la dictadura de Franco. Todas estas esperanzas vinieron a su fin cuando España ingresó en la ONU en 1955.Según las tropas franquistas fueron ocupando las diferentes regiones del país muchos combatientes republicanos, huyendo de la represión, se «echaron al monte» formando grupos de guerrilleros, los maquis. La dura represión y el final de las esperanzas de una intervención exterior llevaron a que en 1948 el PCE renunciara a la lucha armada y llamará a los guerrilleros a huir del país. La represión de la guerra y la posguerra desmanteló los cuadros políticos y sindicales de la izquierda. Las primeras huelgas en 1946-1947 fueron duramente reprimidas y la oposición continuó silenciada.La nueva etapa de protestas, ya desde el interior comenzó en 1951, el boicot a los tranvías de Barcelona por la subida de tarifas constituyó la primera protesta de masas en la historia del franquismo. En la universidad, las tensiones fueron creciendo en demanda de más libertad en las cátedras y en las aulas. El malestar universitario culminó en los incidentes de la Universidad Complutense de Madrid en 1956 con enfrentamientos entre los estudiantes y los falangistas del SEU. Estos incidentes, que provocaron la dimisión del ministro de Educación Ruiz-Giménez, mostraron la aparición de una nueva generación, formada esencialmente por los hijos de los vencedores, que iniciaba su oposición a la dictadura.A finales de los sesenta y principios de los setenta: la oposición se intensifica Los cambios sociales y la proximidad de la muerte del dictador facilitaron la extensión de las actividades de oposición a la dictadura. Diversos movimientos de protesta confluyeron en el período final del franquismo: El movimiento obrero, organizado esencialmente en torno a CC.OO. Y alentado por el PCE, pasó de las reivindicaciones laborales a la concienciación política antifranquista. Los movimientos nacionalistas se reforzaron en diversas capas sociales de Cataluña. En el País Vasco, junto a un cada vez más influyente PNV, ETA fue acrecentada su protagonismo con sus acciones terroristas. Participando en la medida de la posible de un contexto internacional marcado por la protesta juvenil, el movimiento estudiantil se extendíó y las protestas estudiantiles alcanzaron una importante repercusión social. El Concilio Vaticano II favorecíó la extensión de movimientos católicos de base críticos con el franquismo que colaboraban con los partidos de oposición y el movimiento obrero. Incluso, sectores influyentes de la Iglesia Católica mostraron una creciente lejanía respecto a la dictadura.En definitiva, sin poder derrumbar al régimen franquista, los movimientos de oposición consiguieron crear una amplia red social de contestación a la dictadura que aflorará tras la muerte de Franco y que fue clave para la transición a la democracia. La represión fue la única respuesta de la dictadura. La policía política, la Brigada Político-Social, no dudaba en aplicar la tortura en las comisarías.


contin 11.3:Los opositores al régimen pasaron a ser juzgados por un tribunal especialmente creado para ejecutar la represión, el Tribunal de Orden Público (TOP).En ese contexto tuvo lugar el primer atentado de ETA. La respuesta fue una represión indiscriminada que, de hecho, provocó el aumento del apoyo social a la banda terrorista. Un momento clave fue la celebración en 1970 del denominado Juicio de Burgos ante una corte militar. Nueve etarras fueron condenados a muerte lo que desencadenó protestas internacionales y en el país. La presión internacional llevó a que finalmente las condenas fueron conmutadas. La brutalidad del franquismo provocó que muchos entre la opinión liberal y de izquierdas no se dieran cuenta del real significado del terrorismo nacionalista de ETA.Mientras tanto, la oposición sindical aumentó de forma considerable. La repercusión de la crisis económica mundial de 1973 («crisis del petróleo») alentó las protestas obreras, cada vez más cargadas de reivindicaciones políticas contra la dictadura. La organización sindical más poderosa, Comisiones Obreras, crecíó de forma notable en los últimos años del franquismo. Este sindicato clandestino estaba fuertemente influenciado por el Partido Comunista de España.La etapa final del franquismo se vio caracterizada por el desgaste del régimen. La vida del dictador terminó en un contexto complejo y en el que la oposición obrera y estudiantil desafió de forma creciente al régimen. La avanzada edad del dictador y la creciente presión de la oposición llevaron a la formación de dos tendencias dentro del régimen. Por un lado, los que se empezaron a llamar «aperturistas», estos, sin cuestionar la figura de Franco, defendieron la necesidad de aplicar pequeñas reformas en un sentido democrático y parlamentario. Por otro lado, lo que se vino a denominar el «búnker». Aquí se agruparon los sectores más extremistas y violentos, contrarios a cualquier cambio.Para aliviar al senil Franco de las tareas cotidianas de gobierno, en 1973, Carrero Blanco, un militar partidario de la línea dura, fue nombrado presidente del gobierno. Carlos Arias Navarro fue nombrado ministro de Gobernación. El nuevo gobierno se estrenó con la organización el 20 de Diciembre de ese mismo año de un juicio, el Proceso 1001, contra dirigentes del sindicato clandestino Comisiones

Obreras. Entre ellos su principal líder, el comunista Marcelino Camacho. Ese mismo día, ETA consiguió dar el golpe más importante de su historia, Carrero Blanco fue asesinado en Madrid. La muerte de su principal colaborador fue un duro golpe parun Franco cada vez más próximo a su final. 
12.1. La Transición: alternativas políticas tras la muerte de Franco. El papel del rey y el gobierno de Adolfo Suárez. El restablecimiento de la democracia: las elecciones de Junio de 1977. La

Constitución de 1978. El Estado de las Autonomías. El terrorismo durante la Transición


La Transición comienza cronológicamente con la muerte de Franco, el 20 de Noviembre de 1975 y la proclamación de Juan Carlos I como rey y Jefe de Estado (22 Noviembre); finalizando en Octubre-1982, con la victoria electoral del PSOE. Se iniciaba un complejo proceso de transición que llevaría de la dictadura a un sistema democrático.A la muerte del dictador se daban tres alternativas políticas: la continuidad del régimen franquista con alguna modificación superficial, defendida por el búnker; la reforma política a partir de las leyes e instituciones del franquismo, propuesta por los aperturistas y que sería la que se impusiera; y la ruptura democrática, acabando con el régimen dictatorial de forma inmediata, vía defendida por la oposición democrática. El «búnker», organizado en torno a figuras como Blas Piñar, y los «aperturistas» se agudizaron. Entre estos últimos había políticos veteranos de la dictadura que estaba convencidos de la necesidad del cambio, este era el caso de Fraga o Areilza, y jóvenes que no habían vivido la Guerra Civil y que iban a desempeñar un papel clave en la transición. Adolfo Suárez será la figura clave en este grupo.Las fuerzas de oposición las conformaban la derecha liberal, los nacionalistas y la izquierda. Las fuerzas de la derecha liberal eran muy débiles y se agrupaban en torno a figuras como Ruiz Giménez y Gil Robles o los partidarios de Juan de Borbón, padre del monarca. Entre las fuerzas nacionalistas hay que destacar la aparición de una nueva fuerza hegemónica en Cataluña, Convergència Democràtica de Catalunya dirigida por Jordi Pujol. En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco será la fuerza mayoritaria. Teóricamente contrario al terrorismo, en la práctica no se enfrentaba con las acciones de una ETA cada vez más activa. Entre las fuerzas de izquierda sobresalía el Partido Comunista de España, dirigido por Santiago Carrillo, y, sin lugar a dudas, el partido más organizado y activo al acabar la dictadura. El PSOE había celebrado un Congreso en Suresnes (Francia) en 1974 en el que un nuevo grupo dirigente organizado en torno a Felipe González y Alfonso Guerra había llegado al poder. El Partido Socialistas Popular de Enrique Tierno Galván era otra fuerza de izquierda que terminó finalmente por unirse al PSOE. La hegemonía comunista también se reflejaba en el mundo sindical. Comisiones Obreras era el sindicato más poderoso, mientras que la UGT comenzaba a reorganizarse. La histórica CNT se convirtió en una fuerza meramente simbólica.Tras morir Franco, Juan Carlos fue proclamado rey de España el 22 de Noviembre de 1975, delante de las


Continuación DEL 12.1: Cortes franquistas y jurando respetar los principios de movimiento nacional. Rodeado de un grupo de asesores, entre los que destacaba Torcuato Fernández Miranda, que diseñaron un plan de cambio político. Este cambio se vino en denominar la reforma. Se trataba de aplicar cambios controlados que garantizaran la intangibilidad de los funcionarios y militares franquistas y que llevaran a un sistema democrático desde las propias leyes franquistas. En un principio el rey optó por mantener al frente del gobierno a Arias Navarro, quien había presidido el ejecutivo en la fase final de la dictadura. El gobierno incluía a Manuel Fraga en el puesto clave de ministro del Interior y figuras jóvenes procedentes del Movimiento como Adolfo Suárez o Martín Villa. El gobierno de Arias fracasó a la hora de implementar un proceso de reformas creíble y respondíó con represión a las protestas sociales. Una oleada de huelgas se extendíó por el país en Enero de 1976. La respuesta represiva culminó con los incidentes de Vitoria, en Marzo de 1976, cuando cinco trabajadores murieron a manos de la policía. Ese mismo mes de Marzo, toda la oposición se agrupó en la Coordinación Democrática lo que reforzó las protestas contra el inmovilismo del gobierno de Aria Navarro. Finalmente, el rey, que no había disimulado su descontento con la labor del ejecutivo, destituyó a Arias Navarro en Julio de 1976. El nombramiento de Adolfo Suárez, joven político procedente del Movimiento .Poco tiempo después, en Septiembre de 1976, presentó el proyecto de Ley para la Reforma Política. Era la concreción legislativa del proceso de desmantelamiento del franquismo desde el propio régimen. Paralelamente, Suárez inició contactos discretos con la oposición democrática.Los sectores más inmovilistas del franquismo, crecientemente irritados por la evolución política y los atentados terroristas de ETA y el GRAPO, empezaron a conspirar para organizar un golpe militar contra el incipiente proceso de reformas. En Septiembre de 1976, Suárez nombró al teniente general Gutiérrez Mellado vicepresidente del gobierno, para controlar el peligro golpista en el Ejército.Pese a las conspiraciones golpistas y a los actos terroristas de ETA, la conciencia de los cambios eran inevitables, llevaron a las Cortes franquistas a aprobar en Noviembre la Ley de Reforma Política, lo que supónía su «suicidio político». Se celebró un referéndum popular sobre la Ley de Reforma Política. La respuesta había sido contundente: con 77.7% de participación, el 94.1%de los votos habían sido positivos.La oposición, que poco a poco había ido saliendo de la clandestinidad, pasó a aceptar lo inevitable: el fin del franquismo no se realizaría mediante lo que denominaban la ruptura democrática (gobierno provisional, amnistía, legalización de todos los partidos, elecciones libres…). En adelante, gran parte de la oposición pasó a apoyar un proceso de reforma que iba a concluir en el establecimiento de un genuino régimen democrático. Finalmente, el rey, que no había disimulado su descontento con la labor del ejecutivo, destituyó a Arias Navarro en Julio de 1976. El nombramiento de Adolfo Suárez, joven político procedente del Movimiento .Poco tiempo después, en Septiembre de 1976, presentó el proyecto de Ley para la Reforma Política. Era la concreción legislativa del proceso de desmantelamiento del franquismo desde el propio régimen. Paralelamente, Suárez inició contactos discretos con la oposición democrática.Los sectores más inmovilistas del franquismo, crecientemente irritados por la evolución política y los atentados terroristas de ETA y el GRAPO, empezaron a conspirar para organizar un golpe militar contra el incipiente proceso de reformas. En Septiembre de 1976, Suárez nombró al teniente general Gutiérrez Mellado vicepresidente del gobierno, para controlar el peligro golpista en el Ejército.Pese a las conspiraciones golpistas y a los actos terroristas de ETA, la conciencia de los cambios eran inevitables, llevaron a las Cortes franquistas a aprobar en Noviembre la Ley de Reforma Política, lo que supónía su «suicidio político». Se celebró un referéndum popular sobre la Ley de Reforma Política. La respuesta había sido contundente: con 77.7% de participación, el 94.1%de los votos habían sido positivos.La oposición, que poco a poco había ido saliendo de la clandestinidad, pasó a aceptar lo inevitable: el fin del franquismo no se realizaría mediante lo que denominaban la ruptura democrática (gobierno provisional, amnistía, legalización de todos los partidos, elecciones libres…). En adelante, gran parte de la oposición pasó a apoyar un proceso de reforma que iba a concluir en el establecimiento de un genuino régimen democrático. El proceso de reformas estuvo siempre amenazado por dos fuerzas opuestas que se alimentaban mutuamente. El ataque del terrorismo y la amenaza golpista llegó a un momento crítico en Enero de 1977. Los atentados de ETA, GRAPO y extrema derecha (Matanza de Atocha) incrementaron la creciente amenaza golpista. La respuesta popular a la matanza de los abogados laboralistas de Atocha perpetrada por la extrema derecha, fue una gran manifestación de repulsa en Madrid que se desarrolló pacíficamente y que mostró claramente la voluntad general de continuar los cambios de forma pacífica. En este contexto, la legalización del PCE en Abril de 1977 y la amnistía de los presos políticos llevaron a la celebración de las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República en Junio de 1977. Con estas elecciones dejábamos atrás la Dictadura, entrando en la senda democrática. El partido triunfador fue la Uníón del Centro Democrático (UCD), nuevo partido organizado por Suárez en el que se agrupaban los aperturistas del franquismo con algunos elementos moderados de la antigua oposición democrática. El nuevo gobierno de Suárez se aprestó a hacer frente a los dos principales desafíos del momento: elaborar una Constitución que articulara políticamente el nuevo sistema democrático y hacer frente al terrorismo de ETA, que seguía atentando pese a una amnistía total decretada en Octubre de 1977, y al peligro golpista («Operación Galaxia» en 1978)Todo este delicado proceso político debía hacerse en un contexto de profunda crisis económica. La crisis del petróleo de 1973 había golpeado duramente a España y el paro y la inflación crecían alarmantemente. Para estabilizar la situación económica las principales fuerzas políticas firmaron en Octubre de 1977 los Pactos de la Moncloa, una serie de medidas consensuadas para hacer frente a las graves dificultades económiTras su debate en el Congreso y en el Senado, el texto final fue aprobado en el Pleno del Congreso de los Diputados por 316 votos a favor, 6 en contra y 3abstenciones. Finalmente, el Proyecto de Constitución fue sometido a referéndum de los ciudadanos el 6 de Diciembre de 1978. La Constitución quedó aprobada con un 87,87% de votos afirmativos. Se define a España como un Estado social y democrático de Derecho, se proclama que la soberanía nacional reside en el pueblo y se define la forma política del Estado como una Monarquía parlamentaria Aquí se recogen los derechos individuales como el derecho a la vida, a la integridad física, la libertad ideológica, religiosa y de culto, a la libertad de expresión, a la educación, etc. También se incluyen algunos derechos sociales como la protección a la familia, disponer de una vivienda digna, disfrutar del medioambiente, derecho al trabajo, a la protección de la salud, etc. Ante el deseo de autogobierno de vascos y catalanes, manifestado de forma espectacular el 11 de Septiembre de 1977 cuando millón y medio de catalanes se manifestaron por la autonomía en Barcelona, el gobierno de Suárez inició el proceso preautonómico antes de la aprobación de la Constitución. Suárez optó por el restablecimiento formal de la Generalitat, en Septiembre de 1977, y en el País Vasco en Diciembre de ese mismo año se creó el Consejo General Vasco, como régimen preautonómico para la regíón. A principios de 1978, Cataluña y País Vasco eran regiones preautonómicas. El resto de las autonomías se desarrollarían a principios de los ochenta.

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