Primo de rivera «al pais y al ejercito»

La dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930) representó un intento de sostener el sistema de la Restauración deteriorado por la descomposición de los partidos dinásticos, el aumento de la conflictividad social que se inició en los años de la primera guerra mundial y las tensiones políticas causadas por la intervención de España en Marruecos. Aunque se benefició inicialmente de la coyuntura económica positiva de los años veinte, a finales de la década reaparecieron todas sus contradicciones El fracaso del régimen arrastró a la monarquía de Alfonso XIII y abrió en  1931 las puertas a la Segunda República que fue recibida con expectación.


Miguel Primo de Rivera siguiendo la tradición de los pronunciamientos militares que se había instaurada durante el siglo XIX, protagonizó uno en 1923, del que salió victorioso al contar con el apoyo de Alfonso XIII. Se proclamó salvador de la patria y que debía extirpar los problemas de España. En su personalidad hay que destacar su paternalismo, que le llevó a actuar como un déspota; su religiosidad católica que contrastaba con su vida privada; de su educación militar le vino su machismo y el valor de la jerarquía y la disciplina. Sentía una gran admiración por la ciencia y la cultura, pero no por los intelectuales. Su mayor fracaso fue el haber sido incapaz de modernizar el tradicional liberalismo oligárquico español.
(El pronunciamiento) 
En 1923 se produjo el Golpe de Estado llevado a cabo por el general Primo de Rivera que fue aprobado tanto por el rey

Alfonso XIII como por el ejército. Por lo tanto, el destino de la monarquía dependería del Dictador.. El presidente del Gobierno, García Prieto, solicitó al rey que destituyese a los militares sublevados y como el rey no lo hizo, el gobierno no tuvo más remedio que dimitir. Entonces, el rey atribuyó a Primo de Ribera el cargo de Presidente del Directorio Militar encargado de la gobernación del Estado. Ese mismo día Primo de Rivera manifestó sus deseos de liberar España de la vieja política y de realizar reformas económicas, políticas y sociales. Iniciando así una política personalista y paternalista, en la que sus relaciones con el rey fueron a veces difíciles.
(Apoyos y oposición)
A este Directorio Militar sólo van a oponerse el Partido Comunista y la CNT (anarquista), que organizan huelgas, que acaban siendo prohibidas. El ejército, la Iglesia y la aristocracia apoyaron al Dictador, al igual que la prensa catalana. El Partido Socialista Obrero Español y la UGT no atacan al régimen lo que permitirá que sigan abiertas las Casas del Pueblo y su periódico. En 1929 cuando ven que la dictadura fracasa se oponen a este régimen. 
(El programa regeneracionista) 
El Directorio Militar, presidido por Primo de Rivera, quedó formado por ocho generales de brigada de Tierra y un contraalmirante de marina. El Dictador hace hincapié en su sumisión al rey, con lo que lo encaden a su destino y con una ideología puramente conservadora, intenta resolver los problemas de España. El Dictador con una visión regeneracionista encauzó las preocupaciones populares en un programe de gobierno, lo que le supuso una buena acogida en general.
(Orden social)
Para garantizar el orden público se declaró el estado de guerra en todo el país y el Dictador destituyó a todos los gobernadores civiles y en su lugar colocó a gobernadores militares que, con mano dura, reprimieron cualquier manifestación contra el régimen, especialmente a comunistas y anarquistas. Se suspendió la Constitución, se prohibieron las actividades de los partidos políticos  y no se reunieron las Cortes. Esta política represiva llevó a una considerable disminución de los atentados terroristas y de las huelgas. Sólo cuando la Dictadura comience a desmoronarse las huelgas resurgirán con fuerza. La tranquilidad vuelve a las grandes ciudades, en especial Barcelona y Bilbao.
(El fracaso de regeneracionismo político) 
Si el Dictador había justificado su golpe de Estado para acabar con la política corrupta tuvo que proponer un nuevo partido político pero apolítico que ejerza una acción político-administrativa, en el que quería unir a personas de buena fe. Nace la Unión Patriótica, partido al que su creador se refirió como un partido central, monárquico, templado y democrático con el lema “Dios, Patria y Religión”. Logró incluir a la oligarquía en ese partido. No llegó a despertar el entusiasmo popular debido a que fue creado por un régimen autoritario. También nació la llamada Asamblea Nacional, que fue una mala imitación del Parlamento, ya que los militares carecían de experiencia para gobernar.
(La solución a un conflicto)
Desde principio de siglo la pacificación del territorio marroquí había sido un problema grave. Al principio Primo de Rivera era partidario de una política de abandono del territorio, lo que chocaba con los militares africanistas (buscaban ascensos rápidos por méritos de guerra) y los militares junteros (que querían ascender por antigüedad). Además, la permanencia en Marruecos le suponía enormes gastos al Estado y entre las clases trabajadoras era muy impopular. El desastre de Annual puso al descubierto la mala organización y la poca efectividad del ejército en África. Lo que reforzó las ideas abandonistas del Dictador. Así, al poco tiempo de instalarse comenzó una política de disminución de tropas y retirada de las zonas más peligrosas. Los militares africanistas, dirigidos por Francisco Franco, exigían al Dictador una ofensiva contra Abd el Krim. Cuando éste decidió atacar a los franceses, el gobierno de París solicitó ayuda a Primo de Rivera para organizar una operación militar conjunta. Se planeó el desembarco de Alhucemas logrando la derrota del enemigo, por lo que Abd el Krim se rindió y firmó la paz unos meses después.
(Fortalecimiento del ejército de África)
Esta victoria militar le supuso el apoyo de los militares africanistas. Decidió la ampliación de las tropas especiales para que sustituyesen a los reclutas peninsulares que no querían ir a Marruecos a realizar el servicio militar. La campaña de África sirvió para consolidar el régimen de Primo de Rivera, en 1925 nombró un nuevo gobierno liderado por los civiles, formándose el Directorio Civil (25-30).



(Intervencionismo del Estado: reformas Económicas)
El Dictador pensaba que al Estado le correspondía un papel dirigente y pensaba que era necesario jerarquizar militarmente los organismos y las relaciones sociales. Esta creciente intervención del Estado en lo económico y lo social se produce a imitación del fascismo italiano. El Dictador llevó a cabo un política paternalista, se produjeron mejoras sociales: seguro de maternidad, subsidio a las familias numerosas, creación de las llamadas “casas baratas” que permitían el realojo de familias trabajadoras que vivían en los suburbios de las grandes ciudades. Surge la Organización Corporativa Nacional, que es una parodia de sindicato agrupando los diversos oficios  a nivel local, provincial y estatal.
Nacen los Comités Paritarios para resolver los problemas laborales que propiciarán la estabilidad en el empleo, además, se crean escuelas.
Para reducir las deudas el Estado acudió a los bonos de la Deuda Pública y al Ministro de Hacienda, Calvo Sotelo, que realizó una reforma tributaria sobre el impuesto de la renta que no llegó a aplicarse. Además, realizó grandes obras públicas, como renovar la red viaria española construyendo las primeras carreteras asfálticas; e hicieron diversas obras hidráulicas; naciendo así las Confederaciones Hidrográficas, encargadas del riego, la distribución de la electricidad, aprovechamiento del transporte… En cuanto a los ferrocarriles, aunque no se construyeron líneas nuevas, se renovaron las antiguas (electrificación).
Se llevó a cabo una política monopolística, el petróleo quedó controlado por la Compañía CAMPSA, la telefonía por la ITT. Esta concesión de monopolios fue muy criticada por favorecer a algunos amigos personales del dictador.

Se produjo una política antiliberal que restringía las importaciones y se creó el Consejo Económico Nacional que era el único que autorizaba la instalación de nuevas industrias. 
(Desgaste del régimen)
El Dictador fue ganándose diversos descontentos con su actuación política y como estaba muy enfermo, apenas se enfrentó a sus opositores. Permitió la existencia de diversos partidos políticos, permitió la libertad de expresión y la crítica al régimen. Podemos decir que se trató de una dictadura suave, en comparación con la que se produjo después a mando de Franco.
(Oposición al régimen)
Al régimen se oponían los liberales y conservadores, que buscaron el apoyo del ejército e intentaron, fallidamente, golpes de Estado. La burguesía catalana,  cambió su inicial apoyo al régimen,  tras la política centralista del Directorio se sintieron defraudados: se prohibió la lengua catalana, se cerraron publicaciones nacionalistas y se suprimió la mancomunidad lo que les llevó a muchos en Cataluña a identificar la concesión de la autonomía con la República.
Los intelectuales (Valle-Inclán, Unamuno, Azorín) bombardeaban al dictador desde cátedras, ateneos y cafés y éste respondía con enfrentamientos personales o con medidas represivas. Los universitarios produjeron constantes alteraciones del orden público, por lo que las Universidades fueron cerradas varias veces. Los que fueron más duramente reprimidos fueron los comunistas y anarquistas de la CNT y de la FAI que siempre se habían opuesto a la Dictadura. Entre los socialistas se imponían las tesis de Prieto de no colaborar con la dictadura frente a la anterior participación en los comités paritarios que había impulsado Largo Caballero. La Iglesia estaba molesta por la actitud personal del Dictador. Finalmente, también se produjeron tensiones ene el seno del ejército. Primo quería que los ascensos se realizasen no por antigüedad sino por méritos y capacidad: algunos oficiales de artillería se dirigieron al monarca para que intercediese ante Primo pero el rey no les dio su apoyo, muchos de ellos se alejaron de la Corona. Ante este ambiente de oposición y crítica, Primo consultó al ejército si aún tenía   su apoyo para gobernar y tras la fría respuesta de estos, presenta su dimisión al rey.
(La Dictablanda de Berenguer)
El rey, tras aceptar la dimisión de Primo, nombró presidente del Consejo de Ministros a otro militar, el general Berenguer, máximo responsable de Marruecos cuando el desastre de Annual, con el objetivo de restaurar la Constitución del 76 y convocar elecciones generales. Los apoyos al régimen eran pocos y la oposición, una vez que se estableció la libertad de expresión, fue creciendo. La situación social y económica comenzó a desmoronarse con la depresión económica mundial, cierre de empresas y aumento del paro. Las huelgas y los atentados aumentaron y la paz social se deterioró. Las clases medias veían que el rey era incapaz de solucionar los problemas del país y la única solución que veían era la implantación de la República.
El republicanismo, hasta ahora atenuado, aumentaba por todos lados: clases medias, comunistas, socialistas… Además, los intelectuales aumentaron sus críticas al régimen. Hasta antiguos colaboradores monárquicos proponían que se sometiese a referéndum la continuidad de la institución. Republicanos, autonomistas catalanes y socialistas (liderados por Indalecio Prieto) firmaron el Pacto de San Sebastián, para derribar al régimen. Además, en el Ateneo comenzó a reunirse un gobierno republicano en la sombra. El Gobierno incapaz de realizar las reformas que se le exigían, fue calificado como Dictablanda. Pero aún así de produjo la detención de los dirigentes firmantes del Pacto de San Sebastián. A finales de año, tras el fracaso del pronunciamiento republicano de la guarnición de Jaca, fueron ejecutados los dos oficiales que mandaban el puesto y se habían entregado.  Cuando monárquicos y republicanos re anunciaron que se  abstendrían  en las elecciones generales, el gobierno de Berenguer no tuvo más remedio que dimitir.
El almirante Aznar formó un nuevo gobierno y decide convocar elecciones generales que se convocaron para abril del 31. El éxito republicano fue casi absoluto en las principales ciudades del país, comenzando así el periodo de la Segunda República, que fue acogida con entusi

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