La legislación castellana recogida en Las Partidas establecía la sucesión Indiferente de varón o mujer en el trono de España.
Felipe V implantó en 1713 la llamada Ley Sálica que prohibía reinar a las Mujeres
Carlos IV decidíó su derogación en las
Cortes de 1789, pero también insuficientemente conocidas, la medida derogatoria
–Pragmática Sanción–
No se promulgó
Entonces. Lo hará Fernando VII en 1830 cuando su cuarta esposa estaba ya
Embarazada, había estado casado en tres ocasiones y no había tenido descendencia.
Así las cosas, el llamado a reinar tras su muerte, en virtud de la Ley Sálica,
Sería su hermano Carlos María Isidro,
Partidario de endurecer la política y aferrarse al Antiguo Régimen sin ninguna
Concesión al liberalismo. Fernando VII
Hace publicar el 29 de Marzo de 1830 la Pragmática Sanción a petición de
María Cristina que eliminaba la Ley Sálica y restablecía
La línea sucesoria de las Partidas, favorable a la sucesión femenina.
Carlos María Isidro abandona la corte y se traslada a Portugal, Mientras Cea Bermúdez buscaba apoyos para la regente, María Cristina, y su Tímido proyecto reformista. Fernando VII muere finalmente en Septiembre de 1833, publicando Carlos María Isidro el llamado Manifiesto de Abrantes pocos días después, el 1 de Octubre. En él Se presentaba como nuevo rey con el título de Carlos V.
En Septiembre de 1832, ante el rey
Agonizante, consiguen que Fernando VII firme la supresión de la Pragmática
Sanción. Sorprendentemente, el rey se restablece y vuelve a ponerla en vigor,
Sustituyendo a Calomarde por Cea
Bermúdez.
Con el pretexto del pleito sucesorio se Enfrentan dos visiones de España las fuerzas Gubernamentales (isabelinas) y los partidarios del absolutismo (carlistas), Seguidores de Carlos María Isidro.
Los carlistas
Eran partidarios de Carlos María Isidro
Como rey de España y su programa ideológico se basaba en: inmovilismo
(oposición radical a las reformas liberales); defensa del Antiguo Régimen:
Monarquía absoluta;
tradicionalismo católico; defensa del foralismo vasco-navarro.
Los carlistas eran enemigos acérrimos del liberalismo
e inmovilistas.
El carlismo constituyó la “extrema derecha” ideológica del Siglo XIX. Como
Rezaba su divisa (“Dios, patria y rey”), los partidarios del carlismo defendían
El tradicionalismo, la monarquía del
Origen divino, el mantenimiento de los fueros y
Privilegios tradicionales frente a la política centralizadora del régimen
Liberal
(el foralismo)
. Las regiones habían
De mantener sus instituciones de gobiernos
Autónomas, su sistema de justicia propio y la exención fiscal y de quintas para
El servicio militar.
Los liberales Apoyaban a la regente María Cristina y a la futura reina Isabel II. Defienden Los principios liberales: Constitución, igualdad ante la ley, prácticas Capitalistas…
El apoyo al carlismo procedía de
-habitantes de zonas rurales, campesinos, especialmente pequeños Propietarios que temían convertirse en jornaleros o arrendatarios de los Grandes terratenientes.
–
baja
Nobleza del norte de España, amenazada por la desaparición de los
Mayorazgos y de la exención de impuestos.
–
grupos
Conservadores de la Iglesia, sobre todo del clero regular y rural,
Contrarios a las medidas desamortizadoras y a la supresión de las órdenes
Religiosas.
–
algunos
Oficiales del Ejército descontentos a causa de la evolución del país o a su
Situación profesional, que no les resultaba satisfactoria.
fenómeno de masas en amplias zonas Geográficas, que pretendían salvaguardar sus costumbres, fueros y Tradiciones.
el País Vasco, Navarra, norte
De Cataluña y áreas del este
Peninsular (Maestrazgo) y Castilla.
El carlismo protagonizó tres guerras a lo largo del Siglo XIX.
La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
,
Que finalizó con el Convenio de Vergara, entre Maroto y Espartero, y la guerra
En el Maestrazgo, se inicia con la no aceptación de Isabel II como
Sucesora en el trono.
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
se desarrolló en Cataluña y tuvo como Pretexto el fracaso de la boda entre Isabel II y el pretendiente carlista al Trono (Carlos VI)
la Tercera Guerra Carlista (1873-1876)
Supuso la revitalización del movimiento tras el derrocamiento de la reina y
Su sustitución por Amadeo I y se desarrolló en Cataluña, Navarra y el País
Vasco, hasta que la restauración de los Borbones (1875) provocó que el
Pretendiente al trono Carlos VII cruzara la frontera con Francia en Febrero de
1876. Los fueros vascos y navarro fueron suprimidos en 1876, sustituidos por
Los conciertos económicos de 1878 que han pervivido hasta la actualidad.