3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevación en Europa.
Felipe II, defensor del poder absoluto y de la Ortodoxia Católica, comenzó su reinado con el Tratado de paz con Francia Cateau-Cambresis (1559) y establecíó la capital en Madrid. Tuvo varios problemas internos como la rebelión de los moriscos en las Alpujarras (Granada), sofocada por su hermano Don Juan de Austria, cuando Felipe les prohibíó ejercer su cultura tras la clausura del Concilio de Trento. Antonio Pérez, secretario personal del Rey, que tras ser acusado de traición, huyó a Aragón donde fue protegido por el Justicia Mayor. El Rey intentó que fuera juzgado por el Tribunal de la Inquisición, pero el pueblo consideró esto una violación de los fueros, lo que provocó el asesinato del virrey (1590). Esta rebelión finalizó y fue sofocada en 1592. En cuanto a las guerras externas, Felipe establecíó una alianza con Venecia y el Papa para luchar contra los turcos que derrotó en la Batalla de Lepanto (1571). A la muerte del Rey portugués (1580), reclamó sus derechos dinásticos, pero al oponerse la nobleza portuguesa, entró en Portugal con el ejército declarándose monarca. A cambio, juró los fueros, creó el Consejo de Portugal y mantuvo las instituciones. En los Países Bajos, Felipe planeó crear más obispados e introducir la Inquisición para detener el avance protestante, pero los protestantes iniciaron un motín (provocado también por las dificultades económicas y el hambre) quemando iglesias e imágenes sagradas. Felipe lo sofocó enviando a Flandes al Duque de Alba con los tercios. Este cometíó abusos y crueldades que causaron que protestantes y católicos estuvieran en contra de la Corona española. Perdíó el control del norte y fue destituido. Alejandro Farnesio, nuevo comandante, consiguió controlar el sur (Uníón de Arras). En el norte, las Provincias Unidas crearon la Uníón de Utrecht. Para acabar con las Provincias Unidas, apoyadas por Inglaterra, España intentó invadir ésta con la Armada Invencible pero acabó siendo derrotada por la climatología, la mala gestión y su nula estrategia. Felipe II murió en 1598 dejando a Felipe III los mismos territorios y los conflictos con las Provincias Unidas.
4. 1 La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia
La muerte del último monarca austriaco en 1700 sin herederos al trono, Carlos II de Habsburgo, permitíó a otros estados europeos hacerse con las posesiones de la Corona, principalmente a Francia, bajo el reinado de los borbones, y al Imperio Austríaco, con la dinastía Habsburgo. Por el lado francés, el candidato era Felipe d’Anjou, y por el lado austríaco, el archiduque Carlos de Habsburgo. Antes de su muerte, Carlos II declaró heredero al príncipe Felipe V.
Las potencias europeas se dieron cuenta del enorme poder que reunirían ambas coronas al estar gobernadas por miembros de la misma familia y crearon en 1701 la Gran Alianza de la Haya, formada por Austria, Gran Bretaña, Países Bajos y Dinamarca. Comenzó así una guerra entre Francia y los aliados que duraría 12 años y que en España tomó connotaciones de Guerra Civil, pues desde 1705 la Corona de Aragón se posiciónó al lado de Austria para defender el sistema administrativo Aragónés frente al centralismo francés. La muerte de José I hizo nuevo emperador del Imperio austríaco a Carlos de Habsburgo. Ante el nuevo peligro se firmaba la Paz de Utrecht en 1713 para concluir con la Guerra de Sucesión en Europa. En España la guerra continuó hasta 1714.
Los acuerdos de Utrecht aseguraban el equilibrio europeo haciendo renunciar a los Borbones de Francia y España a la posibilidad de uníón entre ambos. Además, para España supuso la pérdida de parte de sus posesiones europeas como Flandes, Gibraltar y Menorca, entre otras. Todos estos hechos marcaron el declive de la monarquía hispánica.
La esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio, trató de hacer herederos de Italia a sus hijos. Por ello, pidió ayuda a Francia, política que derivó en los Pactos de Familia:
1er Pacto de Familia (1733): España se comprometía a ayudar a Francia en la guerra de Sucesión de Polonia contra Austria y a cambio Carlos III fue nombrado rey de Nápoles-Sicilia. Así, se recupera la influencia en Italia.
2º Pacto de Familia (1743): España participa en la guerra de Sucesión de Austria y Felipe V consigue el ducado de Parma.
3er Pacto de Familia (1761) tras el acceso al trono de Carlos III, España volvíó a involucrarse en la política europea aprovechando la Guerra de los Siete Años (1754 – 1763), que enfrentó a Francia y España contra Inglaterra. Esto tuvo como consecuencia para España la pérdida de Florida. Más tarde, España volvería a participar junto a Francia en la conocida guerra de la Independencia Americana, y la derrota británica permitíó a España recuperar, por la Paz de Versalles de 1783, Menorca y Florida.
4. 2 La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas
Tras la Guerra de Sucesión, los borbones implantan un modelo centralista y unificador que seguía el modelo castellano. Esta nueva forma de gobierno se articuló mediante los Decretos de Nueva Planta. Así, en 1707, se promulgó el Primer Decreto, que abolía los fueros y privilegios de Aragón y Valencia tras la Batalla de Almansa. El segundo se promulgó en 1715 para el reino de Mallorca y el último en 1716 a Cataluña tras la Díada. Sólo vascos y navarros los mantuvieron como premio a la fidelidad a Felipe V.
A nivel militar se forman las capitánías generales, mientras que las chancillerías se encargan de los asuntos judiciales.
En cuanto a la administración central, el sistema polisinodial de los Habsburgo se cambia al sistema francés basado en los Secretarios de Estado y de Despacho, secretarios personales del rey y antecedentes de los ministros. A nivel local, el sistema pasa a estar articulado por los corregidores y los regidores. Las Cortes desaparecen, a excepción de las castellanas, que no tienen poder legislativo. Con respecto a la división territorial, se establecen las intendencias, siguiendo el modelo francés.
A nivel económico se coloca la figura del intendente, que tiene atribuciones comerciales e impositivas. La recaudación de impuestos se centraliza y se crean nuevas fuentes de ingresos, como la lotería. Además, el estado comienza la emisión de vales reales (antecedente de la deuda pública), la primera forma de papel moneda de España, para cuyo control se creó el Banco de San Carlos. Se busca limitar el privilegio estamental (buscan una reforma racional), por lo que hacen el Catastro, una encuesta donde se recoge la información de la riqueza de cada localidad. Además, se busca asegurar el dominio en América como fuente de ingresos y conocimiento científico (expedición de Malaspina).
Los reyes intentaron disminuir el poder de la Iglesia para fortalecer la iniciativa de los monarcas, política que se plasmó en el regalismo. Carlos II decide expulsar a los jesuitas en 1767 debido al Motín de Esquilache. La Iglesia se supedita al poder real legitimándolo.
En conclusión: se produce un intento de control por parte del rey. El proceso de fortalecimiento de la monarquía alcanza su mejor expresión en el Siglo XVIII, pues se consigue la concentración de todos los poderes en torno al rey (cuya soberanía provénía de Dios); lo que se denominó monarquía absoluta.