Factores que intervienen en los procesos de crecimiento y desarrollo: la interacción, herencia, medio social

1.Antiguo Régimen

1.1.Que e

s:sistema político económico y social existente en Europa entre el Renacimiento y la revolución fracesa.El termino fue acuñado por los revolucionarios franceses para proclamar una nueva era basada en las ideas de el liberalismo

-Política:monarquía absoluta,el rey tenia todos los poderes

-Social:se dividía en estamentos ,nobleza y el clero eran los privilegiados y el tercer estado eran los no privilegiados

-Económico:peso del sector agrario era la gran mayoría de la población.La artesanía y comercio se organizaban por los gremios

1.2.Monarquía absoluta durante los siglos 16 y 17 la utoridad de los monarcas se impuso de forma progresiva sobre la nobleza hasta llegar al absolutismo.El estado apenas tenia limites legales,este sistema político convertía a los habitantes en súbditos cuya participación en asuntos políticos era inexistente

1.3


Revolución Agrícola


En Gran Bretaña, como en otras zonas del continente europeo, durante el siglo 18 se produjeron en el mundo rural transformaciones trascendentales para la industrialización.

1.1. Las transformaciones en el sector agrario


la revolución agrícola en Gran Bretaña vino motivada por una nueva legislación sobre la propiedad, los nuevos sistemas de
cultivo y por la introducción de innovaciones técnicas.

Las leyes de cercamiento


La mayoría de la propiedad en Gran Bretaña estaba en manos de la pequeña nobleza, la gentry, que arrendaba sus fincas a campesinos sin tierra. Otra buena parte de las tierras estaba dividida en campos abiertos (openfields), que permitían la explotación y uso comunal, para la alimentación del ganado, obtención de leña, etc. Los cambios legislativos en el país constituyeron el primer paso en el desarrollo agrícola .Impulsaron el cambio la aprobación por el Parlamento de las leyes de cercamiento en vigor a partir de 1760, que transformarían las antiguas tierras comunales en grandes propiedades privadas y valladas. Esta medida transformó el mundo rural al producir una serie de efectos:
• La concentración parcelaria supuso el fin del acceso a las tierras comunales para los campesinos sin tierra, que sufrieron un empobrecimiento acusado. Por ello, muchos se marcharon a buscar trabajo en las ciudades
• El cercamiento de tierras incrementó la rentabilidad del campo, lo que impulsó la aplicación de las novedades técnicas y de mejoras en los métodos de cultivo gracias al aumento de las inversiones.
• Los vallados provocaron la estabulación del ganado, lo que generó un incremento de la rentabilidad y la puesta en marcha de cultivos forrajeros que además no agotan la tierra. Los nuevos sistemas de cultivo A partir de 1730, el noble inglés Charles Townshend puso en marcha un nuevo sistema de cultivo que pretendía incrementar la productividad de la tierra. Para ello, aplicó el modelo de rotación cuadrienal, que logró la eliminación del barbecho mediante la siembra de plantas forrajeras

Las innovaciones técnicas


Durante el Siglo XVIII surgieron novedades técnicas que aumentaron el rendimiento agrario. Desde 1730 también se aplicó el arado Rotherham, que facilitaba el tiro gracias a su forma triangular. Por todo ello se amplió la superficie cultivable mediante técnicas de drenaje y se incrementó el regadío. Otras novedades tuvieron que ver con el uso de fertilizantes, propuesto por Thomas Coke, la mejora de la productividad mediante la selección de semillas o la mezcla de razas de ganado, así como el cultivo de nuevos alimentos procedentes de las colonias, como la patata o el maíz,

1.2. Los efectos de la revolución agrícola


La revolución agrícola duplicó la producción agraria en unas décadas, lo que tuvo efectos determinantes para la transformación que experimentó Gran Bretaña desde finales del Siglo XVIII. Las transformaciones en el sector agrícola provocaron un importante excedente de población; por un lado, los cercamientos dificultaron la subsistencia a los campesinos sin tierras; por otro, la tecnificación de la producción redujo de forma drástica las necesidades de mano de obra agrícola. Ambas circunstancias empujaron a muchos campesinos a trasladarse a las ciudades en busca de trabajo, El traslado de campesinos a las ciudades produjo un inmediato incremento de la población urbana y, un aumento de las necesidades de abastecímiento de productos agrarios. Para aprovisionar a las ciudades se intensificaron los intercambios comerciales, favorecidos por la existencia de una red de transporte densa y eficaz. Todo ello se convirtió en una importante fuente de beneficios, El desarrollo de los sectores agrícola y ganadero mejoró de forma muy significativa la alimentación de la población, lo que repercutíó en un incremento demográfico muy acusado, que no hizo sino incrementar todavía más la demanda y, con ella, los beneficios agrícolas y comerciales. El aumento de la población favorecíó el desarrollo de otros sectores como la industria harinera, que a su vez incentivó la construcción de molinos o la producción de bebidas alcohólicas, como la cerveza.


Revolución Demográfica a mediados del Siglo XVII, algunas zonas de Europa experimentaron un fuerte crecimiento demográfico que permitíó triplicar el número de habitantes en apenas cien años. Este incremento fue el resultado de la aparición de una serie de fenómenos que dieron pie a la transformación del modelo demográfico.

2.1. El régimen demográfico antiguo


Hasta finales del Siglo XVIII, en Europa prevalecíó el régimen demográfico antiguo un modelo de población caracterizado por los siguientes rasgos:
• Alta natalidad. Salvo en épocas puntuales, las tasas de natalidad eran muy elevadas debido a factores morales y religiosos y a la consideración de los hijos como fuerza de trabajo imprescindible.
• Alta mortalidad. Fruto de las deficientes condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias, así como de la incidencia de la mortalidad catastrófica, provocada tanto por epidemias como por la sucesión de períodos prolongados de malas cosechas. Especialmente trágica resultaba la mortandad infantil, con una esperanza de vida al nacer en la población general que no alcanzaba los cuarenta años. Además, el Siglo XVII había sido un período de constantes guerras, por lo que la mortandad asociada a los conflictos había sido también muy alta. 

2.2. La transición demográfica


A finales del Siglo XVIII, en algunos países se inició un proceso de transición demográfica que vino marcado por un acusado descenso de la mortalidad y que estuvo asociado a las siguientes causas:
• Incremento de la producción agraria. La revolución agrícola contribuyó a la mejora en la alimentación de la población, lo que afectó de forma positiva a su salud y fortalecíó sus defensas contra las enfermedades.
• Mejora en las condiciones higiénicas y médicas. La progresiva inclusión de medidas higiénicas, como el uso del jabón o el cloro como desinfectantes, y la extensión de los sistemas de alcantarillado resultaron fundamentales; asimismo,fue determinante la aplicación de los avances en medicina como la vacuna contra la viruela descubierta por Jenner en 1796.
• Reducción de la mortalidad bélica. En el siglo18 habían disminuido las guerras y, con ellas, el número de muertos por esa causa. Paralelamente, se frenaron otros efectos demográficos indirectos derivados de los conflictos armados, como la disminución de la producción agraria y de la natalidad

2.3. Los efectos y limites de la transición demográfica


Los efectos de la transición demográfica


El efecto inmediato de la revolución demográfica fue el aumento de la población, que en el conjunto de Europa se duplicó en apenas cien años, y que en algunos países llegó incluso a multiplicarse por tres. Este crecimiento se apreció especialmente en las ciudades, receptoras de los excedentes demográficos del campo. Las grandes urbes alcanzaron cifras superiores a los 200 000 habitantes a comienzos del Siglo XIX, y de más de un millón de personas a finales de la centuria.Tal crecimiento de población impulsó la demanda de productos agrarios, proporcionó mano de obra barata y abundante para el desarrollo de la industria y favoreció la expansión de las actividades comerciales. Asociado al aumento de la población, se produjo un notable incremento de la esperanza de vida, que a finales del Siglo XXX llegó a situarse en algunos países por encima de los cincuenta años.

Los límites de la transición demográfica

La transición demográfica no fue uniforme en toda Europa, ya que en el este y sur de Europa se produjo con retraso o de forma más débil. En esas regiones, la mortalidad era aún muy elevada, y la esperanza de vida al nacer no lograba superar la barrera de los cuarenta años. Además, la actividad agrícola seguía condicionada por los factores físicos; persistían las malas cosechas, que daban como resultado la aparición de crisis de subsistencia y, con ellas, terribles hambrunas, menos frecuentes que en tiempos anteriores pero igualmente devastadoras. Fue el caso de la padecida por Irlanda a mediados del Siglo XIX , cuando las malas cosechas de patata llevarón a la muerte a la cuarta parte de la población. Por otro lado, las condiciones higiénicas y médicas todavía eran precarias, sobre todo en las barriadas obreras de los núcleos urbanos. En ellas, el hacinamiento, una alimentación deficiente y la carencia de infraestructuras sanitarias facilitaban la propagación de epidemias que causaban estragos entre la población y que en esos años no estaban lejos de ser erradicadas por las vacunas. Las malas condiciones de vida impulsaron a muchos europeos a emigrar hacia los territorios coloniales o a nuevos países 


INICIOS DE LA Revolución INDUSTRIAL supuso una drástica transformación de los modelos de productivos y de la estructura social a lo largo del Siglo XVIII y la primera mitad del Siglo XIX. Estos cambios tuvieron su punto de partida en Gran Bretaña, donde diversos factores se conjugaron para impulsar el desarrollo de la producción mecanizada.

3.1. Los rasgos de la producción industrial


La R. Industrial se caracterizó por la aplicación de un nuevo modelo de producción que presentaba los siguientes rasgos:

• Mecanización


Las máquinas fueron introducíéndose en el proceso productivo y sustituyendo al trabajo manual propio de la producción artesanal.

• Aparición de fábricas


Los talleres y manufactureras dieron paso a fábricas de gran tamaño que producían en serie y contaban con un nutrido número de trabajadores sometidos a la disciplina laboral.

• División del trabajo


Cada trabajador se encargaba de una parte del proceso productivo, lo que abarataba costes y multiplicaba los productos fabricados.

• Tecnificación


El aumento de la demanda y de los beneficios incentivó la aplicación de innovaciones tecnológicas. En 1769, James Watt patentó su máquina de vapor, que de inmediato se convirtió en el «motor» de la Revolución Industrial. 

3.2. La industria textil, pionera de la industrialización


La primera industria que incorporó los nuevos procesos productivos fue la textil, al sustituir la tradicional manufactura de la lana por el trabajo del algodón. Las plantaciones en la India y América ofrecían enormes cantidades de esta materia prima,que apenas requería unos sencillos procesos de limpieza, hilado, tejido y tinte. La creciente demanda de algodón fomentó la búsqueda de nuevos sistemas mecânicos para agilizar los procesos de hilado y tejido:

• Las hiladoras


En 1765, la máquina Spinning Jenny, de James Hargreaves, incrementó la capacidad de hilado de uno a 24 husos a un mismo tiempo. Richard Arkwright aportó la propulsión hidráulica en su hiladora Water Frame, que podía mover cientos de husos de forma simultánea. En los siguientes años. Crompton perfecciónó el proceso con la Mule Jenny, que obténía un hilo más fino

• Los telares


El proceso de tejido vio aumentada su velocidad de fabricarían con la lanzadera volante de John Kay de 1733; pero sería en 1785 cuando, gracias al telar mecánico de Edmund Cartwright, las cifras de producción se dispararon. El resultado fue imparable. En cincuenta años se había logrado que una hita dora y un tejedor pudieran fabricar sesenta veces más cantidad de tela que con el proceso manual. Los pequeños talleres manufactureros se vieron entonces desplazados por las grandes fábricas textiles, las únicas capaces de invertir en las últimas innovaciones técnicas

3.3. La producción de carbón y hierro


La máquina de vapor tuvo una importante repercusión en otros dos grandes sectores para el desarrollo de la Revolución Industrial: la extracción de carbón y la industria siderometalúrgica.

La minería del carbón


Con la rápida difusión de las máquinas de vapor, el carbón vegetal resultaba insuficiente para satisfacer las necesidades de combustible de las industrias; fue entonces cuando el carbón mineral se convirtió en una fuente de energía decisiva que desencadenó una expansión sin precedentes de la minería. En el contexto de la extracción de carbón, numerosas comarcas se convirtieron en centros mineros que proporcionaban tanto el carbón como el hierro que requerían las nuevas industrias.
La siderometalurgia se convirtió en un sector imprescindible de la Revolución Industrial, pues la fabricación de la maquinaria textil, de los útiles agrícolas y de los nuevos transportes pasaba necesariamente por la industria del hierro. Los principales avances en la siderurgia que siguieron iban dirigidos a la obtención de metales más resistentes y baratos. A comienzos del Siglo XVIII, Abraham Darby fundíó el hierro con coque, un derivado del carbón. La combustión de este mineral en los altos hornos* alcanzaba elevadas temperaturas, lo que permitía fundir el arrabio, materia prima del acero. A finales del Siglo XVIII Henry Cort mejoró el sistema de fundición del arrabio mediante la pudelación*, que generaba un hierro sin impurezas, e inventó el laminado, que permitía la fabricación de planchas de hierro en forma de lingotes que resultaban más manejables. La expansión de la siderometalurgia estuvo en la base del crecimiento paraielo y exponencial de la minería del hierro, que complementó a la del carbón y empleó a miles de trabajadores, sobre todo en la regíón de las Midlands y en el sur de Gales


Punto 4


La máquina de vapor y la siderurgia hicieron posible la revolución de las comunicaciones del Siglo XXX : el ferrocarril y la navegación a vapor acortaron las distancias y multiplicaron la circulación de personas y mercancías; de igual modo, el correo y el telégrafo impulsaron un flujo de la información sin precedentes.

4.1. La revolución de los transportes


El transporte terrestre


Las comunicaciones terrestres experimentaron una mejora espectacular a finales del Siglo XVIII gracias a un nuevo sistema de pavimentación, el macadán, que permitía construir carreteras mejor cimentadas, más seguras y más estables. En 1820 Gran Bretaña contaba con la mejor red de carreteras de Europa. Pero la gran revolución en el transporte terrestre fue el ferrocarril. Desde el siglo 16 existían sistemas de raíles de madera en las minas, pero en el Siglo XVIII aparecieron los raíles de hierro. Esta experiencia y la aplicación de la máquina de vapor impulsaron la construcción de las primeras locomotoras. Después de varios intentos frustrados de otros inventores, en 1825 George Stephenson presentó el ferrocarril, con la que viajó de Stockton a Darlington; cinco años después se inauguraba la línea entre Liverpool y Mánchester: había nacido la era del ferrocarril. El tendido de los caminos de hierro se extendíó con rapidez y tuvo como consecuenCía la reducción de las distancias y el aumento del volumen transportable de mercancías, lo que abarató los precios. 

La navegación


A mediados del Siglo XVIII, Gran Bretaña creó una densa red de canales que sería una de las claves de la Revolución Industrial al conectar entre sí los centros de extracción de materias primas, las zonas de producción y las áreas de consumo. La aplicación del vapor se produjo a comienzos del Siglo XIX, cuando el estadounidense Robert Fulton desarrolló un barco a vapor que hacía girar una gran rueda de paletas aunque seguía ayudándose de velas para impulsarse. En 1807 se inauguró la primera línea a vapor entre las ciudades de Nueva York y Albany, y en 1836 se de las velas gracias a la hélice de Smith y Ericsson.
Las exigencias de navegación obligaron a la mejora de los puertos y la consirucción de infraestructuras, como el Canal Nuevo de Róterdam, el canal de Kiel o el canal de Suez, inaugurado en 1869 y que redujo en un cuarenta por ciento el tiempo de navegación entre Europa y el océano indico.

4.2. La revolución de los medios de comunicación


El telégrafo


En 1794, el francés Claude Chappe creó el telégrafo óptico, capaz de transmitir de forma visual símbolos entre torres ubicadas en las partes altas de las rutas de comunicaciones. El primer mensaje emitido atravesó 230 kilómetros en menos de una hora, y en él se comunicaba la victoria francesa en la guerra contra Austria. Después, Napoleón, impulsó el tendido de redes de telegrafía óptica. En1833 se instaló la primera línea de telegrafía electromagnética en Alemania. Wilhelm Weber y Carl Friedrich Gauss lograron con ello la primera aplicación práctica de una nueva forma de energía: la electricidad. En 1865 se inauguró la primera gran empresa de telegrafía intercontinental. Su servicio entre Inglaterra y la India se basaba en el novedoso cableado submarino, que un año más tarde ya unía Europa y América. En pocos años, los cinco continentes quedaron conectados a través del telégrafo. El nuevo ingenio modificó la realidad social mundial gracias a la comunicación prácticamente instantánea, con importantes consecuencias:
• El control de los Gobiernos sobre sus administraciones nacionales e imperios coloniales se hizo rápido y efectivo.
• Las transacciones económicas se agilizaron, lo que dio el empuje definitivo al desarrollo de las Bolsas como mercados de valores.
• Surgíó la prensa de información contemporánea, que ya podía, a través de la figura del corresponsal, transmitir de forma inmediata información remota.

El correo


En la segunda mitad del Siglo XVIII, los gobiernos europeos habían asumido el control directo del Correo, al que convirtieron en servicio público; esta decisión estaba en consonancia con el modelo centralista de Estado, que requería una rápida comunicación entre el Gobierno y las administraciones provinciales y locales. Como consecuencia, se abarataron las tarifas postales y los pagos se simplificaron con nuevos sistemas como el sello. Por otra parte, la mejora continua de las infraestructuras y los transportes agilizó la circulación del correo. Las comodidades que ahora ofrecía el correo facilitaron de forma paralela las comunicaciones entre los agentes comerciales y articularon las bases de los mercados nacionales. Asimismo, incentivaron el modelo de suscripción a publicaciones periódicas y fomentaron el desarrollo de la prensa escrita.


Difusión DE LA Industrialización


Desde comienzos del Siglo XIX hubo otros Estados europeos que iniciaron su industrialización.si bien el retraso acumulado condiciónó su expansión y garantizo el liderazgo británico hasta la segunda mitad del siglo.

5.1. Las carácterísticas de la industrialización europea


A mediados del Siglo XVII, algunas zonas europeas habían transformado su sector textil, pero esos cambios no alcanzaron la misma envergadura que en Gran Bretaña. La explicación del retraso se explica por varios factores:
• Inestabilidad política. El estallido de la Revolución francesa en 1789 y, posteriormente, las guerras napoleónicas y la Restauración retrasaron la introducción de los postulados del liberalismo, tanto en términos políticos como económicos.
• Inversión pública. La falta de inversiones privadas hizo que en numerosos países europeos el Estado adoptase una posición de liderazgo a la hora de impulsarlas inversiones necesarias para la industrialización. Fueron los casos de Rusia, Francia, Alemania, Bélgica, España, Italia o Portugal.
• Escasez de capital. Mientras, en otros países la ausencia tanto de iniciativa privada como de impulso público obligó a recurrir a la inversión extranjera para iniciar el proceso de industrialización. Fue el caso de España, donde los capitales británicos y las inversiones francesas y belgas resultaron fundamentales para la puesta en marcha del proceso. Todos estos factores hicieron que la industrialización en el continente europeo presentara, incluso dentro de un mismo Estado, importantes diferencias regionales entre áreas industrializadas y otras no industrializadas; en estas fue determinante el peso del sector agrícola, la escasez de materias primas o la débil integración de dichos territorios en las redes de comunicación

5.2. Los pioneros de la industrialización continental


El retraso con el que la Europa continental empezó el proceso de industrialización respecto de Gran Bretaña no impidió que algunos países alcanzaran niveles de producción más que aceptables en la segunda mitad del Siglo XIX. Los más destacados fueron Bélgica, Francia y Alemania, mientras que en el resto el proceso estuvo localizado en regiones muy concretas.

Bélgica

desde su independencia nacional de Países Bajos en 1831, la industrialización belga estuvo dominada por la intervención estatal, que llegó a financiar y explotar una estratégica red ferroviaria conectada con Francia y Alemania. Los sectores más desarrollados en Bélgica fueron la minería, gracias a las minas de hulla y al monopolio del zinc en Europa, y la banca, entra las principales de Europa.

Francia

La industrialización arrancó en 1830, pero lo hizo tímidamente, frenada por los propietarios agrarios y los artesanos; además la excelente red de comunicaciones de a época revolucionaria retraso la necesidad de invertir en el sector. El desarrollo industrial francés se intensificó a partir de 1850 en zonas localizadas, en las que prosperaron los sectores financiero, ferroviario y metalúrgico. Además, la expansión colonial y la internacionalización del capital francés fomentaron las inversiones en el exterior.

Alemania

La Confederación Germánica estaba compuesta por 39 estados. La ausencia de un
espacio económico común dificultaba la expansión económica e industrial, por lo que en 1834 se creó el Zollverein, o Uníón Aduanera, que al permitir la eliminación de aduanas interiores fomentó el desarrollo industrial. La abundancia de hierro y carbón en zonas como la cuenca del Ruhr o Silesia relanzaron la siderurgia, animada por la rápida expansión del ferrocarril y por un dinámico sector textil. A pesar del retraso inicial, en 1890 Alemania era ya la primera potencia industrial de Europa.

Otros países europeos


La industiralización en otros países se concentró en regiones muy concretas. Fue
el caso de Cataluña, Asturias o el País Vasco en España; del Norte de Italia; de las
áreas checa, austríaca y húngara del Imperio austrohúngaro, o de Moscú y San
Petersburgo en el Imperio ruso.

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