2.1 LAS REVOLUCIONES INDUSTRIALES La revolución industrial junto a la revolución liberal, fueron las dos grandes transformaciones que marcaron el comienzo del mundo contemporáneo en Occidente. La revolución industrial se va a dar en dos fases: – Primera Revolución Industrial de 1780-1870, caracterizada por el uso de la máquina de vapor.
– Segunda Revolución Industrial) de 1870-1914, caracterizada por las nuevas fuentes de energía (petróleo y electricidad) y por otras innovaciones. PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (1780-1870) 1.- Los orígenes de la revolución industrial. La sociedad preindustrial se caracteriza por el estancamiento demográfico y económico (agricultura de subsistencia e industria artesanal). La Revolución Industrial se inicia a mediados del Siglo XVIII en Inglaterra afectando a todos los sectores de la economía y la sociedad, impulsada por cambios en la población y en la agricultura. 1.1 La revolución demográfica Gran Bretaña, durante el s. XVIII, triplicó la población (de 5 mll. A 17,9 mll.), por: – Aumento de las tasas de natalidad, por el adelanto de los matrimonios y mejora de la dieta. – Descenso de la mortalidad, por las mejoras en la alimentación (aumento de la producción y nuevos transportes que posibilitan la importación) y avances en la medicina (vacuna contra la viruela de Jener, mejoras en la higiene (uso de ropa interior y extensión del agua potable). Los cambios posibilitaron un crecimiento demográfico entre 1,5 y el 2,5 % anual. Ya en la segunda mitad del Siglo XIX se produce un descenso de la natalidad, como consecuencia de cambios sociales y políticos, como la prohibición del trabajo infantil y el menor peso de la religión. 1.2 La revolución agrícola La mayor parte de las tierras agrícolas inglesas eran campos abiertos (open fields), propiedades comunales, de explotación colectiva. Desde principios del S. XVIII aprueban en el Parlamento Leyes de cercamientos (enclosures acts) que permitieron la creación de grandes parcelas privadas y valladas, afectando al 21% de la tierra. Esta medida acarreó consecuencias positivas: Los cercamientos eliminaron muchas tierras comunales y los campesinos sin tierra buscaron trabajo en las ciudades industriales. Aumentó la productividad agraria (90%) introduciendo nuevas máquinas (arado de Rotherham, sembradoras, trilladoras, fertilizantes). El ganado se estabuló y se hizo más rentable, ya que los cercados le impedían pastar. Los cercados condujeron a eliminar el barbecho y estabular el ganado, con el cultivo de plantas forrajeras (sistema Norfolk). Beneficios para la industria: el campo suministraba alimentos, materias primas y mano de obra a la industria; y al tiempo el incremento de ingresos agrícolas posibilitaba la adquisición de productos industriales. 1.3 Otros factores que favorecieron el inicio de la revolución industrial en Reino Unido: El contexto político. Tenía una monarquía parlamentaria y una legislación liberal, con gran influencia de las clases medias urbanas y rurales. Gran potencia marítima y comercial. Beneficiada por la independencia de las colonias españolas y portuguesas, en las que tendría una importante actividad mercantil. La liberalización del comercio. Alejándose de monopolios comerciales e industriales. La importancia de la iniciativa privada fue un rasgo distintivo frente al resto del continente.
2. Sectores industriales La innovación tecnológica era una prioridad para sustituir la energía animal por la mecánica, y la utilización de nuevas materias primas en el sector textil y siderúrgico. La colaboración entre científicos y empresarios favorecíó la innovación, con una mentalidad capitalista; reforzada por la formación en universidades, sociedades culturales y academias. 2.1 La industria textil algodonera Fue la pionera en la introducción de innovaciones para satisfacer el aumento de la demanda de hilo de algodón (máquina de hilar Spinnyng Jenny de Hargreaves, 1764) y posteriormente la necesidad de nuevas máquinas de tejer (telar mecánico de Cartwrigth, 1785). Estas máquinas funcionaban mediante la fuerza del vapor, y el carbón su combustible (máquina de vapor de Watt, 1769). Logrando una rápida reducción de los precios, y el ferrocarril abarató el transporte de productos. Se concentró en Lancashire (Manchester y Liverpool) usando el algodón de las plantaciones de EE. UU. Y convirtiéndose en sector rector por el aumento de la demanda (agrario, siderúrgico y minería). 2.2 La industria siderúrgica Experimentó un gran desarrollo por el aumento de la demanda desde el sector agrario (aperos y herramientas), textil (máquinas de hilar y de tejer) y el ferrocarril. La mejora de su tecnología pasó por la introducción de carbón de coque, el pudelado (Henry Cort, 1784) y el laminado. Para abaratar costes en el transporte las fábricas se situaron cerca de las minas de carbón. 3. La revolución de los transportes Con la revolución industrial el comercio alcanzó gran volumen, exigiendo renovar los transportes. La aplicación del vapor, en el transporte terrestre (ferrocarril) y en el marítimo (barco de vapor), permitíó el avance. A comienzos de siglo los transportes eran lentos, las soluciones vinieron de: Red de canales (6.720 km en 1858) uniendo zonas industriales y de materias primas. Red de carreteras, mejor cimentadas y más seguras. Destacando las británicas. Navegación a vapor. Robert Fulton aplicó la máquina de vapor a la navegación. Pero hasta finales del s. XIX no se impusieron en el transporte de mercancías a los barcos de vela. El ferrocarril. La primera locomotora a vapor la construyó Stephenson (Stockton-Darlington, 1825; Liverpool-Manchester, 1830). El ferrocarril protagonizó la gran revolución de los transportes, las consecuencias fueron: – Benefició a la siderurgia y la minería, por el aumento de la demanda. – Desarrollo de la ingeniería civil (puentes, túneles, etc). – Facilitó el transporte de los materiales pesados. – Acortó el tiempo de los viajes, abarató los precios y amplió los mercados. – Atrajo capitales y potenció la formación de grandes sociedades. 4. El desarrollo del comercio El progreso en el transporte, el crecimiento de la población, el éxodo rural y las transformaciones agrarias, facilitaron un amplio mercado interior nacional, que favorecíó la producción industrial. Mientras en una gran parte de Europa la producción se dirige al autoconsumo, Inglaterra se encaminaba a la producción de mercado. En Inglaterra, al crecimiento de la demanda interior, se uníó la demanda exterior, sobre todo después de la Guerra de los Siete Años (1754-1761), al convertirse en la nacíón más poderosa del mundo, debido, en parte, al gran desarrollo del comercio colonial. A sus antiguas colonias en Norteamérica añade Canadá y la India, lo que facilitó la venta de sus productos manufacturados, y el abastecimiento de materias primas, sobre todo de algodón. Este desarrollo del comercio exterior generó a la burguésía una acumulación de ganancias que, junto a las generadas por la transformación de la propiedad agraria, fueron las bases necesarias para acelerar la Primera Revolución industrial y el desarrollo financiero
5. La financiación del proceso de industrialización. La Revolución industrial necesitó la inversión de capitales de otros sectores. Inicialmente, el capital procedía del ahorro individual (autofinanciación) y de las propias industrias. Cuando las fábricas ganaron en tamaño y la maquinaria era más sofisticada, el dinero necesario para crear una empresa aumentó; empezando a ser necesario otros medios de financiación: Los bancos. Guardaban el dinero de los ahorradores y prestaban a cambio de un interés. Las sociedades anónimas. Al fundar una empresa, su capital se dividía en acciones, para ser adquiridas por accionistas; y los beneficios eran repartidos en dividendos entre ellos. 6. La difusión de la revolución industrial No todos los países tuvieron el mismo nivel de desarrollo ni la misma expansión industrial. Gran Bretaña es prácticamente el único país en el que se ha producido la industrialización, de ahí la consideración de “taller del mundo”, pues sus mercancías, su tecnología y sus capitales se exportaban a todos los países. A partir de estas fechas comienza la industrialización en algunas regiones de: Bélgica, Francia y de Alemania (regíón de Renania) y nordeste de los Estados Unidos. Europa del Sur: Italia (Piamonte) y España (Cataluña. Rusia y Japón, inician su industrialización, utilizando tecnología y capitales extranjeros. En Europa oriental, mantuvieron en el s. XIX las estructuras económicas típicas del Antiguo Régimen. 7. El liberalismo económico La revolución industrial se vio favorecida por una nueva doctrina económica: el liberalismo económico, conjunto de teorías y prácticas que consolidaron el capitalismo como sistema económico. Los principios del liberalismo económico fueron definidos, por los pensadores Adam Smith (1723- 1790), David Ricardo (1772-1823) y Thomas R. Malthus (1766-1834), partidarios de: La propiedad privada. La libertad de comercio entre las naciones o librecambismo, es decir, regulado solo por la oferta y la demanda. No intervención del Estado (libre contratación, libre regulación y libre empresa). La revolución industrial trajo consigo una mejora en las condiciones de vida de los países occidentales, pero con gran sufrimiento de la clase obrera. Ya que la no intervención del Estado en la economía dejaba las manos libres a los empresarios. Las graves injusticias sociales que originó, iniciaría el camino al nacimiento del movimiento obrero. 8.- La sociedad de clases La nueva estructura social se dividía por la riqueza y se organizaba en clases abiertas: Las clases bajas. Estaban compuestas por jornaleros, campesinos sin tierras, pobres de las ciudades, marginados, y el nuevo grupo social, el proletariado, obreros de las industrias. El proletariado estaba compuesto por mano de obra sin cualificar y estaba sometido a condiciones laborales muy duras. Las clases medias. Campesinos propietarios, pequeños y medianos artesanos, comerciantes, trabajadores cualificados de la industria (ingenieros, contables, diseñadores, etc.). También aumentan de forma considerable los empleados en oficios del sector servicios: viajantes, banca, profesiones liberales (abogados, notarios, etc.) y funcionarios. Las clases altas. La nobleza conservó prestigio e influencia política y social. La burguésía (grandes comerciantes y los empresarios industriales) se eleva como grupo social dominante accediendo al poder político y económico.
SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (1870-1914) A partir de 1870, la revolución industrial inicia una nueva fase. Se extenderá por toda Europa, EE.UU. Y Japón; aparecerán nuevas fuentes de energía, las industrias mecanizadas se ampliarán y aparecerán otras. Este periodo es conocido como “gran capitalismo” o “Segunda Revolución Industrial”. 1 Nuevas industrias Las nuevas fuentes de energía y las nuevas industrias caracterizarán esta fase de la revolución industrial. La relación existente entre investigación y empresa permitíó la aplicación de innovaciones a todos los sectores industriales, los más beneficiados, junto a las nuevas fuentes de energía, fueron: Siderurgia. El convertidor de Bessemer y el horno de Martín y Siemens permitían la fabricación de un acero más barato y de mayor calidad, extendíéndose sus aplicaciones. Además, se introducen nuevas aleaciones (acero-cromo, acero-níquel) y nuevos metales (aluminio) básicos en las industrias automóvilística, aeronáÚtica y armamentística. Química. Con avances: método Solvay (producción sosa) y compuestos orgánicos (colorantes y fibras artificiales). Destacó la química pesada: ácido sulfúrico, alquitrán, abonos, explosivos. 1723-1790), sentó las 2. Las nuevas fuentes de energía y sus aplicaciones industriales. La electricidad. Ya era conocida, pero ahora se producirá en grandes cantidades a bajo precio, y se resolvíó el problema de su transporte. Nuevos inventos transformaron el sector: Gramme inventó la dinamo, Edison perfecciónó la lámpara de filamento incandescente, junto a los motores eléctricos transportables y turbinas hidráulicas que producían electricidad. La electricidad se aplicó: alumbrado público, sistemas de comunicaciones (telégrafo, teléfono y radio) y de transporte (ferrocarril, tranvías eléctricos y el metro). El petróleo. Empezó a utilizarse como combustible en los medios de transporte. Ello fue posible tras los inventos del motor de combustión interna, obra de Rudolf Diésel, y del motor de explosión, construido por los alemanes Gottlieb Daimler y Karl Benz. Aunque la utilización de la electricidad y del petróleo siguió siendo modesta hasta 1895, ya que el monopolio de la máquina de vapor era total a finales del Siglo XIX, y el carbón suministraba más del 90% de la energía producida y consumida en Europa. 3. El impulso de los transportes y las comunicaciones El ferrocarril y la navegación a vapor se expandieron, junto al desarrollo de otros transportes. El impulso del sector afectó positivamente a la economía y sociedad. Destacaron: Ferrocarril. El abaratamiento del acero permitíó sustituir al hierro, y así ganar en capacidad, velocidad y seguridad, reduciendo las tarifas, unificando los mercados nacionales. Navegación a vapor. Se imponen a partir de 1865 con la innovación en los cascos (madera por hierro y acero), en la refrigeración y en la propulsión palas por hélices, disminuyendo los costes y el tiempo. Otro avance fue la apertura de canales, (Suez 1869 y Panamá 1914). Automóvil. Tras un primer desarrollo en Europa (Renault, Citroën, etc.) el liderazgo pasó a EE. UU, a través de Ford, quién organizó la producción en cadenas de montaje. Aviación. Nacida a principios del Siglo XX (hermanos Wright), no se desarrolla hasta después de la Primera Guerra Mundial. Otros medios de transporte. El tranvía y el metro sirvieron para mejorar el tráfico en las ciudades. Junto a estos avances, otro más modesto, pero de gran calado social, la bicicleta. Comunicaciones. El teléfono y la telegrafía sin hilos beneficiaron la expansión. La tecnología gráfica empujaría al desarrollo de la prensa, iniciando el camino de la prensa de masas. Las consecuencias de este progreso se notaron en el crecimiento del comercio internacional, integrando los mercados continentales y transoceánicos, y el aumento de las migraciones
4. Nuevas potencias industriales Gran Bretaña se mantuvo como primera potencia económica hasta la PGM, pero amenazada por: Alemania. Tuvo una rápida industrialización (segundo puesto mundial desde 1900) por: – Desarrollo de la red de transportes. – Relación con la investigación científica y los medios de producción (industria química). – Concentración empresarial y financiera, con la formación de cárteles: acero (Krupp, Thyssen), química (Bayer, Basf) y electricidad (Siemens, AEG). – Política proteccionista del gobierno que favorecía los distintos sectores industriales. EEUU. Comienza a mitad del s. XIX, convirtiéndose en la primera potencia industrial. Factores: – Gran mercado interior, reforzado por la marcha hacia el Oeste, la numerosa llegada de europeos y la extensión del ferrocarril. – Abundancia de recursos (materias primas, minerales y tierras). – Amplia red ferroviaria que comunicaba tan vasto país. – Especialización regional: Noreste industrial, sur algodonero, y medio oeste alimentaria. – Modernas formas de organización de la producción: tecnología y concentración empresarial (trust). Crean grandes empresas líderes en sus sectores: acero (United States Steel), petróleo (Standard Oíl), electricidad (General Electric, Westinghouse) telégrafo y teléfono (Western Unión) y automóvil (Ford Motor Company). El gobierno aprobó leyes antitrust para intentar proteger la libre competencia. Japón Meiji. La influencia extranjera propició la modernización económica, poniendo fin al sistema feudal e introduciendo la industria occidental. De 1868 y 1880 el Estado fue el artífice, creando empresas públicas (textil, minería, ferrocarril, astilleros…) y subvencionando las privadas. De 1880-1882 muchas empresas fueron privatizadas permitiendo la concentración empresarial y financiera (zaibatsu). En el s. XX el desarrollo industrial se apoyó en la numerosa y barata mano de obra, alta productividad y expansión al Pacífico y continente asíático. 5. La mundialización de la economía capitalista La generalización industrial aumentó la competencia y las empresas se fortalecieron a través de: Formación de sociedades anónimas para atraer capitales (venta de acciones). Concentración empresarial, horizontal (una actividad/cartel) o vertical (todo el proceso, empresas complementarias/trust), imponiendo prácticas monopolistas. Participación de los bancos en la industria, iniciando el capitalismo financiero. Los capitales accedieron a un mercado mundial, paralelamente el comercio internacional se expandía a pesar del proteccionismo europeo. Europa dominaba el comercio mundial, con el 40 % de las importaciones (materias primas y alimentos) y la exportación de sus productos manufacturados al resto del mercado internacional. 6.- Cambios demográficos En la segunda mitad del s. XIX se produjo un gran crecimiento demográfico en Europa (270 mll. 1850 a 400 mll. 1900) debido al mantenimiento de la natalidad y descenso de la mortalidad. La consecuencia fue el aumento de los movimientos migratorios, tanto hacia las ciudades (industrialización y urbanización) como a ultramar. Estas últimas se explican por varios factores: Alto crecimiento vegetativo, incidiendo positivamente en la población activa. Abaratamiento del transporte marítimo, facilitando las autoridades la entrada de inmigrantes. Efecto llamado de los emigrantes establecidos. Crisis agrarias. La penosa situación de muchos campesinos europeos (“hambre de tierras”). 60 mll. De europeos emigraron a EE.UU., en menor medida a Sudáfrica N. De África, Australia y N. Zelanda. Fuera de Europa destacan indios y chinos instalados en la costa asíática: Ceilán, Malasia, etc.