La dictadura de Franco
Con la victoria «nacional» se instauró una dictadura encabezada por Franco
1.1.Carácterísticas
La dictadura de Franco fue personal, autoritaria y de base militar. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista se adaptó a la nueva situación internacional. Franco fue un dictador carismático que concentró en sus manos un poder ilimitado del que solo respondía «ante Dios y ante la historia». Los medios de comunicación exaltaron y mitificaron el carácter providencial y la leyenda «Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios», siendo objeto de respeto, admiración y culto. Para mantenerse en el poder suprimíó las libertades y derechos más elementales como los de manifestación, opinión y reuníón. Los españoles quedaron sujetos a las leyes del nuevo Estado que podían ser agravadas con discrecionales estados de excepción.
1.2. Bases ideológicas y sociales del régimen
En el régimen colaboraron tres instituciones fundamentales: · El ejército: constituyó la columna vertebral del régimen. Sus miembros gozaron de privilegios y algunos desempeñaron tares ministeriales. Hubo descontento por la falta de modernización del ejército · La Falange: quedó subordinada al caudillo y sus ideas fueron claves para la formación del régimen. Perdíó peso político con la salida del Serrano Súñer y la derrota de los fascismos europeos, aunque mantuvo su influencia a través del sindicato · La Iglesia: Franco la favorecíó dejando en sus manos la educación y el control religioso-moral de la sociedad. De esa alianza nacíó el nacional catolicismo la ideología oficial unificadora y hegemónica de los españoles. Franco contó con el apoyo y adhesión de empresarios, comerciantes, hombres de negocios . Las clases medias y bajas se acomodaron a la dictadura
1.3. Las «familias» del régimen
Las instituciones se levantaron contra la república. Pero las separaba sus diferentes ideas del Estado y de la sociedad, lo que las enfrentó en una dura y continua lucha por el poder. Todas ellas fueron llamadas «familias». Franco aprovechó sus rivalidades para ser el árbitro del poder, mantener el equilibrio político y nombrar ministros sin poner en peligro su liderazgo. Las «familias» con más protagonismo fueron los militares, y los falangistas. Los monárquicos tuvieron menos protagonismo, mientras que los católicos y del Opus Dei fueron los responsables de las carteras de educación y de economía.
1.4. La legislación laboral nacional sindicalista
Las primeras leyes sindicales se establecieron durante la guerra.
Se difundíó la Ley del Fuero del Trabajo. En 1940 se culminaba el proceso con las leyes de unidad sindical y la de las Bases de la Organización Sindical Española (OSE). Fue una pieza fundamental del régimen y se caracterizó por: · Sindicato único controlado por la Falange, encargada de la disciplina, unidad y espíritu nacional. Eliminaba la lucha de clases · Obligar a la afiliación de obreros y patronos · Prohibir tanto la negociación colectiva como la huelga · Controlar la actividad laboral: salarios, horarios, permisos y vacaciones.
José Antonio Girón de Velasco, aprobó el seguro de enfermedad y asistencia laboral
1.5. Control social y propaganda
El nuevo Estado franquista impuso un rígido control social e ideológico a través de la educación, la censura de libros, la ley de prensa, el cine y las actividades culturales. Creó un modelo cultural nacional católico, los medios de comunicación entre ellos la televisión para difundir la figura del caudillo y convencer a los españoles y beneficios del régimen. La falange una gran actividad social, a través de sus organizaciones: Frente de Juventudes, Sección Femenina y Sindicato de Estudiantes Universitarios (SEU). Con ellas difundíó la idea de la Nueva España e inculto una valores: disciplina, autoridad, obediencia. Se sirvió para la Formación del Espíritu Nacional (FEN), La Iniciación al Hogar y la Educación Física la doctrina para niños, niñas y jóvenes: · La Sección Femenina: encargada de niñas y jóvenes hacer de ellas «excelentes esposas y madres» a través de los programas de Iniciación al Hogar y Educación Física en escuelas, talleres y actividades diversas · El Frente de Juventudes encargó de la Formación del Espíritu Nacional como materia obligatoria en la Educación Física. Su objetivo era inculcar en los niños y jóvenes el amor a la patria y los valores: la raza, Imperio y Dios y difundir el Movimiento Nacional
El control y la influencia de la Falange estuvieron presentes en la sociedad española: en la escuela se cantaba el Cara al sol, las flechas adronaban pueblos y edificios, los nombres de los caídos por Dios y por España lo cubrían en las fachas en las iglesias, el retrato de Franco era saludo brazo en alto y la camisa azul recordaba a los vencedores de la guerra.
2. Institucionalización y consolidación del nuevo Estado
2.1. Las leyes fundamentales
El régimen franquista saco a la luz la obra republicana y prohibíó los partidos políticos y los sindicatos. El Estado creó las leyes fundamentales que se fueron desarrollando hasta 1966
· Fuero del Trabajo: primera ley fundamental. Reguló las relaciones laborales entre trabajadores y empresarios
· Ley Constitutiva de las Cortes: dotaba al régimen de unas Cortes sin poder legislativo a la voluntad del jefe del Estado. Su función solo era consultiva
· Fuero de los Españoles: recogía los deberes y derechos de los españoles
· Ley de Referéndum Nacional: permitía consulta popular las decisiones del gobierno o de las Cortes
· Ley de Sucesión: Definía a España como un «Reino sujeto a los principios del Movimiento»
· Ley de Principios del Movimiento Nacional: garantizaba la integridad del Movimiento como partido único
2.2. La «democracia orgánica»
Las leyes del Fuero del Trabajo, La Constitutiva de las Cortes y el Fuero de los Españoles pusieron las bases del Estado a través de sus organizaciones naturales: la familia, el municipio y el sindicato. Este sistema fue definido como «democracia orgánica», basada en el sistema de partidos y en la libertad de reuníón, asociación y expresión. Los procuradores a Cortes eran elegidos unos por su cargo, otros por el sindicato y entidades locales y el resto designados por el jefe del Estado. El gobierno nombraba para cada provincia gobernadores militares y civiles. Estos controlaban y nombraban a su vez a los alcaldes de los ayuntamientos, que ejercían como jefes locales del Movimiento. La estructura militar se completaba con los capitanes generales
3. Exilio, represión y oposición
Hacia el final de la guerra el gran éxodo político, civil y militar. Se quedaron expuestos a las represalias de los vencedores
3.1. El drama del exilio republicano
Alrededor de 500.000 españoles huyeron a Francia donde cerca de 300.000 fueron conducidos a improvisados campos de refugiados y otros más en condiciones muy penosas. Entre los exiliados hubo muchos intelectuales que fueron acogidos por los países europeos, latinoamericanos y por Estados Unidos. Destacaron en poesía: Luis Cernuda, Rafael Alberti, en historia, en novela, en filosofía, ensayo: Francisco Ayala, teatro, música, medicina; Gregorio Marañón y muchos excelentes físicos, matemáticos, químicos o astrónomos. Parte de los intelectuales volvieron pronto, pero otros esperaron al final de la dictadura. En México desarrollaron una importante actividad gracias al apoyo del presidente Lázaro Cárdenas, fundaron la editorial Fonde de Cultura Económico y el Colegio de México y se establecieron las instituciones republicanas en el exilio sin reconocimiento internacional. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, Franco perdónó a los exiliados sin delitos de sangre y casi a la mitad de ellos regresaron a España. Otros prefirieron mantenerse en el exilio, unirse a la resistencia francesa en su lucha contra el nazismo hechos prisioneros acabaron en los campos de exterminio
3.2. La represión de una larga posguerra
A la ley de responsabilidades políticas le siguieron las de represión del comunismo y la seguridad del Estado. El número de presos súperó la cifra a los que hay que añadir a los recluidos en campos de concentración, la población se había reducido a la mitad, murieron a causa del hambre, enfermedades y ejecuciones. Muchos de ellos fueron victimas de venganzas, injusticias y denuncias interesadas por las autoridades. Algunos presos quedaron libres provisionalmente y otros pensás en trabajo como mano de obra barata tanto para empresas públicas como privadas. Las personas sospechosas de republicanismo fueron depuradas, especialmente funcionarios, empleados de instituciones e intelectuales y el profesorado. Maestros perdieron su trabajo, los institutos cerraron y el régimen mantuvo la dimisión entre los españoles, vigilados, silenciados y convertidos en espías de sí mismos. Prohibíó cualquier manifestación nacionalista: la lengua, las tradiciones y otros rasgos de identidad propia
3.2. La represión de una larga posguerra
A la ley de responsabilidades políticas le siguieron las de represión del comunismo y la seguridad del Estado. El número de presos súperó la cifra a los que hay que añadir a los recluidos en campos de concentración, la población se había reducido a la mitad, murieron a causa del hambre, enfermedades y ejecuciones. Muchos de ellos fueron victimas de venganzas, injusticias y denuncias interesadas por las autoridades. Algunos presos quedaron libres provisionalmente y otros cumplieron sus penas en trabajo como mano de obra barata tanto para empresas públicas como privadas. Las personas sospechosas de republicanismo fueron depuradas, especialmente funcionarios, empleados de instituciones e intelectuales y el profesorado. Maestros perdieron su trabajo, los institutos cerraron y el régimen mantuvo la dimisión entre los españoles, vigilados, silenciados y convertidos en espías de sí mismos. Prohibíó cualquier manifestación nacionalista: la lengua, las tradiciones y otros rasgos de identidad propia.
3.3. La oposición al régimen
Nada más terminar la guerra los anarquistas y comunistas iniciaron actividades de guerrilla. Durante la Segunda Guerra Mundial, los partidos en el exilio se movilizaron ante la victoria de los aliados para conseguir una intervención militar contra Franco. Las actividades, conocidas como maquis, se desarrollaron en zonas rurales y montañosas. La actividad armada más intensa tuvo lugar entre 1945 y 1947 perduraron algunos focos aislados. Las fuerzas del orden público, la ley de Represión del Bandidaje y Terrorismo reprimieron las guerrillas con todos los medios a su alcance. Las laborales aumentaron de forma gradual en forma de huelgas con gran impacto en Madrid, Cataluña, País Vasco. La huelga, de tranvías y el boicot a los transportes públicos en Barcelona por la subida del precio del billete, se extendíó al País Vasco y a Madrid, obligó a Franco a cambiar de gobierno. La universidad fue desde la década 1950 un símbolo de oposición al régimen, que empleó métodos represivos para controlarla.
5.
La autarquía pretendía hacer de España una nacíón autosuficiente, con una intervención excesiva del Estado en la vida económica, con un férreo control del comercio exterior que se basó en las licencias administrativas concedidas sólo a los importadores que pertenecían al Movimiento y un sistema parecido reguló las exportaciones. El comercio se basó en la importación de cereales, maquinaria, materias primas, petróleo y exportación de cítricos y wolframio. La dictadura adoptó una política de expansión industrial rápida para poder mantener la situación de autosuficiencia, el Estado interviene aprobando dos leyes, la Ley de Protección y Fomento de la Industria Nacional y la Ley de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional. No se podía crear ninguna empresa sin una autorización expresa del ministerio de Industria y Comercio, se limitaban las inversiones de empresas extranjeras. El Estado también actuó de empresario entrando en competencia con las compañías privadas, se nacionalizaron empresas como RENFE, TELEFÓNICA, se crea una banca pública. La autarquía también llegó a la agricultura, los agricultores entregaban parte de la producción a precio fijado al Servicio Nacional de Trigo y a la Comisaría Nacional de Abastecimiento y Transporte.
El exilio
Francia acogíó a unos 500.000 exiliados, muchos fueron devueltos a España y otros conducidos a campos de refugiados. Hay que mencionar también a los niños que fueron mandados fuera de España durante la contienda civil. Muchos republicanos se reintegraron a la vida civil intentando esconder su pasado en la guerra, muchos otros fueron condenados a cadena perpetua y trabajos forzados, años de cárcel o muerte. Hubo quien permanecíó escondido en su casa hasta la ley de 1969, que perdónó los delitos de la Guerra Civil, gracias a la que muchos pudieron volver a España
LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA Y LA REPRESIÓN
Aunque la guerra terminó en el 39 fueron muchos los años en los que se tardó en normalizar la situación del país, clara fue la distinción entre vencedores y vencidos, y el régimen que se implantó fue una dictadura basada en la represión. La guerra estuvo presente en la memoria colectiva de los españoles, y sólo con la llegada de la democracia, tras la muerte del dictador, la situación se súperó Desde el punto de vista económico, la Guerra Civil tuvo unos efectos desastrosos: se perdíó medio millón de población activa, gran cantidad de edificios e infraestructuras, teniendo en cuenta, además, que los procesos de reconstrucción se paralizaron. Desde muy temprano se establecieron las cartillas de racionamiento (1939-1952)
, y eran los periódicos los encargados de publicar día a día la ración diaria de cada producto. Si durante la guerra el bando nacional contaba con algo más de alimento, tras esta, como había hecho el miedo, el hambre homogeneizó a todos los españoles independientemente de su ideología, y, aunque estaba prohibido, algunas personas acaparaban víveres y productos de primera necesidad para luego venderlos en el mercado negro (estraperlo)
Se calcula que entre 1939 y 1942 fallecieron de hambre entre 200.000 y 600.000 personas. En agricultura e industria, la situación no fue mejor. La falta de hombres, simientes y animales de tiro hizo muy difícil la recuperación, reducíéndose la cabaña ganadera entre un tercio y la mitad. En el apartado industrial se perdíó una parte de la maquinaria y las fábricas, no obstante, en la grandes ciudades las instalaciones industriales se conservaron casi intactas, ya que se siguieron utilizando para contribuir al esfuerzo de guerra. Las reservas de oro del Banco de España se habían reducido considerablemente pues se había pagado la ayuda que la URSS había enviado a España. A su vez, el gobierno de Franco se había endeudado considerablemente con Alemania e Italia para que le enviaran suministro durante la guerra. España retrocedíó en su nivel de desarrollo y la dictadura franquista se mantuvo en el poder durante casi cuarenta años, apartada de la orientación democrática y aislada de Europa debido al carácter autoritario del régimen. Así las cosas, cayó la inversión, el comercio exterior y el consumo privado, reducíéndose la renta nacional entre un 25% y un 30% con respecto a la situación anterior al conflicto, lo que además repercutíó en una situación inflacionista que multiplicó los precios por diez.
Los costes humanos: represión y exilio:
La dictadura incrementó la división entre la España católica y conservadora, y la España laica y progresista. Los que perdieron la guerra se enfrentaron a la represión o al exilio, sumado a los desmanes de la guerra.
Actualmente se considera que el número de bajas en el frente oscila en torno a las 300.000, mientras que el número de víctimas en la retaguardia, fruto de la represión, se sitúa en cifras cercanas a las 200.000 bajas en ambos bandos, siendo muy superior el número de fusilados en el bando franquista.
La represión supuso un escarmiento colectivo para los vencidos, a la vez que se trató de anular cualquier resistencia. Durante la guerra los juicios eran sumarísimos y las sentencias ya estaban decididas con antelación, tras esta la situación no varíó en nada. La arbitrariedad y la indefensión siguieron siendo la nota dominante en todos los juicios celebrados, con defensas sin preparar y la imposibilidad de presentar testigos o recursos.Hubo un número importante de ejecuciones que afectaron a los que habían ocupado puestos de responsabilidad durante la República o habían mostrado una clara adhesión al régimen. Las cifras oscilan en torno a los 50.000 fusilados.
Fueron muchos los que acabaron en cárceles (unos 270.000) y campos de concentración en donde realizaron trabajos forzados (unos 90.000), muriendo muchos de hambre y frío. Llamativo será el caso del uso de presos republicanos para reparar las vías del tren, así como la construcción de la Cruz de los Caídos.
Se hicieron depuraciones de maestros, funcionarios y profesores. Y en Cataluña y el País Vasco, por ejemplo, se prohibíó el uso de la lengua propia y se intentó sepultar su legado cultural. Algo similar ocurríó con los partidos políticos, pues un decreto de 1936 había declarado ilegales partidos y sindicatos, incautándose de sus bienes. A pesar de ello, el PSOE, UGT, CNT o PCE consiguieron organizar células y establecer alguna dirección en la clandestinidad y en el extranjero. En ocasiones, cayeron en manos de la policía y acabaron en la cárcel o fusilados, y, normalmente, no colaboraron entre ellos. Otra anécdota triste será la de los llamados topos, españoles del bando republicano que, valíéndose de sus familias y de la creencia de su muerte, permanecerán escondidos durante años para no ser víctimas de la represión franquista. Este será el caso de Protasio Montalvo, alcalde socialista de Cercedilla durante la guerra. Otros se beneficiarán del Decreto de Indulto de 1969, que perdonará a los que habían participado en la Guerra Civil en el bando republicano.