REVOLUCIÓN LIBERAL EN EL REINADO DE Isabel II
INTRODUCCIÓN
Durante el reinado de Isabel II se lleva a cabo la transición al liberalismo que se centra en tres aspectos. Respecto a la estructura del Estado, varía de una monarquía absoluta a otra constitucional. En la economía, se suprimieron los gremios y se favorecíó el sistema de libre mercado. Respecto a la sociedad, se pasa de la desigualdad ante la ley a la igualdad legal y a los derechos constitucionales. En cuanto a política, los militares tuvieron gran importancia, pues eran los únicos que podían defender el trono de Isabel II frente a los carlistas.
DESARROLLO
El reinado de Isabel II comienza con la publicación de la Pragmática Sanción la cual la reconocía como heredera legítima. Sin embargo, Carlos Mª Isidro, se negó a reconocer la legitimidad de Isabel y comenzó la Primera Guerra Carlista. El carlismo es una ideología opuesta al liberalismo cuyo origen está en la regencia de Urgel y en la revuelta de los Malcontents de 1827. Su lema «Dios, Patria y Fueros» muestra su apoyo al medio rural frente a una sociedad industrial, a los fueros frente a la centralización del liberalismo y a la religión (desamortización) que los identifica como una sociedad conservadora. Cuentan con el apoyo del clero regular y secular; del campesinado, amenazado por las reformas liberales y de las monarquías absolutas europeas. La guerra se desarrollará en tres frentes, las ciudades son fieles al liberalismo, y en ellas se enfrentarán las guerrillas carlistas y el ejército: País Vasco y Navarra, el Maestrazgo (Aragón y Valencia) y Cataluña, donde el General Cabrera organiza el ejército.
En 1833 la guerra comienza en el norte con Zumalacárregui al mando de las tropas carlistas y extendíéndose al resto del país. En su transcurso, se produce una división ideológica de los carlistas: los moderados, partidarios de pactar con los liberales, y los intransigentes, partidarios de mantener la guerra.
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La firma del Convenio de Vergara entre Maroto y Espartero admite a los oficiales carlistas en el ejército y pacta el mantenimiento de los fueros vascos y navarros. Aunque esto no es aceptado por don Carlos ni los campesinos, terminan derrotados en 1840. Entre las principales consecuencias, destaca la inclinación de la monarquía al liberalismo moderado, el protagonismo político de los militares, los pronunciamientos, y los enormes gastos de la guerra que provocaron la desamortización de Mendizábal.
Por otra parte, se produjo una división de partidos políticos: los carlistas, que buscan el retorno del Antiguo Régimen. Los liberales, que defienden una monarquía constitucional, un sufragio censitario y los pronunciamientos para alcanzar el poder. Están divididos en dos tendencias: los liberales moderados quiénes defienden la propiedad y el orden, soberanía rey-Cortes, suprimen la Milicia Nacional y limitan derechos. Entre los líderes más destacados; Narváez. Y los liberales progresistas defensores de la soberanía nacional, una menor intervención del rey en política, liberalismo económico y un menor poder de la Iglesia. Su líder más destacado es Espartero. En la última etapa del reinado aparece la Uníón liberal, formada por los liberales moderados y los más conservadores de los progresistas. Su líder será O’Donnell. Y el partido demócrata, su líder será Rivero.
Se distinguen dos grandes etapas: La minoría de edad de Isabel II, etapa de las regencias de Mª Cristina y Espartero.
Durante la regencia de Mª Cristina hubo un gobierno de liberales moderados entre 1833-35. Se elaboró el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada que establecíó unas Cortes bicamerales: Estamento de Próceres y Estamento de Procuradores. Javier de Burgos hizo una organización territorial en provincias y los progresistas llegaron al poder tras el Motín de la Granja. Proclamaron la Constitución de Cádiz y convocaron elecciones a Cortes Constituyentes elaborando la Constitución del 37, más progresista que el Estatuto pero con aspectos moderados: establece una monarquía constitucional, soberanía nacional, la división de poderes, sufragio censitario…
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Se tomaron medidas como la Desamortización eclesiástica de Mendizábal y la ley de Ayuntamientos, la cual supuso el exilio de Mª Cristina ante una serie de revueltas que llevaron a los progresistas al poder. Se pondría ahora como regente Espartero que dejó el poder por su política autoritaria y su falta de apoyos. Las Cortes nombran mayor de edad a la reina, con 13 años, y comienza la segunda etapa de su reinado.
La mayoría de edad de Isabel II. Un reinado caracterizado por las agitaciones sociales, la inestabilidad política y los escándalos en la Corte. «La década moderada 1844-54 se inicia con el gobierno de Narváez. Se elabora la Constitución de 1845 que establece una soberanía rey-Cortes, reconoce más poder al rey y establece el catolicismo como religión oficial. Se realizan reformas como la creación de la Guardia Civil, la reforma fiscal y de Hacienda, la Ley de Administración local, la Ley de instrucción pública (Ley Moyano) y el Código penal de 1851. Se firmó el Concordato con la Santa Sede en 1851 que supone la paralización de la desamortización y el establecimiento de un presupuesto para el clero.
El bienio progresista 1854-56. El Partido Progresista llega al poder tras el pronunciamiento de la Vicalvarada, dirigido por O’Donnell. Se elabora una constitución, non-nata en 1856, se llevará a cabo la Desamortización General de Madoz de 1855 y se aprobará la Ley de ferrocarriles. Es una etapa de gran conflictividad en la que aparecerán nuevos partidos: demócratas y republicanos. En 1856 tras un nuevo pronunciamiento, egará al poder O’Donnell, es el gobierno del nuevo partido. La Uníón Liberal gobernará hasta 1863. Mantuvo orden ante el desarrollo del movimiento obrero. Hizo una política exterior para devolver el prestigio internacional y distraer de los problemas internos, lo que dio pobres resultados y ocasiónó grandes pérdidas.
El Partido Moderado volverá al poder en 1863-68, formando un gobierno autoritario sin hacer frente a la crisis. El desprestigio de la reina aumentará, facilitando la firma del Pacto de Ostende de 1866 entre Progresistas y Demócratas poniendo fin a la monarquía de Isabel II y convocando elecciones a Cortes Constituyentes con la revolución de 1868, La Gloriosa.
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CONCLUSIÓN
En definitiva, la etapa isabelina se caracteriza por una gran inestabilidad con continuos cambios de gobierno debido a la división existente del liberalismo español. A eso se uníó el favoritismo de la reina hacia los moderados y las guerras carlistas. El balance del reinado de Isabel II ofrece aspectos negativos, como el atraso de España ya que no hay una modernización real y positivos, como la creación de instituciones para alcanzar la centralización y uniformización del Estado. Este reinado constituye la base del Estado español contemporáneo.