El Manifiesto conjunto de la UGT-CNT es un texto de carácter político y social.
Aunque recogido por Gómez Llorente en el libro de la cita, sus verdaderos autores fueron los representantes del sindicato anarquista
CNT, Salvador Seguí y Ángle Pestaña, y los del sindicato socialista UGT, Largo Caballero y Julián Besteiro.
El texto surge en un contexto de crisis coincidentes en el tiempo que serán el inicio del fin de la Restauración. En el verano de 1917 confluyen en España una crisis política, una militar y una social. A nivel internacional, la Primera Guerra Mundial, de la que España estaba beneficiandose económicamente gracias a su neutralidad. La Revolución Rusa está en su primera fase, pero da alas al movimiento obrero por los logros que va consiguiendo.
Consta de tres partes, las ideas principales:
Expone la situación:
La creciente agravación que se esta produciendo de la miseria en que se encuentra el proletariado por la flata de trabajo y la carestía (líneas 5 a 7) que es explotado por el consentimiento del gobierno (líneas 10 y 11).
Qué se va a hacer para intentar solucionar la situación anterior: se impone que el proletariado español emplee la huelga general indefinida (líneas 22 y 23)
Llamamiento a la clase trabajadora para que apoye lo que se va a hacer: los organismos proletarios procederan a la adopción de medidas para el éxito de la huelga general (líneas
En cuanto a la primera idea cabe decir que la clase trabajadora, que vive en unas condiciones de miseria a pesar de las reivindicaciones constantes para que los distintos gobiernos tomaran medidas legales que mejoraran su situación, había conseguido muy poco desde la creación de las primeras organizaciones obreras: las jornadas eran largas, las condiciones de trabajo eran malas, las prestaciones sociales prácticamente inexistentes, los sueldos eran bajos y los precios de los productos básicos eran considerablemente elevados. Los sindicatos culpan a los gobiernos oligarcas de amparar la explotación, de permitir la situación lamentable en la que viven los trabajadores y de no introducir cambios sociales favorables a los obreros, sino, muy al contrario, de legislar a favor del empresario. Los empresarios y los burgueses españoles se beneficiaban en estos momentos de la Gran Guerra, ya que los países beligerantes compraban a la España neutral, por lo que proliferaron los negocios especulativos desviando productos básicos a la exportación y dejando el mercado nacional desabastecido. España consiguió una balanza comercial positiva que le permitía saldar su deuda externa y nacionalizar alguna que otra empresa exttranjera. Pero de esta buena situación económica no fue beneficiada la clase obrera, en aumento por el desarrollo industrial y que en su proceso de proletarización desde el establecimiento del Estado Liberal había visto empeorar su situación, que se veía como escaseaban los productos básicos porque eran desviados a la exportación hacia
los países en guerra y cómo aumentaban los precios de los mismos al descender la oferta, más aún teniendo en cuenta que las importaciones de trigo de Rusia se habían paralizados al encontrarse esta en guerra.
En cuanto a la segunda y la tercera idea, es interesante resaltar la unidad de acción (líneas 9 y 12), es decir, ambos sindicatos actuaron juntos muy pocas veces porque sus principios ideológicos son muy diferentes, aunque tienen algunos objetivos comunes. La CNT, creada en 1910, tiene sus antecedentes inmediatos en la FTRE y en Solidaridad Obrera , defiende posturas radicales, llegando incluso hasta la violencia para conseguir sus objeticos, es seguida por la mayoría de los obreros y jornaleros españoles de aquella época, pero con mayor arraigo en Cataluña,Levante y Andalucía; la UGT, más antigua, mayoritaria en Asturias, País Vasco y Madrid, no tenía todavía una base social amplia y consolidada, aunque su número de afiliados aumenta a partir de esos años, y es más partidiario del diálogo que de la violencia. La CNT pretendía usar la huelga general como una arma revolucionaria para acabar violentamente con el sistema capitalista y con el Estado; los ugetistas, más prudentes, deseaban acelerar un cambio del sistema hacia la democratización real de España. Tras años de ilegalidad y clandestinidad, con la llegada de los liberales al poder en la década de los ochenta, comienzan su andadura legal, aunque en la rama anarquista hay grupos segregados que prefieren seguir con la violencia terrorista antes que plegarse al gobierno como decían que hizo la FTRE.
Ya en diciembre de 1919 se había llevado a cabo, también de forma conjunta, una huelga general contra la subida de los productos básicos y, a pesar de que fue un éxito por la gran participación y la falta de incidentes, no se consiguió ninguna mejora real (línea 16 y 17), de ahí esta nueva concvocatoria de huelga general indefinida que sera secundada mayoritariamente en toda España entre el 13 de agosto y el 20 de agosto, aunque en Asturias y León el sector víctimas, ya que el gobierno del conservador Eduardo Mato había recorrido al ejército para sofocar la huelga y cuyo balance fue de 80 muertos y más de 2000 detenidos entre los que se encontraban los líderes sindicales que fueron condenados a cadena perpetua. La huelga, que quiso aprovechar la situación conyuntural de crisis en el Éjercito y en la política, resultó un fracaso porque, a pesar de ser secundada mayoritariamente, de la dura represión y de las pérdidas humanas, no se consiguió nada de lo que se pedía y además hizo que los sindicatos convocantes acentuaran sus diferencias y no volvieran a unir sus fuerzas hasta la Guerra Civil. El llamamiento a la huelga general indefinida (tercera idea) queda un poco desdibujado en el texto y sólo se pide a los organismos proletarios que tomen medidas para el exito de la misma. Como se ha dicho anteriormente la huelga comienza el 13 de agosto y este manifiesto es de marzo; el día 12 de agosto hay un nuevo manifiesto donde la solicitud de apoyo a la huelga es más concreto y claro.