La carácterística más notable de la monarquía visigoda, basada en el derecho germánico, es que era electiva, es decir, un pequeño grupo de familias de la más alta nobleza (la aristocracia) elegían al rey de entre ellas. Y tengamos en cuenta también que los hijos segundones de esas mismas grandes familias nobiliarias ocupaban los más altos cargos de las jerarquías de la Iglesia. Precisamente esas circunstancias explican las otras carácterísticas de la monarquía visigoda, que nos dicen que era débil, inestable (por la continua rivalidad entre las principales familias del reino por ocupar el trono) y bastante limitada. De hecho, a pesar de que los poderes del rey eran amplios, puesto que era juez supremo, jefe del ejército, legislador, etc., en la práctica estaban gravemente condicionados por el poder de la nobleza y de la Iglesia, a quienes el monarca necesitaba para acceder al trono y mantenerse en él. En cuanto a la nobleza hemos de decir que era el resultado de la fusión de la antigua nobleza hispanorromana con la nueva nobleza visigoda. Basaban su poder en la posesión
de tierras (en una sociedad feudal). Esas tierras casi siempre las recibían como pago por sus servicios militares; y, aunque inicialmente se les entregaban sólo en usufructo, pronto las convirtieron en hereditarias y las gobernaron casi con total independencia respecto al poder del rey. Por su parte, la Iglesia Cristiana, desde su legalización a comienzos del siglo IV había ido acumulando un gran patrimonio en tierras, fruto sobre todo de donaciones. Pero, además, la Iglesia Cristiana alcanzó un gran poder e influencia por otro motivo: mientras que los visigodos eran cristianos, pero seguían el credo arriano que la Iglesia Romana condenaba como herejía-, la mayor parte de la población de Hispania (los hispanorromanos) eran católicos. En el III Concilio de Toledo (año 589) el Rey Recaredo se convirtió al Catolicismo, es decir, a la religión de la mayoría, y con él todo su pueblo. Pretendía así Recaredo la unificación religiosa en todo el reino. Desde ese momento la Iglesia Católica no sólo mantuvo su importancia espiritual y económica, sino que adquiríó también una extraordinaria
influencia política que la Monarquía necesitaba para mantener el orden social y el poder controlado.
A ninguno de estos dos grupos, nobleza e Iglesia, les interesaba el establecimiento de una Monarquía fuerte que pudiera limitar su poder y privilegios. Y por ello estuvieron siempre presentes junto con al Rey en las tres instituciones fundamentales con las que se gobernaba el Reino Visigodo de Toledo: el Officium Palatinun, integrado por el Rey y los magnates de mayor confianza, para auxiliarle en las tareas de gobierno; el Aula Regia, asamblea de carácter consultivo integrada ya por casi toda la nobleza del Reino, que asesoraban al rey en asuntos políticos, militares y en la elaboración de leyes; y los Concilios de Toledo, que tras la conversión de Recaredo en el año 589 se convirtieron en asambleas donde se trataban asuntos religiosos, por supuesto, pero también políticos.
Los hechos más relevantes de 1492 fueron, por orden cronológico, la finalización de la conquista del reino nazarí de Granada, la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América. Veámoslos:
2.1.-
La Finalización de la conquista del Reino de Granada El Reino de Granada, regido por la dinastía Nazarí, era el único enclave musulmán que quedaba en la Península desde el Siglo XIII. Sus sultanes se declaraban vasallos de Castilla y pagaban parias, pero no por ello dejaban de causar problemas. Estos problemas se agravaban, además, por el temor de una posible entrada de los turcos otomanos que estaban en plena expansión-, que podrían encontrar en sus correligionarios granadinos a quien les abriera la puerta para invadir la Península. Y tampoco a nadie se le escapa que los Reyes Católicos veían en Granada un territorio rico, con salida al mar y muy poblado, que les daría además el prestigio de terminar la reconquista y dar el último paso en la unidad religiosa. La guerra fue larga y más de asedios que de batallas. Empezó en 1482 y una tras otra fueron cayendo todas las principales ciudades del reino: se asediaba la ciudad, se forzaba su rendición y se firmaba con los vencidos una capitulación respetuosa con sus leyes, costumbres y propiedades. El 2 de Enero de 1492 fue ocupada la capital. Unos días antes, el sultán Boabdil había pactado en secreto la entrega de la ciudad y las conocidas Capitulaciones de Granada, según las cuales Granada se rendía, pero se reconocía a los musulmanes el derecho a mantener sus costumbres, sus leyes y su lengua y a practicar libremente su religión. No tardaron los Reyes Católicos en incumplir lo pactado, ya que en 1501 se les obligo a optar entre el Cristianismo y la expulsión.
2.2.-
La Expulsión de los judíos
Antes que nada hemos de advertir que con la llegada al trono de los Reyes Católicos disminuyó notablemente la tolerancia religiosa; aunque este hecho fue común a todas las monarquías autoritarias de los modernos Estados que estaban naciendo en Europa a finales del Siglo XV, puesto que utilizaban la religión como un instrumento de control político y social. De hecho la unidad religiosa ayudaba a consolidar los nuevos Estados y contribuía a la paz social. En el caso de la Península Ibérica, tras los pogromos (saqueos y matanzas de judíos) del Siglo XIV, había aumentado el número de judeo-conversos; aunque, habitualmente, estas conversiones no eran sinceras. De hecho, cuando los Reyes Católicos obtuvieron la autorización para establecer el Tribunal de la Inquisición, en gran medida buscaban combatir las falsas conversiones. El problema era que la Inquisición podía actuar sobre los cristianos -los conversos ya eran cristianos-, pero no sobre los judíos ni los musulmanes, por lo que el 31 de Marzo de 1492 los Reyes Católicos decretaron que todos los judíos debían convertirse al cristianismo o abandonar España en el plazo de 4 meses. La adopción de esta medida, que por aquella época ya se había aplicado en otros países, hizo que unos 50.000 judíos se convirtieran, pero otros 70.000 se marcharon. Las consecuencias fueron muy negativas; una pérdida considerable de población, que además pagaba buenos impuestos y desempeñaba actividades de mucha utilidad social, como médicos,artesanos especializados, comerciantes, prestamistas…) Y tristemente se generó también un rechazo a las actividades burguesas, a las que se consideraba propias de judíos.
2.3.-
El Descubrimiento de América
Apoyándose en la idea de la esfericidad de la Tierra, el navegante genovés Cristóbal Colón propuso a los Reyes Católico alcanzar las riquezas de Asía con la apertura de una nueva ruta hacia las Indias navegando hacia el Oeste. A finales del Siglo XV, el viaje parecíaposible, gracias a los avances en las técnicas y medios de navegación: astrolabio, brújula, carabelas, naos, etc) Y en última instancia estaba también el aliciente de evangelizar nuevas tierras.
En 1486, en plena guerra de Granada, los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón en
Salamanca, pero de entrada no aceptaron su propuesta, debido a las necesidades financieras y porque la Junta de Expertos que la evaluó consideró que tenía graves errores de cálculo. En 1492, terminada ya la toma de Granada y después de que unos años antes, en su camino a las Indias, Portugal hubiese llegado al Cabo de Buena Esperanza (Bartolomé Días, en 1488), Fernando e Isabel accedieron a impulsar el proyectode Colón. La negociación con el navegante fue dura, pero en Abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe entre Colón y los Reyes Católicos: el genovés recibía los títulos de Virrey y Almirante (hereditarios en sus descendientes) de las tierras y mares que descubriera, el derecho a proponer a la Corona los cargos que se debieran nombrar y el diezmo (10%) de los beneficios que se obtuvieran. Firmadas las capitulaciones, en los meses siguientes se realizaron los preparativos y se armaron tres barcos dos carabelas (de unas 70 toneladas), la Niña y la Pinta, y una nao, (de 100 toneladas), la Santa María,(la capitana de la flota). El 3 de Agosto de 1492 la expedición zarpó del puerto de Palos de Moguer (Huelva) y tocó tierra el 12 de Octubre de 1492 en la isla de GuanahanD(hoy isla de Watling, en las Bahamas), bautizada entonces como San Salvador.
Tras el primer viaje de Colón, el Papa Alejandro VI, en calidad de Dominus Orbis, reconocíó los
derechos de Castilla sobre las tierras descubiertas y las que se pudieran descubrir más allá de una línea imaginaria 100 leguas al oeste de las Islas Azores. Portugal no lo aceptó, aunque tras intensas
negociaciones, acordó con Castilla que la línea se desplazara a 370 leguas al oeste esta vez de las Islas portuguesas de Cabo Verde. Fue el famoso Tratado de Tordesillas, firmado en 1494 en esta localidad (vallisoletana)