8.1. Evolución demográfica y movimientos migratorios en el Siglo XIX. El desarrollo urbano
El S.XIX va a significar un cambio en el modelo demográfico pasando del modelo del Antiguo Régimen. La población crecíó de 10,5 millones a finales del S.XVIII a 18,6 a principios del S.XX, aunque hubo un aumento, en España fue lento si lo comparamos con otros países europeos. Para explicar este cambio hay que analizar diferentes aspectos demográficos, en cuanto a la mortalidad, es la más elevada de Europa occidental ya que teníamos atraso económico, malas condiciones sanitarias, crisis de subsistencia, elevada mortalidad infantil, epidemias (fiebre amarilla, cólera), enfermedades endémicas (tuberculosis, viruela…). La esperanza de vida era corta, 29 años en 1860 y 35 en 1900. En cuanto a la natalidad se mantuvo alta durante todo el siglo, y el crecimiento vegetativo era bajo. En el último tercio del S.XIX empezó a cambiar tras la epidemia de cólera de 1885. Cataluña inició su transición económica antes. El modelo europeo de transición demográfica, del régimen antiguo al moderno se corresponde con la primera Revolución Industrial. La población rural comienza a emigrar hacia las zonas urbanas y en las ciudades el comportamiento demográfico es distinto: la mortalidad, la nupcialidad y la natalidad son menores. En España la población urbana apenas representaba el 9%, por ello el régimen demográfico antiguo pervivíó más y no se empezará a notar hasta el S.XX. En cuanto a los movimientos migratorios, en España emigraron 1 millón de españoles. Las leyes migratorias van a ir cambiando a lo largo del siglo hasta 1835 estaba prohibido emigrar. En la Constitución de 1869 se reconoce el derecho a poder emigrar y muchos españoles se dirigieron a América latina. También tenemos que tener en cuenta, lo convulso que fue el S.XIX en política que produjo muchos exiliados a Francia. El éxodo rural produjo desplazamientos del norte al sur y se fue abandonado la meseta central excepto Madrid. Los migrantes se dirigen a la costa mediterránea y atlántica meridional. Buscaban tierras fértiles y mejores comunicaciones con ello la población levantina y meridional se duplicó. La urbanización fue lenta, en 1900 solo Madrid y Barcelona tenían más de medio millón de habitantes por ello España era todavía un país rural. El desarrollo urbano.
Las nuevas clases burguesas precisan encontrar una mejor ciudad acorde a sus necesidades, vivían en barrios estrechos, mal comunicados, sucios, dentro de las murallas de la ciudad, por ello decidieron crearse barrios nuevos fuera de las murallas conocidos como ensanches. Se organizaron barrios ordenados, limpios, racionales y con zonas verdes, utilizaron tramas urbanísticas de cuadrícula, ortogonales, son calles que se entrecortan creando edificios cuadrados perfectamente ordenados, con esquinas achaflanadas, calles amplias y se complementan con una gran vía transversal que ayudaba a facilitar los desplazamientos. Destaca el ensanche de Barcelona diseñado por Ildefonso Cerda y el ensanche de Madrid con Carlos María Castro que se divide en el ensanche norte (Chamberí), el este (Salamanca y Retiro) y el sur (Arganzuela). Otros ejemplos interesantes son la ciudad jardín que en España tuvo su reflejo en la ciudad lineal de Arturo Soria, se crea un eje central por donde pasa el tranvía y a ambos lados situaba casas rodeadas de espacios verdes. En contra posición a los ensanches surgen los barrios obreros fue una necesidad que surge con la industrialización y con una llegada masiva de emigrantes procedentes del ámbito rural (éxodo rural). La mayor parte de la población obrera vivían cerca de las fábricas hacinadas en viviendas que se levantaban ellos mismos con calles sin pavimentar y sin alcantarillado, sin que les llegara el agua a las viviendas.
8.2 LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN LA ESPAÑA DEL S.XIX.
. La revolución industrial en España fue fallida, debido a la escasa capacidad productiva de las manufacturas tradicionales, inexistencia de un mercado nacional, escasez de capitales todo ello llevó a crear una industria poco competitiva y la agricultura siguió siendo la base económica del país. En España la industria textil se inicia con el algodón en Cataluña utilizaba abundante mano de obra, el carbón como fuente de energía y surge gracias a la iniciativa de la burguésía catalana y de la política proteccionista del Estado español. En las industrias se instalaban máquinas movidas por ruedas hidráulicas a través de máquinas de vapor. La lana fue la materia prima más importante hasta ese momento sin embargo con la revolución industrial pasó a un segundo plano y se trabajaba en Tarrasa y Sabadell. La seda se desarrollaba sobre todo en Valencia, Murcia y Granada, cuando entró en crisis se trasladó a Cataluña. La industria siderúrgica es la segunda que se desarrolla en España, durante la Revolución Industrial. La minería estuvo estancada debido a la falta de demanda, a la falta de capitales y tecnología ya que el estado frenaba la inversión extranjera hasta que en 1868 se crea la Ley de Bases sobre Minas para favorecer el desarrollo del ferrocarril, con ella se permite la inversión extranjera vendíéndole incluso algunas minas a los extranjeros. A finales del S.XIX nos convertimos en el principal exportador de hierro de Europa, sin embargo, la producción siderúrgica era la más baja con lo que teníamos una dependencia del mercado exterior. La industria siderúrgica se divide en tres partes, primero se desarrolla en Andalucía los altos hornos de Marbella, durante década de los 60 y utilizaban carbón vegetal. En la segunda fase comienza a utilizarse el carbón mineral de las minas de Asturias y por ello, se lleva la industria al País Vasco destacando en la tercera fase la creación de los altos hornos de Vizcaya durante la restauración. También hay que destacar otras industrias como la harinera que va modernizándose poco a poco y solo un 25% utilizan molinos de vapor o de gas. Destacamos la industria de aceite de oliva, vinos, aguardiente, pasas que poco a poco se va modernizando. Y en último lugar, la industria mecánica que tuvo poco peso en España la primera fue la de Bonaplata y destacar el surgimiento de esta industria en el País Vasco.
En cuanto al sistema de comunicaciones, en 1840 empieza a mejorarse la red viaria de carreteras y caminos. La forma de transportar las mercancías va evolucionando desde la utilización de las mulas hasta los carruajes que agilizaron el comercio.
Las infraestructuras marítimas van aumentando al invertir dinero en los puertos mejora la navegación a vela y se va introduciendo la navegación a vapor, destacan los puertos de Bilbao y Barcelona. El método de transporte más innovador de este siglo fue el ferrocarril que pretendía articular las comunicaciones en España. En 1844 comienzan a elaborarse proyectos para la creación del ferrocarril, cuatro años después se inaugura la primera línea de ferrocarril de Barcelona a Mataró y la segunda de Madrid a Aranjuez. La especulación de parte del gobierno y la monarquía llevó al pronunciamiento de 1854 (la vicalvarada). Durante el bienio se aprueba la ley de ferrocarriles que ayudó a la construcción de más kilómetros de red viaria, también aportó capital la desamortización de Madoz y las leyes crediticias. Se crearon unas veinte compañías, destacando MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante), el Ferrocarril del Norte y SJC(Sevilla-Jerez-Cádiz). La rentabilidad fue escasa y lleva a una crisis económica, la quiebra del sistema bancario y un déficit presupuestario crónico. Todo ello se debíó a que las principales concesiones se dieron a compañías extranjeras que importaban el material de sus países y por ello no se estimuló la industria siderúrgica española. El poco capital español se invierte en el ferrocarril pero no en la industria y por el nivel económico de la población española, que la mayoría seguía siendo rural, había pocas mercancías para transportar y por ello las compañías no recuperan el dinero invertido arrastrando con ellas a bancos y sociedades de crédito. Para hablar del proteccionismo y librecambismo hay que desarrollar el comercio. En cuanto al comercio interior fue débil hasta mediados del S.XIX, el aislamiento de los mercados debido a las trabas legales que impónían los gremios para controlar las actividades, ahora los impuestos que encarecían el comercio como portazgos, barca gis y peajes. A partir de la construcción del ferrocarril se fue unificando el mercado nacional aunque aún estaba lejos de alcanzar su máximo desarrollo. En el comercio exterior hay que diferenciar dos etapas hasta 1824 que España controlaba el comercio
americano y a partir de esta fecha en la que se pierden la mayoría de las colonias, disminuyendo las exportaciones. En España la política comercial que predomina es el proteccionismo lo apoyan los fabricantes de algodón catalanes, los productores de cereal castellanos y la industria siderúrgica vasca. En frente se encuentra el librecambismo que lo apoyan comerciantes y ferroviarios durante el S.XIX sólo hay una etapa que se puede consideran librecambista que es en 1869 con el Arancel Figuerola aunque no se suprimen totalmente las tarifas sólo se rebajaron, pero no prohíbe las importaciones. En el momento de la restauración se vuelve al proteccionismo total. En cuanto a la aparición de la banca moderna hasta los años 30 circulaban por España diferentes monedas. En 1868, se instauró una moneda única que fue la peseta. En esta misma época se implanta un nuevo sistema bancario, en 1782 se crea el Banco Nacional de San Carlos, se creó para administrar la deuda pública, cuando quiebra en 1829 se crea otro banco el Banco Español de San Fernando con el objetivo de financiar al estado. Con Isabel II, se fundan dos blancos, el banco de Isabel II y el banco de Barcelona, en 1856 se juntan y se crea en Banco de España. Tras el desastre de 1898, con el dinero repatriado de las colonias se crea el banco Hispano Americano en 1901. En cuanto a la Hacienda Pública hay un problema de que no se paga la misma contribución entre unas zonas y otras. Los impuestos eran muy variados y no aportaban suficientes ingresos al estado, por ello Mon-Santillán hará una reforma que termina con parte de este desorden pero no alcanza la equidad ni la suficiencia de ingresos.