Los comienzos
La expansión de Europa se llevó a cabo mediante la ocupación de territorios poco poblados o mediante la extensión de la dominación política y económica sobre pueblos sometidos por medios pacíficos o militares. Tras la creación de los imperios de los siglos XVI, XVII y XVIII, la revuelta de los colonos norteamericanos señaló el comienzo de un proceso de descolonización. Solo era válido para las colonias pobladas por ciudadanos de origen europeo. En general, las potencias colonizadoras no estaban dispuestas a admitir este nuevo derecho que reclamaban las poblaciones colonizadas.
Las causas de la descolonización
El comienzo de la descolonización suele situarse cuando Filipinas se independizó de EEUU y Transjordania de Gran Bretaña. A partir del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el debilitamiento momentáneo de la mayoría de las potencias coloniales y la ruptura parcial o total de relaciones con sus posesiones acabaron con el equilibrio político que había existido anteriormente. En primer lugar, los pueblos coloniales habían asistido a una ola de desastres: hundimiento de Bélgica y de los Países Bajos, eliminación del ejército francés, repliegue del Reino Unido. Por otra parte, la guerra reforzó movimientos nacionalistas. Uno de los principios sobre los que se basaba la nueva organización era el derecho a la autodeterminación de los pueblos dominados por los imperios.
Las ideologías de liberación nacional
La expansión colonial provocó una progresiva transformación de las sociedades colonizadas: las élites locales que fueron desplazándose desde su condición inicial de propietarios de tierras hacia una élite comercial o administrativa. Se considera que las transformaciones que se dieron en estas naciones fueron obra de una minoría ilustrada que actuó en el seno de sociedades que no poseían el mismo nivel de educación. Distintos movimientos de emancipación nacional ejercieron gran influencia las ideas anticolonialistas que se habían forjado en Europa y que se difundieron a través de los partidos comunistas luego del triunfo de la Revolución Rusa. Las ideologías emancipadoras se fundamentaron en la defensa y recuperación de los valores de la cultura autóctona.
La descolonización en la India
La península de Indostán pertenecía al imperio británico desde el siglo XVII. Los comienzos del proceso se habían gestado durante la Segunda Guerra Mundial. Tras ella, Londres se dio cuenta de la imposibilidad de mantener la colonia: uno de los líderes indios, Mahatma Gandhi, propugnó la negativa de la población a cooperar con las autoridades coloniales británicas pero sin recurrir a la violencia. El gobierno británico decidió conceder la independencia. Dividieron la India en dos estados según las creencias religiosas de sus poblaciones: la Unión India (de mayoría hindú) y Pakistán (de mayoría musulmanes). Los costos de la división fueron muy grandes, dado que abundaron conflictos territoriales y religiosos en los que se produjeron sangrientos enfrentamientos en regiones donde convivían musulmanes e hindúes. Además, Pakistán ha nacido dividido en dos territorios, uno al oeste y otro al este de la India. Se produce un conflicto armado entre los dos territorios que da lugar a Bangladesh.
Indochina
Fue fundamental la resistencia nativa durante la ocupación japonesa del territorio indochino, que proporcionó la formación de una liga para la independencia de Vietnam (Vietminh), movimiento controlado por los comunistas y presidido por Ho Chi Ming, que desembocó en la proclama de la República Democrática de Vietnam. Francia no reconoció la independencia y trató de recuperar militarmente los territorios. Las milicias de Vietminh fueron apoyadas por la República Popular China, mientras que los franceses comenzaban a recibir ayuda de los EEUU, que intentaban impedir el avance comunista en Asia. El ejército colonial francés fue derrotado, Francia debió reconocer la independencia de sus colonias indochinas. Se divide Indochina en 3 estados: Laos, Camboya y Vietnam (al norte comunista y sur prooccidental). Ambos regímenes se enfrentaron militarmente y de la victoria de Vietnam del norte surgió la unión de los dos países y la formación de la República Socialista de Vietnam.
Descolonización en África
Fue un proceso poco conflictivo, excepto en aquellos casos en los que las presiones de los colonos europeos resultaron significativas. Las posiciones favorables a la descolonización del gobierno laborista británico coincidieron con la toma de afroasiáticos.
El caso de Argelia
La guerra perdida por Francia en Indochina desencadenó los procesos independentistas en las colonias francesas. En Argelia había mucha inmigración francesa. El proceso independentista comenzó por la gran diferenciación que existía entre los pobladores europeos y los musulmanes, por la propaganda nacionalista y la terrible miseria económica. Los argelinos crearon el Frente de Liberación Nacional, que era un grupo de guerrilleros que buscaban liberar al país de la dominación francesa. El FLN llevó adelante una guerra contra el ejército de ocupación francés. La guerra de guerrillas consistía en atacar al enemigo y desaparecer rápidamente. También realizaban atentados. Los franceses, para desarticular la guerrilla, aplicaron la tortura y las ejecuciones indiscriminadas, métodos que luego enseñaron a los militares argentinos, quienes lo aplicaron en la última dictadura. La guerra entre Francia y la FLN culminó con el retiro de los franceses y la independización de Argelia.
La formación del Tercer Mundo
La descolonización de los países africanos y asiáticos dio origen a un conjunto de países nuevos que, junto a las naciones latinoamericanas, conformó un grupo de estados que compartían situaciones de pobreza y escaso desarrollo económico. El demógrafo Alfred Sauvy, habiendo un paralelismo con la situación de la sociedad francesa antes de la revolución de 1789, definió a este grupo de países como Tercer Mundo, concepto eminentemente político que recordaba al Tercer Estado Francés. El Tercer Mundo se refería a los países capitalistas y el Segundo Mundo se refería a los países comunistas. Se reunieron en la ciudad de Belgrado los representantes de la mayoría de los países del Tercer Mundo y de aquel encuentro nació el Movimiento de Países No Alineados, que pretendía establecer los lazos entre ellos, lograr la unión frente a la presión de las potencias dominantes y propiciar planes de desarrollo económico alternativos.