Las elecciones del 12 de abril de 1931 dieron la victoria a los republicanos, quienes se opusieron a la monarquía. Alfonso XIII abandonó España y el 14 de abril se proclamó la república. Este fue un momento para democratizar y modernizar el estado con reformas económicas y sociales. Sin embargo, la situación era difícil debido a la crisis del capitalismo tras el crac de 1929 y el auge del fascismo, lo que puso en peligro al sistema democrático. La conflictividad social, la lentitud de las reformas y la oposición de conservadores generaron inestabilidad política.
Proclamación de la república y periodo constituyente
Las elecciones de 1931 marcaron un cambio en la política española. El 12 de abril se realizaron elecciones municipales con sufragio universal masculino y los republicano-socialistas obtuvieron la victoria. El 14 de abril se proclamó la república y se formó un gobierno provisional en Madrid. Este gobierno realizó elecciones a cortes constituyentes y tomó medidas urgentes, como la reforma del ejército y negociaciones con Cataluña y el País Vasco para dar soluciones autonómicas. Estas medidas contaron con apoyo popular pero con oposición de grandes señores, oligarquía financiera, ejército e iglesia. Las elecciones de 1931 dieron la victoria a los republicano-socialistas.
La constitución de 1931
Los diputados formaron las nuevas cortes y el ejecutivo quedó en manos del grupo vencedor, que dio sus cargos al jefe de gobierno Niceto Alcalá Zamora. La constitución de 1931 fue avanzada de carácter democrático y progresista. Se establecieron principios como el Estado integral, el poder legislativo en las cortes, el poder ejecutivo en el gobierno y el poder judicial con jueces independientes. La constitución también incluyó una declaración de derechos y libertades con ámbito social, como la igualdad ante la ley, la educación, el trabajo y la no discriminación de sexo, origen o riqueza. Además, se concedió el voto a la mujer y se admitió el estado laico.
Partidos y sindicatos en la Segunda República
El parlamento se convirtió en el centro de la vida política del país. Se formaron partidos de izquierda, como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Comunista de España (PCE), así como grupos anarquistas como la CNT. Por otro lado, surgieron formaciones de derecha, como la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y la Falange Española. Estas diferencias políticas provocaron conflictos y tensiones sociales.
Bienio de Izquierdas (1931-1933)
El gobierno de Azaña, lleno de republicanos de izquierdas y socialistas, creó reformas con el objetivo de modernizar y democratizar la sociedad. Se limitó la influencia de la iglesia, se modernizó el ejército y se implementó una reforma agraria. Sin embargo, estas reformas provocaron descontento y conflicto social, lo que llevó a la radicalización de los partidos de izquierda y a la oposición de los sectores conservadores.
Bienio Conservador (1933-1935)
El gobierno de derechas paralizó las reformas anteriores y provocó tensiones con la Generalitat de Cataluña y el País Vasco. La crisis económica y los conflictos sociales llevaron a una radicalización de los partidos de izquierda y a la creación de un frente popular. Finalmente, el clima de violencia y conflicto social favoreció el golpe militar que dio inicio a la Guerra Civil Española en 1936.