La Revolución Liberal, las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Las Cortes de Cádiz
En el transcurso de la Guerra de la Independencia tuvo lugar la caída del Antiguo Régimen y el inicio de un proceso revolucionario que dio lugar a la implantación del Estado liberal en España. El vacío de poder que provocó las abdicaciones de Bayona se suplió con la creación de la Junta Central Suprema, que en 1810 fue sustituida por el Consejo de Regencia. La Regencia actuaba desde Cádiz, ciudad que se había convertido en refugio para muchos liberales burgueses de todas partes de España, gracias a que estaba protegida por la Marina británica. Además, Cádiz era un importante centro comercial y una de las ciudades más abiertas y avanzadas de España donde los liberales tenían mucha fuerza.
La convocatoria y composición social de las Cortes
En 1810 el Consejo de Regencia decidió convocar Cortes Generales extraordinarias para contrarrestar las Cortes convocadas por José I, además de la preocupación ante la independencia con la que empezaban a actuar las juntas americanas, lo que ponía en peligro el Imperio español. El problema para muchos de los diputados elegidos fue que la guerra les imposibilitaba llegar a Cádiz para participar en las Cortes. Los diputados ausentes fueron sustituidos por suplentes gaditanos u oriundos de cada provincia y de los territorios americanos que en ese momento estaban en Cádiz.
La obra legislativa de las Cortes de Cádiz
Los decretos de abolición del Antiguo Régimen
El desmantelamiento de las instituciones del Antiguo Régimen se llevó a la práctica por medio de la legislación ordinaria entre las que destacan:
- Libertad de imprenta y supresión de la censura para escritos políticos, pero no para los religiosos.
- Abolición del régimen feudal o señorial.
- Abolición del sistema gremial.
- Decretos de desamortización eclesiástica.
- Supresión de la Santa Inquisición.
La Constitución de 1812
Tras un año y medio de intenso debate, el día 19 de marzo de 1812 los diputados de Cádiz aprobaron la Constitución conocida popularmente como “la Pepa”. La idea de nación que recogía la Constitución era la de un Estado unitario democrático, que afirmaba los derechos individuales de todos los españoles en su conjunto:
- Afirmación de la Soberanía nacional.
- División de poderes.
- Adopción del sufragio universal masculino e indirecto.
- La declaración de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
- Reconocimiento de los derechos individuales como la libertad, la propiedad, la inviolabilidad del domicilio, las garantías penales…
- Confesionalidad del Estado.
- La división de la administración del Estado en provincias.
- Se establecen las bases para una educación general bajo la responsabilidad de los Ayuntamientos.
- La reorganización de las fuerzas armadas.
La guerra impidió la implantación de La Constitución de 1812 y posteriormente no fue reconocida por Fernando VII. No obstante, quedará como símbolo de libertad para los muchos españoles e inspirará muchos textos constitucionales europeos y americanos a lo largo del XIX.