La evolución política de los reinos cristianos
a) El reino de Castilla:
Los reyes de Castilla durante toda esta etapa intentaron consolidar su poder frente a la nobleza, para ello buscaron aliados entre la pequeña nobleza y la incipiente burguesía urbana. Este proceso fue lento y solo pudo resolverse en la época de los Reyes Católicos.
Alfonso XI (1311-1350): solucionó el problema de una nueva invasión norteafricana al vencer a los musulmanes en la batalla de Salado y con la toma de Algeciras.
Pedro I (1350-1369): intentó imponerse a la gran nobleza castellana quitándoles diversos privilegios. Los nobles se aliaron contra él apoyándose en su hermanastro Enrique. Se inició una guerra civil entre los hermanos. A Pedro le apoyaban las clases urbanas y los ingleses, a Enrique lo apoyaban la alta nobleza y los franceses. Tras varias batallas de resultado indeciso, Enrique asesinó a Pedro y se proclamó rey de Castilla.
Enrique II (1369-1379): ha pasado a la historia como el de las ‘mercedes’ debido a los innumerables privilegios que tuvo que conceder a la nobleza por ayudarle a convertirse en rey.
Juan I: hijo de Enrique II continuó la obra de su padre, intentando acotar los privilegios de la gran nobleza. En su reinado como hechos relevantes tuvo que hacer frente a una invasión de Castilla del duque de Lancaster, yerno de Pedro el Cruel. Además, fue derrotado estrepitosamente en la batalla de Albujarrota por los portugueses.
Enrique III: continuó la política centralizadora de sus predecesores. Su prematura muerte dejó a su hijo con solo un año de vida, lo que provocó que su hermano Fernando de Antequera (futuro rey de Aragón) fuese el regente hasta que Juan II fuese mayor de edad.
Enrique IV: es el último rey medieval de Castilla, heredó de su padre el problema con la nobleza que incluso se acrecentó en su reinado, ya que los nobles le llegaron a deponer en ‘efigie’ en la llamada farsa de Ávila. Poco después, al no tener descendencia, nombró a su hermanastro Alfonso su heredero, sin embargo este fallecía poco después, con lo que la elegida para sucederle era Isabel (Tratado de los Toros de Guisando).
b) El reino de Aragón:
La Corona de Aragón se vio mucho más afectada que Castilla en la crisis bajomedieval. Cataluña perdió su hegemonía económica y ello provocó diversas y graves alteraciones políticas y sociales.
En el siglo XIV la oposición a la corona vino por parte de la nobleza aragonesa que no era partidaria de la expansión mediterránea. El rey se apoyó en los catalanes y les permitió crear la Generalitat, un órgano de representación de Cataluña.
Al morir sin descendencia el rey Martín el Humano (1410) se planteó el problema de quién iba a ser el futuro rey de Aragón. Esta situación se resolvió en el Compromiso de Caspe, por el cual fue elegido Fernando de Antequera como rey. La familia Trastámara entró a gobernar en Aragón (1412).
Tras esto, la misma familia gobernaba en los dos principales reinos de la España cristiana. Los nuevos reyes intentaron reforzar su poder y se enfrentaron a la nobleza y a la Generalitat. Estos problemas se acrecentaron en el reinado de Juan II que no pudo evitar una guerra civil catalana (1460-72).
La monarquía apoyada por los campesinos remensas y por la Busca Barcelonesa se enfrentó a la nobleza, Generalitat y a la Biga Barcelonesa. La victoria correspondió a la monarquía pero supuso el hundimiento económico y social de Cataluña que no se recuperó hasta bien entrado el siglo XVI.
c) El reino de Navarra:
Este reino estaba encerrado entre vecinos muy poderosos, Castilla, Aragón y Francia. Para evitar la absorción de los primeros, inició un acercamiento a Francia que culminó con la llegada de una dinastía francesa en el gobierno del reino.
En 1451 estalló una guerra civil entre los partidarios de Juan II de Aragón y su hijo Carlos ‘el Príncipe de Viana’ que acabó cuando este último murió envenenado. En 1512 el reino de Navarra fue invadido por Fernando el Católico y se incorporó a la monarquía hispánica.
La expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo
Con la conquista de Valencia, la Corona de Aragón vio finalizada su misión reconquistadora por el sur y sin posibilidad de continuar por los pactos con Castilla, decidió orientar su expansión hacia el Mediterráneo.
A mediados del siglo XIII consiguió acabar la reconquista de Baleares. El siguiente paso fue la intervención en la sucesión del rey de Sicilia por los derechos de la mujer de Pedro III, lo que le llevó a enfrentarse con Francia, que sería una lucha constante hasta la época de los Austrias, ya en la época moderna.
En 1324 Jaime II ocupó Cerdeña tras una dura guerra con los habitantes de esta isla. Alfonso V en el siglo XV consiguió hacerse con el reino de Nápoles, que en aquella época ocupaba la mitad sur de lo que hoy es Italia.
La Corona de Aragón también estuvo presente en el Mediterráneo oriental con la expedición de los almogávares, cuerpo de mercenarios que entraron al servicio de los bizantinos para luchar contra los turcos. Poco después se instalaron en la actual Grecia, fundando los condados de Atenas y Neopatria, donde perduraron hasta finales del siglo XIV. La profunda crisis económica catalana del siglo XV originó que estos territorios, aunque nominalmente pertenecían al rey de Aragón, fuesen independientes desde el punto de vista de la realidad.