La Reconducción de la Situación Política en Inglaterra
El Reinado de Carlos II y el Acercamiento a la Iglesia y al Parlamento
Tras la restauración de la monarquía en Inglaterra, Carlos II buscó reconducir la situación política a través de varias estrategias. En primer lugar, se aseguró el control de la Cámara de los Comunes mediante la manipulación de las elecciones, buscando que los parlamentarios tuvieran incentivos para apoyar a la Corona. Además, se produjo un cambio en la política exterior con un acercamiento a Holanda, logrado gracias al matrimonio de Guillermo de Orange con María Estuardo, hija de Jacobo II (hermano de Carlos II).
A pesar de estos acercamientos, el clima político se mantuvo tenso debido a los intentos de Carlos II de reforzar sus poderes. El hecho de que su hermano y heredero, Jacobo Estuardo, fuera católico generó descontento entre los parlamentarios, quienes intentaron eliminarlo de la línea sucesoria. Ante esta oposición, Carlos II disolvió el Parlamento y gobernó con el apoyo de los conservadores.
Durante este período, comenzaron a surgir los primeros embriones de los partidos políticos, con reuniones de parlamentarios con ideologías definidas como conservadores y liberales. Los últimos años del reinado de Carlos II estuvieron marcados por el acoso a los liberales.
El Reinado de Jacobo II y la Declaración de Indulgencia
En 1685, tras la muerte de Carlos II, Jacobo II ascendió al trono con la aprobación del Parlamento. A pesar de la victoria de los conservadores en las elecciones, el ascenso de Jacobo II generó descontento y sublevaciones. Estas revueltas sirvieron de pretexto para que el monarca buscara establecer un ejército permanente bajo su control.
La presencia de hugonotes franceses que habían huido a Inglaterra incrementó la animadversión hacia el catolicismo, asociado con el absolutismo. En 1687, Jacobo II promulgó la **Declaración de Indulgencia**, aboliendo las leyes que discriminaban a los católicos. El nacimiento de su heredero católico al año siguiente agravó las tensiones con el Parlamento.
La Revolución Gloriosa y la Declaración de Derechos
Los intentos de Jacobo II de reforzar su poder y su política de tolerancia hacia los católicos llevaron a la **Revolución Gloriosa** de 1688. Un grupo de parlamentarios ofreció la corona a Guillermo de Orange, casado con María Estuardo, garantizando así su legitimidad. El objetivo era restaurar el poder en la rama protestante de los Estuardo.
Tras el desembarco de Guillermo en Inglaterra, se restauró el poder de las clases tradicionales y se controló el ejército. Los nuevos monarcas, **Guillermo III y María II**, convocaron un parlamento que estableció la **Declaración de Derechos** (1689), base de la monarquía constitucional. Esta declaración establecía que:
- Las leyes debían ser promulgadas o abolidas con el consentimiento del Parlamento.
- No se podían establecer impuestos ni mantener un ejército permanente sin autorización del Parlamento.
- El Parlamento debía reunirse con frecuencia.
- El monarca no podía disolver el Parlamento sin su autorización previa.
De esta forma, se estableció una monarquía sujeta a la voluntad del Parlamento, sentando las bases de la monarquía constitucional en Inglaterra.
El Control del Parlamento y la Consolidación del Poder
A pesar de las limitaciones impuestas por la Declaración de Derechos, la Corona buscó mecanismos para controlar al Parlamento, como la manipulación de las elecciones y la restricción del derecho al voto. Esto permitió a la monarquía mantener una convivencia favorable con el Parlamento, dominado por la _gentry_.
La llegada de Guillermo de Orange también alteró la política exterior inglesa, involucrando al país en asuntos europeos debido a la enemistad del monarca con Luis XIV de Francia. Además, se establecieron las bases de un nuevo poder militar controlado por el Parlamento, lo que facilitó la obtención de créditos y el fortalecimiento del ejército y la marina.
El Acta de Establecimiento y la Unión con Escocia
El **Acta de Establecimiento** (1701) reguló la sucesión al trono, reservándola solo a protestantes. Tras la muerte de Guillermo III y María II sin herederos, el trono pasó a Ana Estuardo. El acta establecía que, si Ana fallecía sin hijos, la sucesión recaería en Sofía de Hannover, nieta de Jacobo I.
Para asegurar la aceptación del Acta de Establecimiento por parte del Parlamento escocés, reticente a un monarca extranjero, Inglaterra ofreció apoyo financiero a los parlamentarios escoceses que habían sufrido pérdidas en una compañía comercial. A cambio, Escocia aceptó el acta y se unió a Inglaterra en 1707, formando el Parlamento de Gran Bretaña. De esta forma, desapareció Inglaterra como país y surgió Gran Bretaña.
La Consolidación de la Monarquía Constitucional y Protestante
La unión de Inglaterra y Escocia consolidó la monarquía inglesa bajo principios constitucionales, estableciendo una monarquía protestante y parlamentaria. A pesar de los desafíos y las tensiones internas, la Revolución Gloriosa y sus consecuencias sentaron las bases para el desarrollo del sistema político británico moderno.