UNIFICACIÓN ALEMANA
BASES DE LA UNIFICACIÓN ALEMANA
El sentimiento nacionalista alemán hunde sus raíces en la Ilustración y el Romanticismo, que mitificó el pasado imperial germánico. Las guerras contra Napoleón, así como las revoluciones de 1848, fomentaron la idea de crear una Alemania unida.
BASES
- En 1815 se creó el Congreso de Viena.
- En 1834 Prusia crea el Zollverein.
Unión aduanera para fomentar la libre circulación de bienes y personas, facilitando la industrialización, construcción de ferrocarriles, etc. Austria quedó excluida por lo atrasado de su economía.
- En 1848, tras las revoluciones, la Asamblea de Frankfurt propone la creación de un estado alemán liberal y unido, siendo rechazado por Austria y Prusia.
(1859-1865)
- En 1859 Guillermo I de Hohenzollern se convierte en rey de Prusia.
- En 1862 nombra a Otto von Bismarck como canciller para que logre mediante la diplomacia la unificación alemana.
En 1864 Prusia consigue que la Confederación Germánica declare la guerra a Dinamarca. En la Guerra de los Ducados, Dinamarca es derrotada y Schleswig pasa a control de Prusia y Holstein de Austria.
(1866-1869)
Austria, recelosa del poder que está alcanzando Prusia, consigue que la Confederación le declare la guerra a Prusia por la cuestión de los Ducados.
El ejército prusiano, más moderno y eficaz, vence a Austria en la Batalla de Sadowa (1866).
1866 – 1869:
Austria, recelosa del poder que Prusia estaba ganando dentro de la Confederación Germánica por su desarrollo económico, consigue que, en teoría por la cuestión de los ducados Schleswig y Holstein, la Confederación le declarara la guerra a Prusia.
El ejército prusiano, más moderno y eficaz, vence a Austria y sus aliados en la batalla de Sadowa (1866). Se pone fin a la Confederación Germánica, tras lo cual Prusia crea la Confederación Alemana del Norte (1867), formada por 21 estados y con una constitución federal en la que se establece el Bundesrat (representa a los distintos estados) y el Reichstag (parlamento elegido por sufragio universal masculino). Los estados católicos del sur (Baviera, Wurtemberg y Baden) quedan fuera de la nueva Confederación.
1870 – 1871: Guerra franco – prusiana
La búsqueda de un rey para España fue la causa que llevó a la guerra. En 1868 una revolución (la Revolución Gloriosa) expulsó a los Borbones de España tras derrotar a Isabel II. El Gobierno Provisional español convoca elecciones y se elabora una nueva constitución en la que se establece que España será una monarquía constitucional, por lo que hay que buscar un nuevo rey. Se plantean distintos candidatos: Fernando de Saxe – Coburgo (propuesto por Portugal), el duque de Montpensier (cuñado de Isabel II, por lo que fue directamente rechazado) y Leopoldo de Hohenzollern. Napoleón III rechazaba esta opción y Bismarck fue capaz de manipularle para iniciar una guerra. A todo esto hay que unir las rivalidades económicas y de política internacional entre Francia y Prusia. Prusia consiguió el apoyo de los estados católicos del sur para declararle la guerra a Francia. En 1871 el ejército prusiano vence a Napoleón III en la batalla de Sedán, tras lo que se vio forzado a abdicar. Prusia avanza hacia París, donde ha estallado una revolución (la Comuna de París), que fue aplastada por el nuevo ejército republicano francés con apoyo del alemán. Finalmente, en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, donde históricamente habían sido coronados los reyes de Francia, y para mayor humillación del país vencido, Otto von Bismarck proclama a Guillermo I como emperador del Segundo Imperio Alemán. El Segundo Reich mantiene la estructura política de la Confederación Alemana del Norte.
Además, cada estado integrante mantiene sus dinastías reinantes.