El Antiguo Régimen y la Política Centralizadora de los Borbones
Crisis del Antiguo Régimen en España
El Antiguo Régimen entró en crisis en España con la llegada del rey borbón Felipe V y su política afrancesada, que abrió una nueva etapa de despotismo ilustrado. En el ámbito internacional, España era temida por su tradicional hegemonía en las colonias americanas y en Europa Occidental. Francia se disputaba con Inglaterra la ampliación de sus dominios en Europa tras la Guerra de los Treinta Años, que concluyó con la Paz de Westfalia, e Inglaterra estaba en una etapa de crecimiento.
El Despotismo Ilustrado y la Centralización Administrativa
El despotismo ilustrado se caracterizó por el intenso reformismo del Estado y la centralización administrativa. En España, se inició la Guerra de Sucesión (1701-1713) tras la muerte del rey Carlos II, que no dejó descendencia.
Causas de la Guerra de Sucesión Española:
- Las potencias europeas se negaron al reinado de los borbones en España y Francia por miedo a perder el equilibrio europeo.
- El conflicto se desarrolló en dos escenarios:
En España: Se inició una guerra civil en 1701 entre los reinos de Castilla y de Aragón.
En Europa: El conflicto se inició con el Tratado de La Haya en 1701, liderado por Inglaterra y con Austria, Prusia, Países Bajos, Saboya y Portugal como aliados.
Desarrollo de la Guerra de Sucesión:
Primera etapa: Dominio de los Austrias. Francia ocupó los principales puertos españoles. El archiduque Carlos inició la defensa de Barcelona. Los aliados británicos tomaron Lisboa y Gibraltar, y se firmó en Cataluña el Pacto de Génova en 1705.
Segunda etapa: La balanza se inclinó a favor de los Borbones. Fueron decisivos los triunfos borbónicos del sitio de Barcelona (1706) y Almansa. Felipe V asumió el control del Estado y publicó los Decretos de Nueva Planta en 1707.
En 1711, el archiduque Carlos se retiró para ocupar el trono de Austria y la guerra cambió de rumbo. Inglaterra firmó una alianza en secreto con Francia donde reconocía a Felipe V. Cataluña fue ocupada en 1714 y Mallorca en 1715.
Tratados de Utrecht y Rastatt:
En 1713 se firmó el Tratado de Utrecht, que puso fin a la Guerra de Sucesión. Inglaterra aceptó el reinado de Felipe V, pero con una España menos poderosa, ya que tuvo que renunciar a Gibraltar y Menorca. Austria ocupó el resto de los países europeos. En 1714, Carlos IV de Austria renunció al trono español con el Tratado de Rastatt.
Reformas Borbónicas y Centralización del Estado
Felipe V se apoyó en ministros extranjeros y reorganizó el ejército, la hacienda y la marina. Fernando VI mantuvo una etapa de paz y se centró en las reformas de hacienda, creando el catastro.
El Estado se controlaba desde Madrid, donde se encontraba el rey, quien nombraba a todos los funcionarios, desde secretarios y corregidores hasta intendentes, virreyes y capitanes del ejército. Así aumentó su autoridad real. Según Rousseau, el rey se convirtió en un gobernante de su pueblo, defensor del bienestar, lo que se denominó despotismo ilustrado («todo para el pueblo pero sin el pueblo»).
También se centralizó la administración de todos los reinos y colonias. Las Cortes consultivas y el Consejo de Castilla asesoraban al rey. Se procedió a la castellanización de los reinos peninsulares, que perdieron sus fueros.
Política Exterior y Pactos de Familia
En política exterior, se iniciaron los primeros Pactos de Familia:
- 1733: Primer Pacto (Francia-España): Felipe V intentó ocupar Nápoles, pero la Cuádruple Alianza e Inglaterra lo impidieron.
- 1743: Segundo Pacto: España apoyó a Francia y obtuvo Nápoles y Sicilia. El nuevo rey sería su hijo Carlos.
Carlos III impuso nuevas reformas ilustradas, obra de los ministros italianos, que provocaron el Motín de Esquilache. Se firmó el tercer Pacto de Familia con Francia y se inició la Guerra de los Siete Años, cuya victoria fue para Inglaterra en 1763. En Hispanoamérica, Carlos impulsó el libre comercio.
A finales de siglo, Carlos IV representó la crisis del reformismo ilustrado. Godoy inició de nuevo la política afrancesada, que llevó a la Guerra de Independencia y la crisis del absolutismo.
Reforma Económica del Estado (Hacienda)
La reforma económica se centró en dos aspectos fundamentales: el pago de impuestos y el impulso de los sectores económicos. Se creó el catastro para controlar las riquezas y el pago proporcional de cada propietario.
La economía mostraba un país atrasado y de autosubsistencia, donde la agricultura y la ganadería eran la base. La actividad agrícola estaba atrasada y sometida a crisis continuas por malas cosechas. Las regiones del interior tenían tierras de baja productividad, mientras que las del exterior tenían mayor productividad. Los campesinos estaban sometidos a regímenes feudales y elevadas rentas.
Se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, que impulsaron el sector agrícola. Se construyó el Canal de Castilla y se repobló Sierra Morena. Se iniciaron las primeras fábricas en Barcelona. El comercio interior era casi inexistente, mientras que el exterior estaba en pleno auge. El mercantilismo representaba la tradición y el absolutismo económico, y surgieron las teorías fisiocráticas y el liberalismo.
El grupo privilegiado se vio afectado negativamente, los campesinos seguían sometidos al régimen feudal y la burguesía era el grupo más favorecido.
Consecuencias del Reformismo Borbónico
- Fortalecimiento de la autoridad del rey.
- Impulso a la actividad agraria.
- La Ilustración como motor de los cambios culturales.