Unión Dinástica
El Matrimonio de Isabel y Fernando
En 1469, se produce el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Castilla, bajo el reinado de Enrique IV, había experimentado una sublevación nobiliaria. El rey llegó a un acuerdo con su hermanastra Isabel, nombrándola heredera de la corona castellana. Sin embargo, la determinación de la joven princesa generó recelos en el rey y la nobleza.
A la muerte del rey, Isabel se autoproclamó reina de Castilla, lo que desencadenó una guerra con la legítima heredera, Doña Juana. Portugal y Francia apoyaron a Doña Juana, mientras que Aragón respaldó a Isabel. La victoria de Toro condujo al Tratado de Alcaçobas-Toledo, por el cual Alfonso de Portugal reconocía a Isabel como reina.
Unión Dinástica, No de Reinos
La unión de las coronas fue puramente dinástica, manteniendo cada reino su identidad, instituciones y leyes propias. Fernando era consorte de Castilla sin derechos sucesorios, aunque tenía capacidad de decisión y debía firmar las leyes. Isabel no podía ser reina de Aragón, pero Fernando la nombró regente.
No hubo una unión de reinos. El único organismo común fue la Inquisición, creada en 1478. Sin embargo, Castilla desempeñó un papel predominante debido a su fuerza económica y militar, y la lengua castellana se generalizó.
La Conquista del Reino Nazarí
El Fin de la Reconquista
El primer objetivo de los Reyes Católicos fue la unificación de la Península Ibérica. La conquista del reino nazarí de Granada representó la culminación del espíritu de reconquista y se justificó como una cruzada contra los musulmanes.
Un ejército partió de Sevilla y otro desde Murcia, conquistando castillo tras castillo hasta llegar a Granada y asediarla. La ciudad era muy fuerte y en la guerra se utilizó la primera artillería y las primeras armas de fuego. Finalmente, convencieron al rey nazarí Boabdil para que se rindiera y entregara las llaves de la ciudad en 1492, tras firmar unas capitulaciones que prometían libertad de religión, vestimenta, costumbres, seguridad de personas y bienes, moderación en los tributos y liberación de los cautivos (promesas que luego no cumplieron). Muchos granadinos se exiliaron al Magreb (Norte de África).
Anexión de Navarra
El segundo paso de la unificación peninsular fue la anexión de Navarra, un territorio disputado entre los Reyes Católicos y Francia.
Con la conquista de Granada y la anexión de Navarra, se sentaron las bases de la futura monarquía hispánica y su hegemonía mundial.
La Organización del Estado: Instituciones de Gobierno
Fortalecimiento del Poder Real
Los Reyes Católicos establecieron las bases del estado moderno y la monarquía autoritaria. El fortalecimiento del poder de la corona era uno de sus objetivos esenciales.
Esto implicó el ejercicio personal del poder sin margen para la desobediencia o cuestionamiento de su autoridad. Para ello, se rodearon de colaboradores leales y capacitados: Hernando de Talavera, Cardenal Mendoza y, sobre todo, el Cardenal Cisneros. Aumentaron los ingresos para financiar la reforma política y sometieron a la nobleza, aunque consolidaron su poder económico y social con el mayorazgo.
Bases de la Reforma
- Un ejército permanente, moderno y bien dirigido.
- Los Consejos, organismos especializados que asesoraban al rey: el de Estado, el de Castilla o Real, el de Aragón o el de Indias.
- Las Chancillerías o audiencias para la administración de justicia.
- Reorganización de la política local mediante corregidores que se ocupaban de la recaudación de impuestos y supervisión de las acciones políticas de alcaldes o regidores.
- Recuperación de la Santa Hermandad, que supuso el control del orden social y aportó fuertes ingresos a las ciudades.
- Las Cortes tuvieron importancia solo durante la primera fase del reinado, hasta que los ingresos recaudados por la Santa Hermandad las hicieron innecesarias.
- Para reprimir la herejía y salvaguardar la ortodoxia cristiana, establecieron la Inquisición o Tribunal del Santo Oficio (1478).
Las reformas fueron mayores en Castilla que en Aragón.
La Proyección Exterior: Política Italiana y Norteafricana
Política Italiana
La expansión por el Mediterráneo interesaba a la corona de Aragón, pero Italia también era ambicionada por Francia. Ambos se enfrentaron en las guerras de Italia (1495-1503), que se desarrollaron en dos fases.
Carlos VIII de Francia entregó a Fernando el Católico los condados catalanes de Rosellón y Cerdaña en un intento de hacerle olvidar sus aspiraciones italianas, pero fue obligado a retirarse de Nápoles por el rey católico. Luis XII pactó el reparto de Nápoles con Fernando, pero estalló una nueva guerra.
Los tercios españoles, dirigidos por Gonzalo Fernández de Córdoba, derrotaron a los franceses en Ceriñola y Garellano, conquistando el reino de Nápoles. Igualmente, se conquistó Génova y Milán, ganando apoyo de los Medici en la Toscana y manteniendo buenas relaciones con Venecia.
Política Norteafricana
La corona de Castilla tenía interés estratégico y comercial en el norte de África. Tras la conquista de Granada, se llevó la expansión hacia el Magreb. La ocupación española se redujo a las plazas fuertes de Melilla, Ceuta, Argel, Orán, Bugía y Trípoli.
Fernando soñaba con una cruzada cristiana, pero no se formó. En la política exterior de los Reyes Católicos predominaron los objetivos derivados de los intereses aragoneses (contrarios a Francia y pro mediterráneos), aunque Castilla dio un giro atlántico a esta política (Canarias, América). Para conseguir sus objetivos, los monarcas se basaron en una diplomacia hábil, la existencia de un ejército permanente y su política matrimonial.