Reinado de Isabel II: Oposición al Liberalismo, Carlismo y Guerra Civil
Tras los últimos años de vida de Fernando VII, se planteó el problema sucesorio. En 1830 nace Isabel, hija de María de Borbón. Al no ser varón, el rey aprueba la Pragmática Sanción que abole la Ley Sálica de 1713. Carlos María Isidro ve cerrado su acceso al trono. Tras morir el rey, se inician las levantadas a favor de Carlos, comenzando el conflicto que divide política y socialmente al país. Se forma el bando Isabelino (estado, ejército y algunos liberales) y el bando Carlista (todos los opuestos a la revolución liberal). Los carlistas, ya desarrollados antes de la muerte del rey, tuvieron mayor influencia en Navarra, País Vasco, norte del Ebro y el Mayorazgo. Carlos María Isidro defendía la oposición radical al liberalismo, el tradicionalismo católico y la monarquía absoluta.
En la guerra (1833-1839) destacan el carlista Zumalacárregui, que muere en el sitio de Bilbao en 1835, y el liberal Espartero. Carlos terminará huyendo a Francia. La guerra concluye con el Abrazo de Vergara en 1839, firmado por Espartero y el líder carlista Maroto. Se sucederán dos guerras carlistas más, suponiendo, entre otros, la pérdida de los fueros del País Vasco.
Las Regencias (1833-1843)
Ante la minoría de edad de Isabel tras la muerte de su padre en 1833, asume la regencia María Cristina, que no se identificaba con la ideología liberal, pero era una fuerza capaz de mantenerla en el trono. María Cristina se apoyó en Martínez de la Rosa, liberal moderado que emprendió el Estatuto Real de 1834, donde establecía unas Cortes bicamerales con funciones muy limitadas (aprobar leyes junto al rey, etc.).
La insuficiencia de las reformas de Martínez de la Rosa llevó a los liberales a dividirse en:
- Progresistas: (Antiguos exaltados que defienden la limitación de la corona, la ampliación de libertades en el voto, la elección de alcalde, etc.). Apoyaron a las clases medias urbanas y sus principales dirigentes fueron Espartero, Mendizábal, Madoz y Prim. La mejor reforma de su programa fue la Constitución de 1837.
- Moderados: (Antiguos doceañistas del Trienio, defienden un programa más conservador de fortalecimiento del monarca, sufragio censitario restringido…). Este programa se concretó en la Constitución de 1845 con Martínez de la Rosa y Narváez.
La Constitución de 1837
Cuando la regente fue obligada a suspender el Estatuto Real y a proclamar la Constitución de 1812, llama a los progresistas al poder con Mendizábal. Al ver que esa constitución era inaceptable para los moderados, hace una serie de concesiones: establece soberanía nacional, las leyes apoyadas en ambas cámaras, el poder ejecutivo para el rey, veto limitado, aceptación de otras religiones, podían votar hombres con renta mínima o cierto poder intelectual. En la regencia de Espartero se aceleró la desamortización de los bienes eclesiásticos y se recortaron los fueros Vasco-Navarros. Tras la sublevación militar de los moderados, se precipitó la coronación de Isabel II a los 14 años.
Reinado Efectivo (1843-1868)
Los 25 años de reinado estuvieron marcados por la alternancia de poder entre los partidos. El partido moderado (predominó por la ideología de Isabel) de Narváez defendía la soberanía compartida, el sufragio restringido y la confesionalidad del estado; el partido progresista de Espartero, la soberanía nacional, libertad religiosa y derechos individuales amplios. Varias etapas:
- Década Moderada (1844-1854): Isabel deja a un lado a los progresistas. En 1844 forma un gabinete presidido por Narváez, crea la Guardia Civil en el medio rural, retoman el sistema fiscal más racional y moderno, y se crea la Constitución de 1845, donde rey y Cortes comparten soberanía, se recortan los derechos individuales y se acepta la confesionalidad del estado.
- Bienio Progresista (1854-1856): Se inicia con el pronunciamiento de O’Donnell con amplio respaldo popular y militar. El golpe triunfó, dando lugar a un gobierno progresista presidido por Espartero. O’Donnell crea un nuevo partido de centro: «Unión Liberal». Destacan la desamortización de Madoz en 1855, culminando el proceso desamortizador con unas Cortes constitucionales que elaboran la constitución que no llegó a aplicarse (non nata).
La ruptura Espartero-O’Donnell trajo la vuelta de Narváez, aunque solo duró dos años, volviendo O’Donnell y mejorando la economía gracias al ferrocarril. Narváez, más autoritario, acuerda el Pacto de Ostende para acabar con Isabel II.
Sexenio Democrático, Revolución y Primera República
Tras las prácticas dictatoriales de Narváez y la crisis de 1866, se acentuó el descontento de la población. Muere Narváez en 1868 y Espartero en 1867, propiciando el acercamiento de la Unión Liberal de Serrano, cada vez más decididos a terminar con Isabel. La sublevación estalló por el almirante Topete en Cádiz y continuó en el resto del país (Revolución Gloriosa); con ella, Isabel II abandona el país, proclamándose regente a Serrano, con Prim como presidente del gobierno provisional. Se disolvieron juntas y la milicia nacional, y se convocan elecciones, ganando la coalición unionistas-progresistas-demócratas. Se comienza a elaborar la Constitución de 1869, que proclama la soberanía nacional, división de poderes en el estado monárquico, Cortes bicamerales y amplios derechos. Proclamando la Constitución, se busca un nuevo monarca; es Prim quien elige a Amadeo de Saboya, proclamado rey por las Cortes en 1870, haciendo frente a una difícil situación tras el asesinato de Prim.
El Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)
Aunque contaba con el apoyo progresista, desconocía España y su cultura. Encontró una fuerte oposición entre los partidos republicanos, borbónicos y carlistas, además de la aristocracia, la hacienda, la guerra de la independencia de Cuba y las numerosas huelgas obreras. Renunció al trono y regresó a Italia. Ante el vacío de poder y careciendo de candidatos viables para España, el Congreso y el Senado proclamaron la Primera República en 1873.
La Primera República
Ponía fin a muchos siglos de monarquía, pero con el contexto de crisis y descontento en que se daba, era muy difícil su triunfo. Fue apoyada por los sectores populares, pero los grupos más poderosos fueron hostiles a los republicanos.
En solo 10 meses se sucedieron 4 presidentes de gobierno distintos (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar) que procuraron establecer el orden. Se produce en 1874 un golpe de estado dirigido por el general Pavía, pasando a un gobierno liderado por Serrano, que gobierna según la Constitución de 1869, aunque bajo un régimen republicano.
Se vuelve a apoyar la idea de una monarquía, llegando a la firma del Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo, que resume que la monarquía conservadora y católica garantizaría el sistema político liberal, restableciendo el orden.
Antes de ser elegido por vía democrática, se sucede el pronunciamiento de Martínez Campos a favor del hijo de Isabel II, Alfonso. Proclamándose rey Alfonso XII.
Régimen de la Restauración, Sistema Canovista y Nacionalismos Periféricos
El Sistema Político de la Restauración
El principal defensor de los derechos de la monarquía borbónica durante el Sexenio Democrático fue Cánovas del Castillo, que logró la abdicación de la reina en su hijo Alfonso. Cánovas creó el Partido Alfonsino, reuniendo a liberales conservadores y al ejército. Para Cánovas, la restauración monárquica debía ser designada por las Cortes; para ello, redactó el Manifiesto de Sandhurst. El general Martínez Campos se adelantó, dando un pronunciamiento militar en Sagunto, nombrando como monarca a Alfonso XII.
Cánovas basó el sistema de la Restauración en dos apoyos: la soberanía del rey y las Cortes, y una práctica política sobre los partidos políticos oficiales (siguiendo el modelo inglés).
Las elecciones representan un mero trámite que dota al rey de legitimidad popular (por el falseamiento de las votaciones). Se distinguían dos partidos: el Conservador de Cánovas y el Liberal de Sagasta.
Cánovas se propuso elaborar una Constitución y desarrollar un sistema político basado en el bipartidismo para poner fin a las guerras carlistas y en Cuba. Convocó Cortes para crear la Constitución de 1876.
La Constitución de 1876
Compartía la soberanía nacional entre las Cortes y las leyes, consideraba la monarquía una institución superior al margen de cualquier decisión política, las Cortes eran bicamerales: el Congreso elegido por votación popular y el Senado por derecho propio o vitalicio. Se proclama la confesionalidad católica y se establecen derechos y deberes a los españoles.
El Turno Pacífico
En el Pacto del Pardo (1885), conservadores y liberales establecen un pacto de rotación de poder pacíficamente. Para cambiar de gobierno se hacían unas elecciones manipuladas a través del encasillado (acuerdo previo entre partidos sobre el reparto de diputados) o el caciquismo (grandes propietarios coaccionaban a campesinos que dependían de ellos).
En la primera etapa predominaron los gobiernos conservadores de Cánovas, donde tuvieron hechos importantes como la victoria militar sobre los carlistas, la abolición de los fueros Vasco-Navarros, la Paz de Cuba, etc.
En 1881 comenzó a funcionar el turno de partidos, cediendo el poder a Sagasta hasta 1884, volviendo a gobernar Cánovas hasta 1885.
En 1885 muere Alfonso XII y queda como regente su mujer hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. Para garantizar el turno de partidos, Sagasta y Cánovas llegan a un acuerdo que mantiene la alternancia, y la reina regente apoyó las reformas. Se suprime la censura en la prensa y las libertades de expresión, se legalizan las actividades obreras y sindicales, y se estableció el sufragio universal masculino +25 años. Sin embargo, en los últimos años del siglo XIX se veía el analfabetismo, endeudamiento, ausencia de reformas efectivas del estado español. Aparecen corrientes opuestas al sistema de los partidos liberales:
- El Carlismo: (triunfante en País Vasco/Navarra y los sectores conservadores).
- El Republicanismo: (aún fragmentados en varios partidos).
- El Socialismo: (se funda el PSOE por Pablo Iglesias y Jaime Vera, siguiendo un programa marxista).
- Los Nacionalismos Periféricos: (es el auge de los nacionalismos en Europa y se extienden por Cataluña y País Vasco. El patriotismo español fue disminuyendo a causa del caciquismo, la corrupción… tenían un sentimiento de pertenencia a una comunidad con el fin de crear una entidad autónoma independiente. Los había menos radicales -Regionalismo- que pedían la autonomía perteneciendo a España; y más radicales -Nacionalismo- que reclamaban la separación total.
El nacionalismo catalán se remonta a la Renaixença y se agravó por la crisis de la Restauración. El nacionalismo vasco comienza como un regionalismo que evoluciona con la creación del PNV.
Alfonso XIII, Regeneracionismo y Quiebra de la Restauración
La regencia de María Cristina finaliza con la mayoría de edad de Alfonso XIII en 1902. Fue un reinado de crisis política casi permanente por varios motivos:
- Las injerencias del rey en asuntos políticos, no renunció a la soberanía compartida con las Cortes ni a sus prerrogativas políticas, en especial la de designar gobierno.
- La inestabilidad de los partidos de turno.
- Debilitamiento del caciquismo y aparición de nuevos partidos políticos.
- Afianzamiento del nacionalismo y anticlericalismo.
El Regeneracionismo
Ambos partidos, con Maura (conservador) y Canalejas (liberal) a la cabeza, intentaron llevar a cabo medidas regeneradoras, aunque sin afrontar las transformaciones que necesitaba España. El primer intento modernizador fue la obra de Maura para impedir la revolución popular: hizo la «Nueva Ley Electoral» de 1907, que dificultaba el fraude electoral y concedió más libertad a los ayuntamientos y diputaciones. La Semana Trágica de Barcelona impidió la labor de gobierno de Maura, puesto que se convocó una huelga general que derivó en una revuelta popular con una represión muy dura y arbitraria. La oleada de protestas provocó la caída de Maura. El nuevo gobierno presidido por Canalejas utilizó medidas como el reclutamiento por quintas (servicio militar obligatorio), aprobó la Ley del Candado (prohibía la instalación de comunidades religiosas sin permiso del gobierno), etc. Canalejas fue asesinado en un atentado por los anarquistas.
En estos momentos estalla la Primera Guerra Mundial, donde España se mantiene neutral, estimulando la economía del país, la industria y las exportaciones. El final de la Primera Guerra Mundial provocó un descenso en ventas y el cierre de fábricas y minas.
La Crisis y Quiebra de la Restauración
En 1917 se produce un enfrentamiento entre el gobierno y el ejército por la escasez en los medios y salarios. La Junta de Defensa reclamaba un aumento de salario de los oficiales que habían participado en el norte de Marruecos (africanistas). Además, las prácticas de corrupción continuaban, produciéndose una crisis parlamentaria que no tuvo continuidad gracias a la Guardia Civil. En agosto de 1917 se produjo una huelga revolucionaria convocada por UGT y la CNT; tuvo éxito en Madrid, Barcelona y Bilbao. Con ello, la crisis política se agravó, entrando la Restauración en declive definitivo.
Hasta el año 1923 fue de plena inestabilidad, se sucedieron hasta dos gobiernos que fracasaron. Se sucedían enfrentamientos violentos con asesinatos, como el del presidente del gobierno Eduardo Dato o el del líder anarquista Seguí.
La Guerra de Marruecos
La política colonial marroquí influyó en la vida española de la época con el reclutamiento de reservistas, que provocó la Semana Trágica de Barcelona y el Desastre de Annual, que aceleró el fin de la Restauración.
En los primeros años de ocupación se habían producido incidentes como el ataque de Melilla. En 1921, el general Silvestre llevó a cabo una acción precipitada, adentrándose en el Rif (región norte de Marruecos), llevándose una durísima derrota: el Desastre de Annual.
La derrota aumentó la impopularidad española en Marruecos, se pidieron responsabilidades al gobierno de Alfonso XIII. La actitud del PSOE y los republicanos, defendiendo el abandono de Marruecos, les dio una gran popularidad. La respuesta de los militares fue inmediata: se da el golpe de estado a la cabeza de Primo de Rivera, iniciándose una dictadura.
Dictadura de Primo de Rivera
A principios de la década de 1920, España vivía una situación difícil; fue un pretexto de Primo de Rivera para proclamar la dictadura en 1923.
Por gobiernos ineficaces, la división interna de los partidos y la corrupción política, la Restauración se había desprestigiado.
El movimiento obrero se radicalizó, reivindicándose en huelgas. Se añadió el Desastre de Annual, donde se exigían responsabilidades a los militares por la derrota. Además, se notó el auge del nacionalismo, las quejas del ejército por falta de medios, etc.
Así, el 13 de septiembre de 1923, el malestar del ejército se concretó con el golpe de estado de Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, justificándolo como un intento de regeneracionismo. El golpe de estado recibió apoyos del ejército, la Iglesia, la burguesía y el propio rey. Suspendió las garantías constitucionales, disolvió las Cortes, prohibió actividades de los partidos políticos y censuró la prensa.
El Directorio Militar (1923-1925)
El primer gobierno de la dictadura, formado exclusivamente por generales, se denominó Directorio Militar. Destacó por reorganizar los ayuntamientos y las diputaciones, los alcaldes elegidos por el gobierno y los concejales por sorteo. Destacó su política centralista, prohibiendo la bandera catalana y el uso del catalán en público. Tomó medidas severas de orden público, prohibiendo manifestarse. Creó la Unión Patriótica como único partido. En estos primeros años acabó con la guerra de Marruecos, preparó la retirada de Marruecos, pero con el desembarco de Alhucemas volvió a controlar el protectorado y refuerza el ejército en África.
El Directorio Civil (1925-1930)
Una vez consolidado el régimen, se sustituye el Directorio Militar por el llamado Directorio Civil, integrado por civiles y militares. El objetivo era institucionalizar la dictadura y, por ello, crea la Asamblea Nacional Consultiva. El Directorio Civil aplicó medidas proteccionistas, realizó un gran plan de obras públicas, llevó a cabo una política hidráulica para controlar la falta de agua y crear un potencial energético. Se crean monopolios estatales (Telefónica, CAMPSA…). Creó el Consejo Nacional del Trabajo y, para prestigiar la dictadura, hizo exposiciones internacionales en Sevilla y Barcelona.
Pero, a que la dictadura fue solo una solución provisional, fue aceptada por un gran número de españoles, siendo la oposición los conservadores y progresistas, los republicanos, nacionalistas catalanes, intelectuales, UGT…
Ante la falta de apoyos, el rey pide la dimisión de Primo de Rivera, que dimitió en 1930 y se exilió en París. Alfonso XIII nombró jefe de gobierno al general Berenguer, pretendiendo volver a la normalidad.
El Pacto de San Sebastián y la Sublevación de Jaca
En agosto de 1930, la oposición antimonárquica firmó el Pacto de San Sebastián, apoyado por los republicanos, nacionalistas y, más tarde, el PSOE. Se creó un comité revolucionario presidido por Alcalá-Zamora para proclamar la república. Terminaron encarcelados por la sublevación militar de Jaca, tras ser reprimidos por las fuerzas civiles.
En 1931, Juan Bautista Aznar sustituyó a Berenguer y convocó elecciones municipales. El 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República y Alfonso XIII parte al exilio en Italia.
La Segunda República, Constitución de 1931 y Bienio Reformista
Tras las elecciones municipales del 14 de abril, se proclama la Segunda República, que comenzó en España en una situación internacional marcada por la crisis económica de 1929, la crisis de la democracia en algunos países europeos y el ascenso de los fascismos y el comunismo.
Ante el triunfo republicano, Alfonso XIII se exilia en Italia y la Segunda República cuenta con apoyos intelectuales, clases medias y algunos obreros. El comité revolucionario creado en el Pacto de San Sebastián de 1930 se convirtió en el primer gobierno provisional, compuesto por: republicanos conservadores y de izquierdas, socialistas del PSOE y nacionalistas catalanes y gallegos. Se reconocieron amplios derechos individuales, proclamaron amnistía…, pero provocó unos primeros problemas: revueltas catalanas que se solucionaron con una autonomía provisional, agitación anticlerical…
El fin primordial del gobierno provisional, presidido por Alcalá-Zamora, era la reunión de Cortes constituyentes que dieran un nuevo soporte jurídico y político. Las elecciones dieron como claro ganador a la coalición republicano-socialista. El 9 de diciembre de 1931 se aprobó la Constitución, muy avanzada para su tiempo:
- España se definió como una república democrática en un estado integral con excepciones autonómicas.
- Se estableció la separación de poderes y el presidente de la república sería elegido por Cortes cada seis años.
- Se declaró un estado laico, separando la Iglesia del estado, además de declarar igualdad de todos los españoles ante la ley.
Reformas del Bienio Reformista
Se llevaban a cabo las siguientes reformas:
- Reforma del gobierno regional: por el Estatuto de Cataluña se les concedía autonomía.
- Reformas sociales/laborales: jornadas de 8 horas, con derecho a huelga y jurados mixtos de arbitraje. Semanas de 40 horas, aumento de salario…
- Reforma educativa: para reducir el analfabetismo, con educación liberal y laica.
- Reforma militar: mejora del ejército, su preparación y condiciones.
- Reforma agraria: intento resolver las desigualdades del medio rural.
- Política de reformas y realizaciones culturales: la República recibió el apoyo de muchos intelectuales que utilizaban la cultura para regenerar el país. Se formó la agrupación al servicio de la República (Ortega, Marañón, López de Ayala…) y los integrantes de la Generación del 98 se sintieron desplazados. Literatos de la Generación del 27 formaron la Residencia de Estudiantes. Se promulgó el interés por el teatro itinerante, la prensa alcanzó un notable desarrollo…
La Segunda República: Bienio Radical Cedista, Revolución de 1934, Elecciones de 1936 y Frente Popular
Las elecciones de 1933 obtuvieron la mayoría de los partidos de centro derecha, la CEDA de Gil Robles y el Partido Radical de Lerroux. Alcalá-Zamora encomendó el gobierno a Lerroux, que tenía el apoyo de la CEDA.
El gobierno de Lerroux llevó a cabo una política contraria a la del Bienio Reformista. Se paralizó la reforma agraria, devolviéndole las tierras a los antiguos propietarios, favoreció a militares encarcelados por el golpe fallido de estado del 32, se ralentizó la construcción de escuelas, etc.
Falange Española se fortaleció, uniéndose a las JONS, que practicó la violencia para conseguir sus objetivos políticos. Las izquierdas, por temor al fascismo, también se radicalizaron, dando lugar a numerosos actos revolucionarios.
La Revolución de 1934
El 4 de octubre de 1934, Lerroux formó gobierno, dando la izquierda por hecho la llegada del fascismo y desencadenando la insurrección. El 5, UGT convocó huelga general y la prensa animaba a la opinión pública a sumarse a la insurrección. La huelga fracasó en la mayor parte de España porque no tuvo seguimiento popular y porque el ejército y la Guardia Civil reprimieron a los huelguistas. La insurrección contra el gobierno fracasó en Barcelona, acusándolos de rebeldía, pero triunfó en Asturias, proclamando la Revolución Socialista de los Consejos Obreros, que se solventó con el ejército bajo el mando del general Franco.
El 19 de octubre, la insurrección estaba completamente controlada.
La Revolución de Octubre motivó un endurecimiento de la política, se suspendió el Estatuto de Cataluña. El gobierno era débil y estaba en crisis permanente por las luchas internas del Partido Radical y la CEDA. Surgió un partido político: el Bloque Nacional, dirigido por Calvo Sotelo, de orientación monárquica y autoritaria. En el campo militar, Gil Robles llevó a cabo cambios en los mandos militares, como el general Fanjul (nombrado subsecretario del ministro), Franco (jefe de estado mayor) o Mola (jefe del ejército marroquí).
El año 1935 supuso la crisis definitiva del gobierno, dimitiendo Lerroux como presidente.
Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular
En las elecciones de 1936, los partidos de izquierda y nacionalistas se agruparon en el Frente Popular, intentando recuperar los cambios del Bienio Reformista y conceder la amnistía para los represaliados de la Revolución de 1934.
El primer gobierno del Frente Popular, obtenido en los resultados electorales, estaba presidido por Manuel Azaña y formado por la izquierda republicana y la Unión Republicana. Decretaron la amnistía de los represaliados de 1934 y concedieron el Estatuto de Autonomía a Cataluña.
Destituyeron a Alcalá-Zamora de presidente y eligieron a Manuel Azaña. Desde marzo de 1936, varios generales bajo la dirección de Mola preparaban un golpe de estado. Para prevenir ese golpe, los generales fueron distribuidos: Mola a Pamplona, Franco a Canarias y Goded a Baleares.
Los últimos días de la República constituyen el preludio de la Guerra Civil. El detonante fueron dos asesinatos: el de Calvo Sotelo -de derechas- y el del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo -por extremistas de derechas-.
Aceleró la intervencion militar y se sublevaron contra el gobierno.