1. La Crisis Política en la Monarquía Española
1.1 El Gobierno de un Válido
Al principio, Carlos IV mantuvo el equipo político de su padre y confió en Floridablanca y Aranda. No obstante, se decantó por un válido, Manuel Godoy, que entre 1792 y 1808 fue el principal ejecutor de la política de la monarquía.
La influencia de la Revolución Francesa: Iniciada en 1789, dividió a los partidarios de la Ilustración. Algunos moderaron sus ideas. Floridablanca quiso evitar que llegara a España cualquier periódico o libro procedente del país vecino. Otros intelectuales se radicalizaron y vieron en Francia un ejemplo que debía imitarse.
La creciente dependencia de Francia: Tras la guerra contra la Francia revolucionaria (1793-1795), con la moderación del régimen republicano francés, la monarquía española retornó a la alianza con Francia frente al Reino Unido. Este acercamiento fue promovido por Godoy y se tradujo en una serie de tratados que aislaban a España del resto de Europa y la convertían en un satélite del Estado francés. Los resultados fueron negativos para España, ya que los británicos la sometieron a un bloqueo marítimo (1796). Además, el Reino Unido aniquiló la Armada hispanofrancesa en Trafalgar (1805). Estos fracasos aumentaron la impopularidad de Godoy, cada vez más dependiente de Napoleón Bonaparte. Este, en 1807, decidió emplear España como puente para someter Portugal. Para ello, introdujo tropas en lugares estratégicos de la península.
Los graves problemas de la hacienda estatal: Las deudas pusieron a la Corona al borde de la bancarrota. Godoy se vio obligado a buscar financiación. Para ello, el Estado se apropió de bienes de la Iglesia y los vendió. Esta medida dio origen a la desamortización.
Una oposición política creciente: La política de Godoy suscitó una oposición cada vez más organizada. A la izquierda se encontraban los enemigos del absolutismo, partidarios de una constitución o ley fundamental. A la derecha, los defensores de una mayor participación de la aristocracia en el poder. Este grupo fue liderado por el heredero y príncipe de Asturias, Fernando, quien hizo varias conspiraciones. La de El Escorial (1807) fracasó, la de Aranjuez (17-19 de marzo de 1808) tuvo éxito.
1.2 El Motín de Aranjuez
La conspiración de marzo de 1808 marcó el fin del reinado de Carlos IV. Godoy, receloso de las intenciones de Napoleón, planeó trasladar a los reyes a Andalucía. Cuando se difundió, estalló un motín en Aranjuez. Godoy fue encarcelado y a Carlos IV se le obligó a abdicar en su hijo Fernando, cuyos partidarios habían financiado y organizado la revuelta. El nuevo rey, Fernando VII, confirmó su alianza a las tropas napoleónicas que entraban en Madrid. Ante esta situación, Napoleón decidió instaurar una monarquía satélite de Francia, poniendo al frente de ella a algún miembro de su propia familia. Este plan se encontró con una inesperada oposición armada y dio lugar a la Guerra de la Independencia (1808-1814).
2. La Guerra de la Independencia
El estallido de la guerra fue provocado por las maniobras de Napoleón, quien atrajo a Carlos IV y a Fernando VII, junto con Godoy, a Bayona. Una vez allí, Napoleón logró que ambos monarcas renunciaran a la Corona española y se la ofreció a su hermano José Bonaparte. Carlos IV y Fernando VII renunciaron (mayo de 1808). Mientras se registraban constantes incidentes entre la población y las tropas francesas que habían ocupado la ciudad, esta situación desembocó en un motín popular el 2 de mayo de 1808. En esta situación, las clases populares madrileñas combatieron espontáneamente a los franceses en la Puerta del Sol. En los enfrentamientos también participaron soldados españoles, como los oficiales de Artillería del cuartel de Monteleón. Los soldados de Napoleón llevaron a cabo una represión muy dura y fusilaron a un elevado número de madrileños en las afueras de la ciudad. El eco de la revuelta y la noticia de las abdicaciones (5 y 6 de mayo) llegaron a todos los rincones de la Península y facilitaron el inicio de la guerra.
2.1 El Carácter de la Guerra
La Guerra de la Independencia fue un proceso complejo: formó parte de un conflicto internacional, adquirió carácter de guerra civil y estuvo acompañado de una crisis política.
Un conflicto internacional: Fue un episodio de un conflicto internacional más amplio. La guerra no afectó únicamente a España y a Francia, sino también a Portugal y al Reino Unido. Las tropas británicas desembarcaron en la Península y su intervención fue decisiva. Entre los militares británicos destacó el duque de Wellington.
Una guerra civil: La invasión napoleónica dividió a la sociedad española. José Bonaparte intentó atraerse a los ilustrados con la promesa de reformas. Estas ideas encontraron eco en España entre las élites intelectuales que colaboraron con los franceses. A los colaboracionistas más activos se les sumaron ilustrados. Sin embargo, muchos españoles se opusieron a la ocupación francesa: tanto políticos ilustrados como miembros de las clases populares.
Una crisis política: La ausencia del monarca legítimo provocó un vacío de poder y una grave crisis política. Como buena parte de la administración española colaboraba con el ejército francés, se improvisó un poder político alternativo. Esto dio lugar a las Cortes de Cádiz, que elaboraron y aprobaron la Constitución de 1812.